El emperador y la mujer caballero – Capítulo 196

Traducido por Maru

Editado por Freyna


La fiesta del Día Nacional continuó de acuerdo con su plan original. Sin embargo, la carne para el banquete provenía del ganado y no de la caza. Se creía que cazar y matar animales en el bosque se consideraba mala suerte cuando alguien se enfermaba recientemente. Esto demostró que los hombres de Acre insistieron en cazar antes del Día Nacional para su propio disfrute, más que para la tradición.

Los nobles acreianos se reunieron alrededor de la señorita Tory mientras la duquesa y la señorita Stra se sentaban lado a lado desde lejos. Nadie vino a hablar con ellas y Stra sonrió amargamente. Esto era lo mismo en Jaffa siempre que había una fiesta; la gente acudía en masa a Tory, que era de Acreia pero nunca a su alrededor. Sin embargo, la señorita Stra nunca se sintió sola o asustada porque la señorita Rebecca siempre estaba a su lado, mientras que Pollyanna siempre vigilaba a todos desde la esquina.

La señorita Stra le dijo a la duquesa:

—Se supone que esto es una fiesta, pero todo lo que podemos hacer es sentarnos. Los banquetes en el norte son tan aburridos.

A diferencia de las regiones central y sur, donde se animaba a las mujeres y los hombres a mezclarse, se sugirió encarecidamente a las mujeres que permanecieran sentadas en el norte mientras que los hombres podían deambular libremente. La señorita Stra negó con la cabeza, sintiendo que la estaban asfixiando.

Los nobles acreianos que estaban sentados junto a la señorita Tory charlaron:

—Mirad allí, la duquesa nos está mirando.

—¿A quién le importa? Jaja, todo lo que necesitamos es a la señorita Tory aquí. Ella es la única dama verdadera en esta sala, ¿verdad? Mira lo tranquila y femenina que es, especialmente en comparación con esas mujeres del sur.

—¡Lo sé! ¿Las viste caminando por el banquete hace un momento? ¡Estaba tan sorprendido!

—Exactamente, cuando se acercaron a mí y empezaron a hablar conmigo, casi se me cae el vaso.

—La señorita Stra trató de poner una excusa, diciéndome que las mujeres son libres de mezclarse en cualquier fiesta en el medio del continente. Puedes creer eso ¿No sabe que esto es Acreia y no el continente medio?

La señorita Tory puso una sonrisa amable en su rostro y los nobles acreianos a su alrededor exclamaron y la felicitaron.

—¡Mira a la señorita Tory! ¡Es una verdadera dama!

Los hombres continuaron hablando en voz alta, ignorando a los demás que les miraban con el ceño fruncido. Los nobles acreianos continuaron en voz alta:

—Si las cosas salen como esperábamos, se resolverán muchos de nuestros problemas.

—Absolutamente. Y lo mejor es que no tuvimos que ensuciarnos las manos. ¡Qué suerte!

—¡Sí! El cielo debió haber escuchado nuestro deseo y decidió concederlo. Debe saber cuánto amamos a nuestro reino.

La sonrisa perfecta de la señorita Tory vaciló un poco, pero afortunadamente, nadie se dio cuenta. Sabía lo que debía hacer, así que, con firme determinación, vació la cabeza y puso una sonrisa aún más bonita.

Estos nobles acreianos no esperaban mucho de ella. Para ellos, Tory no era muy diferente a las doncellas y sirvientes que los rodeaban. La única diferencia era que podía poner una sonrisa perfecta en su rostro a diferencia de las otras mujeres, y esa fue la única razón por la que la convirtieron en la esposa del emperador.

Simplemente no lo pienses. Vacía tu mente, Tory, solo sonríe. Eso es todo lo que tienes que hacer.

La señorita Tory sabía exactamente lo que estos hombres pensaban de todas las mujeres.

—Las mujeres no tienen pensamientos útiles.

—Las mujeres no tienen determinación.

—Las buenas mujeres necesitan ser obedientes y estar dispuestas a trabajar.

—La parte más importante de una mujer era su útero.

—El propósito de una mujer en la vida es reproducirse.

—Todo lo demás, lógica, inteligencia, fuerza y ​​sentido común, todo pertenecía a los hombres.

Los nobles continuaron charlando entre ellos:

—El emperador mantiene un estricto control sobre la mina de hierro en Acreia, lo que nos dificulta mucho fabricar nuestras armas.

—Bueno, entonces usa los metales de las otras colonias.

—Pero lo mejor viene de Acreia. Todos los demás son de menor calidad…

—Además, si de repente empezamos a comprar hierro en otros lugares, el emperador sospechará que estamos tramando algo. ¿Por qué no pasar por el mercado negro…?

Los hombres hablaron sobre sus peligros y planes traidores mientras miraban a su alrededor, asegurándose de que las otras personas en el banquete no los escucharan. Sin embargo, ni siquiera parecían notar que Tory estaba sentada entre ellos.

Todo lo que la señorita Tory pudo hacer fue sonreír cálidamente. No había nada que ella pudiera hacer. La situación no pudo evitarse.

Así fue como ella fue criada, así que eso era todo.

♦ ♦ ♦

Desafortunadamente, no hubo tratamiento ni medicación para las costillas rotas. Lo único que pudo hacer Pollyanna fue esperar pacientemente hasta que se curaran.

Ella oró desesperadamente:

¡Vamos, cúrate ya!

Pollyanna nunca se había sentido tan impotente antes. Quería ir a Jaffa, pero no podía hasta que su herida sanara. Pensando en acelerar el proceso, Pollyanna comió tanto como pudo. Desafortunadamente, el resultado fue que Pollyanna ganó peso en lugar de que sus huesos se curarán más rápido.

—¿Por qué los huesos no se curan rápidamente? ¿Qué más debo hacer? ¿No estoy trabajando lo suficiente?

Un médico real del castillo de Nanaba preguntó confundido:

—Marquesa Winter, ¿qué quiere decir con “trabajar duro”? ¿Está trabajando duro para que su lesión sane más rápido? Eso no tiene ningún sentido.

—¡Sí, lo hace! ¡Mis costillas no se están curando rápido porque no estoy haciendo mi mejor esfuerzo! ¡Tengo que esforzarme más!

El doctor negó con la cabeza. Era el médico personal del duque Luzo, lo que significaba que trabajaba principalmente en el tratamiento de la caída del cabello. Ha pasado un tiempo desde que tuvo la oportunidad de ver a un paciente real con una herida real, pero resultó que su paciente, la marquesa Winter, era una mujer extraña y obstinada.

¿De qué estaba hablando ella? ¿Haciendo todo lo posible para que su herida sane más rápido? ¿Estaba loca?

Pollyanna estaba tan desesperada que le dio vueltas la cabeza. Su desesperación la enfadaba y la ponía de mal humor, y sentía que le dolía todo el cuerpo. Tenía heridas en las costillas y la cintura, pero también le dolían el estómago y la cadera. ¿Tenía un gran hematoma en el cuerpo? Sintiéndose molesta, Pollyanna levantó su manta para revisar y para su sorpresa, vio que su cama estaba cubierta de sangre.

La sangre que salía de su ingle.

El enrojecimiento se extendió lenta pero segura a su alrededor, empapando la cama.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido