Katarina – Volumen 10 – Capítulo 6: Magia oscura (4)

Traducido por Shisai

Editado por Sharon

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—Katarina Claes ha vuelto al Ministerio de Magia, Sarah —me informó.

Me sorprendió. No esperaba que volviera tan pronto. Los rumores decían que sus poderes mágicos eran realmente débiles, pero tal vez eso no se aplicaba a la Magia Oscura.

—No pensé que harías algo tan descortés como usar Magia Oscura en un lugar tan público —añadió. Su voz no tenía ninguna emoción, pero su elección de palabras me hizo sentir que me estaba regañando.

—Lo siento —me disculpé, y él me miró sorprendido.

—No intentaba regañarte. Sinceramente, me sorprendió, y quería saber por qué alguien tan frío como tú actuó de esa manera.

Después de todo, no pretendía reprenderme, pero, a pesar de todo, tenía razón: había perdido la calma.

—Después de toda esta interferencia de ella, puede que me haya sentido ligeramente frustrada —le expliqué.

—Ya veo. Al fin y al cabo, se ha vuelto a entrometer contigo. Pero es inútil llorar sobre la leche derramada. Debes estar cansada, así que puedes ir a descansar mientras yo me encargo de las cosas. —Señaló hacia la salida de la habitación.

Bajé la cabeza y me fui. Era la persona más importante del mundo para mí, y hasta ahora nunca le había mentido. Esto no era exactamente una mentira, pero tampoco le había dicho toda la verdad. Estaba frustrada por la interferencia de Katarina Claes en mi misión, eso era cierto… pero había más.

—Tienes razón, no lo sabría. Siempre he vivido aquí, en este lugar pacífico. No sé nada sobre la violencia y las dificultades… pero eso no significa que no pueda estar de tu lado. Tanto yo como toda la gente del orfanato. Estamos de tu lado, Liam. Aunque no conozcamos tu pasado, podemos intentar comprenderlo. Si extiendes tu mano, la tomaremos.

Cuando la escuché decir esas palabras, sentí que mi corazón palpitaba incómodo, aunque no me estaba diciendo esas cosas a mi.

—Liam, separarse de la felicidad a la que te has acostumbrado es terrible, pero el recuerdo de esa felicidad te dará la fuerza para luchar contra todo. Así que quiero que seas feliz en el orfanato. Estoy segura de que esa felicidad te hará más fuerte —dijo, y sus palabras me trajeron recuerdos que creía haber olvidado para siempre.

Incluso antes de quedar atrapada en ese oscuro lugar, nunca fui tan feliz.

Mi padre, quien estaba tan ocupado con el trabajo que rara vez volvía a casa, desapareció por completo, y me quedé sola con mi madre. Ella se encerró en sí misma y mis palabras dejaron de llegarle.

A menudo no teníamos nada que comer, y cuando esto ocurría tenía que recorrer todo el barrio en busca de cualquier cosa comestible para no morir de hambre. Fue en una de esas ocasiones cuando le conocí. Era un chico de mi edad, agazapado en la hierba alta como si quisiera esconderse.

—¿Qué estás haciendo? —le pregunté.

—Me estoy escondiendo.

Sus ojos estaban llenos de tristeza y me recordaron a los míos.

—¿Puedo sentarme contigo?

—Claro —dijo al final, mirándome con sorpresa, y me acerqué a él.

Ni siquiera nos dirigimos la palabra, pero el mero hecho de estar allí, con él, me hizo sentir en paz.

—Tengo que volver a casa —habló el chico una vez más cuando el sol empezaba a ponerse.

—¿Volverás a venir aquí?

—No lo sé —respondió, mirándome con tristeza mientras negaba con la cabeza.

Aunque me había dicho eso, al día siguiente fui al mismo lugar. No estaba escondido en el mismo lugar donde habíamos estado sentados el día anterior, pero seguí buscándolo y finalmente lo encontré no muy lejos.

—¿Puedo sentarme contigo? —volví a preguntar, y él me miró fijamente, igual de sorprendido que el día anterior, y me dio la misma respuesta. Así fue como nos conocimos.

Empecé a visitar ese lugar todos los días. El chico no estaba siempre allí, pero siempre que estaba me sentaba a su lado. Poco a poco empezó a hablar e incluso a comer algunas de las frutas que yo había encontrado. Me encantaba el tiempo que pasábamos juntos.

Cada vez estaba más demacrado, hasta que en un momento dado, con aspecto de estar muy enfermo, me dijo que no sabía si podría seguir acudiendo allí. El último día que nos vimos, me dio una pequeña flor prensada. Incluso cuando estaba rodeada de oscuridad, la flor, que guardaba en mi bolsillo, siempre me hacía compañía.

Me había llevado los recuerdos de todos estos acontecimientos y los había sellado en la oscuridad, donde no tendría que pensar en ellos… hasta ahora. El corazón me latía y no podía calmarme.

¿Por qué estoy recordando todo esto? Tengo que olvidarlo todo de nuevo, o no podré controlarme, pensé, pero los recuerdos no desaparecían.

Me mordí el labio con tanta fuerza que empezó a sangrar.

♦ ♦ ♦

—Vale, ya he oído suficiente. Si recuerdas algo más, avísame —dijo Lahna, y nuestro interrogatorio terminó.

Entre todo lo sucedido y el hecho de tener que ir al Ministerio en un día libre había terminado muy cansada.

—Cyrus y yo tenemos que informar a los superiores, así que nos pondremos en marcha. Raphael, María, volved a vuestros departamentos. Ya puede volver a casa si quiere, señorita Katarina —añadió.

Cuando Raphael se iba, le llamé para darle las gracias.

—¡Quién sabe qué hubiera pasado si no fuera por el hechizo que me enseñaste! Y lo que pensaste sobre Liam también fue acertado. Gracias a ti encontré las palabras que necesitaba para ayudarlo. Eres increíble, Raphael. Gracias.

—No necesitas agradecerme. Tú fuiste la que usó el hechizo y quien salvó a Liam. Tú eres increíble —respondió con una sonrisa amable en el rostro.

Al igual que María y Cyrus, Raphael también era del tipo muy humilde. Seguramente respondería de la misma manera por mucho que lo alabara.

—Al menos, déjame darte esto para mostrarte mi gratitud —le dije, entregándole una bolsa de papel.

—¿Qué es esto? —preguntó sorprendido.

—Son las galletas que nos dieron los niños del orfanato. Nos dieron muchas. Por favor, coge algunas. Gracias por todo, Raphael —le dije, bajando la voz, y él se sonrojó.

Después de separarnos de Rafael y María, Jared, Keith y yo nos dirigimos a la sala donde me esperaban los demás.

—Parece que Raphael y tú os habéis hecho muy amigos —comentó Jared por el camino.

—¿Hm? ¿Qué quieres decir?

—Hermana mayor —se sumó Keith—, yo también me sorprendí. Esas lecciones de magia que estáis tomando… ¿Están solos cuando él enseña?

Me encontré con la pregunta de ambos.

—Por supuesto. Al fin y al cabo es magia prohibida, así que muy poca gente puede conocerla. ¿Es eso tan raro? —pregunté, y ambos suspiraron.

—Por supuesto, estás perdiendo el punto por completo. Dicho esto, dudo que Raphael Wolt actúe de forma descortés… espero.

—Creo que se puede confiar en él… probablemente. Y, hermana mayor, ya te lo he dicho muchas veces, pero deberías ser más consciente de ti misma como dama.

Jared y Keith terminaron por advertirme de manera un poco ofensiva.

Pensé que Raphael era la última persona del Ministerio a la que había que advertir, pero también me di cuenta de que contradecirles sería una pérdida de tiempo.

