Gato K – Capítulo 30

Traducido por Anissina

Editado por Ayanami

—K.

Llamó al joven por su nombre, pero, como era de esperar, no hubo respuesta. Calix pasó su mano por la mejilla del joven que dormía profundamente sobre su pecho.

El joven era bastante dormilón. Durante el día, estaba ocupado yendo de un lado a otro y, por la noche, se transformaba en su forma humana. No había forma de que no le faltara el sueño. Era, ciertamente, muy agradable poder pasar tiempo juntos por la noche. Sin embargo, si siguiera este ritmo todos los días, definitivamente sufriría de agotamiento y arruinaría su salud. Por no hablar de cómo salir a hurtadillas de la habitación cada noche y volver en secreto antes del amanecer era otra tarea estresante para el joven.

Habría sido mejor si todo se pudiera revelar, y pudieran pasar su tiempo juntos cómodamente. Sin embargo, eso parecía ser algo que el joven trataba de evitar. Puede que se preocupara innecesariamente por su secreto, pero, por el momento, Calix actuaría como si no supiera nada, como el joven quería.

El pecho le pesaba más de lo habitual. Había una clara diferencia con respecto a cuando era un pequeño gato. Pero incluso ahora, no se sentía realmente pesado. Más bien, se sintió reconfortado al notar el aumento de peso, que se sentía mucho más real que la ligereza del cuerpo felino. Y se alegró de que el área que podía abarcar también hubiera aumentado.

Calix cubrió al joven fuertemente con la sábana para que la fría corriente de aire no lo alcanzara. Y debajo de la sábana, deslizó su mano dentro de la ropa del joven.

El primer lugar que tocó su mano fue una espalda suave y sedosa, empezando por la cintura. La piel suave y lisa, sin resistencia, se deslizó bajo su tacto. Era como si su mano se hubiera fundido con su piel. Ni siquiera la seda más cara podría compararse con la sensación de suavidad bajo sus dedos.

—Mn mm…

El joven se retorció ligeramente y dejó escapar un ligero gemido. Calix detuvo su mano por un segundo. El joven se revolvió un rato y murmuró —…Sugar Prince~… —en su sueño. Luego volvió a respirar uniformemente.

—¿No te dije que mi nombre era Calix?

Incluso mientras le susurraba esto al oído, en su corazón, no le desagradaba el nombre de ‘Sugar Prince‘. Más bien, sólo hacía que el joven se viera más lindo. Sólo lo llamaba así cuando hablaba consigo mismo o cuando dormía, mientras que, delante de él, siempre se hacía el descarado y lindo, llamándolo ‘Lix’.

Calix movió su mano una vez más y acarició la piel desnuda del joven.

Sobó su espalda hasta quedar satisfecho, y luego dejó que su mano se deslizara hasta el flexible trasero del joven. Acariciando su cadera mientras bajaba, una forma regordeta y agradablemente redonda saludó su tacto. A pesar de la delgadez del joven, su trasero era bastante carnoso. Era un trasero juvenilmente adorable.

Quiso tocar el estómago y el pecho del joven como lo hizo antes, pero temió que eso pudiera despertarlo, a pesar de que seguía durmiendo profundamente sobre su estómago. En su lugar, aplacó su decepción acariciándolo a lo largo de su costado.

Antes había mencionado que era de sangre real.

Calix miró el rostro del joven dormido.

Nunca había considerado el estatus del joven. Lo único que importaba era que se había convertido en el que encontró su camino hacia el abrazo de Calix. No había necesidad de pensar en esto y aquello. Pero…

…Realeza

Se notaba que el joven había sido criado y tratado como un tesoro precioso. La oscuridad que todos tenían en sus corazones era tan tenue en él. Quizás era porque había crecido bañado en amor. Como había sido criado con tanto amor, él mismo sabía que era precioso y actuaba con dignidad y orgullo en cada movimiento. Cada vez que encontraba algo que le gustaba, que odiaba o que quería, hablaba sin dudar y lo exigía. Con una personalidad así, no era de extrañar que fuera de la realeza. En absoluto… —Es una carga… —murmuró Calix, mientras acariciaba la espalda del joven.

