Contrato con un vampiro – Capítulo 41: Asalto de medianoche (Punto de vista de Kyouya)

Traducido por Herijo

Editado por Ayanami


Me bañe con agua fría. Quería despertar, pero también necesitaba calmarme. Sentí náuseas mientras las memorias surgían desde el preciso momento en que me desperté. Las lágrimas no surgen más. Me dije a mi mismo que eso sucedió hace mucho tiempo e intente dejarlo de lado. Fue así como siempre lidie con ello.

Salí de la ducha un poco más refrescado que antes y regresé a mi cuarto.

—Kyouya —Alguien me llamó desde atrás, justo cuando ponía mi mano en la perilla. Miré por sobre mi hombro un poco sorprendido. Podía saber quien era solo por el sonido de su voz.

—¿Qué hora piensas que es? —Dije bruscamente

Azusa simplemente rio incómodamente mientras sostenía dos tazas de café en sus manos y sonreía ligeramente. —¿Beberías una taza de café conmigo?

Eran pasadas la una de la mañana. Abrí la puerta y me hice a un lado para que pasara.

—Disculpa las molestias —Dijo, mientras se sentaba en el sofá de mi cuarto. Me senté a su lado dejando un espacio entre nosotros.

—Que alivio. Ichy ya estaba profundamente dormida y no quería despertarla. Estaba deambulando en los alrededores preguntándome qué hacer cuando te vi.

—¿Siempre estas despierta a estas horas?

—Para nada. Siempre estoy profundamente dormida para esta hora —Dijo Azusa, antes de darse cuenta de su desliz y cubrir su boca.

—¿No podías dormir?

—Patético, ¿no es así? —Forzó una sonrisa y sorbió un poco de su taza de café mientras desviaba la mirada. Una gran cantidad de leche tibia llenaba su taza al igual que la que tenía frente a mí.

—No tienes que ir si estás asustada. —Dije, en un tono tan profundo que incluso me sorprendió a mí mismo.

—¿Estás molesto?

No tenía una respuesta. Sabía que no tenía sentido que afirmara o negara eso. Mi sola actitud es suficiente para transmitir mis sentimientos.

—Me lo imagine… Lo siento.

Su disculpa, probablemente, era por no complacer mis deseos. Pude sentir como mi ceño se fruncía cada vez más.

Me sentía mal. Y justo después de calmarme, un poco después de la ducha. Mis sentimientos estaban caminando en círculos. Quería protegerla, pero la situación y su clara negativa a dejarme protegerla incitaban aún más mi frustración. Temía que fuera a usar todo mi poder para aplastar a esa alimaña de Tsukiharu la próxima vez que nos viéramos.

Fue en ese momento que, finalmente, se me ocurrió pensar en porqué estaba tan molesto. Está claro que veo a Azusa diferente a como veo a los otros, ya que la conozco desde que tiene cuatro años. Incluso la protegería más que a los niños de nuestra asamblea. Protegerla y permanecer a su lado todo el tiempo son mis órdenes. Mis sentimientos personales no tienen nada que ver. Extraño. Si ese fuera el caso… ¿Por qué estoy tan molesto?

La primera vez que Tsukiharu la secuestró, las órdenes de los superiores eran abandonarla y, aun así, ignore los intentos de Tsubaru de detenerme y cargue de frente para rescatarla. ¿Por qué lo hice?

Me forcé a detener ese tren de pensamiento. Tenía el presentimiento de que sería mejor no poner un pie en esa idea.

—¿Estás bien? ¿Te encuentras cansado? Es bastante tarde después de todo.

No sé cómo interpretó mi comportamiento, pero pude observarla mirándome con preocupación. Levanté mi rostro para encararla mejor.

—Estoy bien. Deberías ir a dormir después de que termines tu bebida. No es la hora en que los niños deberían estar despiertos.

—Tendré dieciocho años pronto, lo sabes ¿no? Soy casi una adulta. ¿Cuánto tiempo planeas seguir despierto, Kyouya?

—Normalmente, me duermo a las tres —respondí con una actitud como diciendo “qué importa eso”

Azusa sonrió diciendo —¿Está bien si me quedo hasta entonces?

—¿Qué?

—Dudo que pueda dormir de todos modos.

Casi podía observar los signos de interrogación surgiendo sobre mi cabeza.

¿Qué está diciendo esta persona? Es extraño que una chica visite la habitación de un hombre a altas horas de la noche… no sé qué planea quedándose hasta que me vaya a dormir. Realmente, me cuestionaba qué tipo de educación le dio su padre en relación con los hombres.

—¿No puedo?

—No —Me tomó todo lo que tenía dar esa respuesta. Azusa infló sus mejillas y se colgó del reposabrazos del sillón, como enfatizando que no se movería de ahí a menos que la sacaran a rastras.

Por el bien de mi mente. Juré que estaba bien si no me veía como un hombre. Lo que me preocupa es si toma este tipo de actitud con los demás. No estoy seguro del sentido de virtud moderna, pero siento que no está actuando de forma apropiada para una chica de su edad.

—No me culpes si eres violada —Por otros hombres, era lo que quería transmitir, pero, al parecer, ella no lo tomó así. Se congeló por un momento antes de ponerse completamente roja, como si la sangre se hubiera ido por completo a su rostro.

—Vio-Violada.

—No por mí. Si no por otros hombres. Ya eres grande, así que intenta ser más modesta y propia —rápidamente, corregí mi comentario anterior. Los músculos tensos de Azusa se relajaron mientras soltaba un suspiro de alivio.

—Tienes un punto válido. Oh, pero no tienes por qué preocuparte, no actuaría así con nadie más.

—Ya veo…

¿Debería estar feliz por eso?

—Entiendo lo que quieres decir. Seré más cuidadosa cuando esté con otros hombres, pero está bien si actúo así contigo, ¿verdad? En todo caso, por favor, déjame quedarme aquí hasta que me duerma.

No entendió ni en lo más mínimo. Suspiré. Me recargué en el sillón y miré el techo. Con mi cabeza doliendo.

—¿Te encuentras bien? ¿Te sientes mal? ¿Necesitas sangre? —Preguntó Azusa, llegando a una conclusión errónea y reduciendo el espacio entre nosotros.

Quería suspirar cuando un aroma sutil a flores de su jabón llegó a mi nariz. Está bien que le dije que fuera cuidadosa con otros hombres, pero nunca le dije que no me viera como uno. ¿No tiene sentido común?

—Oye…

—¿Quieres beber?

Mire a Azusa que estaba completamente sonrojada exponiendo su cuello. Perdí el control, la empuje contra el sofá. Tome sus dos muñecas y las sujete para que le fuera imposible huir. Estaba realmente sorprendida por el giro de los acontecimientos, temblaba cada vez más mientras cada centímetro de su cuerpo se ponía de un rojo escarlata.

—Eres adorable

—¿Qué?

Esas palabras surgieron por sí solas de mí. Incluso yo estaba sorprendido. El que no me escuchara fue mi única bendición. Estoy apenado. ¿Qué demonios acabo de decir?

Deberías correr asustada ahora. Debías aprender de primera mano que nunca deberías entrar a la habitación de un hombre indefensa. Ese era mi plan.

—Prosigue…

¿Y ahora qué hago? Fue lo primero que pensé.

3 respuestas a “Contrato con un vampiro – Capítulo 41: Asalto de medianoche (Punto de vista de Kyouya)”

  1. Ya están cerca del final, creo que es una novela de poco más de 50 capítulos… mmm… No la dejen por favor!!!! quiero saber el final T.T gracias a Herijo-sama y Ayanami-sama ♥ ♥ ♥

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