El gato blanco que juró venganza – Capítulo 19: Chismes 3

Traducido por Yonile

Editado por Meli


Hay innumerables hadas deambulando en el mundo. Pueden ser de nivel inferior, medio o superior. Pero solo 12 hadas se posicionan en el nivel superior. Y una de ellas, con el elemento agua, se disponía a reunirse con otra hada de su nivel, que controla el viento; un hada impredecible que odiaba a los humanos y no tenía aflicción con ninguna fiesta, pero que aceptó el nombre que le dio un humano.

Conseguir un nombre es algo muy importante para las hadas; es una forma de reconocimiento de su identidad y, al mismo tiempo, forma un contrato entre ellas.

En un contrato normal, el hada presta su poder a la otra parte y deja de cooperar con ella cuando lo desee, en cambio, un contrato por nombre, dura hasta la muerte de la persona que la nombró. Y por lo general, el hada toma el nombre como propio incluso después de que finaliza el contrato. Las implicaciones de un contrato son un problema para un hada. No cualquiera puede dar nombres; alguien con fuerte poder mágico podría forzar a un hada de nivel inferior, pero si lo hiciera con una de nivel superior le aseguraría la muerte. En cualquier caso, si una persona lo intentara, las hadas de nivel superior se lo impedirían. Sobra decir que no terminará bien para esa persona.

El hada del viento era orgulloso, amaba su libertad y sin duda, habría matado a quien la obligara a aceptar un nombre. La noticia del contrato hizo que el hada del agua saliera en busca del humano. Sin embargo, al ser un ser inmortal, pospuso su búsqueda por dos años y ya no encontró al humano en donde se decía estaba. Por ello, fue al encuentro del hada del viento… y quedó horrorizado por lo que vio. ¿Qué hizo exactamente que el orgulloso hada del viento se convirtiera en un perro leal tan idiota?

—¿Estás loco? Un hada como tú que posee una bestia mágica sin afinidad con el elemento viento, básicamente estás sellando tu magia.

El hada del viento no podía usar la telepatía y por tanto no se podían comunicar entre sí, incluso Ruri no podía escucharlo y eso lo decepcionó, no obstante, le explicó al hada de agua que la razón por la que poseía una bestia mágica enorme y fuerte era para poder proteger a Ruri de los soldados de Nadarsia. Honestamente pensó que Ruri estaría encantado con su apariencia. Sin embargo, descubrió que ella prefería el mofu lindo que algo con fuerza bruta. Después de decir eso, el hada del viento una vez más se deprimió una vez más.

—Si estás tan triste por esto, ¡podrías cambiar tu cuerpo, Hada de viento!

—Ya no me llamo el Hada de viento Ahora soy Kotarou. Es el nombre que me dio Ruri. Un nombre que puedo llamar mío.

Si alguien observara la escena, solo verían a una bestia mágica haciendo un sonido de “Bumo Bumo”, como encantada por algo.

El hada del agua se interesó en la expresión feliz que hizo el hada del viento, normalmente tranquila y sin emociones.

—Oye, ¿conseguir un nombre es algo tan increíble?

—Antes de esto, no podía entender por qué otras hadas con nombres hacían un alboroto. Pero ahora lo entiendo. Que Ruri me llame por mi nombre me alegra mucho]

—¿Alegría?

—Puedes pedirle un nombre a Ruri si quieres. Estoy seguro de que ella también te gustará. Incluso otra hada dejó que Ruri la llamara por su nombre.

Un privilegio exclusivo que tienen las hadas con nombres, es su elección de quién puede llamarlas con el nombre que tanto aprecian. Con solo permitir que alguien los llame por su nombre, sirve como prueba de cuánto les gusta esa persona.

—Hmm, Ruri ¿eh? Aun así, estoy sorprendido. Si es alguien que te gusta tanto, esperaba que no me dejaras acercarme a ella.

