¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Entreacto 5: Un día en una sección del castillo real

Traducido por Ichigo

Editado por YukiroSaori


[POV: Sylvester]

—Hermosas nubes blancas están nadando en el cielo azul, ¿no es así? ¿No crees que es aburrido estar estudiando en un escritorio en un día tan hermoso? Personalmente, creo que sería más significativo hacer un entrenamiento con la espada.

En la sala silenciosa, la persona que había dicho eso era Vernoux.

Vernoux había estado leyendo un libro de texto en una esquina de la habitación, pero ahora lo había tirado sobre el escritorio. Ese libro era abanicado por el viento que entraba por la ventana y las páginas se pasaban solas. Las páginas se volvieron inmóviles cuando el viento dejó de soplar, pero no creo que esa fuera la página que Vernoux necesitaba.

También quería estar de acuerdo con la opinión de Vernoux.

Había buen clima, quería agradecer el día tranquilo con una taza de té en el jardín. Ni siquiera me importaba entrenar con la espada. Pero, dudé en decir esas palabras.

Si estuviera a solas con Vernoux, seguro que estaría de acuerdo. Pero no estábamos solos. Había otra persona en la habitación, aparte de Vernoux y yo.

El cual estaba disgustado y aconsejó a Vernoux con una voz que sonaba como si se arrastrara por el suelo.

—Joven Vernoux… ¿Todavía no lo entiendes? Esto no es un estudio; es un sustituto porque sacaste a su alteza del castillo.

Su nombre es Clive Leif Eames.

Es el hijo del marqués Eames y un joven que ha estudiado en el extranjero, hasta hace unos días. Y, tras su regreso a casa, la situación era que ahora trabajaba a mi lado. No recuerdo haber visto su cara antes de que se fuera a estudiar, pero ahora lo veo todos los días.

—Sinceramente, ¿ni siquiera puedes resolver este asunto sin que alguien te vigile?

Clive se quejó con una mirada agria, pero por desgracia su expresión no tuvo ningún efecto en Vernoux. Vernoux se sentó superficialmente en el sofá y estiró las piernas de mala manera, mientras refutaba.

—En realidad no lo saqué. Su alteza quería preguntarle algo al Conde Hale, así que le concedí su deseo. También hicimos un informe adecuado antes de que saliera, ¿verdad?

—¿Apropiado, dices? Joven Vernoux, no me hagas enfadar más. Dejaste a su alteza y te hiciste pasar por él. Luego, me engañaste hasta que regresó. ¡¿Y dices que lo reportaste?!

—¿No está bien? Si es necesario, aunque sustituya a su alteza, demostramos que la gente no puede notar la diferencia, ¿no es así? Esta es la prueba de que mi técnica de sustitución es hábil.

—¡¿Qu…?!

—Creo que es una lección importante, en muchos sentidos, ¿sabes?

Vernoux hablaba con Clive con franqueza, pero éste parecía realmente irritado.

—Su alteza… ¿por qué se ríe?

—No, lo siento.

Clive ni se molestó en preguntar si había o no reflexionado. Pero, creo que el hecho de que no me arrepienta de haberme escabullido le ha sido transmitido. El suspiro ligeramente exagerado que pude escuchar saliendo de él fue la prueba.

Conozco a Clive desde hace poco tiempo, pero hasta yo reconozco la seriedad con la que toma su papel de perro guardián. Y también pensé que era lo contrario a Vernoux.

Vernoux era muy flexible con las cosas, y por eso hacía de intermediario entre Dilly y yo. Ya que era del tipo que pensaba que mientras no nos atrapen todo estaría bien. Comparado con él, Clive era muy serio. Era fiel a sus principios, lo suficiente para que Vernoux lo llamara cabeza dura.

La forma en que esos dos me trataban era, por supuesto, diferente porque sus personalidades eran completamente opuestas.

Para mí, Vernoux… era un buen amigo de “Gille” y “Sylvester”. Hablando de imprudencias, al principio era quien me advertía sobre mis acciones, pero ahora se ha convertido en mi complice.

Por otro lado, Clive estaba a mi lado por orden de su padre. Probablemente por eso se consideraba un vigilante… no puedo decir que nuestra relación sea todavía de amigos.

De ninguna manera odio a Clive. Al contrario, creo que es una persona de confianza. Por lo tanto, quiero ser amigo de él; ahora bien, ¿cómo me hago amigo de él?

—Su alteza… Por favor, no salga del castillo cuando quiera, hasta que termine el Festival de la Fundación.

—Lo sé.

—Si realmente no entiendes esto, entonces el castillo será seriamente cerrado.

—Todo el mundo estaría preocupado si eso ocurriera, así que me comportaré.

Clive habló con gravedad, y yo le contesté mientras sonreía con ironía. Por lo visto, tiene la impresión de que no le escucho. Lo prometí, una vez más, al ver que fruncía el ceño.

—No te preocupes. Ya he estirado mis alas, así que actuaré adecuadamente como “su alteza” durante el Festival de la Fundación.

—De acuerdo… Pero, por favor, abstente de salir después de eso también.

En primer lugar, no tenía intención de descuidar mis deberes. También ese día, hice lo que dijo Vernoux; terminé todo mi trabajo y salí cuando tuve tiempo… Sin embargo, no les informé cuando volvería al castillo e hice que Vernoux cambiara su apariencia y volviera al castillo primero. La habilidad para disfrazarse de Vernoux era realmente tranquilizadora, pero creo que es una habilidad que definitivamente no querría que tuviera mi enemigo.

—Entonces, cambiaremos de lugar para que no te enteres la próxima vez que venga a casa.

—Joven Vernoux.

La voz de Clive, que respondió a las palabras medio bromistas de Vernoux, sonó como si el suelo se hubiera congelado. No pude evitar reírme de eso, pero sabía cuál era el que estaba iracundo.

—Clive… ¿no quieres perdonar a Vernoux? Sólo seguía mi egoísmo.

Habría sido diferente si Vernoux me hubiera invitado a salir. Pero, le había pedido que me ayudara a escabullirme, y él había aceptado sin más. No se había mostrado reacio a hacerlo, pero eso no podía servir de excusa. Si no le hubiera pedido que me ayudara, probablemente no habría tenido que escribir una reflexión como esa.

Pero, el tono de Clive se hizo más profundo ante mis palabras.

—No importa lo que diga su alteza, joven Vernoux necesita reflexionar. Es obvio por su comportamiento actual.

Debería haber parado esto antes, pensé, pero también sentí que Vernoux irritaría a Clive, aunque hubiera dicho otra cosa.

—Qué rígido, Clay. Y, es demasiado pronto para que seas tan odioso a esta edad.

A pesar de que me preguntaba cómo debía responder, Vernoux volvió a lanzar palabras para burlarse de Clive.

Esto no es bueno. Aunque Vernoux estaba haciendo pucheros, definitivamente se estaba divirtiendo. No eran palabras utilizadas para convencer a alguien.

Si Vernoux se está divirtiendo tanto, entonces no tengo que forzarme a dar una respuesta… mientras pensaba eso, me sentí incómodo.

¿Clay…?

—¿Qué pasa con ese nombre….?

Era imposible que la propia persona no se diera cuenta de eso.

—Bueno, si te llamara Clive, entonces pondrías una cara que dijera: “No quiero que me llames por mi nombre”, ¿no es así? Clive Leif Eames. Si lees las primeras letras de tu nombre se convierte en Clay, ¿verdad?[1]

—Nunca he oído hablar de esa abreviatura. ¿Por qué tengo que llamarme así en primer lugar?

—Es un nombre de mascota, ¿tienes algún problema con eso?

—Te preguntaré a cambio, ¿dónde no hay problema con eso?

El serio Clive dijo: “¿Dónde debería replicar?” y crispó la cara. Sin embargo, no parecía que a Vernoux le importara en absoluto.

—No me importa que no añadas el “joven” a mi nombre. No te preocupes por ello.

—No tengo ni idea de lo que dices.

Ciertamente, Vernoux no contestó con una respuesta que respondiera a la pregunta de Clive. Sin embargo, pude entender lo que Vernoux estaba haciendo de alguna manera. Se burlaba mucho de Clive, pero parecía que intentaba profundizar en su amistad… Probablemente, creo.

Sin embargo, al menos en esta etapa, Clive no mostraba ningún signo de entender su intención. Y estaba tan insatisfecho que podría decirse que no tenía ninguna otra expresión.

Pero, sorprendentemente, Clive no reprendió más a Vernoux. Tal vez, pensó que era demasiado molesto tratar con él por lo que podría haber pensado que era inútil decir más.

Pero a partir de ese momento, Vernoux decidió llamar a Clive: Clay. Aunque este se negara a darle permiso para hacerlo, Vernoux seguiría insistiendo hasta recibir su aprobación. Como era un hábil conversador, pocos podían ganarle en ese aspecto.

—Entonces… ¿también puedo llamarte Clay?

—Su alteza.

—Es una broma. Clive, ¿podemos culminar lo de los saludos aquí mismo?

Me encogí de hombros mientras él me miraba con desprecio y le entregué la tarea que había culminado. Se trataba de los saludos utilizados para el Festival de la Fundación.

Todavía no he tenido la oportunidad de saludar al público en general, ya que aún no he llegado a la edad adulta. Pero aun así, tenía que hacer mis saludos en círculos extremadamente privados. El hecho de que le diera a Clive lo que acababa de escribir no significaba que fuera a corregir el manuscrito. Pero, si se había decidido en ser mi guardián, entonces leería lo que le acababa de dar. Era vergonzoso mostrarle a alguien mis escritos, pero podría hacerlo sin dudar si aguantaba esa sensación aquí.

—Le daré esto al profesor…

No señaló nada en particular. Parecía haberme entendido y dobló la carta por la mitad.

—Se lo dejaré a usted.

Al decir esto, el sonido de una campana sonó por toda la habitación.

Cuando miré el reloj, vi que eran las dos de la tarde.

—Su alteza, ya es hora.

Me levanté mientras escuchaba a Vernoux, que también miraba el reloj.

Hoy era el día de mi encuentro con el conde Pameradia.

—Clive, ¿te importa si voy?

—Adelante…

Probablemente Clive no quería dejarme ir. Su voz se mezclaba con un poco de suspiro, y me dio la impresión de que simplemente estaba de acuerdo porque yo iría aunque intentara detenerme. También podría ver mal que llegara tarde, ya que la familia real fue la que invitó al conde a venir.

Desgraciadamente, estaba presionado por el tiempo, y sería difícil convencer a Clive ahora mismo.

—Nos vamos, su alteza. Joven Vernoux, quédate aquí.

Al parecer, Clive quería venir conmigo a la sala de entrenamiento. Advirtió a Vernoux y me abrió la puerta para que pasara.

La sala de entrenamiento estaba a poca distancia de la habitación, pero Clive siguió caminando en diagonal detrás de mí. Era mucho más fácil hablar con él si caminaba a mi lado, pero siempre se negaba.

Podría relajarse un poco más, pensé, pero no parecía probable por los momentos.

Si era posible, quería hablar con él un poco más, para que nos conociéramos, pero no se podía evitar.

Podría ser un poco menos rígido si yo actuara como el “príncipe ideal de Clive”. De alguna manera entiendo qué imagen tenía Clive de un príncipe.

Pero, nada cambiaría realmente aunque Clive me reconociera como un “príncipe maravilloso” solo por cambiar mi comportamiento exterior.

¿Tenía algún sentido suavizar las cosas? Clive iba a ser alguien con quien me relacionaría durante mucho tiempo. Por lo tanto, en la medida de lo posible, no quería fingir una personalidad frente a él.

En general, no creía que lo que decía Clive estuviera mal. Por lo tanto, sentía que estaría admitiendo que mi comportamiento era incorrecto si fingía.

—Lo que has dicho es cierto Clive, pero tampoco creo que me haya equivocado.

—Su alteza… ¿dijo algo?

—No, nada.

Mi monólogo no había llegado a Clive. Aun así, no me atrevo a repetirlo.

Dejando a un lado si sería alabado por mi comportamiento o no, solo voy a hacer lo que puedo hacer. Como príncipe, podría decir algo con lo que es difícil estar de acuerdo, e incluso podría hacer enojar a mi gente… Bueno, esta vez lo hice con Vernoux, pero tendré en cuenta de no molestar más a los demás. Siento haberlo arrastrado a esto, pero él fue quien lo sugirió, así que algún día le devolveré el favor.

Por supuesto, no quiero ignorar las ideas de Clive. Debo sorprenderle y no rendirme. Me siento mal por él, pero definitivamente no me rendiré.

—Clive, te he causado muchos problemas.

—¿Eh? No.

Por un momento,Clive mostró una extraña reacción a mis abruptas palabras, pero inmediatamente lo cambió.

Después de un poco más de tiempo, ¿podría también hablar honestamente con Clive? No puedo adaptarme a sus expectativas, pero creo que debería intentar hablar con él con franqueza.

Si es así, debería empezar por interactuar con él.

—Clive, ¿te gustan las espadas?

—No diría que me gusta. Pero, es necesario, así que tengo que dominarla hasta cierto punto.

—Ya veo. Entonces, ten un combate con Vernoux y conmigo alguna vez.

—Su alteza está bien… Me gustaría vencer al joven Vernoux alguna vez.

