Dinero de consolación – Capítulo 83: Vaya forma de iniciar el día

Traducido por Herijo

Editado por YukiroSaori


[POV Rudnick]

Mi prometida se vuelve más bonita con cada día que pasa. Su sonrisa tímida en particular es especialmente linda.

Al principio solía sonreír solo cuando estaba tramando algo, pero últimamente sus sonrisas se vuelven cada vez más lindas… No puedo evitar querer monopolizarla un poco, ¿verdad? Debería tener ese derecho, después de todo, ella es mi prometida.

Sin embargo, cuando le propongo salir en una cita, generalmente terminamos haciendo cosas relacionadas con algún negocio, ya que Julia siempre quiere aprovechar al máximo cualquier oportunidad para ganar dinero.

Me entristecía saber que la mayor cantidad de tiempo que pasamos juntos fue cuando estábamos recolectando pruebas sobre la aventura de Lamore, cuando él todavía era su prometido.

Aunque la última cita que tuve con Julia fue genial… Incluso se había arreglado especialmente para mí…  nos encontramos con los dragones y ocurrió un desastre.

Desde entonces, no hemos tenido la oportunidad de estar solos. Ella siempre está con ellos de alguna manera… Y yo siempre estoy tan ocupado con el trabajo que me resulta difícil encontrar tiempo para pasar con mi propia prometida…

Estaba frustrado. Me he vuelto muy codicioso desde que nos comprometimos. Al principio, simplemente me alegraba escucharla reír, pero ahora quiero mucho más de ella.

Y justo cuando pensé eso, escuché golpes en la puerta de mi oficina. Cuándo di permiso a la persona para entrar, escuché la voz que más deseaba escuchar.

—¿Por qué no descansas, alteza? —preguntó Julia. Tenía una cesta en sus manos y se veía particularmente linda… Quería abrazarla.

—¿Estás sola hoy? —le pregunté.

—Sí, quería hablar un poco —respondió… Mi prometida es tan linda que duele.

—¿Cuándo empezaste a decir cosas tan encantadoras? —dije con un leve rubor.

—¿A qué te refieres? —inclinó la cabeza y luego dijo—: Se trata de la señorita Vanette. —Comenzó a preparar té y dulces mientras decía eso.

¿Dragones otra vez?

—Creo que Michael está empezando a ser más consciente de Vanette, pero aún no entiendo del todo cómo funcionan los sentimientos de los hombres, así que quería obtener consejos de su alteza —explicó ella.

¿Por qué tiene que preguntarme sobre los sentimientos de otros hombres en uno de los raros momentos que podemos pasar juntos…? Esto es tan frustrante…

—¿Cuándo empezaste a preocuparte por cosas que no te daban dinero…? —le pregunté, luego bebí un poco de su té.

Espera, ¿qué acabo de decir?

Había lágrimas en los ojos de Julia.

—Espera, Julia, lo siento, yo…

—Así que su alteza piensa que solo me importa el dinero —me preguntó.

—No, para nada, yo… —Traté de disculparme adecuadamente, pero…

—Lo siento, no me siento muy bien… Por favor, discúlpame —Julia se dio la vuelta y salió corriendo de la oficina, escapando de mi mano que intentaba desesperadamente agarrar la suya.

¿Por qué tuve que decir eso…? Soy tan estúpido. Lastimé a Julia por celos… Hice llorar a Julia porque tenía envidia de que pasara más tiempo con los dragones que conmigo… Soy un prometido sin valor.

Pero luego, la puerta de mi oficina se abrió de repente sin mi permiso. Pensé que era Julia quien había regresado, pero era solo Michael.

—¿Eh? ¿Dónde está la señorita? —preguntó. Sus palabras dolieron.

—Julia se levantó temprano para hornear algunos dulces para ti, ¿no vino a entregarlos? —Roland, quien entró justo después de Michael, dijo eso.

—Soy el peor…—dije eso, luego les expliqué la historia de lo que acababa de suceder brevemente.

Después de que terminé, se quedaron en silencio por un tiempo, pero finalmente, Roland suspiró.

—Como hermano de Julia, ahora mismo tengo ganas de empujarte por la ventana, pero comprendo un poco lo que los celos pueden hacer, ahora que estoy junto a Monika…

—Deberías disculparte con ella lo antes posible —dijo Michael. Tenía una sonrisa preocupada en su rostro.

Aunque en realidad fue culpa suya. Si no fuera por él, Julia no pasaría tanto tiempo con los dragones… Pero ni siquiera puedo decirle esto, ya que interferiría con los planes de Julia, así que tuve que aguantar sin decir nada.

Respiré profundamente.

—Voy a buscar a Julia.

Roland sonrió.

—Es una buena idea, pero… Su alteza todavía tiene mucho trabajo que hacer.

—¿Eh? —dije.

No va en serio a…

—Michael, encargate. —Cuando Roland dijo eso, Michael inmediatamente empezó a atarme a la silla.

—Lo siento, hermano. No puedo ir en contra de Roland —dijo Michael.

—No te metas conmigo… — respondí.

—Esa es mi línea. Últimamente has estado coqueteando demasiado con Julia, así que este es tu momento de arrepentimiento —dijo Roland.

Y Michael me acarició la cabeza, como si estuviera lidiando con un niño…

—No te preocupes, te consolaré.

Estos dos son los peores amigos…

Y luego Michael salió de la oficina… Vaya consuelo que me brindó. Suspiré.

—Bueno, puedes intentar resolver las cosas con Julia después de terminar tu trabajo, así que haz lo mejor que puedas —dijo Roland.

Supongo que eso es justo por hacer llorar a Julia.

Suspirando una vez más, comencé a concentrarme en el trabajo.

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