Hogar Zerg – Capítulo 22: La revelación

Traducido por Bee

Editado por Sakuya


Xi Ran no tomó en serio las palabras de Huan Xiu, sino que pensó, “el maestro tiene una habilidad tan especial”. Si Huan Xiu supiera que es tan poderoso a los ojos de su amante, probablemente volvería a reír a carcajadas.

Después de calmarse por un tiempo, Xi Ran recuperó su estado normal. Pero Huan Xiu pudo ver claramente que el estado de ánimo del otro se había aliviado y la depresión que había estado ahí durante algún tiempo había desaparecido.

—Guardaré las flores. —Xi Ran de repente recordó algo y recogió el ramo de flores que había estado sosteniendo con fuerza en su mano, listo para encontrar un jarrón para ponerlas.

Xi Ran colocó la tarjeta de felicitación que Huan Ye le había dado en su mesita de noche como si fuera a esperar hasta mañana para leerla. Huan Xiu se sentó y lo vio trabajar, luego de repente pensó en algo y dudó por un instante antes de decidir revelar todo hoy.

—Xi Ran.

—¿Qué pasa, Maestro? —Xi Ran inmediatamente se dio la vuelta y escuchó a Huan Xiu con gran atención.

—Hay algo que quiero decirte.

Xi Ran se sorprendió por la expresión seria de Huan Xiu. Como acababa de tranquilizarse, Xi Ran no pensó en una dirección pesimista y simplemente se sentó frente a Huan Xiu con las orejas levantadas.

—Maestro, por favor hable.

—Hay algo que nunca antes le había revelado a ningún Zerg. Creo que es hora de que te lo cuente. Espero que puedas mantenerlo en secreto para mí una vez que lo sepas, incluso de Xiao Ye.

—Okey. —Xi Ran asintió, aceptando sin preocupaciones.

Huan Xiu se rió amargamente. 

—De antemano, es posible que no lo creas… porque este hecho es demasiado anormal.

Xi Ran, ansioso de que Huan Xiu hubiera cuestionado su confianza en él, se puso de pie y se cubrió formalmente el pecho, jurando que creería todo lo que dijera su Maestro.

Huan Xiu empujó a Xi Ran hacia abajo y dijo—: Lo sé… Siéntate y escucha lo que tengo que decir.

Naturalmente, el secreto que quería contar era solo una cosa: que había transmigrado a este mundo desde un planeta humano para reemplazar al “Huan Xiu” original.

Huan Xiu y Xi Ran estaban tan juntos que confiaba en que no tendría miedo ni filtraría la información a extraños. Guardar secretos para siempre era más fácil decirlo que hacerlo, pero en realidad era mucho más doloroso de lo esperado. Incluso si solo tiene una persona con quien compartir sus secretos y su pasado, es una experiencia relajante.

En el ambiente privado de su dormitorio, Huan Xiu estaba muy relajado. Comenzó desde el lugar donde nació, habló sobre el momento del desastre y luego contó la historia de cómo fue afectado por la explosión.

Aunque fue un poco confuso, Xi Ran se puso nervioso cuando Huan Xiu mencionó esto.

Huan Xiu palmeó el dorso de la mano de Xi Ran y le dijo que se relajara. 

—¿No estoy aquí ahora?

A continuación, habló rápidamente sobre cómo se desmayó, se despertó con la sensación de ahogarse y así fue como se conocieron por primera vez.

—Tal vez sea el destino. —dijo. Huan Xiu no creía en eso, pero eso no le impidió hacer una historia de amor.

—Déjame procesar esta información… —Xi Ran estaba procesando la historia de Huan Xiu, pero estaba tan fuera de lo común que tuvo que digerirla un poco.

—Sé que es increíble.

Xi Ran se inclinó más cerca y estudió el rostro de Huan Xiu. 

—Entonces, ¿así es como se veía el Maestro originalmente?

—Este cuerpo se ve exactamente como el yo original, y el nombre es exactamente el mismo… realmente es como ver un fantasma.

—Entonces… el Maestro no desaparecerá un día, ¿verdad? —Lo primero que le preocupaba a Xi Ran era esto—: ¿Volverá a aparecer el hombre Zerg original?

Huan Xiu negó con la cabeza. 

—No lo creo. Debería haber muerto en ese suicidio. En el otro mundo, mi cuerpo debe haberse convertido en cenizas en la explosión, y no creo que pueda regresar.

Xi Ran se sintió un poco aliviado al escuchar eso.

—Entonces… ¿El Maestro en realidad no siente ningún amor por la mujer inferior?

—Sí. —Huan Xiu se encogió de hombros y sonrió—. Aún te preocupas por esto.

—Más o menos. —Xi Ran inclinó ligeramente la cabeza.

—Entonces puedes estar seguro de que él es solo un extraño para mí. Y no es mi tipo en absoluto.

Huan Xiu vio la expresión algo confusa de Xi Ran y tuvo que explicarle sobre los tipos de género claramente diferentes en la Tierra y aquí. Obviamente, después de que lo describió, Xi Ran estaba aún más conmocionado que antes cuando escuchó que era de otro mundo.

—Las hembras de la Tierra son tales criaturas… —Xi Ran estaba confundido—. Muy diferente a nosotros… 

—Ah, pero no me gustan las mujeres… Las mujeres de la tierra. En pocas palabras, se llama homosexualidad. —Huan Xiu se apresuró a aclarar.

—La homosexualidad… rara vez se ve aquí. —dijo Xi Ran, recuperando repentinamente la conciencia y poniéndose nervioso de nuevo—. Entonces, ¿el Maestro prefiere los hombres zerg?

—No es así. —Huan Xiu se estaba deformando cada vez más y sentía que ni siquiera podía saltar al río amarillo[1] para limpiarse.

Huan Xiu dedicó varios minutos a explicarle a Xi Ran que los zerg, ya fueran mujeres, mujeres inferiores u hombres, podían clasificarse como “hombres” en la Tierra y que él simplemente prefería el tipo fuerte y saludable.

—Hablar de mis preferencias con tanta franqueza es un poco… —Huan Xiu se aclaró la garganta.

Xi Ran no se sintió avergonzado en absoluto, pero sonrió tranquilizadoramente ante la descripción de Huan Xiu. 

—Ya veo. Veo… —Luego, Xi Ran le preguntó cautelosamente a Huan Xiu si tenía alguna pareja de matrimonio anterior y, naturalmente, Huan Xiu declaró fácilmente que había salido con uno o dos, pero todos terminaron en rupturas.

La palabra “romper” no era familiar para la comunidad zerg, o tal vez no entendían bien la palabra “citas”. No es raro que se casen sin conocerse o incluso sin una presentación.

—¿Qué hicieron para molestarte…? —Xi Ran preguntó tentativamente como para evitar cometer el mismo error.

—Era más como si estuviera molestando a la gente. —Huan Xiu no pudo evitar reír—. La gente era más voluble e impaciente. Era difícil concentrarse en la persona que tenía delante y había muchas pruebas… Imagínate si en este mundo los hombres zerg se unieran con los hombres zerg, ¿no causaría problemas?

—No he visto esto… La tasa de fertilidad ya es tan baja que el gobierno no lo permitirá. —pensó Xi Ran por un momento y respondió—: Es posible que se lleven bien mientras estén casados ​​con una asistente femenina y una concubina por separado…  

—La poligamia no es popular ahí… Ese es el problema. A veces, una de las partes quiere tener hijos, pero los humanos… al menos no puedo aceptar que una pareja se vaya a la cama con otra persona para tener hijos.

—Nosotros tampoco queremos aceptarlo. —declaró Xi Ran con una voz algo apagada—. Pero no se puede evitar. La mayoría de los zerg son así…  

Después de pasar la mayor parte del tiempo en confesar la verdad sobre la transmigración y luego exponer sobre la orientación sexual, Huan Xiu sintió que su enfoque también estaba sesgado.

—Así que puedes imaginar, en mi vida anterior, no había opción de tener un heredero, así que, naturalmente, no tenía ninguna expectativa de tener uno. Por lo que no prestes demasiada atención al chequeo médico que te hicieron antes. —Huan Xiu volvió a plantear el tema.

—El Maestro tuvo una vida difícil antes, ¿no es así?

Huan Xiu hizo una pausa por un momento, solo había estado en este mundo durante unos meses y, sin embargo, se sentía como un mundo de distancia. La vida en la Tierra fue muy relajante, al menos hasta que comenzó el fin del mundo. Incluso los problemas que le habían molestado antes eran insignificantes ante el colapso del mundo. Después de luchar durante aproximadamente medio año, él, como técnico, al menos tenía una vida segura, incluso entonces era deprimente. Entonces, después de venir a este mundo, quería vivir una vida estable y apreciar esta vida diaria.

—En realidad no está mal. —Huan Xiu sonrió y dijo—: Nunca te dejaré hacer eso en el futuro.

—Nunca dejaré que el maestro sufra más. —Xi Ran de repente se sentó en posición vertical, extendió la mano y tomó las manos de Huan Xiu entre las suyas, mientras pronunciaba el juramento.

—Mírate, como si hubiera sido tan miserable antes. —Huan Xiu sonrió, pero felizmente se acercó y besó los labios de Xi Ran—. Pero, gracias.

Finalmente hablaron de todo lo que habían estado escondiendo, y probablemente fue la noche de sueño más tranquila que habían tenido en años.


[1] De cuando mueres, en la cultura china (no sé si asiática)

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