Joven esposa del Capitán (de 62 años) – Capítulo 36: Pasando tiempo con una amiga

Traducido por Shiro

Editado por Sharon


Lilia y yo hemos sido amigas por mucho tiempo ya.

Comencé la escuela cuando tenía doce años, y después de un tiempo, nos hicieron trabajar en pareja. En ese momento, ella era una chica obstinada de personalidad fuerte, y debido a eso, no tenía amigos.

En cuanto a mí, me encontraba desesperada por cumplir con las tareas asignadas a diario por la reina y no tenía oportunidad de hacer otra cosa. De este modo, crecí como una niña quien estudiaba de forma constante, y tal como Lilia, no tenía amigos.

Aunque teníamos personalidades diferentes, nos llevamos bastante bien. Por lo tanto, de ahí en adelante, comenzamos a almorzar juntas con nuestras respectivas escoltas.

La vida solitaria que hasta entonces había llevado, gracias a la ausencia de Su Alteza Rayford, llegó a su fin. Todo gracias a Lilia; Aunque embarazoso, bien podría llamarla mi mejor amiga.

Esa mejor amiga de quien vengo hablando, en este momento me miraba enfurecida.

—¿Una explicación, dices?

—Sí. Te pido, por favor, te expliques para que pueda comprender.

—¿Por dónde debería empezar…?

¿De qué parte querrá Lilia una explicación? ¿El que haya abandonado la escuela por voluntad propia repentinamente? ¿La cancelación del compromiso con Su Alteza Rayford? ¿Que le haya propuesto matrimonio al señor Wilhem? ¿O mi solicitud para entrar a la Orden de Caballeros?

Ahora que lo pienso, ciertamente, había muchas cosas que Lilia desconocía y que no sabrá a menos que le diga.

—Para empezar, pues… Escuché las noticias. Su Alteza Real Rayford suspendió el compromiso contigo.

—Eso es correcto. Aunque no esperaba que lo hiciera durante la fiesta.

—Mary Hopkins parece haber acudido a Su Alteza, diciéndole que la provocaste y trataste de empujarla escaleras abajo.

—Sí. Su Alteza parece haberle creído.

—¿En qué has estado pensando?

Lilia me miró atónita al hacerme esta pregunta.

¿Por qué me miras así?

—¿A qué te refieres?

—Carol… ¿cuándo has intimidado a Mary? Hasta donde sé, eso es no es cierto.

—No recuerdo haber intimidado a nadie nunca. En primer lugar, apenas llegué a tratar a alguien aparte de ti en la escuela.

—¡Entonces, ¿por qué no lo dijiste?! ¡No intimidaste a nadie! ¡Puedo atestiguar si quieres!

Lilia alzó su voz.

Ahora que estábamos hablando de esto, era cierto lo que decía, pero mi corazón aún no se recuperaba de la condena repentina de Su Alteza Rayford. No obstante, pensando atentamente al respecto puedo ver que he sido una víctima, falsamente acusada.

—No intimidaste a Mary, y aun así Su Alteza ha… ¡Le dijo al reino que lo hiciste! Sabes lo que ocurrirá ahora, ¿cierto?

—Es considerada una declaración falsa de acuerdo al Artículo 42 de la Sección 2 del Código Penal del reino. No será admitida en el ternario debido negligencia por ignorancia, lo que la convierte en una declaración malintencionada. Lo cual también sería considerado difamación según el Artículo 35 de la Sección 1.

—No, no me refería a eso… Sé que has memorizado la ley. Lo que me pregunto es, ¿por qué no dijiste nada?

—No me interesaba. No tengo intenciones de probarle mi inocencia a Su Alteza Rayford después de tanto tiempo.

—Carol…

No siento afecto por Su Alteza. Tampoco había duda respecto a que la señorita hizo una declaración falsa, aun así, creo que no habrá problema si no hago apelación alguna respecto a este asunto.

—¿No te interesa?

—Así es. En primer lugar, el compromiso lo decidió mi padre, y la educación que debía cumplir con la reina era extenuante. No quiero hacer una apelación cuando lo que siento es que finalmente escapé.

—¿Tampoco te ha interesado… la escuela?

