El Perezoso maestro espadachín – Capítulo 19: Escondite (5)

Traducido por Kiara

Editado por Ayanami


Uno más. Una vez más.

Cuando Sera agarró la escoba en el suelo, dijo repetidamente “una vez más” siete veces.

Cambiaba ligeramente el ángulo de la escoba, cada vez que repetía el movimiento, mientras hablaba para sí misma, luego, se sobresaltó cuando sintió a alguien detrás de ella y se dio la vuelta.

— ¿Sera? ¿Qué haces aquí?

Era Iris, quien entró en la habitación que iba a limpiar. Ella no tenía la capacidad de ocultar su presencia. Por lo tanto, Sera suspiró aliviada, mientras veía a Iris caminar lentamente hacia ella.

La mansión todavía está en alerta máxima, después del reciente incidente del asesino.

—Aah, Lady Iris.

— ¿Qué es eso? ¿Esa pose extraña?

—Esto es…

La cara de Sera se puso roja cuando noto que estaba parada de forma extraña debido a que se detuvo a mitad de camino en su entrenamiento, y empujó las dos escobas contra su pecho.

—Ajajaja…estaba entrenando. Te he mostrado algo embarazoso.

Agarró ambas escobas con una mano y levantó la falda con la otra, mientras doblaba ligeramente las rodillas.

Era torpe, pero era una reverencia que aún conserva su forma adecuada.

—Está bien. Es agradable ver a alguien hacer un esfuerzo para mejorar, sin importar cómo se vea. De hecho, soy quien debería avergonzarse. Parece que he interrumpido tu entrenamiento.

—Por favor, debe abstenerse de decir que estoy mejorando. Duele.

— ¿Duele?

—La verdad es que me estoy volviendo débil.

Es posible que no pueda decir estas cosas frente al conde, pero con Iris está bien.

Si Ian es responsable de Riley, Sera es responsable de Iris. La sirvienta que pasa más tiempo con ella es ella.

Hablar como amigas es solo otro hecho diario para ellas.

— ¿Débil?

—Bueno…el Maestro Riley desapareció —dijo Sera.

Riley, que había desaparecido ayer, ¿desapareció de nuevo?

La cara de Iris se puso pálida por la preocupación de que todavía quedaran asesinos en la mansión.

— ¿Pasó algo con Riley?

—Oh, no es lo que te preocupa. La verdad es que…el Maestro Stein llamó al Maestro Riley. Es la temporada del torneo. Creo que es por eso.

—Ah.

Iris asintió, mientras hacía una expresión de comprensión.

— ¿Juega al escondite?

—Sí. Y se supone que debo encontrarlo, pero…mi enfoque se centró en entrenar a mitad de camino.

Sera rió torpemente. Cuando el tercer hijo de la mansión se esconde, nadie puede encontrarlo.

Esa es la verdad.

—Oh Riley…

—Bueno… ¿No hay nada que quiera de él?

— ¿Querer de él?

—Sí. Parece que el Maestro Stein quiere hacer que el Maestro Riley haga algo. Pero el Maestro Riley, simplemente, huyo…sin embargo, parece diferente de él. ¿No te molesta? Como esa conversación sobre…el sucesor.

Esa fue una pregunta que Ian también se hizo con frecuencia. Incluso, la ahora desterrada Lady Orelly, era bastante estricta con sus hijos.

Pero Iris es todo lo contrario. No importa cuán flojo sea su hijo, ella solo le da una cálida sonrisa.

—Um, no creo que ese sea el caso.

— ¿En serio?

—También he regañado a Riley ayer. ¿No te diste cuenta?

Sé que las palomitas de maíz que has hecho saben bien, pero ¿cómo puedes preocupar tanto a todos los que te rodean?

Fue Iris quien obligó a Riley a disculparse con Ian, Sera y ella misma.

—Bueno, creo que puedo decir con seguridad que fui demasiado suave.

—Entonces…

Las palabras de Sera no se pudieron terminar. Parece que Iris todavía tenía algo para decir, y continuó.

