¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Extra 1: Unas vacaciones para la señorita que se resfrió

Traducido por Ichigo

Editado por YukiroSaori


—Entonces, señorita, terminemos aquí por hoy.

—De acuerdo.

Después de que Cordelia terminara con su lección de historia, y viera a su tutora irse, sintió como si sus ojos se volvieran borrosos y se los frotó. Pero, cuando volvió a abrir los ojos, su visión volvió a la normalidad, y no pudo sentir nada extraño.

—Debe ser mi imaginación —reflexionó, y se fue a almorzar sin miramientos. Sin embargo, extrañamente no tenía apetito, y, al final, apenas tocó su comida.

—Me pregunto si será un resfriado… —susurró eso para sí misma, y un grito vino de detrás de ella.

—¡¿QUÉ?!

El dueño de esa voz era Ronnie.

—Ronnie, ¿qué pasa?

—Porque, la señorita, hace un momento, dijiste que estás resfriada, ¿no?

—Sí. Me siento un poco mal. Me pregunto si debería descansar.

Cordelia inclinó la cabeza hacia Ronnie, que de repente perdió la complexión.

—¿Estás bien? Tienes peor aspecto que yo…

—Bueno… ¿Qué estoy diciendo? Por favor, descansa. La señorita sigue siendo una niña… ¡¿Eh, señorita?!

Siento que su voz está tan lejos, aunque esté siendo tan fuerte, pensó ella, mientras su visión se desvanecía en la negrura.

♦️ ♦️ ♦️

—¿Te has despertado…?

—¿Emina…? Esta… Es mi habitación, ¿no es así?

—Sí. Señorita, se ha resfriado.

Emina habló mientras colocaba una jarra en la mesa auxiliar. Tal vez, ella tiene la medicina también.

Pero, esto es solo un resfriado. Me derrumbé en el momento en que me di cuenta de que lo estaba, así que no pensaba no cuidarme.

—Es sólo un resfriado… ¿no?

—Sí. Pero la señorita todavía no es adulta.

—Tengo la sensación de que Ronnie dijo lo mismo antes de que me derrumbara.

No tienes que tratarme como a una niña. 

Eso pensó ella, pero Emina debió ver a través de ella.

—Señorita tiene mucho poder mágico, por lo que es más fácil que te pongas mal. Primero, por favor, bebe esta medicina.

Ella obedeció a Emina mientras recordaba, que ya le habían explicado eso antes.

No había estado enferma desde los tres años, pero aparentemente, se ponía así, incluso por un resfriado, debido a lo alto que era su poder mágico. Una vez más se dio cuenta de que tener mucho poder mágico no siempre era bueno. Cordelia bebió su medicina con la ayuda de Emina.

El sabor salado de la medicina se extendió por toda su boca. Francamente, era malo.

—Estarás mejor una vez que tu cuerpo se estabilice lo suficiente. Además, la señorita ya ha superado una gran enfermedad. Por eso, podrás ponerte bien pronto, si descansas bien.

—¿De verdad?

—Sí, eso fue lo que dijo el médico. Pero, tendrás otro examen médico.

Al parecer, el médico ya la había examinado, así que probablemente no tenía mucho de qué preocuparse. Pero tenía la sensación de que su cuerpo se sentía más lento que cuando estaba en el invernadero.

—¿Me pondré mejor en tres días?

Odiaría no lograrlo, pensó Cordelia mientras hablaba, pero Emina abrió los ojos sorprendida.

—¿Emina?

—Bueno… señorita, el doctor dijo que probablemente mejorarías en diez días.

—Eeh, ¿diez días?

Ella gritó, lo que hizo que el daño rebotara en su cabeza. Se sujetó la cabeza con dolor, y Emina le dijo:

—Por favor, descansa un rato.

Cordelia siguió obedientemente sus instrucciones. Sentía como si le dieran una campanada en la cabeza, y le era imposible hacer otra cosa.

—Pero… ¿diez días?

Es una pérdida de tiempo estar enferma durante tanto tiempo, pensó.

Definitivamente no volveré a resfriarme, Cordelia no tuvo más remedio que jurar eso. Sin embargo, no tuvo tiempo de pensar más en ello, e inmediatamente se quedó dormida mientras tenía una pesadilla.

No pudo hacer nada durante tres días; más bien, su estado empeoró. Sin embargo, pudo levantarse, un poco, dos días después.

Las cosas en su habitación se multiplicaron mientras descansaba; había flores, jarrones y peluches tan grandes que incluso podían abrazarla.

Los peluches gigantes fueron comprados por Elvis e Isma. Un hombre extremadamente frío y un joven chispeante llevaban ambos esos grandes peluches. Ella solo estaba medio consciente en ese momento, así que no pudo grabar la imagen en su mente. Era realmente lamentable que solo pudiera recordarlo vagamente.

—Señorita, he traído su comida.

—Gracias, Emina.

—Y el joven Vernoux te ha enviado una carta.

—¿Del joven Vernoux? ¿No es una caja en lugar de una carta?

El nombre de Vernoux y la palabra carta.

¿El joven Vernoux puede escribir una carta? Cordelia frunció el ceño, porque no encajaba la idea.

La abrió cuando terminó de comer. Dentro había un sobre y un papel, así como una pequeña caja.

Cordelia cogió primero el papel, y solo había tres líneas escritas en él.

¿Cómo está tu resfriado? He entregado la carta de Gille. Mejórate pronto, ya que quiero comer algunos dulces.

Tuvo que posponer su veredicto sobre si Vernoux podía o no escribir una carta.

Estoy segura de que escribió esto con prisa, así que ¿por qué su carta es como un memorándum? Pero, esto sí parece propio de él. Y tal vez… Había escrito este memorándum porque estaba muy preocupado, pensó Cordelia. Si no, era imposible que cogiera la pluma.

Sin embargo, al leer el memorándum concluyó que el otro sobre era una carta de Gille. El sobre era delgado, y pudo comprobar que solo había una o dos hojas de papel dentro.

No tienes que leer esto si estás cansada.

La carta que empezaba con esas palabras era diferente a la que había escrito Vernoux; esas palabras indicaban la preocupación de Gile por ella.

¿Has dormido bien?

Iba a enviarte algo que fuera bueno para los resfriados, pero Vernoux me detuvo. Dijo que era imposible que no lo tuvieras en la Casa Pameradia, y que se convertiría en basura.

Realmente quería ir a visitarte, pero es justo antes del Festival de la Fundación, y me dijeron que era imposible que lo hiciera.

Estaba muy agradecida a la persona que detuvo a Gille mientras leía esa frase.

Gille tenía mucho poder mágico. No sería capaz de mirarle a la cara si le hubiera pasado el resfrío, aunque no fuera antes del Festival de la Fundación.

Me basta con que hayas querido visitarme, joven Gille. 

Incluso ella sabía que Gille no era de los que dicen palabras halagadoras. Había intentado visitarla, aunque no le gustaba mostrarse ante los demás. Eso era suficiente.

Realmente no necesitas responder a esta carta, así que descansa bien. Pero déjame darte este regalo porque creo que te aburrirás cuando te mejores un poco. Intenta escucharlo si quieres.

Miró la cajita, que le había regalado Gille, después de leer la última parte de la carta.

Escribió intenta escucharla, pero ¿qué quiere decir? Pensó, mientras la sacaba.

—Es una caja de música.

En la caja, que era lo suficientemente grande como para caber en su mano, había una talla de una rosa. Cuando giró ligeramente la llave y abrió la caja, escuchó un sonido tranquilo y afectuoso que provenía del interior. Y en su interior había una única bola de cristal redonda que servía de amuleto, y también estaba envuelta en una tela roja con el dibujo del amuleto bordado. Pudo notar que el bordado estaba cosido con mucho cuidado, sin embargo las puntadas estaban un poco desalineadas, afirmando ser el duro trabajo de un aficionado.

¿No me digas que el joven Gille hizo esto…?

Esto claramente no fue comprado. Pero, ella nunca había oído hablar de un hombre noble haciendo labores de aguja.

Si la persona que había bordado esto era realmente el joven Gille… Entonces debe haber estado realmente preocupado por mí. 

Ella había visto a Elvis e Isma, así que sabía lo preocupados que estaban.

Incluso había oído de Emina que Ronnie había sido extrañamente responsable, y dudó en entrar en su habitación, aunque estaba preocupado.

—Entrar en la habitación de la señorita mientras está descansando es…

Había dicho.

Emina también dijo que Lara, que también debería estar aislada, ya que tenía una gran cantidad de poder mágico, también se había resfriado antes, y estaba inquieta por la preocupación.

Pero en cuanto a Gille, ella podía decir que estaba preocupado por su carta, pero honestamente no podía imaginar cuál era su reacción. Sin embargo, podía imaginar qué reacción tuvo Vernoux.

Una sonrisa apareció naturalmente en su rostro, y cogió la campana de la mesa auxiliar. La campana tintineó en silencio y Emina apareció inmediatamente.

—Emina, tengo una petición. ¿Podrías traerme papel y un bolígrafo?

—Señorita, ¿estás bien?

—Sí, lo escribiré aquí, así que estará bien.

Haría que Emina se preocupara más si sus cartas temblaban. Así que, ella iba a dejar de escribir si toda su letra causaba que Emina se preocupara.

Pero, tengo que escribir si puedo. El joven Gille dijo que no tenía que responderle, pero quiero tranquilizarlo. 

Por supuesto, ella también quería tranquilizar a Vernoux. No podían verse y ni siquiera podían comunicarse correctamente, así que él podría seguir preocupándose por ella. Por lo tanto, quería decirle que estaba bien.

—Pero, podrían enfadarse conmigo si escribo mucho…

Tengo que ser breve. Eso es lo más importante. Ahora bien, ¿cómo puedo dar las gracias a alguien en una frase corta? Se preguntaba.

Ocho días después de haber cogido un resfriado.

Cordelia aún no tenía la energía suficiente para caminar por la habitación, pero se había recuperado lo suficiente como para levantarse y caminar sola hasta el sofá. La carta que había escrito el quinto día fue entregada a Gille y Vernoux el sexto día, y había recibido una respuesta de ambos al día siguiente que decía: “Tienes que dormir, ve a descansar”. Los dos se preocuparon demasiado, aunque ella había dicho que estaba bien. Pero ella se resistía a escribir cartas, ya que habían ido tan lejos para recordárselo.

—¿Así que no puedo escribirles una respuesta hasta que esté realmente bien?

No puedo decir lo bien que tengo que estar para poder declararlo. Por supuesto, si el médico dice que estoy bien, entonces debería estar bien… Cordelia pensó eso mientras se deslizaba suavemente fuera de la cama.

Quiero pensar que me perdonarán por moverme un poco, pensó mientras se dirigía al sofá. Todavía le cansaba un poco estar despierta durante mucho tiempo, pero le dolía el cuerpo si dormía demasiado tiempo.

Pero mi padre y mi hermano probablemente se enfadarán si se enteran de que me he levantado.

Pero, también se sentía aburrida de solo estar sentada en el sofá.

Cordelia miró alrededor de la habitación y vio la caja de costura en el borde de la mesa. Tiró de la caja hacia ella sin dudarlo y abrió la tapa; luego cogió un poco de hilo que había colocado dentro.

Me pregunto si no hay buenos diseños. Si es posible, me gustaría hacer algo como un amuleto…

Se había retrasado a causa de su resfriado, pero en un principio había querido regalarle a Gille un bordado más preciso. Por eso, como disculpa por haberle hecho preocuparse por ella, quiso hacerle algo más apropiado.

El joven Vernoux podría reírse de esto… Pero creo que el joven Gille estaría contento con cualquier cosa, ya que le gusta ese pañuelo mal hecho. 

Si quería hacer regalos como disculpa, Gille no era la única persona a la que tenía que dar uno. Vernoux también se había preocupado por ella. Era imposible que solo le diera un regalo a uno de ellos, cuando los dos se habían preocupado por ella.

—No… No es suficiente con dárselo a los dos, en primer lugar. Así es, tengo que darle algo a padre y a mi hermano también. Ah, pero entonces también tendré que darle uno a Emina y Ronnie, y luego a Lara también…

Empezó a pensar eso, y luego se preguntó cuántas piezas necesitaba. Su cara se crispó. Era consciente de que no era buena bordando, como para poder bordar tantos regalos.

—Yo, estoy segura de que Ronnie estaría bien con solo comida. Sí, estoy segura. Por supuesto, el joven Vernoux es lo mismo, pero no quería dejarlo fuera al pensar en el joven Gille… Pero entonces, me pregunto si es mejor darle a Ronnie lo mismo…

Por supuesto, no había nadie allí para responder a la pregunta de Cordelia. Se cuestionó a sí misma y dio un largo suspiro.

—Necesito un mínimo de siete. Yo puedo hacerlo. Pensemos bien los diseños y los colores.

Sin embargo, si ella bordaba siete diseños, entonces no creía que pudiera enviar una carta diciendo “He mejorado”.

Puedo hacer los del joven Gille y el joven Vernoux primero, pero eso también es un poco…

Al menos, también le preocupaba que se convirtiera en un chisme, ya que probablemente le entregaría el regalo de Vernoux bajo la atenta mirada de uno de los criados. En primer lugar, sería vergonzoso que pensaran que ella le estaba dando un trato especial, porque había dado prioridad a su regalo.

—Sí, sí. Y, podría ir a la tienda de artesanía cuando me recupere lo suficiente para pasear por la ciudad. No tengo tanto hilo como la señorita Hazel, así que no es mala idea ir a verlos yo misma. Además, puedo averiguar lo que le gusta al joven Gille a través del joven Vernoux… Ah, por supuesto, pienso preguntarle al joven Vernoux lo que le gusta también…

Cordelia murmuró mientras hablaba gradualmente más rápido, y la última parte sonó como si se hubiera atragantado con sus palabras. Tosió violentamente, y Emina entró inmediatamente en la habitación.

—Señorita, todavía tiene que descansar.

—L-lo siento, Emina.

Se disculpó entre sus toses, que aún no habían cesado, mientras era guiada de vuelta a su cama por Emina. Y, al volver, Emina cogió el hilo de bordar que aún tenía agarrado.

—Voy a ordenar esto.

—Gracias…

En realidad quería contemplar el color para reflexionar un poco más, pero no pudo, porque Emina no podía dejar que una persona que tosiera se quedará despierta. Cordelia lo entendió y no se quejó.

—Señorita, lo más importante para un enfermo es el período de recuperación.

—Sí, pensaba en eso.

Pero durmió tanto que ya ni siquiera estaba cansada, así que quiso levantarse un poco. Ella realmente quería escribir una carta indicando que estaba bien. De hecho, ahora estaba casi siempre bien.

Pero en contraste con sus pensamientos, Emina tenía una expresión realmente fría en su cara.

—Todo el mundo se preocupara, esta vez, si tu resfriado se repite.

—Tienes razón… Lo siento.

Emina tenía mucho sentido, y Cordelia se disculpó mansamente.

—Si realmente quieres bordar, te enseñaré cuando te mejores.

Estoy muy contenta con la oferta, pero también quiero darle algo a Emina, así que podría ser complicado… Pensó eso mientras su somnolencia se hacía extrañamente más fuerte.

Después de todo, todos en esta casa podrían estar consintiéndome.

Pensó, mientras era invitada al país de los sueños.

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