Traducido por Maru
Editado por Freyna
Sir Aeke, Sir Beke y Pollyanna abrieron mucho los ojos ante la repentina declaración de Sir Ainno. Incluso las personas que los rodeaban que pasaban se detuvieron a escuchar. Todos estaban concentrados en Sir Ainno. Miraron con intensa curiosidad e interés.
—¿S-Sir Ainno? Está bromeando, ¿verdad? Su sentido del humor está empeorando… Me temo que el sentido del humor del emperador se le está pegando…
—E-El nombre de nuestra hermana es Cekel… Jajaja… ¿Pero tal vez se refiere a otra Cekel? Debe estar equivocado… No podría ser nuestra hermana… Tiene que estar bromeando…
Cekel era un nombre bastante común, pero desafortunadamente para los hermanos Ingreter, Sir Ainno repitió:
—Le propuse matrimonio a la señorita Cekel Ingreter. Si, vuestra hermana. No hay error. Me casaré con ella una vez que termine el año de luto.
Los ojos de Sir Beke vacilaron mientras Sir Aeke intentaba seguir sonriendo, aún deseando que Sir Ainno estuviera bromeando. ¿Estaba sucediendo esto realmente? ¿O estaban soñando? Si lo estaban, esta tenía que ser la peor pesadilla.
La atmósfera se puso tensa y cuando los hermanos Ingreter se dieron cuenta de la seriedad y la realidad de la situación, le preguntaron a Sir Ainno nuevamente:
—¿De verdad se refiere a esto? ¿Realmente se vas a casar con nuestra hermana? ¿Cekel Ingreter?
—Sí, hermano.
Maldita sea.
Sir Beke empezó a llorar, y no fue por felicidad. A pesar de que Pollyanna sabía sobre los sentimientos de Sir Ainno por Cekel, también se sorprendió. No tenía idea de que la situación había progresado tanto en tan poco tiempo. ¿Cómo y cuándo sir Ainno logró esto? ¿Matrimonio? ¿Y por qué su alteza no compartió una historia tan jugosa con ella? Lo último que escuchó sobre la situación de Sir Ainno y Cekel fue que Cekel todavía lo rechazaba. ¿Cekel cambió de opinión sobre él? Si era así, ¿por qué? ¿Cómo?
Entonces, ¿qué pasó desde entonces?
—¿Entonces la señorita Cekel aceptó tu afecto? ¿Estás seguro? —le preguntó ella a Sir Ainno.
Sir Ainno respondió con confianza:
—Once meses. Tengo once meses para que se enamore de mí; ella me permitió intentarlo.
—Estoy bastante segura de que ella todavía te odiará en once meses.
—No importaría, todavía nos vamos a casar.
Pollyanna frunció el ceño al darse cuenta de lo que decía Sir Ainno.
—Sir Ainno… ¿estás diciendo que la obligarás a casarse contigo? ¿Usarás mal tu poder de esa manera? ¿En serio?
Sir Ainno asintió con orgullo. Era bueno ser poderoso. Pollyanna sabía mejor que nadie lo maravilloso que era tener poder, pero lo que Sir Ainno estaba a punto de hacer no era aceptable. Pollyanna sabía que necesitaba detenerlo.
—¡Su alteza nunca permitirá tal cosa! ¡No puedes hacer esto! —exclamó ella.
Sir Ainno la miró con calma y respondió:
—Ya tengo su permiso. Se hace.
Pollyanna se quedó boquiabierta. Ahora tenía sentido que Sir Ainno se sintiera confiado al declarar su intención para la señorita Cekel en público de esta manera. Esta boda iba a suceder sin importar qué. Les dijo a los hermanos Ingreter:
—¿Entendéis lo que estoy diciendo, verdad, hermanos?
Sir Aeke y Sir Beke respondieron al mismo tiempo:
—¿Q-Qué?
—Jajaja.
Sir Ainno rio secamente mientras estrechaba sus brazos alrededor de los hermanos. Disfrutaba del malestar de los hermanos Ingreter. No cabía duda de que Sir Ainno era un hombre perverso.
Pobre Cekel.