—Vale, tendré cuidado. Oh, aquí estamos —dije y entonces llamé a la puerta de la habitación donde estaban Mary y los demás.

—¡Te estaba esperando! —Mary vino a abrazarme en cuanto entré en la habitación.

—¡Perdón por hacerte esperar! —me disculpé, pero ella negó con la cabeza.

—No hay necesidad de disculparse. Esperarte fue nuestra decisión —afirmó, y los demás asintieron.

—Entonces, ¿podemos saber qué ha pasado hoy? Escuché que terminaste en una situación bastante peligrosa —me preguntó Nicol con una mirada muy seria.

—Bueno… —Comencé a explicar todos los eventos del día, excepto los detalles sobre Sarah que habíamos escuchado de Lahna. Jared y Keith también me ayudaron.

—Esto debe haber sido muy agotador para ti —comentó Sophia al final, y no pude evitar estar de acuerdo.

—Te las arreglaste para volver ilesa después de que te lanzaran un hechizo de Magia Oscura… Eso es impresionante —comentó Nicol, sorprendido.

—Me alegra mucho ver que está bien —agregó su hermanita con una sonrisa.

—¿Pero quién sabía que un hechizo como ese existía? Tengo que reconocer el mérito de que hayas mantenido la calma y hayas utilizado la magia que tienes a tu disposición para salir de los problemas, Katarina —me dijo Alan, sonando realmente impresionado.

—No, en absoluto. Al principio estaba muy asustada, hasta que descubrí que el príncipe Jared y Keith estaban conmigo. Si no fuera por ellos, no lo habría conseguido.

Si hubiera estado atrapada sola dentro de esa niebla oscura, no creo que hubiera logrado salir sana y salva. Estaba realmente agradecida por su presencia.

—Así que, es decir… Estuviste atrapada junto a estos dos, y nada menos que en un lugar oscuro. ¿Te pasó… algo? —preguntó María de una manera inusualmente incómoda.

—No, en absoluto. No estoy herida en ningún sitio. Ni siquiera un rasguño —consolé a mi preocupada amiga.

—Hm, no, no es a eso a lo que me refiero. Quiero decir… ¿te han hecho algo esos dos?

—¿Eh? —ladeé la cabeza, sin saber a qué se refería.

Jared y Keith hablaron al mismo tiempo.

—Mary, por favor. El lugar estaba demasiado oscuro para hacer algo de todos modos. Por supuesto, un caballero como yo nunca soñaría con hacer algo impropio de ella a pesar de todo.

—¡Por supuesto que no, Mary! Jamás haría algo así.

Los ojos de Mary parecieron oscurecerse ligeramente.

—Discutiremos la definición de ‘caballero’ en otro momento —espetó—, pero por ahora, no puedo evitar recordar ciertos rumores de la alta sociedad sobre cómo, de hecho, a menudo actúas de forma impropia sin importar el lugar o la situación.

—¿Dónde has oído esos rumores? —murmuró Alan con las manos en el pelo.

—Katarina, no te dejes engañar por esos rumores infundados. Soy un caballero y nunca te haría nada. Estás a salvo conmigo.

—Oh, um, claro —respondí a pesar de no tener absolutamente ninguna idea de lo que estaban hablando.

Jared me ofreció su mano, e intenté cogerla sin pensarlo, pero Keith se interpuso rápidamente entre nosotros.

—Yo diría que no está segura con el príncipe Jared.

—Ricas palabras, Keith, viniendo de alguien que dice que nunca haría algo así y que, sin embargo, aprovechó la oscuridad para que Katarina lo tocara en Dios sabe dónde.

—E-Eso era sólo ella moviendo sus manos, y no tenía…

—¡¿Lord Keith?! ¿Estabas mintiendo? ¡¿Esa timidez tuya es sólo una fachada para ocultar tus fechorías?!

—¡No, Mary, por favor, escucha!

—Lord Keith… No esperaba un comportamiento así…

—Me siento traicionada, Keith.

—¡Sophia! ¡Lord Nicol! ¡Juro que esto es un malentendido!

—Lo siento por ti.

—¡Príncipe Alan! ¡¿Qué se supone que significa esa mirada?! ¡Todos ustedes están malinterpretando esto!

Ver a todos ellos charlando en su habitual forma amistosa me hizo sonreír. Pensar en estar sola en ese oscuro lugar, bajo un hechizo de Magia Oscura, era aterrador. Saber sobre el personaje secreto de la secuela y la potencial perdición que me esperaba lo hacía aún más aterrador… pero tener a Jared y a Keith a mi lado lo hacía todo mejor, y ahora, tener a mis amigos rodeándome así también lo hacía todo mejor.

—Quiero que todos vosotros estéis siempre a mi lado —murmuré para mí, pero de alguna manera todos me oyeron.

—Por supuesto. Yo, Mary Hunt, estaré siempre a tu lado. La próxima vez, también iré contigo a la niebla oscura.

—Supongo que puedo estar allí también si realmente quieres.

—Por supuesto, yo también estaré contigo.

—Eso no hace falta decirlo para mí también.

—Estaré a tu lado siempre, mientras lo desees.

—Nunca te dejaría, hermana mayor.

—Te seguiría a cualquier parte, Katarina.

—Gracias a todos.

No sabía lo que me esperaba… pero sabía que estaría bien.

♦ ♦ ♦

Epílogo

Hola a todos, aquí Satoru Yamaguchi.

Con el décimo volumen, por fin llegamos a los dos dígitos. Apenas podía creerlo cuando salió el segundo volumen. Si volviera atrás en el tiempo y me dijera que un día llegaríamos al décimo volumen, probablemente daría un salto de sorpresa. ¡Es realmente increíble!

Por supuesto, todo esto es gracias a ustedes, los lectores. Tenéis toda mi gratitud.

El año pasado, cuando se emitió el anime, el apoyo que recibí de los fans me dejó boquiabierto. Todas las semanas esperaba frente al televisor la emisión del nuevo episodio y disfrutaba de cada minuto. Quiero dar las gracias a las personas que hicieron de esta historia un anime tan bonito. Ahora incluso hay una segunda temporada que se emitirá en julio. No puedo esperar a ver a los personajes que no aparecieron en la primera temporada.

Muchas gracias a todos.

También estoy deseando que salga el juego. Empecé a escribir esta historia basándome en un juego otome, así que estoy increíblemente emocionado con la idea de que se convierta en uno. Cuento los días que faltan para su lanzamiento y me alegro de que tanta gente con talento esté creando productos tan maravillosos basados en las historias de Katarina.

Los creadores del juego incluso me pasaron el guión para que lo aprobara, y fue una experiencia muy divertida. Decidí no pedirles que siguieran todos los detalles del libro: mientras el trasfondo de la historia se mantuviera intacto, quería que tuvieran libertad para ser creativos con los personajes. Esto significa que la historia que encontrarás en el juego es una especie de realidad alternativa, y estoy seguro de que la encontrarás muy entretenida.

En este volumen, echamos un vistazo a la vida de Katarina trabajando en el Ministerio una vez terminada su misión en Puerto Océano. Al haber obtenido el Pacto Oscuro, tiene que practicar la Magia Oscura… pero esto es muy difícil para ella, y encuentra algo de consuelo trabajando en el campo.

Luego, junto con Cyrus, va a un orfanato para entregar los frutos de su trabajo agrícola, pero el resto de la tropa también la acompaña, y se ven envueltos en… ¡bueno, ya verás! Además, un personaje que hacía tiempo que no veíamos regresa por sorpresa. ¡Que lo disfruten!

Por último, quiero dar las gracias a Hidaka Nami, por las preciosas ilustraciones, a los editores y a todas las personas sin las que este libro no podría haberse realizado.

Gracias de todo corazón,

Satoru Yamaguchi.