—Ruri está sola en este mundo. Incluso ahora, todavía se siente sola pensando en su familia. Quiero hacerla sonreír. Por eso me gustaría llenar la soledad de su corazón. Si estás en su vida, ¡estará menos sola!

El hada del agua no le gustaba la idea de estar bajo contrato, pero el rostro de aspecto encantador que mostró la otra hada solo por haber nombrado al humano llamado Ruri, le hizo pensar que podría no ser una mala idea ser nombrado por ella.

—Ya que estoy aquí, supongo que no estaría de más conocerla. Conseguiré un cuerpo antes de conocerla.

El hada del viento la miró con una expresión de dolor.

—¿Qué?

—Yo también quiero ir. Pero Ruri me dijo que me quedara con la anciana de la Raza Dragón.

El hada del agua miró al ahora abatido hada del viento y no puede dejar de pensar en cómo cambió tanto.

—¿No puedes obtener el permiso de la persona de la Raza Dragón? Como no puedes usar la telepatía, ¿quieres que hable en tu nombre?

El hada del viento levantó la cabeza y meneó la cola con alegría, cortando la hierba a su alrededor. Ambas fueron con Chelsea y le explicaron la situación. Se sorprendió al saber que Kotarou era un hada, pero le dio permiso. El hada del agua se despidió rápidamente y fue a casa de Ruri. En cuanto al hada del viento, se dispuso a encontrar un cuerpo más adecuado uno que le gustara e hiciera sonreír a Ruri, de acuerdo a su investigación, la raza mofu mofu se podía encontrar en la capital del Reino de los Espíritus, así que se dirigió allí. La capital parecía un castillo flotando en un lago. Y detrás de ese castillo había un bosque llamado “Santuario Sagrado”.

Kotarou tenía sus ojos puestos en un animal santificado llamado bestia santa, era como un lobo pero más grande; su pelaje esponjoso de color blanco brillante emite un aura divina que se ajusta a su estado. Se felicitó por encontrar un cuerpo que haría feliz a Ruri.

Las bestias sagradas eran animales con gran inteligencia. Con solo una mirada a Kotarou, comprendieron su poder mágico y tomaron una postura sumisa al inclinarse.

El más grande de la manada llegó al frente. Kotarou le dijo que deseaba tener uno de sus cuerpos, la bestia sagrada le ofreció el cuerpo de uno de sus parientes más jóvenes que había fallecido recientemente debido a un veneno que consumió por curiosidad.

—¿Es hermoso el pelaje de ese cuerpo?

Para Kotarou, el estado del pelaje era la máxima prioridad. Si ese criterio no se cumplía, no tenía sentido elegir ese organismo. Si era necesario, estaba preparado para cazar a los que tenía delante.

No era el mejor pelaje, pero debido a que murió de envenenamiento a una edad temprana, su cuerpo no tenía lesiones externas y su apariencia era la misma que cuando estaba vivo. Por eso, su cuerpo iba a ser dejado solo por el consenso de las santas bestias.

Kotarou reflexionó: el pelaje era para deleitar a Ruri, sin embargo, el tamaño era pequeño y a ella le gustaban las cosas lindas.

Aceptó la oferta. Colocó el conservado cuerpo blanco parecido a un lobo sobre el altar de un templo en el bosque. Dejó el cuerpo de la bestia mágica que había estado poseyendo y entró en el cuerpo de la bestia sagrada. La bestia mágica, sin alma, cayó al suelo. La bestia sagrada en el altar comenzó a levantarse. Satisfecho con su nuevo cuerpo, Kotarou movió la cola para mostrar su satisfacción. Aún tenía que acostumbrarse al nuevo cuerpo, pero eso vendría naturalmente, así que no le preocupó. Además, ahora podía usar su poder por lo que se puso de buen humor.

Se dispuso a reunirse con Ruri, quien vivía como un gato blanco.

—Pelaje blanco, como Ruri. Y este sentimiento mofu mofu, estará encantada.

Se imaginó a Ruri abrazándolo y soltó un aullido feliz.

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