Traducido por Ichigo
Editado por YukiroSaori
Esa noche, Cordelia le explicó todo eso a Elvis. Pero él no aceptó de inmediato y frunció el ceño.
—Me enteré de que ibas a visitar el asilo de pobres, y te pregunté qué ganarías con ello. Pero, ¿no querías estudiar las hierbas?
Elvis no habló de los pros y los contras de enseñar en el asilo de pobres. Por otro lado, no podía negar que esto era diferente del propósito que tenía cuando había visitado a la bruja por primera vez.
—¿Quieres ser profesora?
—No.
—Actuar por caprichos no conduce a buenos resultados.
Cordelia se sintió sorprendida al escuchar a Elvis.
Podía entender el sentido de sus palabras, y eran justificables. Pero Elvis solía señalar los problemas antes de negarse. Cordelia se sorprendió de que no lo hubiera hecho. Sin embargo, no podía retirarse solo porque estaba sorprendida. Había momentos en los que tendría que rendirse, pero, al menos, eso no era ahora.
—Por supuesto, no puedo enseñar todo el tiempo. Sin embargo, quiero interactuar con las chicas que se lanzan a lo que quieren, para encontrar el apoyo que podría darles. Por fortuna, todavía tengo tiempo. No voy a descuidar mis propios estudios por este motivo.
No puedo permitirme el lujo de echarme atrás.
Declaró Cordelia de nuevo para obtener el permiso. Tenía que convertir su fuerza en aliados para dar la vuelta a sus palabras negativas. De lo contrario, sentía que iba a perder su espíritu.
—Lo máximo que puedes enseñarles es durante dos cambios de estación…
—Muchas gracias.
Cordelia no sabía si sus sentimientos le habían llegado. Pero había conseguido un retraso mayor del que esperaba. Tenía medio año. Si lograba algún resultado… si podía encontrar alguna prueba de que había hecho felices a Toto, Lana y las niñas, entonces eso sería la prueba de que había avanzado.
Padre me dio medio año, así que no es que no tenga ninguna expectativa.
Si es así, entonces tengo que cumplir con sus expectativas. Pero no me pondré demasiado nerviosa. No estoy sola. Tal vez pueda involucrar a Gille y a Vernoux en esto. Ellos podrían darme buenas ideas y consejos desde una perspectiva diferente.
Cordelia volvió a su habitación después de excusarse. Sin embargo, no podía descansar aunque hubiera obtenido el permiso.
—Primero, tengo que pensar qué tipo de profesora quiero ser.
Por desgracia, Cordelia nunca había tenido experiencia docente en su vida anterior, ni siquiera como trabajo a tiempo parcial. En este mundo, solo había tenido clases individuales con sus tutores, pero recordaba de cuando era estudiante que había diferentes formas de proceder en una clase.
—Quiero centrarme en las cosas principales en la medida de lo posible… pero sería más divertido si también enseñara sobre cosas triviales.
Sin embargo, eso solo era fácil de decir, así que primero tenía que empezar por seleccionar un libro de texto para usar.
Cordelia pensó en centrarse en los libros de historia de los que había aprendido, pero sus conocimientos iban más allá de lo requerido para los plebeyos. Además, los niños no podían tomar lecciones tan a menudo como Cordelia, así que debía elegir un libro con cuidado.
Pensó mientras preparaba los materiales. Al mismo tiempo, pensó en consultar con Aisha sobre cómo dar una clase. Aunque Aisha no enseñaba historia, era profesora en la Alde Caina, y enseñaba a Lara.
Al día siguiente, Cordelia envió una carta a Aisha y recibió una respuesta esa misma tarde. La respuesta de Aisha fue agradable, y dijo que visitaría la mansión Pameradia mañana si era conveniente para Cordelia. Cordelia también respondió de inmediato.
♦ ♦ ♦
Al día siguiente.
Aisha se presentó en la mansión Pameradia con dulces.
—Cuánto tiempo sin verte, señorita Cordelia.
—Hermana Aisha. Siento haber pedido demasiado.
—¡Claro que no! Estoy encantada de que me lo hayas pedido. Por favor, ponte en contacto conmigo de inmediato si hay algo en lo que pueda ayudarte. Sobre todo porque éste es mi fuerte.
Cordelia guió a Aisha hasta el salón mientras escuchaba sus tranquilizadoras palabras.
—Lara también tenía ganas de verte hoy.
—Yo también tengo ganas de verla. Es una niña diligente.
—Lo es. Pero se enfada cada vez que se lo digo.
Llegaron al salón mientras bromeaban. Cordelia llamó a la puerta antes de abrirla y Lara se dirigió con velocidad a la entrada desde el centro de la habitación. Cordelia le había dicho que esperara en la sala, así que tal vez se había puesto nerviosa y merodeaba por allí.
