Traducido por Shiro
Editado por Ayanami
Li Cong Qing y Wei Xiao Miao, junto con el grupo de personas, lograron recorrer la distancia de mil li[1] marchando arduamente durante casi un mes y, finalmente, llegaron al borde de la frontera con Chunan.
Cuando entraron al alojamiento en el que pasarían la noche, para hacer las preparaciones del viaje que continuarían al día siguiente, sorprendentemente, el príncipe, Song Wei, ya estaba esperándolos.
—Su humilde súbdito, Li Cong Qing, le saluda respetuosamente.
—Su humilde súbdito le rinde homenaje.
Li Cong Qing y Wei Xiao Miao hicieron una reverencia, mientras juntaban sus manos hacia el príncipe.
—Xiao Miao, finalmente, viniste. —Los ojos del príncipe brillaban al mirar a Wei Xiao Miao, ignorando por completo a Li Cong Qing, quien ni siquiera parecía encontrarse en su campo de visión.
—Príncipe, mucho tiempo sin verle. Su Majestad me instruyó para que mi humilde persona lo represente para saludarlo. —Wei Xiao Miao, respetuosamente, lo saludó con la mayor cortesía, bajando la cabeza, para de ese modo no mirar directamente al príncipe.
Li Cong Qing estaba de pie a un lado, obviamente, podía sentir la extraña atmósfera entre estas dos personas.
Aunque estaba acostumbrado a no inmiscuirse en los asuntos de otras personas[2], la actitud del príncipe, el cual, lucía como si fuera a devorar al conejo blanco en el que parecía haberse convertido Wei Xiao Miao de un solo bocado, no podía justificarse.
—Ehem, ehem…Príncipe, el eunuco Wei ha estado en movimiento durante todo el día, seguramente, está hambriento y exhausto. —Li Cong Qing no dijo que él mismo se encontraba hambriento y agotado, el príncipe apenas lo escuchó, le lanzó una fría mirada que parecía decir «¡Me importa un comino esto de la monarquía!».
A pesar de su comportamiento, les ordenó ir a comer, en el proceso se sentó a la mesa para comer con ellos. Sin embargo, aparentemente, lo que en realidad quería comer era a Wei Xiao Miao.
Terminando a toda prisa, como si la comida se tratara de algo insípido, Wei Xiao Miao le ordenó a algunos hombres que calentaran agua para el baño de Li Cong Qing, con la intención de llevarlo a su habitación, esperar a que éste se bañara y así cambiarlo de ropa.
El semblante del príncipe se tornó sumamente severo, sus ojos se encontraban sobre Li Cong Qing, mirándolo ferozmente, como si quisiera quitarle la vida.
El observado no estaba sorprendido ni se sintió intimidado, permaneció calmado y sereno, hasta el punto en el quería presumir y decirle al príncipe, que él y Wei Xiao Miao, a veces, dormían en la misma habitación, y que el rostro del joven, mientras dormía, era sumamente lindo, hehehe…pero buscar problemas no solucionaría nada. No desafiar al celoso corazón de esta persona sería una movida más inteligente.
Cómodo y tranquilo, después de tomar su baño, fue a su cama. Aunque, una vez acostado, por primera vez en su vida, en realidad… ¡¿no podía dormir?!
Dando vueltas en la cama, como si de un pescado en una sartén se tratara, después de pasar tanto tiempo, éste se quemó y Zhou Gong[3] seguía sin visitarlo. Por lo que, simplemente, se cubrió con una prenda externa y salió de su habitación, para observar las estrellas en el cielo nocturno.
Levantando la vista y viendo el cielo lleno de estrellas parpadeando, no pudo evitar recordar la ocasión en la que él y el emperador observaron juntos las estrellas.
Le encanta apoyarse en el abrazo del emperador, como si fuera una persona sin huesos, o descansar su cabeza en el regazo del otro, mientras miran las estrellas. Con o sin palabras, hablando acerca de la historia de éstas. Su amante, el emperador, siempre le sonreía cariñosamente, mirándolo a él en lugar de las estrellas.