Sonreí amargamente a Clive, que dijo eso con mucha seriedad. Sin embargo, me alegré por ese lado competitivo de él. Se llevaría bien con Vernoux.

Pero, en contraste con los sentimientos positivos que tenía, Clive bajó la voz.

—Su alteza, hay algo que me gustaría discutir con usted.

—¿De qué se trata?

Ladeé la cabeza ante su voz tensa, y mencionó a alguien que nunca pensé que lo haría.

—¿Sabes que el conde Pameradia tiene una hija de tu edad?

—Sí, Cordelia, ¿verdad? Vernoux habla mucho de ella.

Levanté un poco la guardia mientras agradecía que pudiera hablar.

No puedo decir que Clive y Dilly nunca se hayan relacionado, pero la posibilidad era alta ya que él se había ido a estudiar al extranjero. Entonces, ¿por qué salía su nombre aquí? A Clive le pareció que yo le animaba a hablar con mi expresión.

—Ella podría estar utilizando al joven Vernoux. Que el joven Vernoux te hable de ella también podría ser algo que ella deseara que ocurriera.

—¿Usando a…?

—No sé lo que el Conde está pensando. Podría estar aprovechando la oportunidad de hablar contigo, para intentar acercar a su hija a ti.

Parpadeé varias veces mientras seguía dándome consejos inesperados. Luego lo sentí.

Eso es imposible. Si fuera cierto, sería la persona más feliz.

—Ten la seguridad de que no es así. Vernoux no es tan estúpido, y ella no está interesada en lo más mínimo.

—¿Qué dices…?

—Ya me he encontrado con Cordelia en la mansión Flantheim. Sin embargo, solo intercambiamos saludos, y ella se divertía hablando con otras damas de su edad.

Quería hablar más con ella si era posible. Conversaba con “Gille”, pero una de mis preocupaciones era que era difícil hablar con ella como “Sylvester”. Me arrepentí un poco de no haberlo dicho, mientras confesaba eso, sonreí irónicamente.

Sin embargo, Clive no frunció el ceño a pesar de haber escuchado mis palabras, que sonaban como si me estuviera infringiendo daño.

—Estaría bien si fuera cierto…

No creo que dudara de mis palabras. En lo que respecta a Clive, Dilly y yo nunca habíamos interactuado entre nosotros, así que era natural. Pero probablemente había una razón por la que todavía no estaba convencido.

—¿No tienes una buena impresión de ella?

Clive no negó mis palabras. Sin embargo, dejó de parecer un poco desagradable. Nunca había visto a Clive tener esa reacción. A juzgar por su aspecto, no parecía tener una base clara para su comentario.

Sin embargo, no creo que Clive fuera el tipo de persona que piensa mal de alguien sin razón.

—No te estoy criticando. Solo he preguntado porque tenía curiosidad. No te obligaré a responder si no puedes.

—Pensé que no estaba acostumbrado a las mujeres… Su alteza.

—¿Eh? Quizás… ¿te preocupa que me seduzca alguien?

—No sé qué pensar de esas palabras usadas por usted… Pero, sí.

¿Realmente es algo de lo que debería preocuparse cuando Dilly sólo tiene doce años? Me quedé pensando por un momento en que en este mundo sí ocurrían cosas así mientras escuchaba la siguiente afirmación de Clive.

—La casa Pameradia tiene una fuerte influencia. Y he oído que el conde, ha tenido fuertes ambiciones desde hace mucho tiempo. Y he oído que su hija es hermosa.

Clive habló con seriedad hasta el final. Sin saber que, en realidad, eso era algo que deseaba.

—De hecho, si recibo una propuesta como esa de la casa Pameradia, entonces es cierto que debo considerarla un poco. Es difícil ignorarla por completo.

—Sí.

—Pero, el Conde no quiere tanto el poder. No sé sobre el pasado, pero ahora mismo no lo quiere. Padre me lo explicó… El conde quiere mucho a Cordelia, así que ni siquiera la dejaría casarse con la familia real si el hombre no es lo suficientemente bueno.

De nuevo, mis palabras me atravesaron el corazón al exponer con calma esas razones. Sin embargo, Clive no parecía convencido, incluso con esas razones. Pero me resultaba un poco difícil exponer más razones con calma.

Por supuesto, Cordelia no pensaba así, y el conde probablemente tampoco. El conde ya controlaba por completo las partes críticas del mundo político, y puede haber rumores de que podría contener fácilmente a los otros nobles. Pero aún así, está teniendo mucho cuidado de no estropear el estado actual de las cosas, no quiere causar un revuelto… o eso dijo padre.

