Dicen que nací hija de un rey – Capítulo 03: El mundo y la escala de los hombres (3)

Traducido por Lucy

Editado por Meli


La décimo séptima princesa, Shin Soo-young. Sus ojos son redondos y su grasa de bebé es menor a la de las otras princesas, así que da una buena impresión. El gen del perro es tan bueno que todos parecen celebridades, y entre ellos, esta niña parecía que se rompería si le pegaba una vez.

Quiero pegarle… ¿Eh? No, esto no es así.

—Así que, ¿dónde está tu criada?

Song Soojin, mi criada y ayudante exclusiva, está en la habitación de al lado. Si pudiera usar magia, solo la llamaría por el intercomunicador o algo. Mis aposentos consisten en dos habitaciones, una grande y otra pequeña y un pequeño baño. La pared es tan fina que cuando la golpeó tres veces, Song Soojin viene al instante.

—Princesa, ¿me llamaste? ¿La décimo séptima princesa está ahí, también? —Song Soojin bajó la cabeza.

—Me gustaría un té, por favor.

—¿Qué debería darte, princesa Sanghee?

—¡Leche!

El té verde es bueno, pero todavía tengo ocho años. Y para ser honesta, no hay nada que pueda adelantar ahora. Se dice que soy inteligente para ser mujer, pero no puedo ser más inteligente que los hombres que tienen una habilidad fraudulenta llamada maná. La razón por la que me tratan como a un genio es porque traje los conceptos que había en la Tierra. Lo único que me queda es mi cuerpo deficiente. Tristemente, esa es la realidad. Entonces, debemos hacer que este cuerpo destartalado no se ensucie. Es mejor beber leche que te ayude a desarrollar tu crecimiento que té verde con mucha cafeína.

—¿Te gustaría azúcar?

—¡Sí!

La leche con azúcar es deliciosa. Tal vez es porque mi cuerpo es pequeño, pero me gusta ese dulzor. Si me pidieras que bebiera un Americano con mi cuerpo actual, pienso que empezaría a vomitar.

—Sanghee, necesitas ser más consciente como una princesa.

—¿Qué?

—Tienes que beber té para que te consideren como alguien más elegante.

¿Cuánto vale la elegancia de un niño de doce años? Solo tenemos que ser lindos y coquetos para encajar a nuestra edad, niña. ¿No sabes eso?

Esta niña vino a mí por una razón muy simple. De hecho, tenía algunas expectativas. Mientras pensaba en eso Shin Sooyoung habló.

—Quiero estar de tu lado.

—¿De mi lado?

Sé lo que quería decir, pero fingí no saberlo. Las treinta y tres princesas originales ahora eran treinta y cuatro. Tengo treinta y dos hermanas mayores por encima de mí, y soy la princesa número treinta y tres, una más había nacido por debajo de mí. En cualquier caso, unas veinte de las treinta y tres pertenecen a la facción de la primera princesa, la facción de Hwang Seah, y las otras diez pertenecen a una facción interna.

Chicas, despierten. No es momento de pelear, chiquillas. Tenemos de enemigo común a los hombres, pero, ¿por qué nos golpeamos las unas a las otras? Aunque trabajemos juntas, seguiré llevando la ventaja en este tablero.

Bueno… No puedo evitarlo. Si no fuera de la Tierra y hubiera nacido aquí en primer lugar, podría estar viviendo lo mismo que ellas.

—Cuando mis hermanas descubran que estoy en esta sala… probablemente me convertiré en un enemigo.

Sí, digamos que vas a ser un enemigo. Entonces, ¿cuál es el problema? ¿Qué sentido tiene pelear entre princesas que no tienen poder? ¿O una desventaja? Si las princesas se ponen celosas, te golpearán como antes. De todos modos, ni siquiera tuve la oportunidad de pegarles claramente.

Esta niña me preguntó el secreto de cómo ser favorecida por los príncipes.

Entendía su pregunta, pero ¿cómo podía explicarle? Cómo decirle que era tratada como un perro que hace lo que dicen mientras mueve la cola hacia el elegante y arrogante Kim Hwanseok… Oh, mis lágrimas comenzaron a bloquear mis ojos, maldita sea. Me acordé de nuevo de: “Cuando tenga un millón de años, ¿entonces podré casarme con mi padre?” 

Esta no soy yo. ¡No soy yo, dios mío! Esta noche patearé de nuevo la sábana.

—¿De verdad? ¿Puedes decirme cómo?

Shin Sooyoung, quien no conoce mis tiempos de humillación, preguntó con voz afligida y urgente.

—Pero… No estoy segura de ello. No hay una forma especial o un secreto. No lo creo.

No, hay una manera especial. Los hombres de esta época tienen un rincón sencillo. Son de tan alto rango que dominan. Parece simplificarlo: si estás coqueteando, te pasarán por alto hasta cierto punto. Pero no puedes usarlo de inmediato solo porque me preguntes cómo hacerlo.

Primero que nada, no podía confiar en ella.

Mi relación amistosa con nuestros idiotas, era porque fingía ser graciosa. Pero, ¿qué pasa si se enteran que esto no es un acto natural, sino algo que estoy tratando de hacer? No lo sé, pero voy a salir volando. Me atreví a manipular hombres. Es absolutamente ridículo en este mundo. ¿Cómo podría decir: “Segundo hermano, si te presentas, te daré mi cuerpo”?

Ahora que lo pienso, es casi el tiempo de que nuestro segundo problemático aparezca. Sal, idiota.

En ese instante, la puerta se abrió. ¡Maldita sea! No es el segundo hijo desgraciado porque no escuché el sonido. Entonces, el problema es mayor. El segundo es solo un lío, pero el primero es mucho peor.

Como se esperaba, la persona que abrió mi puerta ahora fue el primer perdedor. Él es el serio y elegante hombre que me insulta. ¡Es tan lindo!

—Hermano Hwanseok, ¿estás aquí? Cuando la niña ve el rostro de su hermano, su corazón late más rápido.

Él me observó y habló muy seriamente.

No seas tan serio respecto a esto. Te lo suplico.

—No estás muy lejos de morir. Tienes una enfermedad mortal.

—Oh, ¡hermano…!

¿A qué te refieres? ¿Quieres ser golpeado? Tengo ocho años ahora. Pero rápidamente hice una cara de llanto. Cuando él vio mi expresión de vergüenza como si estuviera llorando, pareció satisfecho y asintió.

—¿Cómo está, segundo príncipe? Esta es la décimo séptima…

—Sal del camino. Molestas.

Wow. Iba a tratarlo como a un rey, pero él la empujó al pasar. Quiero golpearlo. Pero era extraño que la cara de Shin Sooyoung se volviese blanca. Como si hubiera visto un fantasma. Relájate, niña. Sé que tiene un horrible temperamento, pero no va a golpearte… no, no, no. Él no lo haría, aunque no podía asegurarlo.

—Hermano, ¡apretaré tus hombros!

Me ofrecí aunque sabía que él diría algo como: “Es molesto. Piérdete.” Pero tengo que convertirme en un jugador para ser parte del partido. Empujé una silla, me subí a ella, y le di una palmadita en el hombro a Kim Hwanseok. Él leía un libro de historia sin prestarme atención. Sin embargo, poseía una gran concentración.

De repente, habló.

—¿Qué pasó en el octavo año del calendario Aures?

—En el octavo año del calendario Aures, se descubrió que Esteban, el cuarto príncipe, había envenenado al tercer príncipe, lo que provocó la abolición de su maná y el encarcelamiento de por vida. Mi hermano me ha contado la historia con claridad.

Como si estuviera satisfecho con mi respuesta, el idiota asintió y siguió leyendo su libro. Esa era mi oportunidad.

—He estado pensando mucho en ello, y creo que mi hermano Hwanseok sabe mucho. ¡Dios mío, eres increíble! ¿Cómo puede esta niña ser tan inteligente como su hermano?

Oh, mi brazo realmente se está agotando. Este tipo malo ni siquiera me dijo que parara. Como es un hombre que usa maná, en primer lugar, no parece ser capaz de reconocer que las mujeres lo pasamos tan mal.

—Despierta de ese sueño.

—Como se esperaba… ¿verdad? La chica está muy orgullosa de ti.

Me reí con una gran sonrisa. Gamberro, mantén la cara recta. Puedo ver tu boca crispada.

♦ ♦ ♦

La princesa Shin Sooyoung estaba sorprendida. Estaba tan conmocionada que no podía ni moverse. La notoriedad de Kim Hwanseok también era muy famosa entre las princesas. Podías recibir una bofetada si sacabas a relucir algo que no sea un saludo. De hecho, durante la ceremonia de chicas de la princesa número treinta y tres, quién era Kim Sanghee, la séptima princesa Kang Heeyoun recibió un puñetazo, y la primera princesa, Hwang Seah recibió una patada. Es un tipo que da miedo, y hablaba muy bien con la princesa número treinta y tres. De hecho, era un poco difícil ver a través de la conversación.

“Morir no está lejos”.

“Eso es una enfermedad”.

“Despierta”.

Sin embargo, era un mundo nuevo para Shin Sooyoung. Ella supo por primera vez que Kim Hwanseok podía intercambiar tantas palabras con la princesa.

Lo que fue aún más impactante es: “En el octavo año del calendario Aures, me enteré de que ocurrió un terrible incidente cuando Esteban, el cuarto príncipe, envenenó al tercer príncipe”.

La princesa Kim Sanghee sabía algo parecido a un lenguaje extranjero. Shin Sooyoung no entendía. La educación era un lujo para las mujeres. Las mujeres solo necesitaban crecer sanas y tener un hijo. Shin Sooyoung sabía eso. Pero no parecía aplicar para la princesa Kim Sanghee.