—Lara, la hermana Aisha está aquí.
—Tanto tiempo sin verte, Lara.
—¡Ha pasado mucho tiempo, profesora Aisha!
La voz de Lara se quebró cada vez más, mostrando su tensión; sin embargo, sus acciones eran hermosas y no eran inferiores a su comportamiento. Lara se inclinó y se encontró con los ojos de Aisha, pero sus siguientes palabras no salieron con facilidad.
Después de un rato, las palabras que salieron de su boca fueron de su partida.
—Entonces, por favor, discúlpeme. Traeré un poco de té más tarde.
Cordelia se sorprendió de que se hubiera marchado enseguida, a pesar de lo emocionada que estaba ayer. Pero cuando vio que las orejas de Lara se habían puesto rojas, se volvió hacia Aisha. Aisha sonrió con ironía y se encontró con los ojos de Cordelia.
—Me alegro de que haya sido más acogedora de lo que pensaba. Estoy deseando probar el té que prepara.
Dijo Aisha, después de que Lara se marchara, y Cordelia estuvo de acuerdo. Tal vez había estado demasiado nerviosa para decir algo. Pero, al mismo tiempo, Cordelia estaba celosa porque eso era una prueba de que su relación era buena.
También quiero dar una clase que recuerden siempre.
Para ello, primero debía transmitir mis pensamientos a la hermana Aisha y recabar sus opiniones al respecto. Cordelia se decidió y empezó a consultar con Aisha.
Su consulta con Aisha también incluyó un descanso con Lara y duró hasta la noche. Ella le sugirió que diera a Lara un simulacro de clase para que su visión pudiera concretarse.
No. Debería ser honesta. Los niños de la Aldea Oulu no quieren una clase aburrida o difícil de entender. Si puedo tener clases simuladas, entonces no debería dejar pasar esta oportunidad. No puedo permitirme el lujo de dejarla pasar.
Lara aceptó con alegría la petición de Cordelia. Pero también parecía confundida y avergonzada en ese momento. Pero cuando entraron en la clase, se concentraron en la lección y no les molestó el hecho de que se conocieran. Así, la ansiedad de Cordelia se calmó un poco después de la clase. Después de eso, continuó consultando con Aisha y le pidió a Lara que se uniera a sus lecciones simuladas. Sus preparativos aumentaban.
♦ ♦ ♦
La clase de Cordelia fue tomando forma mientras se preparaba poco a poco, y también hablaba con Vernoux sobre la clase cuando se acercaba como siempre a comer dulces.
—De verdad eres caprichosa, Dilly. ¿Te has preparado para ello?
Sonrió de manera irónica a Vernoux, que retorcía el tenedor en su brownie.
—Lo tomaré como un cumplido.
—Sé que te has estado preparando para la clase, pero ¿no has estado en casa de la bruja?
—No, sí he ido, ya que tengo cosas que quiero preguntarle. Además, ayer pedí prestados libros nuevos.
Ayer había pasado por la casa de la bruja después de la visita de Aisha y había tomado prestados dos libros; uno sobre plantas medicinales y otro sobre plantas marinas. Cordelia le pasó el libro sobre plantas marinas a Ronnie después de haberlo leído una vez.
Ronnie había estado investigando sobre el oblaat cada vez que no salía. Parecía muy preocupado: “Esto no se funde bien”, “Se va a quedar así”, “¿No puede quedar más fino?” o “¿Tengo que mejorar la herramienta de secado?” Cordelia le había advertido que no se excediera, y Lara le advirtió: “No lo consideres un juguete solo porque es fácil”.
Ronnie incluso parecía haberse perdido el almuerzo hoy, y seguía mirando su libro con un sándwich en la mano. Parecía demasiado concentrado. Estaba feliz de que esto tocara la fibra sensible de Ronnie, pero también estaba un poco preocupada de que se enfermara.
—Parece que estás preocupada por muchas cosas.
—Lo estoy.
Vernoux se refería a la clase, pero tampoco se equivocaba, así que ella aceptó. El brownie del plato de Vernoux desapareció antes de que ella se diera cuenta.
—Bueno, nuestros horarios acabarán coincidiendo, así que podremos ir juntos a la Villa de Oulu. Entonces, disfrutaré viendo tus extenuantes esfuerzos.
—No es un espectáculo. Pero todavía estoy impactada por las cosas que pasaron la última vez.
—¿Qué? ¿Te refieres al coqueteo de Gille?
—No, bueno, eso está. Pero no puedo creer que te hayan llamado príncipe…
Sintió que iba a reírse de manera irremediable solo con recordarlo… pero no lo dijo y le mostró a Vernoux su mejor sonrisa. Vernoux frunció el ceño por un momento pero de inmediato respondió con una sonrisa provocativa.
