¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Acto 2: El plan de la chica noble para salir

Traducido por Ichigo

Editado por Dimah


El recuerdo que Cordelia tenía, mientras sostenía la carta en su mano, era de su antiguo mundo cuando estaba en “preescolar” e “intercambiar cartas” era todavía popular.

Nunca había sido buena escribiéndolas, y nadie podía ser contactado solo con una carta. Por eso no tenía ningún recuerdo bueno o malo de ellas.

Pero ahora, estaba muy impresionada por la carta que había recibido.

¡Hay muchas hierbas diferentes…!

Se detuvo un momento para controlar su emoción y una vez más miró la carta…, o más bien el informe, que había recibido del jefe de cocina.

Era un “Catálogo de hierbas silvestres, fuertes y fragantes” en otras palabras, el entorno del herbazal estaba escrito. El catálogo enumeraba las hierbas con las que estaba familiarizada, como: la menta, la salvia, la manzanilla y la lavanda; las cuales crecían en una montaña, relativamente cerca de la Capital Real.

Cordelia levantó las comisuras de sus labios.

Esto es maravilloso…

La carta, que contenía información sobre muchas de las hierbas en las que se especializó, era como un cofre lleno  de joyas. Se sentía aún más radiante que las joyas reales, llenándola de alegría. Si pudiera poner sus manos en ese herbaje, sería un excelente comienzo para su investigación.

Poner mis manos en ellas será crucial para decidir mi primer paso hacia la investigación.. 

Pero entonces, notó un gran problema.

Aunque conocía el lugar, el ambiente donde se encontraban las hierbas era en una montaña.

—Una joven noble va a la montaña a recoger hierba silvestre… ¿Es posible?

La montaña, ubicada relativamente cerca de la capital real, contenía magia en abundancia; gracias a ello, las plantas crecían bien, pero por la misma razón era una zona de peligro debido a la presencia de monstruos. Por ello, aunque Elvis malcriara a su hija—; la joven tenía la impresión de que él no le daría permiso para ir, especialmente por el amor que le profesaba.

Ciertamente, podría aprovisionarse de las hierbas que requería,  con el apoyo de los sirvientes.. Sin embargo, Cordelia quería ir personalmente y confirmar la disposición de su crecimiento salvaje. Además, era posible que descubriera, gracias a su conocimiento, hierbas que no estaban catalogadas. También deseaba salir de la mansión.

Desde que nació, rara vez se ausentaba de la residencia familiar.

No es que expresamente se le prohibiera salir, pero, en primer lugar, es probable que “los niños nobles no suelen salir a pasear”. Tampoco había sido incitada a hacerlo. Ella no pensaba que estuviera totalmente prohibido, porque había leído novelas, en la biblioteca, donde se mencionaba que los niños salían “acompañados por un tutor” para conocer a sus prometidos/prometidas; pero posiblemente era difícil salir sin justificación.

Quiero conocer a mis plantas predestinadas… Solo bromeo, eso no sería razonable.

Ahora bien, ¿qué debo hacer?

Cordelia pensó que era complicado, pero no tenía intención de rendirse.

En su vida anterior, por el bien de la investigación, iba a cualquier lugar y a todas partes. Por eso su instinto le dijo: “No es bueno quedarse encerrada en la mansión”. Además de eso, estaba tratando de hacer cosas fuera del conocimiento convencional del mundo. Por eso no creía que tendría éxito si se apoyaba en otros. De ahí que considerara necesario ir personalmente al lugar.

Sin embargo, también entendía que si quería ser una dama de verdad, no podía hacer a un lado la sabiduría tradicional. Si salía, tendría que encontrar una solución que no se desviara del comportamiento de una dama. Además, necesitaba una razón que protegiera a sus acompañantes, y que convenciera a su padre…

—Ah.

Ella pensó hasta ese punto, y encontró una posibilidad.

—Si yo acompañara a mi hermano Isma en su paseo…

El tercer hijo y segundo varón de la Casa Pameradia, Isma Ismael Pameradia.

Cordelia recordó a esa persona.

Tenía tres hermanos: el mayor y su melliza menor —casada con el segundo hijo de la Casa del Duque— quienes tenían catorce años más que ella, el tercer hijo y su segundo hermano mayor, con doce años más que Cordelia. Entre ellos, el mellizo mayor y el segundo hermano, eran caballeros de la Guardia Imperial.

