Cenicienta – Capítulo 5: Dama desafortunada

Traducida por Den

Editada por Sakuya

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—Temprano, un sirviente vino a decirnos que su maestro, el General Brennan, deseaba visitar a Fredericka-sama, y si estaría atendiendo invitados. —nos contó Marie.

Oliver le respondió rápidamente que estaría en casa, pero esto me molesta mucho. ¿Por qué le respondió sin consultarme? Realmente necesito encontrar una forma de ausentarme. Pero el General Volker se movía demasiado rápido.

Pero Oliver le respondió al mensajero sin consultarnos ni a mi padre ni a mí. No puedo culpar a Oliver, es un increíble mayordomo. En algunas ocasiones creo que incluso supera a su maestro. Como nobles, no como nobles realmente ricos, tenemos muchos visitantes en nuestra casa, así que Oliver normalmente respondía a las tarjetas de visitas sin la opinión de mis padres. Era más conveniente.

Así hemos llegado hasta aquí…

No había nada que pudiera hacer, ¿ah?

¡¿Qué debería hacer?!

Nunca pensé que vendría a mi casa. Jamás nos habíamos conocido en el pasado. Debe ser porque me encontré con él mientras estaba desorientada con mi estupidez. Me desmayé cuando vio mis bragas caídas, y me llevó gentilmente al carruaje. Quería verificar mi condición; qué caballeroso.

Tal vez, él tenía la impresión de que las fuerzas armadas me volverían de una decepcionante a una maravillosa dama.

— ¿Qué es esto? ¡¿Se enamoró?! No solo es fuerte, sino también rápido y amable. ¿Qué tipo de mujer es su novia perfecta?

—Me prepararé para su visita —anunció Oliver —Marie, prepara a la Señorita Fredericka y dale algo ligero para comer. Y Señorita Fredericka, por favor apriete sus labios y organice sus pensamientos para que palabras como las que acaba de decir no salgan de su boca.

¡¿Eh?! ¡Lo dije en alto!

Le dirigí una sonrisa avergonzada.

—Lo haré. Gracias.

Muchas gracias.

Padre y madre tenían sonrisas extrañas en sus rostros, sabía por experiencia que no era un buen augurio para mí.

—Bueno, iré a la cocina. Marie.

Me llevé a mí miserable yo con gracia a mi habitación con Marie.

— ¡Vamos a hacerle una tortilla con su queso preferido y con carne picada! —dijo mientras pasaba delante de mí.

¿Cuántas veces necesito desayunar? ¿Y por qué carne picada?

—Esta mañana estaba preocupada por milady, casi no comió nada. Ahora está hambrienta, estoy aliviada.

—Te quiero mucho, pero, ¿podrías cambiar la carne picada por filetes de carne?

— ¡Woohoo! —Marie feliz juntó sus manos y me sentí más ligera sin notar que había un aire oscuro en mi habitación.

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— ¿Un descubrimiento…?

—No solo siembra, sino que puede dar frutos.

— ¿No es caro?

—Es un noble. Mira sus manos.

—Eso es…

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Notas: