Dicen que nací hija de un rey – Capítulo 26: Se parece a mí

Traducido por Den

Editado por Nemoné


Eran seis días antes de la primera fiesta familiar del reino.

—Padre, la pequeñina ha hecho algo impensable para una chica —Hwanseong le dijo al rey.

El rey, con una mano en la barbilla, pensativo, pudo adivinar a qué se refería su hijo.

—Lo sé. Decodificó un texto antiguo. Tiene un talento natural.

Parecía orgulloso, como si dijera: “¡Se parece a mí!” 

En este mundo, donde se reconoce el mérito al rey si nace un niño y se culpa a la reina si nace una niña. Sin embargo, un rey todavía se atribuiría el mérito del talento de su hija.

—Pero, ¿por qué tienes que informarme de las hazañas de la niña?

—Es tan extraño que una chica pueda hacer esto. Siento que debería haber algún reconocimiento —Hwanseok dijo algo que despertó el interés del rey. Estaba dispuesto a dar cualquier recompensa, con una excepción.

—Me niego a que la masculinicen para que pueda usar magia. 

Hwanseok asintió estando de acuerdo.

—Eso sería un honor demasiado alto para malgastarlo en una niña pequeña. Tal vez puede darle un título honorífico.

Después de otras pequeñas conversaciones, el rey despidió a su hijo. No pensó en darle un título apropiado, sino que en cambio, decidió ordenarle a un erudito que le otorgara uno.

De repente recibió un mensaje de su primogénito, que estaba cautivo por el imperio, Hyeong-Seok.

La larga carta comenzaba diciendo:

『Mi querido padre, tesoro del reino. 』

Una repentina inspiración lo invadió y ahora sabía qué nombre le otorgaría a Sanghee. Ni siquiera le había tomado cinco segundos pensarlo cuando emitió la orden.

Llamaré a la princesa Sanghee tesoro y convocaré una reunión familiar. 

♦ ♦ ♦

Sanghee casi no interaccionó con las otras princesa después de su ceremonia de mayoría de edad o, para ser precisos, desde la ejecución de Suyeong.

Estamos en la residencia de la princesa Sanghee. Era el almacén de registros, que albergaba la biblioteca de historia. La habitación de la princesa Sanghee estaba en el undécimo piso.

—Lo siento, no puede pasar.

—Eso está fuera de cuestión, por orden estricta del príncipe Hwanseok.

La princesa Heeah Kang de diecisiete años no tuvo más remedio que regresar. Con la aprobación del rey, el príncipe Hwanseok había dado la orden de que la entrada

fuera vigilada ferozmente. Sin embargo, un chico habría podido flotar hasta el undécimo piso mientras que las chicas no podían hacerlo, y ni siquiera podían usar el ascensor para llegar al undécimo piso sin la ayuda de un caballero. Tampoco podían abrir las puertas que funcionaban con magia. Eran completamente incapaces de viajar por el edificio sin la ayuda de un caballero. —Cuidado, la princesa Sanghee está saliendo.

—Caray. Dame un poco más de advertencia.

Los dos caballeros que habían estado vigilando la entrada se desvanecieron en el aire. Una chica no podría detectar su presencia en su estado. Esta también era una de las razones por las que la princesa Sanghee casi no estaba en contacto con las otras princesas. Y, por supuesto, no era consciente de la razón por la que ninguna princesa había venido a visitarla.

Después de negarle la entrada, la princesa Heeah se encontró con el príncipe Hwanseok cuando vio que caminaba hacia el edificio de la princesa Sanghee.

—Mucho gusto. Soy la novena princesa, Heeah.

— ¡Fuera de mi camino! —Sin siquiera mirarla, Hwanseok la empujó cuando el cuerpo de Heeah se puso rígido.

Aunque todo lo que Hwanseok había dicho era “fuera de mi camino”, Heeah había sufrido un ataque de frío y temblores cuando observó con impotencia la espalda que se retiraba del príncipe Hwanseok.

Estaba a punto de irse cuando vio una escena sorprendente y apenas podía creer lo que veía.

— ¡Hermano! —La princesa Sanghee, que le faltaban tres años antes de su mayoría de edad, vio al príncipe y lo abrazó.

¿Cómo pudo atreverse? ¡T-Tengo que detenerla! 

Había cuatro príncipes. El primero se llamaba Hyeong-Seok, el segundo era Hwanseok, el tercero era Hwanseong, y el cuatro era Hwan-Hyeok. Hyeong-Seok, que fue mantenido cautivo por el imperio, era apacible, pero casi nunca estaba cerca, por lo que no hay que preocuparse por él. Hwanseong tampoco era muy amenazante, siempre y cuando te comportaras a su alrededor. El pequeño Hwan-Hyeok todavía era desconocido porque era muy joven. Pero, ¡este no era otro que el mismísimo príncipe Hwanseok!

No estaba equivocada, era el príncipe Hwanseok. Era el más intimidante de los cuatro príncipes. Veía a las princesas como infrahumanas. Se rumoreaba que era un príncipe de sangre fría que tuvo el papel más decisivo en la ejecución de la princesa Suyeong. [1]

El príncipe Hwanseong te daría algunas bofetadas si te quejabas de alguna manera, pero el príncipe Hwanseok probablemente te mataría, o eso fue lo que le informaron.

La princesa Sanghee corrió hacia él y lo abrazó. ¡Esto era un suicidio!

— ¡P-Princesa Sanghee! —Heeah se quedó en blanco. ¡Era demasiado tarde! La princesa Sanghee corría precipitadamente hacia él con cierta mortalidad. Intentó detenerla, pero fue inútil.

¿Qué le pasa? 

Podría volver a haber una matanza en el palacio. Que una princesa se atreviera a abrazar a un príncipe era impensable. Sin duda sería ejecutada por su comportamiento presuntuoso. La princesa Heeah corrió hacia ellos y se arrodilló ante el príncipe Hwanseok.

—Su Majestad, por favor, perdónela. La princesa Sanghee no ha estado mucho en contacto con las princesas y, por lo tanto, no ha podido recibir una formación adecuada sobre etiqueta.

Pero, curiosamente, el príncipe Hwanseok no parecía furioso y solo miró a Heeah con frialdad y lanzó un hechizo que lanzó por los aires a la princesa Sanghee.

¡La va a matar!

Sí, definitivamente la va a matar. El almacén de registros era un edificio de quince pisos. Voló hasta lo más alto del edificio. El impacto de la caída la mataría. Se incluiría en el libro de historia como una muerte accidental.

— ¿Quién eres para pedirme que perdone a mi perro?

La princesa Sanghee no se golpeó contra el suelo. Heeah estaba aterrorizada.Tal vez ya estaba muerta. No podía entender cómo Sanghee había hecho algo tan estúpido, incluso si no había sido entrenada por las otras princesas.

—Oh, no es eso —respondió.

Hwanseok puso su mano sobre el hombro de Heeah y la estrelló contra la estatua de mármol mientras respiraba entrecortadamente después del impacto. Entonces, Hwank-Seok dijo:

—No te olvides de esto. No tienes derecho a pedir perdón por el bien de otra persona. Piérdete.

♦ ♦ ♦

Espié al mocoso primogénito. Esperaba que viniera aquí porque Hwanseok me pidió que fuera a verlo. Todavía no tenía idea de por qué, pero era un príncipe. Detestaba al mocoso primogénito porque fingía un aire de invencibilidad a pesar de que todavía era un niño pequeño. Anhelaba golpearlo en el abdomen, pero sonreí como si estuviera feliz de verlo.

Cuando lo vi, sonreí como si no pudiera estar más feliz y corrí hacia sus brazos.

— ¡Su Majestad, mi querido hermano, lo extrañé! Sé que está haciendo un gran trabajo, pero desearía que sus visitas fueran más frecuentes.

Entonces, escuché la voz de una chica defendiendo mi comportamiento.

Mi memoria se refrescó. Era la novena princesa. Heeah Kang, tenía diecisiete años, era cinco años mayor que yo, probablemente ya había tenido su ceremonia de mayoría de edad y estaba en edad para casarse.

¿Pero qué está haciendo aquí?

No hablaba mucho con las otras princesas, así que había olvidado que Hwanseok las aterrorizaba. En cualquier caso, era el más malhumorado de todos los príncipes.

De repente me elevé hacia arriba. Estaba acostumbrada a esto. Odiaba decirlo, pero estaba acostumbrada a esta sensación. ¡No eres Escoria! ¿Qué estás haciendo?

No pude evitar gritar cuando me disparó hacia arriba. Era sometida a hechizos de vuelo ocasionalmente por Escoria. Chasqueó los dedos de un lado a otro con indiferencia, moviéndome de un lado a otro mientras gritaba. Claramente esto le resultaba divertido. Dado el comportamiento de su padre, no era una sorpresa que se pareciera a él. Todos estos nobles estaban locos, cada uno con sus propias excentricidades.

Me elevé y caí despreocupadamente en el undécimo piso. Eso duele. 

Zarandea a las personas cuando quiere. ¡Pagarás por esto algún día! No podía arriesgarme a decirme esto a mí misma. Podía escuchar todo lo que estuviera fuera del alcance del oído cuando lanzaba hechizos. En su lugar, lo maldije internamente. Ni siquiera podía maldecirlo.

Definitivamente puede oírme.

No me atreví a maldecirlo. Lo sabía mejor que eso. Volví a mentir. ¡Hasta qué punto había llegado que me estaba mintiendo incluso a mí misma! ¡Mi vida era patética!

— ¡Oh, estoy tan agradecida con Su Majestad! —susurré e intenté controlar mis pensamientos oscuros.

Agradecida mi trasero. Puse mi mente en blanco.

— ¡Aah, estoy tan agradecida!

Después de que terminara el “paseo”, tengo que bajar para volver a ver a Hwanseok.

♦ ♦ ♦

Mientras tanto, los caballeros que habían lanzado hechizos de ocultación sobre sí mismos, habían dejado sus puestos y susurraban:

—El príncipe Hwanseok claramente estaba sonriendo, ¿verdad?

—Oh, ¿lo viste? Yo también. Pensé que mis ojos me estaban engañando.

No, definitivamente había sucedido. Los labios del príncipe Hwanseok se habían curvado en una sonrisa, muy levemente, cuando la princesa Sanghee lo abrazó.

— ¿Entonces la lanzó al undécimo piso para que no lo viera sonriendo?

—Utilicé un hechizo para verificar si estaba herida, pero no tiene ningún rasguño.

Intercambiaron miradas y asintieron.

—Eso es imposible si no usó magia para protegerla, ¿verdad?

—Por supuesto, si hubiera ascendido al decimoquinto piso y luego hubiera aterrizado en el undécimo piso, al menos estaría un poco lastimada.

— ¿Usaste un hechizo de protección?

—No. No lo hice. ¿Y tú?

—No…

— ¿Realmente podría ser…?

Asintieron.

— ¡¿Pero cómo podría ser?! ¡Se necesita un hechizo increíblemente poderoso para lanzar un hechizo de protección en la ausencia de contacto físico, incluso cuando el príncipe la hizo volar!

—Es cierto. El segundo príncipe nunca haría algo tan extremo.

La princesa Sanghee que había volado hasta el undécimo piso, volvió a bajar al primer piso, pero esta vez se cambió de ropa para tomarse su tiempo.

—Me he cambiado de ropa porque quería verme bien para ti, hermano.

Hwanseok, que estaba sentado cerca de la fuente, ni siquiera miró a Sanghee y dijo:

—De todos modos te ves fea.

—Lo sé, pero estoy feliz de estar contigo, hermano.

La princesa Sanghee estuvo a su lado con timidez. No le preguntó por qué había venido y pensó que no habría venido sin una buena razón.

—Recibirás una buena noticia en unos días.

— ¿De verdad?

—Sí, tenlo en cuenta.

Hwanseok se giró y se fue, como diciendo: “No hace falta que conozcas los detalles”.

¿Por qué vino personalmente para decirme que recibiría buenas noticias? 

Sanghee no lo sabía. Ciertamente no la habría buscado como muestra de respeto. Estaba desconcertada al respecto.

La princesa Heeah que observaba desde la distancia, todavía no podía creer la escena frente a ella.

¡Imposible! ¡Para que el príncipe Hwanseok converse con una princesa…! 

Lo que antes había sido un rumor ahora estaba confirmado. Todo sobre la princesa Sanghee era un misterio. Incluso se había rumoreado que había recibido el honor de ser masculinizada.

Esa era la única explicación lógica para esta situación. Transcurridos los seis días, la princesa Sanghee recibió el título honorario y se planeó una reunión familiar. Se sentía más segura de sus sospechas.

Pensé que la masculinización sólo era un mito. ¡Deben haberlo logrado! 

Ahora todo tenía sentido. Esto explicaba por qué la princesa Sanghee había sido aislada, y por qué no había tenido ningún contacto con las otras princesas. Había sido un experimento. El experimento de masculinización debe haber tenido éxito. Por eso ella pudo haber con el príncipe y por eso no la habían matado por abrazarlo.

Quizás en la reunión familiar, las princesas serán seleccionadas para la masculinización.

Su ánimo mejoró un poco. Sería maravilloso tener al menos alguna habilidad mágica. 

La reunión familiar sería al día siguiente. Quizás anunciarían la selección para la masculinización.

¡Seré la primera en aplicar! Pensó, sus esperanzas se dispararon.


[1] Recuerden que el crimen que cometió esta carne de cañón fue intentar envenenar/matar a Sanghee al poner veneno en sus cartas/cosas.

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