Esos hermanos suyos estaban fuera de servicio dos de cada diez días. Normalmente vivían en el dormitorio, pero volvían a casa en su asueto. Una vez en casa, Isma salía a dar paseos a caballo. Era su método para relajarse de su riguroso trabajo. Naturalmente, como era un caballero de guardia, no requería escolta. Empero, no podían dejarle ir solo a algún sitio, así que un lacayo de la mansión siempre le seguía. Sin embargo, había oído que él también frecuentaba las profundidades de las montañas.

Isma le había preguntado juguetonamente a Cordelia antes.

—¿Quieres venir también?

En ese momento, estaba demasiado sorprendida por su inesperada pregunta como para responder, pero recordaba claramente lo que había dicho. Isma era de naturaleza benigna comparado con Elvis y su hermano mayor, siendo además, una persona de buenos modales. También tenía un rostro amigable. Elvis diría algo como “Estoy en casa”, en un saludo e Isma alentaría la conversación con, “¿qué hiciste hoy?”.

Sin embargo, no significaba que su relación fuera buena, incluso el pedirle que lo acompañara en su viaje; podría haber sido sólo una cortesía social. No obstante, aunque fuera una broma, no rechazaría a Cordelia, a quien había invitado previamente, si ella quisiera ir. Apostó por esa posibilidad.

Cordelia sacó inmediatamente algunos papeles y engalanó frases cuidadosamente escritas. La escritura no era su fuerte, pero su carta sería revisada… En otras palabras, su mensaje sería leído por otra persona. Como hija de la Casa Pameradia, sus misivas deben estar bien escritas. Aunque la persona que la leyera no revelara el contenido, era ideal no mostrar ninguna brecha.

En primer lugar, era la petición a su hermano, así que la escritura desordenada estaba fuera de discusión.

Ahora bien, ¿cuál será la respuesta de mi hermano?

Las palabras que escribió, llenas de expectativas, contenían un poco de vivacidad y una sensación de facilidad.

Sin embargo, la respuesta de Isma nunca llegó.

Había oído que él, siendo el miembro más joven de su unidad, tenía muchas tareas, por lo que era imprudente pensar que se negó solo porque ella no había recibido una respuesta.

Por eso, Cordelia siguió anhelando seriamente a que él volviera a casa. El día que llegó, era inevitable que lo esperara ansiosamente. Se mantuvo firme en la entrada mientras miraba afuera. Normalmente, se esforzaba en sus clases de baile y en sus estudios, pero durante esos dos días, estaba exenta de todas las clases, gracias a que se esforzaba y aceleraba su ritmo.

En cuanto a Elvis, fue capaz de persuadirlo tres días después de que se le ocurriera el plan.

—Quiero acompañar a mi hermano en su paseo.

La primera vez que dijo esas palabras, su padre parecía reacio y le preguntó en un murmullo.

—¿Puedes incluso montar a caballo?

Pero, aparte de eso, no la aceptó ni la rechazó. Por lo tanto, ella siguió pidiendo permiso. Hasta que finalmente, recibió la respuesta.

—Dejaré que Isma decida.

La razón por la que su padre estaba reacio era la misma que ella había supuesto; Cordelia, asumió igualmente, que él no podía rechazarla de inmediato porque había un caballo.

La equitación formaba parte de la educación de un noble. Sin embargo, comparado con otras prácticas educativas, muy pocas mujeres lo aprendían, porque requería que estuvieran activas. Con todo “siendo una de las pocas actividades en común con los hombres” podría ser una ventaja para futuras conexiones.

Lo que significaba que el tema más crítico era la seguridad: Estoy encantada de que mi hermano mayor sea un caballero.

Si Isma no fuera un caballero, era muy probable que su petición hubiera sido rechazada por razones de seguridad.

Hermano mayor, ¿no volverás a casa antes?

Isma probablemente no aparecería por la mañana si volviera a la hora habitual.

Sin embargo, Cordelia continuó esperándolo sin moverse, con la esperanza de que hoy fuera diferente.

El tiempo se desplazaba como siempre, pero sentía que se movía mucho más lento.

Al final, Isma volvió a casa a la hora acostumbrada, que era pasado el mediodía. Parecía haber terminado el papeleo, después de hacer guardia al amanecer, y sus ojos, de por sí  rojos, estaban aún más.