—Me…me han enseñado que…una madre debe entender cuáles son los pensamientos de su hijo. Por supuesto que no soy una psíquica, y no puedo leer lo que está pensando, pero…puedo entender porque emoción está pasando. Como su madre.

Ella sonrió amargamente, cuando expresó lo que creía que debería ser una madre, y luego, continuó explicando cómo ve a Riley, como madre.

—A veces…puedo ver sus ojos temblar, o ver una tristeza infinita en su rostro. Muchas veces me he preguntado por qué hace esa expresión, pero nunca podré descubrirlo. Así que le pregunté en privado. ¿Hay algo que te ponga triste o te cause dolor? ¿Sabes lo que dijo Riley?

Era algo que Sera, que siempre estaba al lado de Iris, nunca había notado.

Dormir, leer o simplemente consumir comida.

¿El joven maestro tararearía mientras se apoya en el manzano con una expresión indiferente frente a su madre?

Fue inesperado

Sera preguntó en un tono sorprendido.

— ¿Qué dijo él?

—Actuó como si no supiera nada al respecto. Que no era nada.

— ¿Nada?

—Sí. le hable en un tono de preocupación para que no pensara que lo estaba regañando. Parecía estar tratando de ocultarlo.

Iris comenzó a jugar con sus dedos.

—Me duele que no se lo diga a su madre, pero…supongo que eso significa que él también lo ha pensado. Estoy segura de que no debo preocuparme.

Su sonrisa amarga comenzó a convertirse en una sonrisa suave y tranquila. Aunque todavía era un poco joven para llamarla experta, su sonrisa la hizo lucir muy gentil…se podía sentir el calor que irradia.

—Debe haber algo. En un lugar que no conozco, cuando no podía verlo, algo le sucedió a Riley. Algo que haría temblar sus ojos y poner una cara triste como si estuviera soportando el peso del mundo…algo como eso. Si hubiera estado al lado de mi hijo las 24 horas del día, los 365 días del año… ¿Me habría enterado?

La respuesta no llegó. Por lo tanto, Iris decidió ser fuerte.

—Como su madre, tengo que entenderlo.

Incluso si la gente de la mansión mostró hostilidad. Incluso si golpea su pecho con frustración.

Entonces…al menos…al menos no seré como ellos. Creeré en mi hijo.

Eso es lo que decidió Iris. Y ella cree que su hijo también creerá en ella algún día.

—Lo esperaré…porque soy su madre.

—Solo…deseo la felicidad de Riley. Más que nadie en el mundo.

Iris es una buena madre. Sera se convenció a sí misma.

Cuando sea vieja, me case y tenga un hijo, seré una madre como ella.

Eso es lo que decidió Sera.

— ¿Hay algo en mi cara?

Sera la miro con una sonrisa muy satisfecha en su rostro, Iris la cuestionó.

—No, solo estaba…admirando.

—Oh Sera…me estás haciendo sonrojar.

Sera, que estaba considerando si necesitaría contarle a Iris sobre el consejo de Riley, sostuvo firmemente la escoba en la mano.

No hay necesidad de decirle a Iris. Eso fue lo que ella decidió.

Shh, actúa como si esto nunca hubiera sucedido.

Había sido la petición personal de Riley. Entonces, decidió guardar silencio.

—Entonces, Sera, trabaja duro.

Iris se dio la vuelta después de alentar a la silenciosa Sera.

—Um, Lady Iris.

— ¿Hm?

— ¿Te vas, tal vez, podamos ir a alguna parte?

Como la sirvienta que sirve a Iris, es parte de su deber saber sobre su paradero. Sera la iba a seguir después de que terminara su tarea de limpieza.

—Bien…

Como si tratara de ocultar algo, tenía una cara juguetona.

— ¿Quizás…el baño?

— ¿Disculpe?

—Huhu, es un secreto.

Iris continuó alejándose.

—No te preocupes, no me voy a esconder como Riley.

♦ ♦ ♦

—Uf.

Riley suspiró dentro de su escondite.

Afortunadamente, después de descubrir la situación con su maná, no parecía haber necesidad de silenciar a Sera.

Bueno, mi madre tiene buen ojo para juzgar a las personas.

Iris no es solo amable.

Lo que Riley pensó que es su verdadera fuerza, es su capacidad para juzgar a los demás.

Sera es un buen ejemplo, aunque todavía está preocupado.

Ahora que lo pienso

La idea del mayordomo, cuyo rostro a veces se enrojecía de rabia y luego llora como una niña pequeña, hizo que Riley se riera un poco.

Estaba agradecido por tener a alguien tan entretenido con él.

Tengo que respetar a mis padres.

La piedad filial. Fue una decisión obvia para su madre, que ama y confía en su hijo. Aunque no pudo hacerlo en su vida anterior, lo haría con la mayor fe en esta vida.

Cuando confirmó sus pensamientos, Riley recordó los ojos del conde Stein. Probablemente, el conde también debe haber visto lo que Ian vió.

Esa debe ser la razón.

La razón por la que ve a Riley con los ojos llenos de expectativa.

Padre…

Stein.

Para Riley, él es su padre…por lo tanto, debe respetar a su padre. Si respeta a su madre, Stein también es alguien a quien debe mostrar respeto.

La capital… ¿eh?

Aunque era torpe con sus palabras y sólo sabe cómo ser duro y frío, aún tiene pensamientos profundos dentro de él.

Ese es el padre de Riley, Stein.

Hoy también fue igual.

Tal vez, para mantener a Riley lejos de Lloyd, que está furioso con el incidente de Orelly, lo invito al torneo de esgrima.

—No creo que pueda evitar pelear si voy.

Riley frunció el ceño. Digamos que acepta los deseos de su padre y va al torneo.

¿Y qué?

Dudaba poder ocultar sus viejos hábitos del pasado durante toda la duración del torneo.

Riley sacudió la cabeza al recordar su pasado. Entonces, el maná que estaba siendo absorbido por Riley comenzó a temblar.

Después, alguien comenzó a tocar.

— ¿Riley?

Extinguió el brillante maná a su alrededor. Riley, que estaba agachado, levantó la vista.

La puerta comenzó a abrirse con un crujido.

—Madre…

Riley habló, sin comprender, al ver a su madre acercándose a su escondite.

— ¿Te estabas escondiendo aquí otra vez?

—Lo siento. Solo…tenía algo en qué pensar.

El lugar donde Riley se esconde es el armario de Iris. Es uno de los pocos lugares donde Riley puede esconderse en la mansión. Fue aquí donde Riley pule su maná, escuchó a Sera y contempló la conversación de su padre sobre la capital.

— ¿No sabes que esto es malo? Como te dije ayer, todos se preocupan si haces esto.

Iris dobló las rodillas para estar a la misma altura que Riley.

—Algo en que pensar… ¿es la capital?

Aunque Riley, simplemente, estaba haciendo un berrinche, la expresión en el rostro de Iris estaba llena de calidez.

Parece que tiene cierta inclinación a creer que su hijo quiere cumplir con su deber como hijo.

Riley, simplemente, asintió con la cabeza sin responder.

— ¿Por qué?

—Solo tengo miedo de la espada.

A diferencia de las otras veces, Riley respondió como si confiara en su madre. Una respuesta que oculta su trauma del pasado o la expectativa que siguió.

Le tiene miedo a la espada. Fue una respuesta bastante honesta.

—Ya veo.

Con una pequeña pausa, Iris inclinó la cabeza y luego continuó hablando.

—Entonces, ¿qué tal unas vacaciones?

— ¿Qué?

Los ojos de Riley se abrieron por la sorpresa. Ella estaba sonriendo brillantemente.

—Unas vacaciones. Con tu madre —con una sonrisa cálida, agregó Iris —tu madre te ayudará.

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