El Duque que odia a las mujeres – Capítulo 8: La identidad de James

Traducido por Kiara

Editado por Tanuki

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Una vez que estaba lejos de la terraza, me apresuré a buscar un baño. Mi lápiz labial se había borrado, así que saque el bálsamo labial de mi bolsillo y lo volví a aplicar. Me arreglé el cabello desordenado y me mire en el espejo. Mis mejillas aún estaban rojas por las bofetadas que Muriel e Isabel me dieron, pero ya no estaban hinchadas. La herida en mi brazo ya no sangraba. Me sentí aliviado al ver que, aunque el vestido estaba un poco sucio, no estaba roto, pero me preocupaba si podría encontrar y conectarme con mi hombre destinado esta noche con este aspecto.

Si es mi pareja destinada, él me aceptara sin importar mi apariencia. En cualquier caso, tengo que trabajar duro hasta el final de este baile, o no podré enfrentar a mi madre y padre que pagaron una buena suma para que yo tuviera este hermoso vestido nuevo.

Practique mi sonrisa varias veces y luego salí del baño. Una sombra apareció de repente frente a mí cuando me acerqué a la sala de baile, bloqueando la entrada.

—Julia, qué terrible de tu parte el abandonarme —era James—, ¿pudiste conocer al Duque Magnaria? —, tenía una sonrisa pícara en su rostro. Él puso ligeramente un brazo alrededor de mi hombro, pero lo aparté e intente alejarme.

—Desafortunadamente, no lo conocí. Mi predicción resultó ser errónea; Parece que el Duque pretende casarse tranquilamente.

—Eso es extraño… que no lo hayas conocido. Porque después de regresar de la terraza, el Duque regresó al baile; tenía una expresión nerviosa en su rostro y estaba llamando tu nombre mientras miraba a su alrededor. Me pregunto qué pasó entre los dos. Además, tu cabello está un poco desaliñado.

¿James me había estado viendo cuando regrese de la terraza? ¡¿De ninguna manera?! ¿Vio lo que pasó en la terraza?

Me sentí fuera de control por un momento, pero controle el ataque de pánico y me quedé callada pretendiendo estar tranquila. Entonces respondí:

—Terminé en medio de la pelea entre las damas. Todo resultó bien debido a mi interferencia. Ahora me pregunto por que no me quitas el brazo de encima, no quiero que otros malentiendan nuestra relación.

—No me importa si se produce un malentendido. En cuanto a ti, ¿quién eres para el Duque? ¿Un conocido? ¿Un amigo? No, eso no puede ser. Es la primera vez que veo tal expresión en la cara de Henry, y él estaba llamando el nombre de una mujer… ¡de ninguna manera! podría ser que… ¿Eres su amante?

Me miró con curiosidad.

—Nos conocimos en el viaje de regreso a la ciudad capital, y ahora hay una especie de resentimiento adicional por interferir con su plan para evitar el matrimonio. A la inversa, parece que tienes una relación muy estrecha con el Duque. Usted también conoce los lugares que frecuenta en el castillo también. No me dijiste tu nombre real, ¿verdad? Debería haber mencionado que no disfruto el jugar con fuego.

Él se echó a reír.

—Interferiste con el plan de Henry, me dejaste ver su expresión avergonzada por primera vez. Por lo general, esconde lo que está pensando detrás de una fachada. Fue un gran placer. Muchas gracias, Julia.

Suspiré y miré a James. Abrí mi boca para decir algo.

—Señor Nascaria, yo…

— ¡Julia!

Una voz en un tono familiar llamó detrás de mí. No tuve que voltearme para saber de quién se trataba; El duque de Magnaria.

Después de mis acciones anteriores, no sabía qué tipo de expresión debería tener cuando hablara con él. Miré a James con una expresión de preocupación en mi cara. Él puso su brazo alrededor de mi cintura y dijo:

—Henry, justo a tiempo, hay una mujer que me gustaría presentarte. Su nombre es Julia Hermiata, mi nueva acompañante, enamorada y amante.