Su hermano no se parecía a Elvis aparte de sus pupilas; sus ojos eran suaves y su pelo castaño, ligeramente más claro. Era alto, delgado, y daba una impresión de debilidad; si usara una palabra de su vida previa, diría que se parecía a un coqueto. Era un caballero genuino, que vestía con una armadura de caballero y se veía muy bien con la espada, pero por alguna razón, se apreciaba como un rompe corazones. No pensó que sería sorprendente que tuviera un club de fans en la capital real.

Aún así, Isma seguía siendo alguien de la Casa Parmeradia. No había rumores sobre él flotando por ahí.

Contrariamente, era preocupante que no hubiera rumores.

Isma tenía suficiente fuerza para ser un caballero. Aún viéndose cansado, podía moverse después de dormir durante dos horas. Hoy probablemente sería así también.

—Parece que esperabas con impaciencia, Cordelia.

—Buen trabajo, hermano Isma.

Él no pudo ocultar su sonrisa irónica, probablemente porque adivinó el motivo para esperarlo.

—¿Hablas en serio sobre lo que escribiste en tu carta?

Se agachó y se puso de rodillas, a la altura de su hermana menor. Miró directamente a Cordelia con sus ojos igualmente rojos.

Sus ojos ligeramente entrecerrados, casi hicieron que ella contuviera la respiración, pero en vez de eso, habló.

—¡Sí, por supuesto!

Para no ser superada, levantó la mano derecha de Isma con ambas manos.

—Hola, hermano. Por favor, llévame contigo. Me gustaría ir al bosque Schiwiel.

—Pensar que mi hermana, quien está atada a la biblioteca y a su padre, me propondría para el trabajo. Además al bosque… ¿Madre te influenció?

—¿Madre…? ¿Se reunió con nuestra Madre?

Cordelia se sorprendió por la inesperada pregunta y terminó preguntándole a él en cambio.

¿A nuestra madre le gusta el bosque? Nunca había escuchado eso antes. 

Isma sonrió un poco por su pregunta.

—¿Hermano…?

—No, no es nada. Iremos mañana. El bosque que brilla en el rocío de la mañana es una vista hermosa, así que saldremos temprano.

—S-Sí.

—Lo siento, pero me iré a dormir un rato. Deberías volver a tu habitación, Cordelia.

Las palabras de Isma fueron un poco confusas. Le acarició el pelo, se levantó y desapareció en los pisos superiores, donde estaba su habitación.

Como pensaba, tal vez era algo que no debía preguntar… 

Rara vez se veían, pero claro, no era como si Cordelia no conociera a su madre en absoluto.

Su madre era una belleza con el mismo pelo castaño que Isma y su hermana. Con solo uno de sus movimientos mostraba su elegancia, y su presencia era asombrosa. Su tutor de etiqueta también le enseñó a moverse maravillosamente, pero comparado con el tutor… No, su madre estaba dotada de una elegancia refinada que no se podía comparar.

Pero, siempre había sido una reclusa. No importaba cuán elegantes fueran sus movimientos, ese comportamiento no era nada elegante.

La relación con ella era terrible, y no había visitado a Cordelia desde que estuvo gravemente enferma a los tres años. Aunque pasara junto a su padre en el pasillo, todo lo que hacía era inclinarse; nunca se hablaban. En lugar de ser ignorada, la niña sentía como si su existencia no fuera reconocida.

Cordelia había intentado contactar con su madre muchas veces en el pasado.

La primera razón era que quería evitar su aterrador futuro. Después de todo, si te conviertes en condesa, tendrás una fuerte influencia en casa. Si quería que ella fuera reina en el futuro, como hizo Elvis, no podía permitirse el lujo de estar en contacto con su madre.

Sin embargo, Cordelia aún no había tenido una conversación con ella. Incluso si quería fijar una cita, la criada siempre volvía con un mensaje de rechazo. Finalmente, ocurrió tantas veces, que la niña renunció a la idea de contactarla. No estaba abandonando su futuro; solo que finalmente se había dado cuenta de que la existencia de su madre no tendría ningún efecto.

Parecía que simplemente no estaba interesada en la Casa Parmeradia.

Era lo que la criada le había manifestado cuando molestó para obtener información:

Su madre se enamoró de Elvis, quien era un caballero, y le rogó a su padre que la apoyara para establecer su compromiso.

Sin embargo, él, que había aceptado el compromiso, no tenía interés en su esposa y lo consideraba un matrimonio político.

Para empeorar las cosas, renunció como caballero antes de casarse.

Incluso después de renunciar a su puesto, no actuó como un marido y permaneció distante.

Por supuesto, la criada hablaba de forma indirecta; como si estuviera contando una historia, pero Cordelia omitió las partes innecesarias y la resumió. Sorprendentemente, su madre actuó como si “fuera mejor para su marido estar preocupado”, así que no debería interesarse en cosas como el matrimonio de Cordelia, que parecía ventajoso para la Casa Parmeradia.

Por eso, antes de cumplir los cuatro años, dejó de intentar reunirse con ella. No pudo comunicarse; además de entender que no podía ser una carga para sí misma, también se mostró reacia a tratar de forzar a alguien a mediar entre ellas, para poder conocerla. Afortunada o desafortunadamente, a Elvis no parecía importarle, así que no había necesidad de involucrarse con su madre más de lo necesario.

Me pregunto si el comportamiento egoísta de Cordelia en el juego, fue heredado de su madre… Murmuró en su mente mientras de repente pensaba en ella.

Elvis había dicho, “te casarás con el Príncipe coronado” y era muy probable que Cordelia también pensara, “por supuesto que lo haré”.

Si esto fuera como la historia, entonces parece que mi madre se alegraría si mi padre solo hablara con ella… pero a mi padre no parece que le importe en absoluto, así que es difícil mejorar la situación. 

Cordelia suspiró en secreto mientras veía a Isma retirarse, alejándose de ella. También quería oírlo desde el punto de vista de su hermano, pero podía entender porque quería mantener la boca cerrada. No importaba la razón, probablemente dudaba en decirle a su hermana pequeña que su madre la estaba evitando.

Aunque lo entendía, se dio cuenta de que estaba algo deprimida. Tuvo una extraña sensación; su propio corazón, o más bien “el de la verdadera Cordelia” le dolía. Se sorprendió de estar deprimida por alguien a quien casi no había visto; alguien que ni siquiera pensaba en ella… Y también, por la existencia que había dentro de ella, que no era ella.

Aún así, apretó su mandíbula y volvió a su habitación sin detenerse.

“Estos son los momentos en los que un noble debe suprimir sus emociones”, o algo así.

Cerró la puerta mientras murmuraba una de las cosas que su tutor le dijo muchas veces: No puedo mostrar que estoy molesta. Perdería mi tacto, y abriría una brecha en mi corazón. Se convertiría en un obstáculo para cuando piense en mi próximo paso. 

Esas palabras le eran familiares, pero no creía que pudiera aprehenderlas en ese momento.

Me alegro de que no haya lecciones hoy. 

Si alguien me encontrara ahora mismo, entonces no sería capaz de mantener la compostura. Con eso en mente, caminó lentamente hacia el centro de su habitación y corrió sus finas cortinas de encaje.

Estaba cansada porque había estado demasiado excitada esta mañana y por eso me enfadé cuando mi hermano mayor, Isma, sacó a relucir a mi madre. No me importó mucho.

Ella pensó eso y, aunque la acción fue terrible para una noble dama, lentamente cayó en su cama.

Está bien, mi cabeza se aclarará después de dormir..

Pero una pequeña voz comenzó a hablarle a Cordelia desde el mundo oscuro detrás de sus ojos cerrados, como si estuviera perturbando sus sentimientos.

Oye, no es que mamá no esté interesada en la casa; ¿no te odiará?

—Cállate.

Es tu madre, ¿verdad? ¿No te sientes sola? A pesar de que se encontró con tu hermano.

—Entonces, ¿qué dices que debo hacer?

Cordelia se dio la vuelta como para apartar sus pensamientos y abrió un poco los ojos. Escuchó un crujido.

Parecía que las cortinas colgantes la acusaban de algo.

Así es. No pensé nada de eso. Los sentimientos de soledad son una mentira. Ella es el mejor ejemplo de quién no debe ser. No me convertiré en una mujer testaruda solo porque las cosas no salgan como yo quiero. Me convertiré en una mujer que puede saltar a través de los aros. Incluso si soy fuera de lo común en este mundo; lograré la felicidad por mi cuenta.

Cordelia se entregó a la tan esperada somnolencia.

Rápidamente me convertiré en una verdadera dama. Seguiré mirando hacia adelante sin dejarme llevar por mis emociones.

Hizo una firme resolución mientras su conciencia se desvanecía..

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