El Perezoso maestro espadachín – Capítulo 16: Escondite (2)

Traducido por Kiara

Editado por Ayanami


—Fabri… ¿fabricarlo?

Riley sacudió rápidamente la cabeza y miró al conde Stein, que se encuentra de pie, a un lado, con la cara pálida.

La expresión en el rostro de Riley era de inocencia.

—Así es. Escribiste todas esas mentiras en el papel…

Parece que el mensaje fue bien recibido, y Stein cortó las palabras de Lloyd, mientras fruncía el ceño.

—Detente.

Pero Lloyd quería seguir hablando, las palabras seguían saliendo de sus labios, mientras señalaba con su dedo a Riley.

— ¡Pero padre! ¡Él!

—No lo repetiré, Lloyd.

Como no podía seguir culpando a Riley, debido a la interferencia de su padre, los hombros de Lloyd cayeron con fuerza.

—Riley

—Sí, padre.

Se escuchó un sonido débil, como si alguien rechinara los dientes al lado de Stein. Teniendo en cuenta la situación, definitivamente, era de Lloyd.

—Y… ¿qué sucede?

Cuando estaba a punto de irse a su habitación, después de despedirse de su padre y sus hermanos, se detuvo y se volvió para mirar a Stein.

—Mañana. Quiero hablar a solas contigo, tan pronto como despiertes, ven a mi oficina.

Tan pronto como despierte, el conde Stein le ordenó a Riley que fuera a verlo.

La razón por la que no eligió una hora del día se debe a que todos en la mansión, saben que él es el último en despertarse.

—Está bien —respondió Riley

Estaba cansado del ejercicio anterior y no quería alargar la conversación. Su único pensamiento era acostarse rápidamente en su cama.

Además, la ira de su hermano Lloyd, le parecía molesta.

—Entonces, buenas noches.

Riley se inclinó, una vez más, ante su padre y sus hermanos. A pesar de la preocupación de Sera, no hubo enfrentamientos en la reunión.

♦ ♦ ♦

— ¿Qué estás pensando, padre?

Cuando Riley desapareció del corredor, entre los tres hombres restantes que quedaban, el primer hijo Ryan le preguntó a Stein.

Obviamente, está hablando de Riley.

— ¿Qué opinas? —Preguntó Stein a cambio.

Después de un segundo, Ryan respondió, mientras observaba cómo la espalda de Riley desaparecía en la distancia.

—No creo que este mintiendo.

Mientras Ryan hablaba de la inocencia de Riley, Lloyd no pudo contenerse y habló.

— ¡Hermano!

Como no podía creer las especulaciones de Ryan, Lloyd apretó fuertemente sus puños.

—Leer a un hombre por su mirada, es una habilidad que todo gran espadachín debe tener. Te permitirá determinar lo correcto de lo incorrecto, te permite leer el ataque de tu oponente y así planificar tus futuros movimientos.

Los ojos fríos de Ryan apuntaron a su hermano.

—Madre perdió, ella fue…desafortunada, pero no hay nada que podamos hacer. No podemos dejar que nuestras emociones nublen nuestro juicio por este incidente. Tener un asesino en la casa Iphelleta, a decir verdad, estoy…avergonzado. Casi quiero enviar palabras de agradecimiento a Riley.

— ¡Hermano! ¿Cómo puedes decir eso?

—Entonces, ¿estás diciendo que estoy equivocado? ¿Preferirías que esos hechos nunca hubieran sido descubiertos?

Lloyd bajó la cabeza y sus puños temblaron.

No había nada que él pudiera responder.

—Ese no es el caso, es Riley…

—Hoh, ¿entonces, lo que vi no era la verdad? ¿Es eso lo que quieres decir?

Lloyd no pudo responder a eso, la habilidad de su hermano era la mejor, por debajo de su padre.

—Lloyd. Esto estaba destinado a suceder. Es mejor conocerlo ahora. No hay nada que puedas ocultar para siempre.

—Pero hermano, madre… ¿qué pasa con madre?

Lloyd, que estaba tan ansioso por responder, cerró la boca. Es diferente de Lloyd, pero Ryan también está enojado.

Su madre es una asesina, no podía entender por qué su hermano no lo entendía.

—Estás parado frente a padre.

Las últimas palabras de Ryan eran una advertencia. Ante la tranquila voz de su hermano, Lloyd ya no pudo continuar y cerró la boca.

Lo mejor que podía hacer era morderse los labios con frustración.

—Si vas a seguir actuando como un niño, entonces, es mejor que te quedes callado. Hay un dicho: la inacción puede llevarte a la muerte.

El hermano, generalmente amable y gentil, parecía mucho más estricto el día de hoy.

Los sentimientos de traición, frustración y rabia, hicieron que su corazón latiera más rápido que nunca, Lloyd se agarró el pecho y dejó caer la barbilla.

Había reconocido la advertencia y decidió guardar silencio.