¿Estará mirando las estrellas en el mismo cielo? Lo extraño mucho. Si no me extraña tanto como yo a él, cuando regrese, sin falta, le haré pasar un mal rato con mi obstinación.
Este tipo de pensamientos hicieron que le fuera imposible contener su sonrisa. No era una persona caprichosa o engreída en absoluto, sólo era caprichoso y obstinado con el emperador. También, éste siempre le había mostrado una miríada de tolerancia, hasta se había mostrado dócil ante sus insultos —excepto cuando están en la cama.
Someterse mansamente a insultos. Al final, no pudo evitar dejar escapar una carcajada. ¿Por qué el poderoso y gran sabio, Su Majestad el emperador, pasó a ser a quien él siempre culpa?
Su corazón se llenó de dulzura y, como resultado, su amargura languideció con su enamoramiento, lo cual, al final, lo alivió un poco.
Con mucha dificultad, el sueño, finalmente, lo invadió, se giró para regresar a su habitación. De pronto, por el rabillo del ojo, vio a alguien saliendo del cuarto de Wei Xiao Miao. Y ambos, eventualmente, se encontraron.
—Príncipe. —Li Cong Qing se inclinó y juntó las manos a modo de saludo.
— ¡Hmm! —La expresión de éste, era sumamente desagradable, cuando le contestó con ese murmullo indiferente. Conservando la misma actitud, mientras pasaba a su lado.
—Príncipe, este humilde súbdito tiene algo que decirle, le ruego a Su Alteza me disculpe. —Li Cong Qing le dijo a su espalda.
— ¡¿Acerca de qué?! —El hombre detuvo sus pasos y lo miró de reojo.
—La fruta que es tomada por la fuerza no será dulce, la flor que es arrancada por la fuerza se marchitará en poco tiempo.
— ¡Hmph! —Tras resoplar con fuerza, se fue con un movimiento de su manga.
Li Cong Qing regresó a su habitación, se acostó en su cama, acarició su almohada y se acomodó apropiadamente.
—Duerme, duerme.
Finalmente, Zhou Gong vino y tocó a su puerta.
♦ ♦ ♦
Temprano, a la mañana siguiente, cuando despertó, vio que Wei Xiao Miao había vuelto a ser el mismo de siempre, ya en su habitación y listo para asistirlo en lo que salía de la cama.
Li Cong Qing, accidentalmente, vio algunas marcas carmesí desordenadas en su cuello, donde, aparentemente, lo habían succionado. Esas marcas no eran desconocidas para él. El emperador, con frecuencia, las deja en su cuerpo.
Después de lavarse y cepillarse, así como de vestirse, le dijo de pasada:
—Xiao Miao, ¿puedes traerme un pañuelo?
—Sí.
Wei Xiao Miao buscó en la maleta y sacó un pañuelo de seda de color azul oscuro con un estampado de flores, con la intención de ayudarle a envolverlo en su cuello. Li Cong Qing lo tomó de sus manos y, gentilmente, lo colocó en el cuello de Wei Xiao Miao para cubrir las marcas dudosas.
Wei Xiao Miao se sobresaltó.
—Este pañuelo estampado no va bien conmigo, te queda mejor a ti —le dijo casualmente.
—Sacaré otro para usted, señor.
—No es necesario. Cuando vi el pañuelo, me di cuenta que no me queda bien. Me vería igual que un mono con un pañuelo si me pusiera uno —se rió torpemente de sí mismo y añadió: —Veo que el entorno natural de Chunan es inhóspito[4]. Hay gente rebelde hasta donde alcanza la vista. No hay nada qué pensar. Daremos una o dos vueltas alrededor del área para que se vea que «estuvimos aquí» y nos iremos.
—Señor Li… —Wei Xiao Miao lo llamó dubitativamente, como si quisiera decirle algo.
— ¿Qué ocurre?
—Probablemente, deba quedarme algo de tiempo, antes de poder irme.
— ¿El emperador te ordenó quedarte?
—No fue así…
— ¿Decidiste por ti mismo quedarte?
Wei Xiao Miao no contestó.
—Xiao Miao, ¿estás seguro de que quieres quedarte aquí?
—Yo… —dijo sacudiendo la cabeza—no lo sé.
—En ese caso, durante estos días, piénsalo apropiadamente. Nadie te obligará. Tampoco seas muy duro contigo mismo. —Li Con Qing le dio unas palmadas en el hombro, sin decir nada más. Él es un observador. No tenía la posición ni la calificación para intervenir.
Llevándose bien durante varios años. Él sabía que, aunque en la superficie, Wei Xiao Miao tuviera una apariencia frágil, tiene una gran fortaleza interna. También es una persona considerablemente brillante e inteligente. De no serlo, ¿cómo pudo convertirse en el administrador encargado de los asuntos generales del palacio interior? Además, está protegiendo el secreto entre él y el emperador de manera impecable[5].
Una persona así de hábil, minuciosa, y de corazón atento, ¿realmente, quería quedarse en este lugar inhóspito del Sur?
¡Olvídalo! ¡No me incumbe!
¿Por qué debería de preocuparse? ¿Qué tipo de persona es Wei Xiao Miao? ¿Era necesario que él se preocupe sin fundamento alguno? Después de los próximos días, iría a Erhe a visitar a su hermano, jugaría con su par de adorables sobrinos, y luego regresaría a casa.
Al menos, podría llegar a la capital a inicios del invierno.
Después de ser herido por el «Honorable Señor, Heroico Señor, Gran Hermano Asesino» ese fatídico año. La lesión en su hombro, ocasionalmente, le palpitaba de dolor durante el invierno. El emperador le masajearía la zona con la palma de su mano, para así cubrir y calentar la temblorosa, vieja y fría herida.
Hmmm…los inicios del invierno deben haber llegado a casa ya.
Regresar al lado de su amante, pedirle que lo abrace y pasar con él el aparentemente largo invierno.
⧫ ⧫ ⧫
Las siguientes cacerías otoñales, el emperador le pediría a Li Cong Qing y a los otros oficiales civiles que lo acompañaran.
Aun así, las habilidades de equitación de Li Cong Qing no estaban mejorando, cada vez era igual que antes, terminaba con las manos vacías. Sin embargo, siempre tenía la oportunidad de comer la mejor carne que el emperador le otorgaba, ocasionando, como mínimo, que los ojos de muchos se pusieran rojos al máximo.
También, cada vez que iban de cacería en otoño, él y el emperador se encontraban en la vasta pradera, en la oscuridad de la noche. Era prácticamente como si estuvieran teniendo encuentros secretos privados, como los amantes, en medio de la noche. En esos momentos, pasarían todo el rato charlando tranquilamente, de modo indiferente, acerca de asuntos sin importancia. A veces, no decían nada, y sólo se quedaban allí en silencio de forma solemne. Sin ningún tipo de comportamiento íntimo ni fuera de la norma. Quizás, estaban allí de forma deliberada o quizás por accidente, pero, fuera cual fuera la razón, una atmósfera ambigua comenzó a surgir silenciosamente entre ellos, creciendo, echando raíces y entrelazándose.
Debido a esto, Li Cong Qing estaba desconcertado, perplejo, sintiéndose culpable, como si fuera una mujer que está cometiendo adulterio. Esta situación, verdaderamente, lo hacía querer estallar en carcajadas y, al momento siguiente, querer sostener su cabeza entre sus manos consternado y gritar en voz alta «¡¡No soy una mujer!!».