¿Cuándo aprendió eso…? 

Kim Sanghee, tenía ocho años, estudiaba hasta altas horas de la noche. Para estar a la altura de los hombres que estudian con maná, Kim Sanghee, que no lo tiene, debía añadir esfuerzo para sacar frutos.

Kim Sanghee respondió a algunas preguntas sin ningún tipo de bloqueo, y a veces preguntó a Kim Hwanseok si había algo que no sabía. Shin Sooyoung se sintió extraña.

De alguna manera… siento que Kim Sanghee sabe la respuesta a esa pregunta.

La sensación era correcta. Kim Sanghee no pretendió ser demasiado inteligente. Lo halagó cometiendo un error moderado. Era su estrategia para sobrevivir, en un mundo donde los derechos humanos de los hombres son mucho más altos.

¡Estás loca! ¡¿Cómo puedes soportarlo?!

Lo algo fue aún más ridículo.

—Yo no puedo subir al trono, pero creo que el mayor príncipe de la historia…

—¡Es mi hermano, alucinante!

La princesa se atrevió a cortar las palabras del príncipe. Shin Sooyoun se asustó.

¿Cómo se atreve a interrumpir al príncipe? Pero nada pasó. Fue una serie de sobresaltos.

♦ ♦ ♦

Entonces, se produjo un problema.

—¿Qué es esto?

—Esto es una carta que la niña va a entregar a su prometido.

—Carta… —Kim Hwanseok miró la carta, sin pedirle su opinión, y luego la rompió—. No me gusta.

Este tipo tiene un punto de vista un poco simple. Lo estaba elogiando cuando encontró la carta y todo se arruinó.

Ese idiota miró mi carta y la destruyó. Realmente trabajé mucho en ella pensando en el Han Jinsoo de mi pasado.

Los garabatos que me envió, mostraban signos de colapso mental. Estaba muy confundida. Tal vez habia una conexión entre Han Jinsu y este Han Jinsoo. Estoy segura de que es por esa conexión que se preocupaba por mí, quien tenía cuatro años en el momento en que vio mi cara por primera vez.

Este tipo de pensamientos se cruzaron por mi mente y me molestaron. En el último momento, recordé el rostro que quería ver una vez más.

“Abrígate bien”. Las palabras que había dicho se quedaron en mi cabeza y solo las letras me llamaron la atención. Me dijeron que tardó unas seis horas en escribir la carta. A mí me llevó más de veinte horas. Para no confundir al Han Jinsoo del pasado, estaba decidida y tenía que ser fuerte.

Pero ese idiota rompió la carta. Entonces, estaba a punto de decir algo.

—Es basura, límpiala.

Casi lo maldije por un momento. Pero no puedo hacer eso. Por muy querida que sea, me condenaré en cuanto maldiga al príncipe. No puedo cruzar esa línea. No sé por qué está haciendo esto. ¿Simples celos? No lo creo. No sé por qué. Fingir que está bien me hace sentir enferma, siento tristeza.

No tuve más remedio que sonreír alegremente.

—¡Sí, hermano! Esta chica limpiará la basura.

El príncipe dijo que era basura, así que eso era. Las lágrimas parecían estar a punto de brotar mientras recogía cada trozo de papel roto. En los últimos ocho años, me esforcé mucho. Vivía muy duro a mi manera, estudiando más que cuando estaba en el último año del instituto, aunque solo tenía un cuerpo de ocho años.

No llores. Aún te queda mucho camino por recorrer.

Pero hoy estaba triste. Me habían humillado delante de la princesa número diecisiete que se había acercado a mí, diciendo que quería estar a mi lado y quien me había preguntado cómo podía ser favorecida por los príncipes. También me siento escéptica de que realmente pueda cambiar este mundo.

No, no puedes dejar que vean tu débil estado de ánimo. Despierta, Kim Sanghee.

Entonces, escuché otro maldito ruido.

—¡Bienvenido!

Una muñeca de trapo entró volando. Finalmente, rompí a llorar. Ahogué el sonido tanto como pude. En primer lugar, estaría desconcentrado de todos modos, así que no sería capaz de oír el sonido, el problema es que el oído del segundo hijo es mucho más alto que el público en general.

En ese momento, sentí que se me congelaba el cuerpo. Aunque era verano, estaba temblando. Hacía frío. El aire se sentía pesado. El aire parecía oprimirme, pero Shin Sooyoung, se puso pálida. Oí la fría voz del segundo hijo mayor.

—¿Quién lo hizo…?

El segundo idiota mayor se acercó a mí.

—¿Por qué lloras? ¿Quién lo ha hecho?

Hasta entonces, pensaba que el primero era realmente un tipo malo. En ese momento, no tenía ni idea de por qué el hijo mayor parecía consternado. Hasta entonces, no sabía que se preocupaba por mí a su manera.

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