—En primer lugar, pienso igual que Ryan. Riley no parece estar mintiendo —intervino Stein, que observaba la tensión entre los dos.

Tampoco había visto ningún indicio de falsedad en las palabras de Riley.

—Pero…no, no es nada.

Stein, que estaba mirando el camino que tomó Riley, sacudió la cabeza y se volvió.

♦ ♦ ♦

—Hermano.

Lloyd llamó a Ryan que está delante de él.

Aunque se enojó antes, Ryan se detuvo y se volvió para ver a su hermano, ya que no deseaba ignorarlo.

— ¿De verdad crees que mamá estaba equivocada? ¿Es eso lo que piensas?

En respuesta a esas palabras temblorosas, el rostro rígido de Ryan se volvió gentil y caminó hacia Lloyd.

La mano derecha de Ryan se levantó. Lloyd cerró los ojos esperando una bofetada, pero los abrió con sorpresa, cuando la mano aterrizó sobre su cabeza.

—Lloyd…

— ¿Hermano?

Mientras acaricia la cabeza de su hermano, Ryan continuó hablando.

Ante sus gentiles palabras, Lloyd abrió la boca.

—El sucesor aún no se ha decidido.

El sucesor de la casa…se había hablado de eso antes, pero como Ryan dijo, el sucesor de la Casa Iphelleta aún no se ha decidido.

Podría haber sido porque Stein todavía está en perfecto estado de salud, pero algunos han especulado que Stein todavía tiene algunas expectativas en su tercer hijo.

—El incidente de madre aún puede resolverse después de que se haya decidido el sucesor.

—Hermano… ¿entonces?

Estaba hablando de eso, pero, si las palabras de Ryan se resumieran en una oración…declaraba que ganaría la batalla del sucesor.

Planeaba arreglar las cosas después de ser elegido como sucesor de la casa Iphelleta.

— ¡Hermano…!

Los ojos verdes de Lloyd comenzaron a brillar. Ryan se rió ante la mirada de respeto de su hermano.

—Nunca le daré a Riley el puesto de Jefe de familia solo porque enfurecí a mi padre. Es cierto que es un vago como el infierno, pero no podemos negar que padre todavía lo ve como prometedor.

No habría sido extraño si ambos también fueran desterrados después del incidente de Orelly, pero, afortunadamente, podían quedarse en la mansión, porque habían recibido la técnica de esgrima de la familia.

Sin mencionar que no eran asesinos.

—Pensemos en madre después.

— ¡Sí, sí!

Lloyd asintió dos veces, ante esas palabras.

Justo cuando su hermano, que lloraba por las emociones dentro de él, volvió su mirada hacia el suelo…

La suave sonrisa de Ryan, rápidamente, se convirtió en una siniestra.

♦ ♦ ♦

Al día siguiente…pasado el almuerzo y al final de la tarde, Riley se frotó los ojos y se levantó, mientras lo sacudían de izquierda a derecha frente a la oficina de Stein.

Junto a él está Ian, que sudaba sin parar.

—Joven Maestro, ¿cómo puedes dormir tanto? ¡Despierta! ¡Ahora!

—Ah, está bien. Hombre…también estoy muy cansado.

Riley continuó quejándose de su falta de sueño, ya que no podía dormir hasta que su madre lo hiciera.

—El Maestro te ha ordenado que vengas personalmente. Oh querido, no debería haber bajado la guardia en ese momento…maldita sea.

Riley, que ya no podía soportar las molestias de Ian, colocó su mano en el pomo de la puerta.

Según lo prometido, Riley había venido a la oficina de Stein, tan pronto como despertara.

—Joven maestro, esta puede ser una oportunidad. Lady Orelly ha sido expulsada de la mansión. Finalmente, puedes aspirar a competir por el asiento del sucesor…

Antes de que Ian pudiera terminar sus palabras, Riley tocó la puerta con una de sus manos.

—Entra.

Parece que el sonido fue suficiente, y la respuesta de Stein vino desde adentro.

—Entra.

— ¡Joven, Joven Maestro!

Justo cuando estaba a punto de girar el pomo, Riley volvió la cabeza para mirar al hombre que lo llamaba.

¡Buena suerte!

Aunque no lo dijo, movió los labios de tal manera que apretó el puño hacia Riley.

Era una pose de lucha. Riley sacudió la cabeza con incredulidad y entró la oficina, ignorando a Ian.

—Riley.

Cuando Riley entró en la habitación, Stein, que estaba haciendo papeleo en su mesa, lo llamó sin siquiera mirarlo.

—Sí.

¿Qué quiere decirle?

Riley respondió de mala gana, cuando estaba teniendo un mal presentimiento y se rascó la mejilla.

—Sal de la mansión.

— ¿Eh?

Entre los muchos documentos apilados sobre su mesa, agarró uno de ellos y se lo entregó a Riley después de escribir algunas palabras en él.

— ¿Esto es?

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