A esto último, no pude responder de inmediato. Mi vida escolar ha sido divertida, puede que me haya sumergido en exceso en mis estudios pero disfrutaba de pasar tiempo con Lilia. Quizás lo que hice fue un poco egoísta de mi parte.

—Lo lamento mucho, Lilia.

—¿Por qué te disculpas?

—Ahora estás sola porque me retiré sin decir palabra. Lo siento.

El rostro de Lilia enrojeció, lo cual facilitó mi comprensión. Ella podrá parecer muy obstinada y difícil de tratar, pero en realidad es muy amable. Probablemente ha estado preocupada por mí, y por eso vino a visitarme.

—¡E-Eso no es cierto! ¡No me he sentido sola ni nada similar!

—Por supuesto. ¿Tienes sed? Tomemos algo de té.

—¡No cambies de tema tan rápido! ¡N-No es cierto lo que dices!

Lilia es mi única amiga, y del mismo modo, yo soy su única amiga. Así que, de ahora en adelante, su vida escolar será posiblemente muy solitaria. Si ese fuera el caso, me sentiría culpable por haber dejado los estudios por beneficio propio.

Le pedí a Natalia, quien estaba por la puerta afuera de la estancia, que preparara algo de té. Lo habría podido hacer yo misma, pero ya que estaba cerca, lo aprovecharía.

—¡Aah, cielos! ¡Yo que había venido a regañarte…!

—Lilia, pude haber dejado la escuela, pero eso no cambia el hecho de que seas mi amiga. Juguemos los fines de semana.

—Ah, cierto… Ahora puedes descansar.

Lilia varias veces me había invitado para que pasara tiempo con ella los fines de semana, pero esos eran los días que iba al Palacio Real para estudiar con la reina. Siempre debía declinar sus invitaciones, sin embargo, ahora me encuentro libre, por lo que tengo la libertad de ir y visitar a mi amiga.

—Eso está muy bien. Aunque no podamos vernos entre semana, nos quedan los fines de semana.

—Sí, por favor, llévame a la tienda de la que me hablaste antes, la de lindo oso de peluche.

—¡N-No es que me gusten esas cosas! ¡Es que a mi hermana le gustan!

—Lo sé~

Ufufu.

No pude evitar dejar escapar una risita. Mi mejor amiga era incapaz de darse ínfulas, la conocía muy bien.

—Cielos~ —dijo mientras hacía un puchero. Ese era su hábito cuando se sentía avergonzada.

Pronto, Natalia nos trajo té, y cada una se dedicó a beber de su taza mientras el líquido estaba aún caliente. Parecía que estábamos bastante sedientas.

—Por cierto, ¿tu compromiso con Su Alteza ha sido revocado por completo?

—Sí. La señorita Mary es ahora su prometida.

—Ha~ ah… Bueno, si de verdad no te importa, pienso que está bien. Pero eres la hija del duque, ¿no has recibido propuestas maritales recientemente?

—Estoy en medio de ser cortejada. Es alguien que me ha gustado desde que era joven.

—He~ ¿Quién es?

Ahora que lo pienso, incluso le oculté mis sentimientos a Lilia.

Llegué a pensar que podía contarle. Aunque, al final no lo hice porque me sentía demasiado avergonzada. Además, en ese momento era la prometida de Su Alteza Rayford. Si hubiese llegado a revelar de forma imprudente el nombre de otro hombre, habría sido considerado impropio. Por lo tanto, lo mantuve en secreto. Pero ahora puedo decirlo con tranquilidad.

—Es alguien que viene a visitarnos a casa desde que era joven.

—He~ Entonces, ¿es mayor? Qué grato. ¿Lo conozco?

—Probablemente lo conozcas.

El señor Wilhem, quien desde hace mucho ha sido el capitán de los caballeros, es una persona bastante famoso en el país. Lilia con seguridad lo conocía.

Volteó a verme con ojos llenos de deleite e inclinó su taza para tomar un sorbo.

—Es el capitán de los caballeros, el señor Wilhem.

Apenas escuchó su nombre, Lilia escupió el té que acababa de llevar a su boca, salpicándome un poco en el proceso. Todo quedó hecho un desastre.

8 respuestas a “Joven esposa del Capitán (de 62 años) – Capítulo 36: Pasando tiempo con una amiga”

Responder a Lizsa Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido