Traducido por Selena
Editado por Ayanami
Long Tianmo no entendió del todo cuando miró a Han Yunxi, pero no se negó a ayudarla. Aunque el Padre Imperial ya le había otorgado recompensas, le debía por haberle salvado la vida. Él quería devolverle el favor de todos modos, y una amnistía general era una excelente excusa. Además, ganaría los corazones entre la población después de una reclusión tan larga. ¡Su reaparición debía tener un gran impacto!
Long Tianmo asintió con la cabeza. —Mi enfermedad prolongada se ha curado, por lo que, esta amnistía general es una buena idea. La tía imperial puede regresar primero. Cuando el Padre Imperial regrese esta noche, le mencionaré esto.
Aunque sabía que Long Tianmo estaría de acuerdo, no esperaba que las cosas salieran tan bien. Han Yunxi se regocijó y vio al príncipe heredero de forma aún más favorable.
Antes de irse, Long Tianmo la llamó. —Tía Imperial Qin, por favor, saluda de mi parte al tío Imperial Qin. Cuando me recupere por completo, lo visitaré.
Han Yunxi asintió con la cabeza. Por lo que sabía, Long Feiye no era cercano al príncipe heredero ni a ninguno de los hijos imperiales. El paso actual de Long Tianmo era una estratagema obvia para mejorar las relaciones con Long Feiye.
Pero Long Feiye nunca lo había visitado mientras estaba enfermo, dejándolo amargamente decepcionado.
Por supuesto, Han Yunxi no tuvo tiempo de preocuparse por todo esto, ya que estaba completamente preocupada por Han Congan. Después de regresar a la casa del duque de Qin, ella no salió a ninguna parte mientras esperaba las noticias. De vez en cuando, incluso enviaba a Chen Xiang afuera para saber los rumores.
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En la tarde del segundo día, los grandes carteles en las calles todavía estaban allí, y los comentarios eran tan animados como antes. Aparentemente, varias personas de la casa Han habían visitado las cárceles, pero no tenían forma de ver a Han Congan. Después de irse a casa, incluso comenzaron a pelear entre ellos por las propiedades de la familia.
Aunque la intervención de Long Tianmo tenía una alta probabilidad de éxito, Han Yunxi todavía estaba nerviosa al no ver resultados reales. Después de todo, el tiempo era corto.
Durante la noche, se quedó junto a la ventana, mirando la vista nocturna de la capital con el ceño fruncido. Mañana es el último día, entonces, ¿cuál es la situación del lado de Long Tianmo? ¿Y cuál es la verdad detrás del trabajo de parto mortal de Lady Tianxin? ¿Qué tipo de secretos guardaban Lady Tianxin y Han Congan entre ellos? Han Yunxi dió vueltas en la cama durante toda la noche, sin poder cerrar los ojos.
Pero las buenas noticias llegaron temprano en la mañana del día siguiente.
La pequeña Cheng Xiang llamó a la puerta y gritó: — ¡Señora, señora! ¡El emperador proclamó una amnistía general esta mañana! Aparte de los delincuentes que planearon una rebelión contra el estado, ¡todos los condenados a muerte han sido perdonados a prisión perpetua! ¡Dicen que el príncipe heredero lo declaró personalmente en su nombre!
Han Yunxi prácticamente saltó de la cama, se lavó la cara y se vistió antes de correr a las prisiones imperiales. Ella ni siquiera se molestó en desayunar. Tan pronto como se emitió la amnistía general, las noticias llegaron rápidamente a las prisiones imperiales. Desde la distancia, Han Congan escuchó muchas discusiones y vio a unos pocos condenados a muerte enviados a la cárcel.
—Escuché que el príncipe heredero mencionó la amnistía general para la población. ¡Jeje, esta vez, le debemos toda nuestra suerte al príncipe heredero!
—Exactamente, podremos irnos pronto, ¿verdad?
—Mira, todos esos condenados a muerte fueron llevados. ¡Creo que están siendo liberados! Jeje, ¡pronto será nuestro turno!
La conversación llenó toda la prisión, mientras Han Congan escuchaba tras los barrotes de su celda. Sus ojos confusos se iluminaron significativamente, mientras se maravillaba de la vista. ¿Por qué nunca se dio cuenta de que Han Yunxi era tan inteligente? Ella no le suplicó al emperador Tianhui sino al príncipe heredero. ¡En realidad, pensó en algo como una amnistía general para la población!
¿Era realmente la misma Han Yunxi de antes?
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Siempre pensó que esta hija no podía compararse con su madre. Pero ahora, su creencia lo sacudió. Pronto, Han Yunxi llegó, e incluso la forma en que Han Congan la miraba cambió.
—Hija, eres muy inteligente.
—Parece que has oído hablar de la amnistía general del emperador —Han Yunxi estaba de mal humor.
—Sacarás a tu padre de la cárcel de los condenados a muerte, ¿verdad? —El estado mental de Han Congan era mucho mejor que antes. Aunque estaba en una posición difícil, se mantenía perfectamente erguido, lleno de dignidad.
La mirada de Han Yunxi se volvió burlona al tiempo que respondía con una voz fría. —Entonces, ¿cuándo planeas decirme la verdad?
—Por lo menos, permite que el padre se vaya primero de aquí —insistió Han Congan. Los médicos estaban obsesionados con la limpieza y odiaba el olor a descomposición y muerte que impregnaban estas cárceles.
Los labios de Han Yunxi se volvieron aún más burlones. Si Han Congan pensó que podía ir más allá, entonces, estaba muy equivocado. Ella entrecerró los ojos y le advirtió: —Han Congan, no morirás ahora, pero ¿crees que no puedo hacer que cada día sea peor que la muerte?
No tenía miedo de mostrarse como era en realidad. Aunque había renunciado a la muerte de Han Congan, ya no era alguien indefenso. ¿Temería la amenaza de Han Yunxi? Al ver su expresión peligrosa, Han Congan estaba un poco disgustado, pero se contuvo. Señaló la base de la pared, indicando que Han Yunxi debería sentarse para hablar. Al igual que la última vez, se apoyó contra la pared del fondo mientras se sentaba, sus ojos fríos miraban directamente a Han Congan.
Podía sentir su guardia levantarse mientras se sentaba y exhalaba. —Quédate tranquila. Ya estamos en este punto, así que no te engañaré.
— ¡Detén la charla inútil! Responde a mi pregunta, ¿cómo murió mi madre? —Han Yunxi respondió fríamente.
Han Congan no respondió a su pregunta, pero sus palabras hicieron que el corazón de Han Yunxi se detuviera por completo. ¡Era demasiado inesperado!
Él dijo: —Han Yunxi, ¡puedo decirte claramente que yo, Han Congan, no soy tu padre biológico!
— ¡¿Qué?! —Han Yunxi no podía creer lo que oía. Ella, inconscientemente, se sorprendió y abrió mucho los ojos.
Al ver el asombro de Han Yunxi, los ojos de Han Congan no pudieron evitar parpadear de dolor. Todos sabían que nunca había cumplido con el deber de un padre con su hija, pero nadie sabía cuánto había esperado que esta hija fuera su carne y hueso. No era porque Han Yunxi había ganado fama y poder. Desde mucho antes, cuando todavía estaba en el vientre de su madre, tenía el mismo deseo.
Era una lástima…no era digno del amor de esa mujer.
La sorprendida Han Yunxi finalmente se recuperó perdiendo los estribos. — ¡Han Congan, estás mintiendo!
Lady Tianxin era una leyenda, llena de talento como una doctora amable y benévola. ¿Cómo podría ser una mujer desvergonzada? ¿Cómo podría tener una hija ilícita? Han Yunxi estaba incluso menos inclinada a creer que una mente como la de Han Congan toleraría a una mujer así, ¡mucho menos criar al hijo de otro hombre!
—No te estoy mintiendo, tengo pruebas —Han Congan estaba muy tranquilo.
No era solo Han Yunxi. Cualquiera en la capital de Tianning se negaría a creerle después de escuchar algo así. Sin embargo, esta era una verdad absoluta; de lo contrario, ¿por qué no trataría la cicatriz facial venenosa de Han Yunxi cuando era hija de la familia Han y la prometida a esposa del duque de Qin?
— ¿Qué tipo de prueba? —Han Yunxi preguntó apresuradamente.
—Prométeme una cosa y te lo diré todo —Han Congan hablaba muy en serio. Esto no era una amenaza, sino una garantía. Sin embargo, Han Yunxi quien estaba alterada no entendió el significado y se levantó abruptamente.
— ¡Tú sigues demandando! Ya he preservado tu vida, entonces, ¿qué derecho tienes para exigirme?
No importaba qué, Han Yunxi no podía creer que Lady Tianxin haría algo tan inapropiado. Si realmente era una hija ilícita, tenía que ser porque Han Congan le hizo un mal servicio a Lady Tianxin. Han Yunxi ya estaba muy enojada, y las demandas de Han Congan la habían provocado aún más.