—¿Te decepciona que no sea el príncipe?
—¿No eres tú el que está decepcionado? Si fueras el príncipe, no necesitarías salir a comer dulces, ¿verdad?
—No, no sé… El príncipe también podría dar pena, ¿sabes?
Ambos no querían ceder la iniciativa de la conversación al otro, así que se aferraron a sus sonrisas falsas. Pero eso no duró mucho. Vernoux se encogió primero de hombros.
—Bueno.. invítame como creas conveniente si quieres hacer algo.
—Vaya, ¿estás seguro?
Ella pensaba involucrarlo, pero no había esperado que él se ofreciera primero. Pero a Vernoux no le importó y asintió.
—Sí. Gille está pensando en varias formas de ayudarles.
—Entonces, ¿también tienes alguna idea?
—Pienso ayudar, pero es difícil que les ayude de manera activa. Tal vez sea excesivo hablar de nuestro feudo… No creo que tenga tiempo suficiente para averiguar lo que quiere la otra persona.
Vernoux sonrió con amargura. Era el hijo legítimo, y aunque podía sacar tiempo para salir de incógnito, en realidad estaba agobiado.
—Gille está bastante ocupado, así que se alegrará si te acercas a él primero. Si lo dejas solo, es probable que pase la noche en vela.
—Vaya, entonces por favor dile al joven Gille que no se exceda. No puedo pedirle que se derrumbe.
—Seguro. Tal vez se exceda si le dijo eso, pero se lo diré.
Si es así, ¿entonces no deberías decírselo? Cordelia siguió preguntándose mientras Vernoux se marchaba.
♦ ♦ ♦
Unos días después, Cordelia se dirigió de nuevo a la aldea de Oulu. Llevó consigo una hoja explicativa, en lugar de un libro de texto casero, y su tensión.
Esperando a Cordelia en la Aldea Oulu estaban Lana y las otras dos chicas que habían leído el diario de la dama de la corte.
Para ser más precisos, Toto también dijo que quería escuchar, así que estaba en el aula, pero pronto se sumió en el mundo de los sueños. Todavía era demasiado pronto para que recibiera clases. Sin embargo, parecía satisfecha cuando la clase había terminado, y se sentía como una hermana mayor.
La clase consistía en las voces de sorpresa de las chicas, y Cordelia se sentía aliviada de poder traer sus intereses.
Como prueba, tuvo otra alumna cuando dio su segunda clase unos días después. El cuarto alumno era un chico que miraba con curiosidad los apuntes que miraban los otros tres. Era más tranquilo que Lana y las chicas, y asistía a clase sonriendo. Sin embargo, era buen amigo de Mick y fue apartado por él cuando se entrometió en la clase. Pero el chico tampoco era débil y al final volvió a la clase.
Cuando se iba a casa, Cordelia le preguntó a Mick si quería participar en las clases, pero él la miró con desprecio. Seguía siendo un reto para ella hablar con Mick.
La siguiente vez que la visitó, Vernoux y Gille también vinieron después de tanto tiempo.
Sin embargo, ella no tenía una clase programada para ese día, el plan era ayudar a la directora. Gille parecía decepcionado, pero Cordelia se sintió aliviada, ya que no iban a ver su clase.
Estaban reparando las herramientas que los niños utilizaban cuando iban al mercado de la capital real, y también fabricando artículos. Estaban arreglando las telas que se usaban para decorar la tienda, haciendo nuevas cajas para poner las mercancías y haciendo coronas de flores. La directora hacía la base de la corona con ramas recogidas en el bosque cercano. Luego, se decoraba con cosas como cintas, flores secas, frutos secos, cuentas de madera o botones. Las cintas, las cuentas de madera y los botones se empapaban de algodón con tinte vegetal. Se vendían bien junto a las verduras.
—Es un color precioso.
—Está teñido con cacahuates. Solo la cáscara es un poco brillante, y la parte más oscura es la piel. Puedes mezclar la cáscara y la piel para obtener un color más brillante. También hay artículos teñidos con trébol.
Cordelia estaba un poco alejada de los niños, y estaba usando unas tijeras con la directora para hacer cintas. Vernoux y Gille estaban usando martillos y clavos para hacer reparaciones. No estaban acostumbrados a hacer ese tipo de trabajo, pero seguían trabajando con cuidado.
—Dime, ¿de qué color crees que sería bueno teñir esto?
Cordelia dudó un poco ante la pregunta de la directora.
La tela es de un color verde claro. Iba bien con la corona, pero si tuviera que pensar en otros colores… ¿qué color sería bonito?
