Traducido por Lucy
Editado por Sakuya
En el mundo blanco y puro.
Chen Lingcun comenzó a narrar su historia.
—Soy a la vez humano y dragón. También puede decirse que soy un humano que puede “transformarse en dragón”. En los registros históricos, la existencia de nuestra raza se conoce como la raza del “Dragón Sagrado Blanco Dorado”.
»Después de sobrevivir al primer apocalipsis, debido a razones desconocidas, mi clan fue olvidado lentamente por los demás. La forma de “olvido” es una especie de maldición. La gente es incapaz de recordar nuestra existencia. Incluso sin saberlo ignoran y olvidan nuestra existencia. De ahí que nos llamemos el “Clan del Dragón Olvidado”. Sin embargo, el “Clan del Dragón Olvidado” no solo fue olvidado por los humanos, sino también fuimos abandonados de a poco por el mundo humano.
»A nuestro clan le resultaba cada vez más difícil reproducirse. Con el tiempo, más miembros de mi clan murieron a causa de la edad o de enfermedades. La pureza de nuestra línea de sangre disminuyó, lo que provocó que cada vez menos miembros de mi clan pudieran transformarse en dragones. Miles de años después, en la generación actual, ¡solo quedan 14 miembros de mi clan!
Cuando Chen Lingcun dijo esto, un destello de dolor apareció en sus ojos.
—Yo soy uno de los 14 miembros que quedan del “Clan del Dragón Olvidado”. Además… soy el único del clan dragón que tiene la habilidad de transformarse en dragón”. En otras palabras, ¡soy el único dragón sagrado blanco dorado! Mis padres, mis hermanos mayores y mi clan… me consideraban la existencia más importante.
♦ ♦ ♦
En el ruidoso bar.
El joven de pelo plateado estaba narrando… su “tonta” historia a la belleza pelirroja.
—Su nacimiento fue aclamado por los miembros de nuestro clan como el “Regalo del Dios Dragón”. Esto se debió a que antes de su nacimiento, no había nadie en el “Clan del Dragón Olvidado” que fuera capaz de transformarse en dragón. La línea de sangre del dragón sagrado blanco dorado ya se había extinguido. —El joven de pelo plateado dijo con tono amable—: Para los demás miembros del clan, era el último dragón sagrado del mundo, y también la última esperanza de la raza del dragón sagrado blanco dorado. Pero, para mí… solo era mi hermano pequeño.
Al oír esto, la belleza pelirroja dijo en voz baja:
—Debías de quererle con ternura.
El joven de pelo plateado mostró una mirada tierna mientras decía con suavidad:
—Cuando nuestro Clan del Dragón Olvidado se distanció de los humanos, los catorce vivíamos en una pequeña aldea desierta. Por aquel entonces, yo era la única persona que aún no había cumplido la mayoría de edad, así que… Él era mi hermano pequeño, además de mi único compañero de juegos. Deseaba mucho compartir todos mis juguetes con él. Esos supuestos juguetes… en realidad no eran nada divertidos. Al menos, yo me harté de ellos muy pronto, pero… viendo cómo podía estar tan contento todo el día con un juguete tonto, se me ocurrió… que algún día le encontraría el juguete más divertido e interesante del mundo.
La belleza pelirroja murmuraba con voz inaudible.
—Qué envidia.
♦ ♦ ♦
En el mundo blanco como la nieve.
El rostro de Chen Lingcun se llenó de nostalgia.
—Como el único miembro del clan que es capaz de “transformarse en dragón”, me dieron un estricto cultivo de la Habilidad Psiónica desde muy joven. Sabes, Shi Xiaobai que, de hecho… alcancé el cuarto nivel del Reino Psiónico Mortal a la edad de seis años.
De repente, Chen Lingcun esbozó una sonrisa socarrona y dijo:
—En cuanto a mi fuerza actual… sin duda es suficiente para darte una paliza. Ja, ja.
Al oír esto, Shi Xiaobai sintió que si no fuera por la atmósfera inapropiada y porque no podía hablar, habría dicho con mucho ánimo: “Venga, hagámonos daño el uno al otro.”
Chen Lingcun suspiró.
—Un niño, aunque fuera un supuesto dragón sagrado blanco dorado, se sentiría impotente con facilidad y se derrumbaría ante el agotador entrenamiento y las esperanzas de todos los miembros del clan. Pero, por fortuna, tenía a mi hermano mayor. A mi hermano le preocupaba que no pudiera soportar la dificultad del entrenamiento, así que me buscaba un juguete nuevo cada día. Sin embargo, en aquella remota montaña alejada de la humanidad, ¿cómo iba a haber juguetes divertidos? Así que todos esos juguetes eran en realidad muy aburridos. Sin embargo, cada vez que mi hermano traía un juguete nuevo, yo me mostraba muy feliz. Porque, para mí, lo más importante no era el juguete, sino que mi hermano estuviera a mi lado, intentando arrancarme una sonrisa. Hasta que un día, hice algo malo y fui castigado a arrodillarme por mis padres. Por aquel entonces, lloraba muy afligido, y…
Al decir esto, los ojos de Chen Lingcun se volvieron sombríos.
♦ ♦ ♦
—Entonces, ¿qué pasó después?
La belleza pelirroja se había movido en silencio a una posición más cercana al joven de pelo plateado.
El joven de pelo plateado la miró y dijo con ojos apagados:
—Lloró mucho. Ni un solo juguete fue capaz de tranquilizarle. Entonces… le dije que encontraría el juguete más divertido de todo el mundo, antes de… abandonar la aldea en secreto.
El joven de pelo plateado inclinó un poco la cabeza para ocultar sus ojos un tanto enrojecidos.
La belleza pelirroja preguntó perpleja:
—¿No lo encontraste?
—No, lo encontré.
♦ ♦ ♦
Chen Lingcun dejó escapar un suspiro profundo.
—En un intento de encontrar el juguete más divertido, mi hermano mayor se marchó en secreto del pueblo. Yo estaba muy disgustado, así que no se lo impedí. Estoy muy agradecido por no habérselo impedido. Porque no mucho después de que mi hermano abandonara la aldea… llegó un montón de gente a la aldea, un montón de… gente con armas.
Al decir esto, casi apretaba los dientes mientras pronunciaba las palabras “gente con armas”.
El corazón de Shi Xiaobai comenzó a acelerarse mientras un sentimiento ominoso surgía de manera espontánea.
—Ellos… estaban ahí por mí. —Chen Lingcun apretó los dientes y dijo con odio—: Eran como Hisith. Habían utilizado ciertos métodos para ser inmunes a la “maldición del olvido”. Sabían de mi existencia y vinieron a la aldea para llevarme a mí, el “dragón sagrado blanco dorado”. Mis compañeros de clan, que habían evitado las luchas toda su vida… fueron derribados con facilidad sin oponer mucha resistencia. Pero, por fortuna… este grupo de gente solo dejó inconscientes a mis compañeros de clan y no los mató… Pero… Pero…
Cheng Lingcun se atragantó de repente mientras respiraba hondo varias veces antes de calmarse a la fuerza. Dijo con gran dificultad:
—Pero entonces estaba muy asustado… temía perder el conocimiento… entonces… entonces… cuando me desperté. —Chen Lingcun cerró los ojos y usó todas sus fuerzas para decir—: Cuando desperté, la aldea había quedado reducida a ruinas. Había cadáveres esparcidos por todas partes. Estaban esas personas… así como mis propios compañeros de clan.
♦ ♦ ♦
En el ruidoso bar.
El joven de pelo plateado levantó la vista y tomó aires antes de bajar la cabeza y decir con voz temblorosa:
—Bajo un miedo extremo, completó su primera “transformación de dragón”. Tras perder el conocimiento, mató a todos. Cuando regresé a la aldea estaba muy emocionado con un juguete que encontré del mundo humano, él estaba arrodillado frente a las tumbas de mis compañeros de clan. Estaba inexpresivo, con dos manchas de sangre en la cara.
La belleza pelirroja alargó la mano para agarrar al joven de pelo plateado, mientras con la otra se tapaba la boca abierta. Sus ojos estaban llenos de dolor y amor.
El joven de pelo plateado dijo con dolor:
—Solo tenía ocho años, pero lo sabía todo. Sabía que todo el mundo había muerto tras su transformación en dragón. Así que se culpó a sí mismo, creyendo que fue él quien mató a los otros doce miembros del clan. ¿Te lo imaginas? ¿Un niño de ocho años cavando doce tumbas él mismo, trasladando los cadáveres desmembrados a ellas? ¿Te imaginas a un niño de ocho años diciéndote: “Mátame, hermano. Mátame, hermano. Mátame, hermano…”?
Al oír esto, dos torrentes de lágrimas brotaron de inmediato de los ojos de la belleza pelirroja. Se tapó la boca, intentando por todos los medios no soltar un grito. Se inclinó y abrazó al joven.
—Se culpaba a sí mismo, pero sabes… yo me culpaba más que él, porque… ¡esa panda de gente… esa maldita panda de gente fue capaz de encontrar la aldea gracias a mí!
El joven de pelo plateado gruñó por lo bajo mientras dos lágrimas ardientes rodaban por su rostro.
—Así que ese era el caso… La razón por la que has estado buscando todo el tiempo a esa organización… —La belleza pelirroja murmuró para sí.
El joven de pelo plateado asintió.
—Todo esto no fue culpa de mi hermano, sino mía. Fue culpa de esa maldita organización. Quiero matarlos a todos…
Y luego suicidarme.
El joven de pelo plateado dijo en su corazón.
El corazón de la belleza pelirroja tembló porque había adivinado los pensamientos del joven de pelo plateado. Se apresuró a cambiar de tema.
—Entonces tu hermano es ahora…
Al decir eso, la belleza pelirroja se detuvo de inmediato, deseando poder abofetearse a sí misma.
El joven de pelo plateado tembló un poco antes de decir en voz baja:
—Cuando me vea, se culpará a sí mismo. Cuando le vea, me culparé aún más… así que… le dejé. Dejé a mi hermano menor más importante.
La belleza pelirroja soltó un suspiro de alivio. Al menos solo se había separado de su hermano pequeño y no le había pasado nada malo.
El joven de pelo plateado dijo de repente:
—Pero mi hermano está a punto de morir muy pronto, en algún lugar desconocido para mí. Y no puedo hacer nada al respecto. Entonces, ¿no debería emborracharme hasta morir?
Cierto dolor no se reduce en lo más mínimo aunque se lo contara al mundo, ¿no?