No parecía que el joven estuviera en la línea de sucesión al trono. Si lo hubiera estado, no lo habrían dejado crecer tan ingenuamente. Era mucho más probable que hubiera crecido en una familia rica y de alto estatus, colmada de abundante amor y cuidados. Pero, aun así, la nobleza era la nobleza. Por ello, (la familia de K), probablemente, usaría todos sus recursos para encontrarlo. Estaba claro que nunca se rendirían.

—Por supuesto, no puedo dejar que se lo lleven.

Desde el momento en que el joven había encontrado el camino hacia sus brazos, había pertenecido a Calix. Aunque tratara de abandonarlo en el futuro, y su familia se jugara la vida para encontrarlo, Calix nunca podría permitirlo.

Si iba a dejarlo así, nunca debería haber aparecido ante sus propios ojos.

Nunca debió aparecer desde el bosque y gritar con su adorable voz. Nunca debería haberle mirado con esos ojos negros sin un rastro de miedo o duda, ni haberse entregado a él sin dudarlo. Nunca debió dejarle conocer el calor de su pequeño cuerpo, ni su adorable ternura. Nunca debió dejarle saber que su encantadora existencia existía. Entonces, ya era demasiado tarde. Ya había descubierto todo eso. Nadie, ni siquiera el joven mismo podía separarlos. Él no dejaría que eso ocurriera.

Lo peor sería que intentara marcharse.

Era una tarea sencilla retenerlo contra su voluntad, pero ese joven atado no sería el mismo. El que él quería era al joven tal y como es ahora. No quería que se rompiera o cambiara.

Entonces, ¿qué debería hacer? Reflexionó Calix para sí mismo.

Domarlo poco a poco, como había hecho hasta ahora, sería la mejor manera. Al igual que el joven lo había anhelado con una expresión incómoda incluso cuando se acostó en la suave cama hace un rato, sólo tenía que seguir domándolo hasta que fuera absolutamente incapaz de dejarlo.

Comer, vestirse, jugar, observar, escuchar, dormir…

Para que no fuera capaz de hacer nada si no era con él.

—…Abuelo…

El joven murmuró en sueños.

No era ‘Sugar Prince‘. Tampoco era ‘Lix’. Estaba llamando a otra persona.

Calix extendió sus dedos y acarició los labios del niño que murmuraba. Al tocar sus labios, introdujo ligeramente la yema del dedo en su interior y tocó su suave y húmeda lengua. La frente del joven se arrugó ligeramente, pero pronto comenzó a mordisquear su dedo. Calix se rió en voz baja ante la sensación de cosquilleo.

El joven había dicho que buscaba un libro sobre seres de otro mundo.

Calix no había oído ni visto tal cosa. Sin embargo, si buscaba en los registros de tiempos lejanos, tal vez, hubiera una frase registrada al respecto. Dado que le había ordenado a sus sirvientes que la encontraran, si existía, la encontrarían a toda costa. Y…

Mientras Calix acariciaba los labios del joven, que ahora habían dejado de moverse, disfrutó de su suavidad hasta la saciedad.

… Y, tal como lo había ordenado, sería quemado. Para que no quedara ni rastro.

Para que, de ninguna manera, ni siquiera por casualidad, pudiera llegar la noticia a los ojos u oídos del joven.

♦ ♦ ♦

Una gran mano acarició mi espalda. Cada vez que algo suave tocaba la coronilla de mi cabeza, podía oír el sonido de un beso. La suave sensación bajaba gradualmente desde la parte superior de mi cabeza y se detenía en mi oreja. Me retorcí ante las cosquillas y escuché un susurro en mi oído.

—K.

Al oír la voz familiar, levanté mis pesados párpados.

—…Lix.

Mientras murmuraba, Sugar Prince me dio una palmadita en el trasero y susurró.

—Deberías despertarte.

Definitivamente, Sugar Prince me estaba susurrando que me despertara, pero, extrañamente, parecía que me estaba sugiriendo que siguiera durmiendo en su lugar. Froté mi mejilla contra su pecho y contoneé mi cuerpo.

—No quiero despertarme…

Incluso pensando en levantarme del cálido y firme pecho, sentí que se me iban a escapar algunas lágrimas. No quería nada más que seguir durmiendo así. Sugar Prince me dio unas palmaditas en el trasero sin decir nada. No podía decir si me estaba diciendo que durmiera más o que me levantara. Resistí la abrumadora reticencia a levantarme y levanté mi cuerpo. Al hacerlo, entró aire frío.

Ah. Qué dolor. Qué dolor.

