El Sentido Común de la Hija del Duque – Capítulo 234: Nobles

Traducido por Shisai

Editado por Meli


Las palabras de Berne me molestaron.

—Espera. No estás diciendo lo que piensas, ¿verdad? —lo cuestioné pero él no se inmuto.

—¿A qué se refiere? Acabo de responder las preguntas de lady Leticia sobre el compromiso de mi hermana, eso es todo —respondió con calma.

Fue una respuesta significativa, casi divertida. La gente cambia rápido. Recordé verlo acurrucarse junto a Yuri en el pasado… y ver lo lejos que había llegado, no pude evitar sorprenderme.

—Eso es bastante doloroso, Berne. Solíamos hablar de todo en el pasado. ¿Mi subordinado más confiable me está dejando de lado porque ya no me reconoces como un maestro? —Intercambiamos miradas reflexivas.

—Es solo mi opinión personal. Por favor, trátelo como una tontería —dijo después de desviar la mirada.

Asentí con la cabeza de acuerdo con su prefacio. Al ver mi reacción, volvió a abrir la boca.

—Su Majestad, le dije que vi el infierno.

—Sí, lo hiciste.

—Fueron los nobles quienes crearon ese escenario. En el pasado, los nobles tenían el poder y la responsabilidad de unir a las personas y protegerlas. Si cumplían con ello podrían ganarse sus propios títulos. Pero a medida que cambiaban los tiempos, olvidaron su propósito y se convirtieron en los pesos que encadenaban a las personas con arrogancia y rectitud.

—Por supuesto que lo sé. Por eso los castigué con dureza, para que esto no suceda en el futuro.

Una débil sonrisa apareció en el rostro de Berne.

—Ya he dicho esto antes. La rectitud que debería tener un noble se ha perdido. ¿No es por eso que todo esto sucedió en primer lugar?

—Sí. Como dices, Berne. Es por eso que necesitamos establecer un nuevo sistema e implementar un cambio real antes de que la gente se olvide del dolor de este incidente.

—Está en lo correcto. Pero Su Majestad, creo que si la conciencia de la gente no cambia, el resultado seguirá siendo el mismo.

—¿Qué quieres decir?

—Antes de responder, Su Majestad, ¿puedo hacerle una pregunta?

—Dime

—¿Cuál es la diferencia real entre la nobleza y la gente común?

—Qué pregunta tan vaga. Desde la superficie, es la diferencia de riqueza y poder. Y luego está la diferencia en los niveles de vida y los sistemas de valores que acompaña a esas diferencias de nivel superficial.

—Estoy de acuerdo con eso. También creo que si piensas más, esa es la única diferencia real.

—Explica.

—No es más que una diferencia que resulta del lugar donde uno nació y se crió, sin nada que ver con el talento o carisma real. No es diferente al sexo. Si es hombre o mujer, no afecta sus capacidades reales —explicó con voz relajada, como si organizara sus pensamientos—. Por algo como el estatus y el sexo, la trayectoria de una persona en la vida está determinada cuando nace… a primera vista parece efectivo. Dado que su vida ha sido decidida por ello, todo lo que tienes que hacer es trabajar hacia una meta determinada. Pero las personas no nacen con las habilidades que coinciden con los caminos de su vida. El hijo de un líder puede que no tenga las habilidades de un líder. Cuando se les da un futuro predeterminado, ¿cuántas personas trabajan tan duro como se les requiera? Por supuesto que no estoy diciendo que nadie esté trabajando duro en absoluto… 

Entendí la verdad detrás de las palabras de Berne, me quedé estupefacto. Fueron bastante indignantes. Pero no pude ignorarlas.

—Si se determina el futuro de alguien, entonces tiene cada vez menos espacio para el crecimiento personal. Y sus puntos fuertes originales permanecerían sin ser reconocidos y se consumirían. No importa qué tipo de sistema político estemos construyendo, crecer en un entorno cerrado y limitado como ese no conducirá más que a un callejón sin salida.

—En otras palabras, ¿tiene dudas sobre las políticas relativas a la identidad, en específico la de los nobles?

—Son los nobles los que crearon ese infierno en primer lugar. Creo que hay demasiadas personas dispuestas a perder el tiempo con un futuro predeterminado.

Sus palabras negaron el sistema de estatus actual de nuestra nación. De hecho, estaban socavando por completo nuestra base.

—Pero Berne, incluso si estás en lo correcto, y se define el futuro de las personas en función de sus capacidades y personalidad… es decir, una sociedad basada en el mérito, entonces los compañeros que siguen el mismo camino, ¿no empezarán a competir el uno con el otro? 

—Es como sugiere. Debo decir que no me opongo a todo el sistema de nobleza. Todo tiene dos caras. El beneficio del sistema de nobleza radica en la reducción de conflictos mediante la determinación previa del heredero.

—Entonces, ¿qué estás tratando de decir?

—Si la conciencia de la gente no cambia, el resultado no cambiará. Su Majestad, lo que he dicho antes debe parecer una falacia… pero nadie lo ha discutido en el pasado. Ese es el problema.

—¿Y qué significa eso?

—En la actualidad, no hay posibilidad para las personas. «Así son las cosas», ese tipo de mentalidad hace que las personas se pongan a su manera, sin otras opciones. ¿Por qué la gente no puede participar en política? ¿Por qué las mujeres tienen prohibido el trabajo y la sociedad? Mi hermana es igual. Si fuera un hombre, este país nunca la dejaría ir. Incluso como mujer… su talento es obvio por todo lo que ha hecho dentro de nuestro territorio. Sin duda, su matrimonio traería los beneficios de la vinculación con una nación al otro lado del mar, pero considero que eso no compensa la pérdida de alguien como ella. Pero según la sensibilidad de nuestra nación, así son las cosas. Se supone que las mujeres deben orientarse a la familia, casarse y tener hijos. Deben encontrar un pretendiente bueno… y es por estas nociones preconcebidas que nadie se opone a este compromiso. Atrapados por la trampa del supuesto sentido común, hemos pasado por alto la posible pérdida para nuestra nación.

Meli
Berne es todo un feminista, comienza a agradarme el sujeto.

—Qué duro de escuchar. Atrapado por la trampa del supuesto sentido común, eh…

—Volvamos a lo que estábamos hablando antes. Lady Leticia, me pregunta si alguna vez me arrepentiría de mi postura. Esta es mi respuesta: incluso si no estuviera contento por perder mi puesto, todavía sentiría que estoy equivocado por sentirme de esa manera. Mi hermana es la mayor y buena en lo que hace. No me satisface que mis habilidades no coincidan con las de ella, pero no tiene nada que ver con el hecho de que sea una mujer. Eso es lo que pienso, y espero que mi hermana pueda permanecer aquí como líder de nuestro territorio. 

Las palabras de Berne trajeron una brillante sonrisa al rostro de Letty.

—Mi querido hermano, lo que acaba de decir Berne es exacto lo que estaba pensando.

—¿Qué?

—Oh cielos, ¿ya te olvidaste? Lo que les dije antes es que tengo todas las intenciones de convertirme en reina.

Al escuchar esto, los ojos de Berne se abrieron de par en par por la sorpresa.

—Las mujeres apoyan a esta nación, pero todos los que participan en la política nacional son hombres… políticas como esa solo se inclinarán hacia un cierto tipo de visión. Aun cuando la abuela asumió el cargo de rey, sólo se consideró un período de transición. Es por eso que quiero ser la primera mujer reina, presentando una perspectiva diferente a nuestra política y creando oportunidades y sistemas de valores nuevos para nuestra gente.

Leticia comunicó sus pensamientos con un tono de voz claro.

—Tal como decía antes, mi hermano ya ha aplastado el sistema de gobierno de este país. Lo que sigue es la restauración, y seré yo quien la haga. En cuanto a cuestiones prácticas, ya soy tan buena como tú. También me he preparado a fondo para el trabajo. Tú conoces mejor que nadie mis habilidades.

—¡Ja, ja, ja! No me di cuenta de cuáles eran tus expectativas en absoluto.

—Je, je. Parece que he comunicado las cosas bastante bien.

—Ya veo, ya veo. En términos de capacidades prácticas, ya estás muy por delante de la mayoría de mi personal idiota, y no tengo dudas sobre tus habilidades. Además, tienes a la abuela apoyándote y discutiendo cosas contigo. Entonces parece que no estás hablando en broma después de todo. Todo lo que necesitas es que los dos príncipes se vayan para que los nobles no tengan nada que decir contra ti.

—Precisamente así. Así que quiero provocar una agitación política.

Berne, quien había entrado al azar en nuestra conversación, parecía confundido.

—Estás en lo correcto. Pero Letty, ¿todo lo que estás pensando ahora mismo no es más que un sueño? Estoy seguro de que te encontrarás con obstáculos y rechazos en el mundo real. Aún así, ¿estás segura de que quieres seguir adelante con esto?

—Hermano mío, ¿cuál es la diferencia entre alguien que no tiene sueños y alguien que vaga a ciegas? Siempre que pueda convertirme en reina, incluso si otros me rechazan o si encuentro situaciones inesperadas, seguiré trabajando para lograr mis sueños, mirando hacia adelante. Estoy preparada para un camino espinoso.

Su mirada era seria, llena de determinación.

—Estás tan segura de esto. Letty, ¿sabes cuál es mi decisión final contra el segundo príncipe?

—Por supuesto que sí.

Ella susurró algunas palabras en mi oído y asentí en confirmación.

—Por favor, ve al campo de batalla sin preocupaciones, hermano. Yo me ocuparé de todo de ahora en adelante.

—Nunca esperé que mi hermana limpiara después de mí, pero como sabes todo lo que hay que saber… estaré en paz yendo a la guerra en el Norte.

—Sí, responderé a todo con la máxima rapidez. Solo concéntrate en la batalla. Rezaré por su éxito aquí en la capital.

El reloj empezó a doblar. Fue un sonido serio y pesado. Me puse de pie cuando lo escuché.

—Entonces me iré.

—Viaje seguro.

—Rezaré por tu victoria.

Con los ojos de Letty y Berne en mí, salí de la habitación.

2 respuestas a “El Sentido Común de la Hija del Duque – Capítulo 234: Nobles”

  1. Por diosssss Leticia es la solución a toda la ansiedad que me da la relación entre Iris y Dean, en serio es una mujer empoderada me encanta!! Y amo como Berne creció como persona incluso sobrepasó el pensamiento “normal” de la época medieval en serio que orgullo jijiji gracias por traducir esta increíble novela!

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