El Perseguido – Capítulo 127: Acompañándote

Traducido por Shisai

Editado por Sakuya


Chi Yan puso el cuchillo en su mochila y se fue a casa. Después de fabricarlo, lo probó y comprobó que estaba lo suficientemente afilado para satisfacer sus necesidades.

Para fundir esta daga, el dueño de la tienda de artesanía llevó a Chi Yan a una fábrica del suburbio con la que colaboraba a menudo. Cuando terminaron todo y volvieron, ya eran más de las siete de la tarde. Cogió un taxi para ir a casa y, al entrar por la puerta, sintió el fragante aroma de la sopa de costillas de cerdo guisadas.

Se cambió de ropa y se acercó a la mesa del comedor. Ya había dos platos en la mesa: uno de ellos estaba salteado con ajo y el otro simplemente salteado con salsas. Ambos eran platos que le gustaban. Había una cazuela de color amarillo pálido en el centro cubierta con una tapa, pero no podía impedir que saliera de ella un aroma tentador. También había otra cazuela que era un tamaño más grande. Chi Yan abrió la tapa para echar un vistazo. Estaba llena de hongos blancos, bayas y cubos de pera. Era la sopa que había pedido ayer.

Después de estar fuera un día, Chi Yan ya tenía mucha hambre. Sus ojos se abrieron de par en par al mirar la cazuela con costillas.

Ye Ying Zhi salió de la cocina con un plato de porcelana blanca como la nieve en ese momento, lo puso en la mesa y curvó la boca mientras lo miraba.

—¿Por qué has vuelto tan tarde y babeando así?

Varios pasteles de cordero dorados y aceitosos estaban apilados en el plato de porcelana. Chi Yan apartó la mirada de los pasteles y dijo las palabras que había preparado: —Song Jin se ha ido, así que acompañé a Guan Guan al hospital para que le hicieran un chequeo y me quedé en el hospital todo el día sin comer nada.

Gran parte de lo que dijo fue un invento.

Al ver que estaba realmente hambriento, Ye Ying Zhi trajo un bol y un par de palillos y le pidió que comiera. Le preguntó brevemente sobre Tao Guan Guan y la situación del bebé, en la mesa.

—En general, está bien, pero se ha sentido un poco débil —Chi Yan respondió.

—¿Ah, sí? —el mayor cogió una costilla con sus palillos para poner en el plato del otro y dijo despreocupadamente—: La próxima iré contigo y echaré un vistazo.

Chi Yan hizo un murmullo de acuerdo, bajó la cabeza para comer las costillas y evitó su mirada.

Esa noche, estuvo muy pegado a Ye Ying Zhi. Después de terminar la comida, el mayor se sentó en el sofá del salón y leyó un libro. Chi Yan le siguió y se sentó a su lado, se inclinó hacia sus brazos y le besó cuando no le prestaba atención.

Ye Ying Zhi se sentó sosteniendo su libro. Al principio, todavía podía fingir que estaba tranquilo, pero cuando el joven empezó a besar, lamer y morder su manzana de Adán no pudo soportarlo más. Dejó el libro, levantó la cabeza y se apoyó en el sofá. Acarició el pelo de Chi Yan con indulgencia e impotencia, luego suspiró.

—Ah Yan, ¿por qué me complaces así hoy? ¿Hiciste cosas malas a espaldas de tu hermano mayor?

Chi Yan soltó la nuez de Adán, se arrodilló en el borde delantero derecho del sofá, levantó la cabeza y le besó la barbilla.

—No he hecho nada malo, sólo quiero que me acompañes a ver las estrellas —dijo suavemente.

Era un niño muy grande y no solía tener ninguna afición especial por la astronomía. Ye Ying Zhi lo vio crecer. Prefería creer en fantasmas que ver las estrellas de repente sin ninguna razón.

Ye Ying Zhi retrocedió hacia la izquierda, le miró y frunció el ceño.

—Dime la verdad.

Chi Yan no se dio por vencido y se acercó a él, lo abrazó sin soltarlo y lo llamó por su nombre.

—Ying Zhi… Ven conmigo, ¿sí?

Este no le había visto actuar de forma tan poco razonable desde que el joven tenía quince años. No pudo mantenerse firme en absoluto. Sonrió sin poder evitarlo y dio unas palmaditas en la espalda del chico.

—Vale, levántate tú primero. Yo te acompañaré —por no hablar de mirar las estrellas, incluso lo acompañaría a recogerlas si quisiese.

Chi Yan sabía conducir y tenía carnet, pero no conducía mucho porque no tenía coche. El conductor de la familia Ye trajo un coche para recogerlos y el joven insistió en llevarlos él mismo al destino. Ye Ying Zhi miró al conductor, quien había puesto una expresión de desconcierto. Aunque el conductor no confiara en las habilidades de conducción del joven maestro, sólo podía entregarle las llaves obedientemente.

Afortunadamente, la casa de Chi Yan estaba relativamente cerca del Monte Xi, a donde se dirigían. La ciudad R no era grande y no había demasiado tráfico por la noche. Las habilidades de conducción de Chi Yan eran mucho mejores de lo que Ye Ying Zhi había imaginado, y los dos llegaron al Monte Xi sin problemas.