El emperador, también estaba muy deprimido a causa de la misma razón. Obviamente, es una persona estable como una montaña, nunca pierde los estribos ni se irrita. Sin embargo, en este mismo momento, pensaba en cuánto quería empujar y sujetar a Li Cong Qing en el suelo…se trata de un terrible impulso que lo hace desear devorarlo por completo, pero, según la sabiduría de los antepasados, un emperador no debe ceder a este método con sus súbditos.
La próxima vez, no puedo ir de nuevo.
Fue lo que se dijeron a sí mismos, pero, ese par de detestables piernas no querían escuchar y continuaban llevándolos a la pradera. Así pues, entregando, cada uno, su vida a la indecisión del otro.
Una violenta turbulencia se encontraba bajo la serena superficie, aunque se trataba de la fermentación de un problema ya sellado.
Cuando el clima se tornó helado al amanecer, rápidamente, pasó a ser glacial, y ya no era adecuado para cazar. Li Cong Qing, finalmente, no tenía que comer la carne venenosa. Tampoco tenía que cometer ningún acto vergonzoso al verse con el emperador a escondidas. Esto, hizo que dejara escapar una larga bocanada de suspiro de alivio, a pesar de ello, sin saber por qué, comenzó a sentirse molesto, a medida que en su corazón comenzó a florecer una vaga sensación de pérdida.
El cielo estrellado, en esa pradera, parecía deslumbrarlo y aturdirlo, convirtiéndose en su pequeño secreto de lo que ocurrió ese año.
♦ ♦ ♦
No mucho tiempo después, la primera nevada oportuna del invierno ondeaba en el viento.
Li Cong Qing le teme al frío. La corte de las mañanas, durante el invierno, lo atormentaba. Aunque en la Gran Sala de Audiencias se habían colocado muchos calentadores, él estaba de pie, en el lugar más cercano a la puerta. Su espalda estaba expuesta al frío, y el gélido viento, que podía congelar hasta los huesos, penetraba su cuerpo, haciéndolo temblar incesantemente, al punto de encoger su cuerpo. La lombriz soñolienta se congela durante su hibernación ¿no es así?
El emperador por supuesto que lo notaría y, aunque no dio ninguna orden específica, Wei Xiao Miao era una persona hábil, detallista y atenta. Al día siguiente, colocó una gruesa cortina a ambos lados de las puertas de la Gran Sala de Audiencias, permaneciendo allí incluso cuando las puertas están abiertas.
La puerta de la Gran Sala de Audiencias estaba conformada, en su totalidad, por seis partes, ésta no podía ser abierta con un mero empujón o halón, mucho menos abrirla por completo con esta acción. Durante la corte de las mañanas, la puerta estaría completamente abierta, después de que ésta finaliza, sería cerrada nuevamente. Lo mismo ocurría incluso a lo largo del invierno. Aunque, de aquí en adelante, desde este invierno y en todos los que le sucedieron, habría una cortina a ambos lados de la puerta, la cual, estaba colgada de izquierda a derecha.
Wei Xiao Miao también colocó especialmente, algunos calentadores al lado de Li Cong Qing, para que no sufriera a causa del frío helado.
Su espalda, ahora, está protegida del viento gélido, además de encontrarse caliente debido a los calentadores a su lado, sólo le faltaba la tela extendida en el suelo junto con una almohada y una colcha. La corte de las mañanas, durante el invierno, había vuelto a ser cálida y cómoda. La lombriz soñolienta que hibernaba, había revivido y se encuentra llena de vida una vez más.
Al ver que comenzaba a quedarse dormido de nuevo, el emperador no pudo evitar que las comisuras de su boca formaran una leve sonrisa.
[1] Li es una unidad métrica China. Mil li equivale a quinientos (500) kilómetros.
[2] Originalmente dice «barrer la nieve junto a su puerta», lo cual, significa ocuparse de sus propios asuntos.
[3] Dios de los sueños.
[4] El idioma original es «colinas áridas y súbitamente traicioneras».
[5] Originalmente dice «ni una sola gota de agua se escapa».