¡¡¿Qué?!!

Me sorprendió tanto la declaración de James que ahogue el grito en mi interior. ¿Cómo me he convertido en su amante?

Protesté con mis ojos las palabras de James, pero él sonrió y continuó el juego.

¡¡Este hombre esta jugando conmigo!!

El brazo que rodeaba mi cintura era firme, así que solo podía torcer la parte superior de mi cuerpo para mirar al Duque. Abrí la boca para contradecirlo, pero el Duque tenía un aura de ira tan intensa, que me asusté y me quedé inmóvil con la boca abierta.

Ante su actitud amenazadora, una electricidad fría recorrió mi columna vertebral de pies a cabeza. James me dio un beso en la mejilla y dijo:

—Julia es una mujer encantadora, y me gustaría casarme con ella tan pronto como esté de acuerdo, por lo que no quiero que sea tomada por otro hombre, pero está siendo bastante obstinada. ¿Hablarías con ella por mí?

—Espere un momento, señor Nascaria… no soy…

Cuando comencé a aclarar las cosas, el Duque habló sobre mí ignorando mis palabras.

—James, esta es una mujer de clase baja de una familia empobrecida. Si decides casarte con una mujer así, serás abatido en la sociedad, piénsalo bien.

¿Qué? ¡Este hombre! ¡¿Mujer de clase baja?! ¡familia pobre! A pesar de que fue muy obediente hace poco tiempo, ahora está actuando como un ser superior y altanero.

Mi ira se desbordó y lo miré desafiante. Levanté mi barbilla y lo miré justo como él lo hizo.

—Sí, soy la peor mujer de todas. Pero nunca voy a arrepentirme de la persona con la que elegí casarme. Prometo anhelarlo con todo mi amor y llenarle todos los días de felicidad. Será mucho mejor que alguien que se case con una mujer, a pesar de odiar a toda su especie. Viviré una buena vida.

— ¡¿Qué amor?! —, él respondió —Estás cegada por su dinero y estatus.

—No conozco del todo a James Nascaria, pero puedo decir que el es mucho mejor que tú. ¡James no ataca el punto débil de alguien a propósito! Mi amor es muy serio y tiene peso. Sólo lo amaré a él, una vez que juro mi amor, no cambiare de opinion —, Declaré con orgullo.

La ira del Duque parecía crecer más con cada palabra. En el último momento, se veía herido, pero luego habló con tal ira como si el demonio mismo nos amenazara desde el fondo de la tierra.

—No creas que puedes pelear conmigo. Puedo destruir una casa tan intrascendente como Hermiata sin mucho esfuerzo. Recuérdalo.

Giró sobre sus talones y se fue. Me quedé allí como una estatua, aturdida por el giro de los acontecimientos. Pero pronto volví a mis sentidos y gemí.

¿Qué he hecho? Puse mis manos sobre mi cabeza, ¿Qué haré? ¿Qué pasará con mi familia? ¡El Duque se veía tan enojado! ¡Sus ojos estaban tan serios! Oh, no debería haber dicho todo eso… ¿Me perdonará si me disculpo? Tal vez, debería postrarme y disculparme lo antes posible. Tiene que haber algo de humanidad en ese misógino.

Estaba en pánico. James sostuvo mis manos y las bajó mientras se acercaba a mí. Su expresión era como la de un niño travieso.

—No tienes que postrarte. Puede que no lo creas, pero pareces especial para el Duque. No tienes que preocuparte, Julia, te protegeré si te quedas a mi lado.

— ¿Qué quieres decir…?

Él sonrió suavemente cuando su mirada se dirigió a mi rizado cabello castaño,

—Nascaria es el apellido de soltera de mi madre. Mi verdadero nombre es James de Basseterre. Soy el tercer príncipe del Reino Basseterre.

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