Al ver mi cara de molestia, Sugar Prince se rió en voz baja. Lo fulminé con la mirada y me bajé de la cama.

Acababa de despertarme de un breve sueño, pero, en mi cabeza, sólo había ganas de volver a dormir. Estaba en mi cuerpo humano, pero como sea, quería dormir. Observé a Sugar Prince levantarse de la cama. Necesitaba que se diera la vuelta y se fuera a su habitación a dormir rápidamente para que yo pudiera ir a dormir también. No tenía ni idea de por qué se movía tan lentamente.

—… ¿No te vas a ir?

Cuando pregunté con una voz brusca, me acarició la cabeza con una mano. Fue un toque agradable, pero sólo me molestó aún más porque me dio sueño. Le aparté la mano de un manotazo.

—Vete ya a la cama.

Para que yo también pueda dormir.

Al decir esto mientras lo miraba fijamente, Sugar Prince asintió con la cabeza. A toda prisa, le empujé hacia la puerta.

—Adiós. Duerme bien. Duerme rápido. Duerme profundamente.

Al decir esto mientras lo empujaba, Sugar Prince se dio la vuelta de repente y me miró. ¡Ah, vete rápido a dormir! Este grito me llenó hasta la barbilla. Consideré la posibilidad de gritarlo, pero él abrió la boca para hablar primero.

—Habrá un baile en el palacio imperial dentro de unos días. ¿Quieres ir conmigo?

—¿Baile?

Me detuve al mencionar el baile y lo miré. Aquellos ojos dorados se entrecerraron ligeramente, y él asintió. Si era un baile, ¿era ese baile? ¿Ese mismo baile para el que Wave-dre me había vestido de pareja con Sugar Prince, y que yo esperaba ansiosamente?

Por su aspecto, debía ser ese baile. ¿Pero no estaba ya decidido que yo iría?

Mientras lo miraba fijamente, Sugar Prince añadió

—El banquete comienza a última hora de la noche y se prolonga hasta la madrugada. Me gustaría que vinieras también.

—… ¿Comienza tarde en la noche?

—Así es.

No puedo creerlo. Entonces, ¿qué pasa con mi nuevo traje? ¿Qué pasa con las bonitas mujeres de la nobleza?

Mientras me quedaba helado, mi Sugar Pince se acercó y me agarró las manos. Luego, habló con voz una suave:

—Hasta entonces, ven a mi palacio. Yo también prepararé tu ropa.

Abrí los ojos atentamente ante la mención de un nuevo atuendo.

¿Ropa para mí? ¿Ropa de fiesta?

—¿Vas a hacerme ropa?

Asintió ante mi tranquila pregunta.

—¿Igual que la tuya?

Volvió a asentir. Y entonces, yo también asentí con la cabeza.

—Entonces, supongo que iré.

Bueno, si me iban a dar un nuevo traje de fiesta, no había diferencia. Y si estaban hechos para mi cuerpo humano, entonces, también tendría pantalones esta vez.

Sonreí satisfecho, pero de repente Sugar Prince me levantó. Luego, comenzó a caminar hacia la puerta.

—Lix. ¿A dónde vamos?

—Ya que estamos en el tema, deberíamos ir a mi palacio.

Me lo pensé un segundo y volví a asentir con la cabeza.

No había nada de qué quejarse si me llevaba al palacio del Príncipe Heredero, ya que no tendría que ir solo desde aquí en la fría noche. Además, tampoco era necesario ir a la biblioteca. Bostecé ampliamente y rodeé su cuello con mis brazos. Acaricié mi cara contra su hombro, y me sentí cálido y cómodo. Como pensaba, mi Sugar Prince era definitivamente el mejor calentador. Cuando sentí que la somnolencia me invadía lentamente, cerré los ojos. Él me despertaría una vez que llegáramos.

—…Lix. En lugar de un solo traje, ¿puedes hacerme dos?

Mientras murmuraba con voz somnolienta, el cuerpo de Lix vibró ligeramente. Debía de estar riéndose.

—Los que quieras

Ante su respuesta silenciosa, sonreí satisfecho. Punto para mí.

2 respuestas a “Gato K – Capítulo 30”

  1. O Dios , K es tan lindo, y definitivamente Cálix es mi tipo favorito de Ml, sip tengo algo por los yanderes. Simplemente me gusta este par. Awwwe.

    Gracias por la traducción

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