—Elvis tenía la tendencia a ser demasiado impaciente hace diez años, pero se ha vuelto muy tranquilo. ¿Es tan grande la existencia de su hija? —Recordé las palabras de mi padre.

En cualquier caso, los hermanos mayores de Dilly, Cyrus e Isma, tampoco han recomendado nunca a su hermana menor. Quería que me lo dijeran ellos… Pero era imposible.

—Sin embargo… Por favor, piénsalo. Si el conde quiere tanto a su hija, no sabrás lo que haría por ella. Y no sería extraño que criara a una hija desconsiderada.

Clive había dicho eso porque estaba ansioso. Pero, me ofendía que siguiera hablando mal de Dilly.

—Mucha gente está cegada por el poder de su alteza. Tendrá la oportunidad de hablar con muchas damas en el Festival de la Fundación, independientemente de si son o no de este reino, y habrá quienes lo considerarán con mucha ambición.

—Lo sé incluso sin que me lo digas. He sido “su alteza” durante más de diez años después de todo.

—No estoy bromeando.

—Yo tampoco estoy bromeando.

Sin embargo, finalmente me di cuenta una vez que le rebatiera.

Oh, Clive ha estado hablando demasiado debido al Festival de la Fundación. De hecho, es la temporada en la que vienen muchas damas… Pero, Dilly, la persona por la que Clive está preocupado, probablemente tampoco vendrá al festival este año.

¿Cuándo diablos podré, finalmente, hablar con ella con esta apariencia?

—¿Su alteza?

—Ah, lo siento. Estaba pensando.

—Ya veo.

—Sin embargo, no te preocupes. Ciertamente hay gente que quiere acercarse a mí con deseos perversos. Sin embargo, no son los únicos que se acercan a mí. Lo entiendes cuando te miras a ti mismo y a Vernoux, ¿verdad?

»Aunque tenga este aspecto, puedo juzgar a la gente.

La expresión de Clive se volvió muy difícil de leer cuando dije eso en broma.

¿Es porque no está de acuerdo con mis palabras? ¿O está rechazando el hecho de que haya sacado a relucir el nombre de Vernoux? En cualquier caso, parece que ahora mismo no puedo conseguir que esté de acuerdo conmigo.

—No digo que tenga que ser ahora mismo, pero te agradeceré que lo entiendas.

Clive no respondió a mi deseo. Sin embargo, decidí que estaba interpretando el significado ya que no lo negó. Así que… le pedí que hiciera una cosa para profundizar su comprensión.

—Veamos… Por eso, en primer lugar, ¿podrías llamarme “Sylvester”?

—¿Perdón?

—Los nombres son importantes, ¿no? “Su alteza” se siente un poco distante. Si quieres, no me importa que uses una abreviatura como “Clay”.

Clive parecía que le costaba responder a mis palabras, y luego se aclaró la garganta en silencio antes de tiempo.

—Entendido. Joven Sylvester. Me gustaría llamarle así, pero puede llamarme como quiera, joven Sylvester. Mientras no sea el joven Vernoux, puedes llamarme Clay.

—Gracias.

Era sólo un compromiso, pero había dicho mi nombre. Me sentí un poco más cerca de él, y mi humor mejoró.

Estaría bien que Dilly también me llamara “Sylvester”.

Nos acercamos a la sala de entrenamiento mientras hablábamos, y el conde ya había llegado.

—Estaría bien que hoy pudiera dar un golpe…

Aunque lo había dicho, no pude aguantar ni la mitad del tiempo. Aunque pensaba que lo haría hoy, la única imagen que me viene a la cabeza es la de ser abrumado.

—Su alteza. Si te imaginas perdiendo, entonces solo perderás.

—Sí, gracias.

Estoy seguro de que Clive no me ve ganando, pero me alegro de que me apoye y me anime.

—Haré lo que pueda. También tengo que ser diligente para no ser descortés con el conde, que me está dedicando su precioso tiempo.

Esos son mis verdaderos sentimientos, pero también tenía muchos sentimientos ocultos que no podía decir en voz alta, como: No quedaré bien si sigo perdiendo siempre y no sé si Dilly puede usar espadas. Sin embargo, probablemente nunca conseguiría dar un golpe al conde por mucho que pasara el tiempo así. Pensé eso mientras me preparaba.


[1] Esto funciona en japonés porque las primeras letras de su nombre se convierten en グレイ, pero se traduce de una manera que queda extraña.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido