¡Juro que no volveré a acosarte! – Capítulo 76: Herir más que ayudar

Traducido por Lugiia

Editado por Freyna


Violette nunca había sido buena evitando a la gente. Por lo general, se consideraría un rasgo digno de elogio, pero en última instancia daba a la gente más razones para mantenerse alejada de ella, por lo que tenía sentimientos encontrados al respecto. Sus escasas oportunidades de relacionarse con los demás la habían ayudado, irónicamente, a aprender el arte de cerrar su corazón. No le importaba demasiado reflexionar sobre ello. A pesar de eso, aprendió a abrirse paso con un mínimo de interacción, bien despejando su mente y dejando que sus palabras pasaran por encima de ella, bien encontrando alguna forma de excusarse. Sus métodos variaban según el momento, el lugar y el objetivo de la charla.

No es que importara. Los temas de los que hablaban, lo que querían decirle y sus impresiones sobre ella eran triviales. La gente podía hablar de Violette, insistir en que lo hacían por su bien, pero sus palabras eran huecas. A su vez, ella podía dar sus propias respuestas superficiales. No entablaba conversación con ellos, ni lo creía necesario.

No tenía ni idea de cómo actuar frente a otro, intentando no herirle con sus palabras. Ni siquiera sabía lo que significaba tener una conversación sincera con alguien. Nunca se había planteado esas cosas hasta ahora.

—¡Te encontré!

—Oh, Yulan…

Ella no podía pensar en ninguna manera de proteger esta sonrisa gentil.

♦ ♦ ♦

Violette había supuesto que podría llegar al final del día sin encontrarse con Yulan. Esperaba verle mañana, después de calmarse un poco. Maldijo su optimismo.

—¿Qué pasa? —preguntó Yulan.

—¿Eh? Oh, um, no es nada.

Su rostro había parpadeado de desconcierto durante un breve instante. Nadie más que Yulan se habría dado cuenta, por lo general, y quizá por eso se le había escapado. Precisamente por eso no quería verle ahora. Se sentía como si estuviera enferma.

—¿Y tú, Yulan? ¿Necesitas algo?

—Yo no diría que necesito algo… —dijo Yulan.

Violette aguantó las ganas de morderse los labios. Su expresión ya no era su única preocupación; también tenía que vigilar sus palabras. Sabía que su expresión parecía forzada, pero ahora no podía deshacerse de sus emociones. No mientras siguiera aterrorizada, luchando por aceptar su situación y encontrar una solución. Ojalá pudiera purgarse de esas emociones y limpiar su mente. En cambio, se consolidaban obstinadamente más y más en los pliegues de su cerebro. Nunca imaginó que llegaría el día en que temería verse a sí misma en la mirada de Yulan.

—Me lo imaginaba —dijo Yulan. Extendió la mano hacia su rostro.

Violette no reaccionó a sus dedos hasta que fue demasiado tarde.

—¡Ugh!

La suave sensación de rozarle las ojeras reveló lo preocupado que estaba. No estaba segura de si la sensación de frescor significaba que Yulan tenía frío o que sus propios ojos estaban demasiado calientes.

—No dormiste mucho anoche, ¿verdad?

Su expresión de preocupación hizo que el dolor volviera de golpe, pero ella solo podía pensar en lo dulce y cariñoso que era su contacto. Agachó el cuello para verle la cara. Había pasado de ser un niño adorable a un joven maduro. Ya no era él quien se dejaba mimar; ahora era amable y considerado con los demás. Eso era sin duda algo hermoso y demostraba que un chico mono podía convertirse en un hombre maravilloso. Debería estar encantada.

—¿Vio…?

Violette respiró entrecortadamente.

—¿Qué sucede?

Su pregunta fue más bien una exigencia. El tono pesado sugería que él sabía que algo le había sucedido. No le sorprendió que se diera cuenta; todo lo contrario. Esperaba que se diera cuenta sin ninguna duda.

—No… no es nada. Estoy bien.

Si daba un paso atrás, abandonaría su calor. Su sonrisa forzada se deformó aún más; podía decir que parecía cualquier cosa menos bien. Nada estaba bien, y ni siquiera podía explicar por qué.

—El conductor ya está esperando, así que tengo que irme —le dijo.

—¿Qué? Pero…

—Hasta luego, Yulan.

La forma en que forzó la conclusión de la conversación fue totalmente antinatural, pero ella no tenía tiempo para considerarlo ahora. Siguió adelante con su marcha, a pesar del evidente deseo de él de decir algo. Sabía lo sospechosa que estaba actuando, pero tenía que desaparecer de su vista. No quería evitarle. Sinceramente, quería darse la vuelta y volver hacia él, pero no sabía qué más hacer.

Estaba encantada de ver cuánto había crecido Yulan. Todo este tiempo, había soñado con verle encontrar la felicidad desde lejos. Es decir, el momento en que encontrara a alguien a quien apreciara. Y, sin embargo, Violette no quería imaginar que su sonrisa, su voz, su tacto o su corazón fueran a parar a otra persona que no fuera ella. Deseaba no haberse dado cuenta nunca de lo que realmente sentía. Ahora que había despertado a ese deseo egoísta, Yulan era la última persona que quería que la viera.

2 respuestas a “¡Juro que no volveré a acosarte! – Capítulo 76: Herir más que ayudar”

  1. Que sad por los dos la verdad. Yulan trabajando duro para que Vio lo vea como algo más que un hermano pero que no quiere forzar su felicidad en ella. Y Vio que ya se dió que siente algo más especial por Yulan, pero porque ya vivió lo que es estar obsesionada, le da miedo arruinar a Yulan con sus sentimientos :’c

    Gracias por la traducción!

  2. Ay… Lo siento por ambos, ahora los dos son conscientes de sus sentimientos por el otro, pero, temen que se entre el otro…

    Gracias por su trabajo 😘

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