Sin embargo, Han Congan estaba muy tranquilo cuando la enfrentó, a pesar que ella estaba furiosa. —Han Yunxi, escucha lo que tengo que decir primero antes de responder. No será demasiado tarde. —Mientras hablaba, sacó una llave de la manga y se la mostró entre los barrotes.
Han Yunxi estaba un poco sorprendida. Ella reconoció esta llave como la que abría el almacén, el símbolo del jefe de la casa. Este lugar no solo contenía las propiedades de la familia Han, sino también dos elementos muy importantes: la colección de ingredientes medicinales raros de la familia y el Canon médico del clan Han. Cada familia médica tenía su propio canon médico que registraba recetas secretas y registros históricos raros, transmitidos de generación en generación. Solo se le dio al sucesor o heredero del clan. El Canon Médico era el tesoro del Clan Han.
Poseer la llave equivalía a ser dueño de toda la familia Han. A pesar de que Han Congan estaba en la cárcel y el apellido Han había estado en caos durante tanto tiempo, su base aún está intacta. Aparte de eso, con el Canon médico del Clan Han y su historial de técnicas médicas era suficiente para llevar al éxito a una nueva generación de médicos famosos. Han Yunxi no se movió mientras miraba la llave del almacén. ¿Por qué Han Congan había decidido dárselo?
Eso era imposible. Dejando de lado el hecho de que no era sangre de la familia Han, ya era una hija casada con otra familia. No tenía derecho a heredar el puesto de Jefa de la Familia Han.
¿Qué tipo de demanda estaba haciendo Han Congan?
Retrocedió un paso y mantuvo su distancia de la llave. — ¿Qué significa esto?
—Prométeme que harás tu mejor esfuerzo para apoyar al nuevo jefe de la casa. Ayuda a la Familia Han a elevarse, dándole la mayor importancia a su bienestar —dijo Han Congan, palabra por palabra, sus ojos rojos y resentidos brillaban con una luz constante.
¿Ayudar a la familia Han a levantarse?
Han Yunxi estaba desconcertada. Originalmente, pensó que Han Congan iba a pedirle que lo ayudara a salir de la cárcel, no que haría este tipo de demandas. No era para sí mismo, sino para la familia Han.
Han Yunxi había sentido desilusión y desdén por este padre. En su impresión, este hombre era egoísta y codicioso, pero ahora, veía sus justos principios. Sin embargo, Han Yunxi no entendía por qué sus principios dependían de ella, para tener que esforzarse en ayudar a la Familia Han a comenzar de nuevo. ¿Qué había hecho la familia Han por ella? ¿Habían hecho algo alguna vez? Ese lugar estaba lleno de recuerdos de dolor y sufrimiento. ¿Por qué rogarle que se sacrifique y arriesgue por la familia Han? Además, según las palabras de Han Congan, ella y la familia Han no tenían ninguna relación de sangre.
Al ver la determinación de Han Congan, los labios de Han Yunxi se curvaron en una sonrisa burlona. —Pareces muy seguro de que estaré de acuerdo.
—Porque nadie más aparte de mí sabe la verdad sobre tu madre. ¡Incluyendo a tu verdadero padre! —dijo Han Congan de manera firme.
—Ya dije esto. Tu vida es mía, así que no tienes margen para discutir los términos conmigo —dijo Han Yunxi de forma fría.
Han Congan se echó a reír. —Si la familia Han se arruina por mis manos, ¿para qué necesito seguir viviendo? ¡Solo puedo quitarme la vida para disculparme con las generaciones de mis antepasados!
Han Yunxi no se tomó en serio sus palabras. Como ella lo vio, Han Congan no tenía las agallas para suicidarse. ¡Pero quién sabía que tan pronto como Han Congan terminara de hablar, se daría la vuelta y golpearía su cabeza contra la pared!
Sorprendida, Han Yunxi gritó: — ¡No lo hagas!
Si Han Congan realmente muriera, todos sus esfuerzos habrían sido en vano. ¿Dónde se suponía que debía encontrar la verdad entonces? Pero el no de Han Yunxi, no detuvo a Han Congan en absoluto. Él hablaba en serio. Un solo golpe en la pared ya había sacado sangre de su cráneo, ¡pero estaba planeando continuar!
Alarmada, Han Yunxi se dio cuenta de que había juzgado mal a este anciano. El destino del clan estaba profundamente arraigado en su corazón.
— ¡Muy bien, lo prometo! —dijo Han Yunxi en voz alta.