—Si lo tiñes de menta, entonces también podrías disfrutar del aroma. Si quieres algo más brillante, entonces podrías usar manzanilla. Pero es un poco caro, para teñirlo de rosa con rosas rojas lo hará más vibrante. Si quieres un tinte moderado, entonces la piel de las uvas lo hará de un hermoso color púrpura claro.
Puedes teñir la tela de amarillo-verde con tallos y hojas de menta utilizando un alumbre. La manzanilla le dará un color amarillo más intenso. Puedes utilizar hierbas secas o frescas, siempre que ajustes la cantidad.
La directora escuchó la respuesta de Cordelia y pensó en ello.
—Después de todo, no basta con tener colores marrones. He añadido algunos colores cálidos con flores secas, pero quiero que sean más vibrantes.
—No, no era eso lo que quería decir… Solo pensé que si tenías que usar un color diferente. Todos los colores que tienes ahora son preciosos.
—Los colores se volvieron así cuando empecé a usar lo que nos quedaba… Ah, sí, vamos a pensarlo un momento. Creo que podemos recoger los hollejos de la uva según la temporada. Pero me sorprende que también sepas lo de teñir, Dilly.
—No puedo calcular el coste ya que no sé cómo utilizarlo con fines comerciales, pero sé un poco.
—Coste, eh. Pero… oh sí, por ejemplo, podríamos usarlo en algo como un chal y usarlo al final de las coronas en lugar de usar solo cintas. Entonces podríamos aumentar un poco nuestro presupuesto…
La directora murmuró al final como si estuviera hablando consigo misma mientras cortaba la cinta con las tijeras.
—Casi me olvido de que eres una niña cuando hablo contigo, Dilly.
—Soy una niña, pero ya tengo doce años. Soy un poco mayor que Toto y las chicas.
—Vernoux y Gille también son sensatos. Los niños de aquí ya los reconocen como hermanos mayores.
Dijo la directora, mientras miraba a los dos que seguían trabajando mientras eran tratados como niños.
—Lana y las niñas disfrutan mucho de tus clases, Dilly. Gracias.
—Es un honor que pueda ser útil.
—De verdad queremos enseñarles más. Pero no podemos mantener el lugar en funcionamiento si no ganamos dinero…
Dijo la directora mientras suspiraba.
—¿Crees que es malo conseguir ayuda…?
—Tú lo sabes, ¿verdad? ¿De lo que pasó?
—Sí.
Cordelia miró a la directora a los ojos y respondió.
La directora devolvió la mirada a Cordelia y comenzó a hablar.
—Siendo sincero, entonces eran demasiado voluntariosos. Yo solo era una ayudante. Pero ahora es demasiado tarde para pedir ayuda… Nos estamos ganando la vida de alguna manera, y los aldeanos nos están ayudando. Creo que hemos hecho un lugar muy bonito.
—Me doy cuenta mirando a los niños.
—Eso es bueno. Pero cuando veo las caras de felicidad de Lana y los demás, no puedo evitar pensar que podría hacer más por ellos. A veces me pregunto si las cosas están bien como están. Aunque tengo que ponerme las pilas.
Las palabras de la directora sonaban como si se las dijera a sí misma, en lugar de a Cordelia. Le pareció que la imagen de la directora se superponía a la de la bruja.
—Me resulta difícil entender su conflicto, directora. Sin embargo, las circunstancias cambian con el tiempo, y es normal que sus ideales se tambaleen. La historia siempre nos enseña que nuestros valores y el mundo siempre están cambiando. Creo que lo mismo podría decirse de los individuos.
»Puede haber momentos en los que ser constante es importante. Pero, ¿por qué no consultas con alguien de confianza si estás preocupada? Nunca es tarde para pedir ayuda.
Cordelia no pudo decir: “Por favor, habla de esto conmigo”. La persona más adecuada para que la directora hablara era la Bruja.
—Así es… Nunca he tenido una charla adecuada con Green.
La directora murmuró como si hablara consigo misma y una voz llegó desde fuera: “¡El vendedor de pescado está aquí~!” La directora levantó la vista.
—Oh, el vendedor ambulante está aquí.
—¿Hay un vendedor ambulante de pescado?
—Sí. Aquí se puede llegar a un río, pero no se puede conseguir pescado fresco. Podemos conseguir pescado seco pequeño, que es difícil de vender en la capital real, por poco dinero. Dilly, ¿quieres comprar algunos para llevar a casa también?
—No. Me abstendré.
Cordelia observó como la directora se dirigía hacia donde estaba el vendedor ambulante.
Ahora que lo pienso, decían que los entrenadores de la capital real también ganaban dinero con la venta ambulante.
Cordelia observó como el vendedor ambulante hablaba con la directora, a través de la ventana, mientras pensaba así, y de repente se le ocurrió una idea.
—Oh sí, puedo hacer que sea móvil —murmuró Cordelia.