Subieron la montaña lentamente, el joven ayudó a su hermano mayor, aunque sabía que el cuerpo de este estaba muy sano y no tenía ninguna enfermedad.

Se detuvieron en un terreno llano a medio camino de la montaña. Aunque era verano, las montañas seguían siendo un poco frías por la noche. Chi Yan llevaba una gran mochila y una bolsa con todas las cosas necesarias dentro. Sacó un trozo de plástico de la bolsa y lo extendió en el suelo. Colocó dos cojines sobre ella y sacó una gran manta. Cuando los dos se sentaron, los envolvió en la manta.

—Todo está bastante completo —Ye Ying Zhi sonrió. Miró la gran mochila que trajo Chi Yan y preguntó—: ¿Qué trajiste ahí?

El joven abrió la mochila que había puesto a un lado, sacó de ella dos latas de cerveza, carne seca y otros aperitivos.

—Comida —comentó, entregando una lata de cerveza.

Ye Ying Zhi le miró con severidad, cogió la lata de cerveza, pero no la abrió.

—Ah Yan, me dijiste que escuchara el consejo del médico de no beber —dijo en voz baja.

—Aquí solo estamos nosotros dos —Chi Yan sonrió y se inclinó para besarlo—. Hermano, bebe un poco conmigo.

El mayor no habló más y abrió la lata. Le daría hasta la vida, por no hablar de la bebida.

Chi Yan bebió y habló de lo que pasó después de dejar la casa Chi. De vez en cuando chocaba la lata de cerveza de Ye Ying Zhi con la suya. Habló de los momentos en los que volvió y se reunió con él, pero en ese momento no habló de lo mucho que le echaba de menos. Después de un buen rato, giró la cabeza y miró al mayor.

—Hermano Ying Zhi, ¿por qué no viniste a verme durante tantos años? ¿Cómo has podido soportar dejarme solo? —Sus ojos ya estaban rojos.

Por un momento, Ye Ying Zhi pensó que le parecía ver al chico de dieciséis años que abandonó la casa Chi solo y desamparado, ese chico que había sido mimado en su corazón durante siete años, pero con el que se vio obligado a romper de repente todo contacto con él. Después de tantos años, vino a preguntarle por qué lo ignoraba y por qué no lo quería.

Sintió que su garganta estaba bloqueada y se quedó sin palabras. Bajó la cabeza, cerró los ojos y besó las cuencas oculares de Chi Yan. Hizo una pausa antes de responder.

—La salud de tu hermano mayor no era buena en ese momento, y más tarde, después de que me convertí en el jefe de la familia Ye, realmente no tenía la energía para buscarte ni tiempo libre. Fue mi culpa.

Él mismo sabía lo poco convincente que era esta explicación. Chi Yan siempre sería el número uno en su corazón. Si podía, si se lo permitían, ¿cómo no iba a estar dispuesto a verlo?

El más joven hizo un sonido como si hubiera aceptado esta explicación plausible e hizo otra pregunta.

—Ying Zhi, ¿qué pasó con tu familia en aquel entonces? ¿Por qué el tío y tus dos hermanos mayores fallecieron uno tras otro y te dejaron solo?

—Mi padre murió de viejo. —Ye Ying Zhi miró hacia abajo—. No sé en qué estaba pensando, pero sus últimas palabras fueron pasarme el cargo de Patriarca. Mis dos hermanos que habían estado esperando y luchando durante tantos años, por supuesto no estaban dispuestos a aceptarlo, así que unieron fuerzas para matarme. Inesperadamente, terminaron suicidándose. Este tipo de cosas no era bueno divulgarlas al mundo exterior, así que dije a los de fuera que habían muerto de enfermedad repentina —no ocultaría estos asuntos si Chi Yan quisiera averiguarlo.

—¿Cómo murieron? —siguió indagando.

—Murieron debido a un contragolpe —Ye Ying Zhi manifestó pacientemente.

Chi Yan lo miró.

—¿Cómo murieron debido al contragolpe?

La expresión del mayor cambió esta vez. Miró fijamente al otro.

—Ah Yan, ¿qué has oído? Sus muertes se debieron enteramente a sus propias acciones.

—Lo sé —lo abrazó y se apoyó en su pecho—. Sólo quiero saber cómo murieron debido al contragolpe.

Ye Ying Zhi rio de repente, bajó la cabeza y besó ligeramente la parte superior del cabello del joven. Sus ojos oscuros reflejaban el cielo nocturno y no se podía ver a través de ellos.

—¿Ah Yan ya lo sabe? —Chi Yan cerró los ojos y no dijo nada. Ye Ying Zhi continuó con una voz solemne—: Estaba tan enfermo que mi cuerpo apenas podía vivir unos días. Quería salir de casa para verte por última vez, pero ni siquiera pude hacerlo. No pudieron esperar y contrataron a alguien para que pusiera una formación que reuniera espíritus malignos bajo mi cama para matarme. Después de morir, me convertí en un fantasma inmediatamente. La energía se concentró y todas las personas que colocaron la formación y lanzaron hechizos, sufrieron un contragolpe y todos murieron.

Su voz sonaba distante, como si hablara de algo que no tenía nada que ver con él.

Levantó a Chi Yan y lo puso en su regazo, bajó la cabeza afectuosamente para besar la punta de su nariz.

—Pequeño malvado, ¿es esto lo que quieres oír que diga tu hermano mayor? —susurró—. Quieres que te diga que ya estoy muerto. Que te diga que no pude verte, porque en ese momento o estaba tan enfermo que era peor que un muerto, o me había convertido completamente en un fantasma.

»También sé que el monte Yin que se convirtió en eso fue principalmente debido a la energía fantasmal que produje día y noche después de mi muerte. Pero no puedo soportar dejarte ir. Al principio, sentí que no podría reconciliarme sin volver a verte. Más tarde, sentí que, si simplemente te dejaba y te entregaba a otra persona, sería aún más insoportable que la muerte. Ah Yan, quiero estar contigo por el resto de mi vida, quiero estar contigo por siempre, incluso si tengo que fingir ser humano por el resto de mi vida y ocultarte este asunto, está bien. Ahora que lo sabes, ¿me odias? ¿Me tienes miedo? ¿Sientes que, si bien podría morir en ese momento sin nada, entonces estas cosas no habrían sucedido?

Chi Yan sacudió la cabeza desesperadamente. No sabía lo que quería negar, sólo seguía sacudiendo la cabeza.

Entonces se abrazó fuertemente al cuello de Ye Ying Zhi, lo besó y le mordió los labios. El mordisco unilateral se convirtió gradualmente en un largo y profundo beso. Después de separarse, Chi Yan puso su cabeza en la barbilla de Ye Ying Zhi.

—Ying Zhi —gimió y le llamó por su nombre.

Te amo, no importa en qué te conviertas, siempre te amaré, por siempre.

Pero este amor estaba enterrado tan profundamente en su corazón que era difícil decirlo fácilmente delante de su amante.

Al final, levantó la cabeza y miró a Ye Ying Zhi con los ojos empañados.

—Ying Zhi, si voy a otro mundo, ¿estás dispuesto a acompañarme?

—Sí —el mayor respondió, bajó un poco la cabeza y le miró, tocando suavemente sus ojos con el pulgar—. No importa dónde vayas, siempre estaré contigo. —Tomó al joven en sus brazos—. Ah Yan también debe prometer estar conmigo para siempre.

Chi Yan esbozó una sonrisa.

Sabía que su hermano mayor Ying Zhi estaría definitivamente dispuesto a estar con él.

De repente, unas estrellas que arrastraban largas colas cruzaron el oscuro cielo nocturno. Al principio eran esporádicas, pero pronto se juntaron muchas. Era una lluvia de meteoritos.

Ye Ying Zhi ladeó la cabeza y miró al cielo.

—No es de extrañar que de repente quieras que te acompañe a ver las estrellas… ¡Ah Yan! —Antes de terminar de hablar, su voz tembló y se volvió desesperada, como si hubiera visto el fin del mundo. Aunque el verdadero fin del mundo estaba justo delante de él, permanecería indiferente.

Chi Yan sacó una daga de su mochila. Justo cuando Ye Ying Zhi giró la cabeza, cogió la daga y se la clavó en el pecho izquierdo, donde estaba su corazón.

En un momento, la hoja de plástico extendida en el suelo brilló débilmente contra las brillantes estrellas del cielo. Era el círculo mágico que había dibujado antes con su propia sangre. Era difícil que los demás lo vieran antes, ya que el cielo estaba oscuro y la lámina de plástico estaba cubierta por los cojines.

Ye Ying Zhi le abrazó con fuerza, pero no le salían las palabras. Finalmente, sólo consiguió exprimir unas palabras entre dientes.

—… Pequeño malvado.

Chi Yan le agarró la ropa y le miró suavemente a los ojos.

—Hermano mayor ha dicho que me acompañará. ¿Me culpas…? —Quería preguntar si lo culpaba, pero no tuvo fuerzas para decir la última palabra.

La expresión de Ye Ying Zhi volvió a la calma, y abrazó suavemente a Chi Yan entre sus brazos.

—No te culparé, al menos cuando todavía era un humano, te abracé con un cuerpo con temperatura corporal real. No tengo ninguna queja.

Lo que quería decir era que no tenía ninguna queja de poder abrazar a su amante como un hombre en esta vida.

Las estrellas de arriba y de abajo se juntaron gradualmente, rodeándolos. Ye Ying Zhi besó las cejas y los ojos de Chi Yan mientras su amante cerraba los ojos en sus brazos.

Pudo ver el efecto de este hechizo de un vistazo. Ah Yan preferiría morir y arrastrarlo a otro mundo, y él lo seguiría.

Sólo se sintió angustiado. Ese cuchillo, dolía demasiado.


Shisai
Y este es el final del arco, ¿cual les ha gustado más hasta ahora?

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