Sir Ainno comenzó a arrastrarlos lentamente hacia un rincón oscuro mientras le decía a Pollyanna:
—Bueno, tenemos que irnos. Necesitamos hablar sobre un negocio familiar, Sir Pollyanna, deberías entenderlo. Te veré más tarde.
—Eres un idiota, Sir Ainno…
Pollyanna negó con la cabeza mientras los transeúntes los miraban con interés. Pronto, todo Jaffa iba a saber sobre la declaración de Sir Ainno y el plan de matrimonio de Pollyanna. Esto significaba que la mano derecha e izquierda del emperador se iban a casar. Este era un gran problema que iba a afectar a todo el reino.
—No puedo creer que su alteza esté permitiendo esto… ¿De verdad va a dejar que Sir Ainno obligue a Cekel a un matrimonio no deseado?
Pollyanna estaba segura de que Sir Ainno debió haber tenido un ataque frente al emperador para obtener este permiso, y si su alteza le dio su permiso, no había nada que Pollyanna pudiera hacer. Era una lástima para Cekel, pero no se pudo evitar. Pero si Cekel quería divorciarse en el futuro, Pollyanna estaría allí para ayudar.
¿Era porque los hermanos Ingreter mencionaron a la señorita Rebecca? Pollyanna de repente se sintió un poco deprimida ahora al pensar en su difunta amiga. Casi todas las posesiones de Rebecca fueron arrebatadas por su madre, la duquesa Nani. Lo que sobró se distribuyó entre las doncellas de Tory, Stra y Rebecca. A Pollyanna le ofrecieron tomar algo si quería, pero ella se negó.
Rebecca tampoco dejó un testamento para todos. No había pasado mucho tiempo desde que su muerte fuera repentina e inesperada. Ella solo dejó uno y fue para el emperador. Pollyanna era su amiga, posiblemente su mejor amiga en Jaffa, pero nunca pudo hablar con Rebecca antes de morir.
Había tantas cosas más que quería decirle… Había incluso más que quería escuchar de ella…
Cosas que Pollyanna nunca podría decirle a nadie más… Profundos secretos que quería compartir… Rebecca era su verdadera amiga y ahora, se había ido. La única que quedó en esta tierra de Rebecca fue su hija, la princesa Luminae. La hija que Rebecca esperaba fuera un hijo. En unos quince años, la recién nacida princesa Luminae se iba a casar. ¿Con quién terminará casándose la princesa? Rebecca estaba preocupada de que cualquier hija suya tuviera una vida desafortunada. ¿Ella tenía razón? Pollyanna tenía miedo de averiguarlo.
♦ ♦ ♦
A la gente le costaba creer cuánto había cambiado Pollyanna últimamente. El perfume… su rutina de cuidado de la piel… su estado de ánimo más feliz… sus sonrisas y risitas… La miraron como si se hubiera vuelto loca. Los escoltas de Segunda División fueron los primeros en aceptar sus cambios. Después de todo, no tenían elección. Cualquiera que siguiera mencionando el hecho fue rápidamente castigado hasta que cerró la boca.
La mayoría de las mujeres, sin embargo, vieron los cambios de Pollyanna de una manera positiva. Se alegraron de ver a Pollyanna finalmente actuando como una mujer.
—Es bueno para ella mejorar ahora que se va a casar. Ella es una mujer sin importar lo que diga la gente, por lo que este cambio tiene mucho sentido. Bien por ella.
Los hombres mayores, sin embargo, todavía se quejaban de ella.
—¿Por qué no se quita los pantalones y simplemente usa un vestido como una mujer normal? ¿Por qué sigue llevando una espada? ¿Por qué sigue actuando como un hombre a pesar de que va a ser una novia?
Pero los que estaban más sorprendidos y preocupados por sus cambios fueron los que la conocían bien. Los hombres que fueron a la guerra con ella estaban realmente preocupados por ella, así que todos fueron a Lucius I y expresaron su preocupación.
—¡Su alteza! ¡La marquesa Winter ha perdido la cabeza!
Estaban seriamente alarmados y querían que su emperador arreglara la situación antes de que empeorara.