La consorte favorita del Príncipe Demonio – Capítulo 111.1: La verdad (1)

Traducido por Selena

Editado por Meli


Sin esperar a que el beso de Feng Cang aterrizara en sus labios, Murong Qi Qi se puso de puntillas y tomó la iniciativa, se besaron como si estuvieran solo ellos dos en el mundo.

—¡La prima política es impresionante! —Wanyan Kang gritó y silbó.

Todos estaban contentos por la buena relación del príncipe y su consorte.

Se encendieron novecientos noventa y nueve [1] fuegos artificiales que explotaron con fuertes estallidos. El cielo sobre todo el wangfu brillaba como si fuera de día. Hermosas flores se abrieron en el cielo azul. Atrayendo la atención de toda la capital y alertando a Wanyan Lie en el palacio.

—¿Qué pasa? Jing De, ¡que alguien vaya a echar un vistazo! —Wanyan Lie dejó los documentos que revisaba, se acercó a la ventana y frunció el ceño al ver el colorido trozo de cielo—. Parece que viene desde la dirección del wangfu de Nan Lin. Rápido, que los sirvientes vayan a comprobar qué pasó.

Los fuegos artificiales sobre la residencia Nan Lin, también alarmaron a la gente de Xi Qi que estaba en la embajada.

Los labios de Shangguan Wu Ji estaban en una línea apretada; su tarea en Bei Zhou era acompañar a Murong Qi Qi hasta su boda. Una vez que estuviera felizmente casada con Feng Cang, su misión estaría completada.

Sin embargo, con la boda tan próxima no se atrevió a ir  a la residencia de Nan Lin. Tenía miedo de ser capaz de soportar ese dolor desgarrador. Verla era un lujo que no era capaz de darse. Así ella siempre permanecería en su corazón como una chica joven; no cambiaría, tampoco envejecería y simplemente se quedaría allí…

—¿Qué pasó en la residencia Nan Lin? —preguntó Longze Jing Tian al sirviente que envió a investigar.

—¡El príncipe Nan Lin le propuso matrimonio a la princesa Zhao Yang! Se dice que preparó novecientos noventa y nueve fuegos artificiales… En cuanto a qué es eso de la proposición, este subordinado no se enteró.

—¿Proposición?

Longze Jing Tian observó en silencio el cielo de la noche floreciendo con hermosos fuegos artificiales. Fantaseó con la hermosa sonrisa de Murong Qi Qi bajo este pedazo de cielo colorido.

La extraño. ¿Qué debía hacer? ¿Soltarla y dejarla ser feliz? ¿Robarla?

Él había ordenado a sus subordinados que buscaran a la princesa heredera Yu Shi Shi antes de venir a Bei Zhou para que creara problemas entre esos dos, pero no había servido de nada.

Murong Qi Qi se había enamorado de Feng Cang. Si la trajera a su lado; una mujer que tenía otro hombre viviendo en su corazón, ¿le daría amor? ¿Podría soportar ver cómo su sonrisa desaparecía poco a poco?

En cambio, Li Yun Qing estaba tranquilo. Había conocido a ese hombre  de apariencia celestial, un orgulloso hijo del cielo. Solo un hombre así era digno de ella. Guardó sus sentimientos en su corazón y se resignó con su relación de sangre, ser su primo hermano y nada más. ¿Qué más podía hacer?

En el vasto mar de personas, encontrar al único compañero de por vida y conseguirlo; mi fortuna no es tanta… si ella es feliz, ¿no es suficiente?

Bai Yi Yue estaba feliz de que Feng Cang impresionara de tal manera a Murong Qi Qi. Esa chica mostraba su verdadero temperamento. No importaba si se daba aires de grandeza o era prepotente o volaba llena de pasión; todo era la verdadera ella, por eso le gustaba aunque fueran del mismo sexo.

Sin embargo, el humor de Murong Qing Lian era muy malo, se mordió los labios y miró el cielo con envidia. Se sentía como si hubiera comido una catálisis que se expandía constantemente y atribuía todos los problemas a Murong Qi Qi

¡¿Por qué ella no era tan afortunada?! ¿Por qué, Longze Jing Tian seguía siendo tan frío? ¿Por qué todo el mundo la consideraba grandiosa cuando ella era mucho mejor?

Jing De le informó a Wanyan Lie que Feng Cang se había arrodillado y le propuso matrimonio a Murong Qi Q.

—Parece que esta vez, su corazón se ha movido de verdad… —dijo sobresaltado.

—¡Cierto! Con lo orgulloso que es Feng Cang, seguro que no haría algo así en público. ¡El príncipe Nan Lin tomó a la princesa Zhao Yang como carne de su corazón!

—¡Esto es genial! —Reveló una sonrisa cruel—. Zhen quiere cortar la carne de su corazón, ¡hacer  que sienta tanto dolor como para que no quiera vivir más! ¡Ja, ja, ja, ja!

♦ ♦ ♦

Por la noche, Su Mei y Su Yue se retiraron para dar privacidad a los amantes que acababan de pronunciar sus votos.

La fragancia de las flores rodeaba la habitación.

Murong Qi Qi enredaba sus dedos en el cabello de Feng Cang, se acurrucó en sus brazos como un gato ocioso, mientras lo escuchaba con atención.

—La primera vez que me casé; esa noche, la enfermedad actuó de repente y ella murió de miedo. La segunda mujer vio inadvertidamente mis ojos morados; gritó y fue asesinada por Ruyi. La siguiente quiso escapar debido a la historia de mis otras esposas; se cayó de la pared y se rompió el cuello. La cuarta, el sedán aún no había llegado cuando ella se cortó la muñeca. La quinta quemó incienso afrodisíaco para seducirme y la maté. La sexta murió por envenenamiento. La séptima perdió su castidad antes del matrimonio y se suicidó. La última murió de miedo cuando escuchó mis pasos…

—¡Príncipe, tienes muchas aventuras amorosas! —Murong Qi Qi se dio la vuelta—. ¿No crees que es injusto? Esta es mi primera vez y tú ya te has casado muchas veces. ¿Por qué no me caso yo también ocho veces? Entonces podríamos considerarnos empatados.

—¡Te atreves! —La sujetó con fuerza por la cintura—. ¡Eres mía! En toda esta vida, obtendrás mi apellido. Aparte de mí, en este mundo, ¡no hay nadie que se atreva a casarse contigo!

—¿Por qué? —Levantó una ceja y fingió estar confundida.

—¡Porque si otros quieren tocar a mi mujer, tienen que preguntar primero a mi espada si se lo permite o no!

El dominante Feng Cang cautivó a Murong Qi Qi. Su posesividad y celos, la reconfortaron.

—¡Príncipe! ¿Te sientes agraviado cuando eres tú el que se ha casado con tantas mujeres? —Murong Qi Qi hizo un puchero, estaba celosa—, ¡Solo pensar que casi te conviertes en el hombre de otra mujer y que casi tuviste hijos ellas, me hace sentir infeliz!

—Qing Qing. —La besó en la frente—. Antes de ti, no sabía lo que era el amor, las mujeres eran sólo una herramienta para heredar a la familia. En mi generación, soy el único heredero del clan Feng. Tras la muerte de mis padres, la abuela imperial estaba preocupada por el linaje. Así que, decretó sin éxito varios matrimonio en  nombre del amor. Sin embargo, la situación actual, la dejó más preocupada y también más ansiosa.

—¿Por qué no las rechazaste? —preguntó un poco molesta, esas mujeres eran  historia, pero ella deseaba ser la única en su corazón.

—Qing Qing, si lo rechazaba, ¡habría alguien más que sería infeliz! —dijo con una sonrisa fría y misteriosa.

Murong Qi Qi sintió que algo andaba mal por el tono de voz de Feng Cang. ¿Podría haber algo oculto en su interior?


[1] A los chinos les gusta mucho el 9, ya que tiene la misma pronunciación que 久(Jiu, que significa eterno). En el día de San Valentín, los hombres suelen regalar a su pareja 99 o 999 rosas para simbolizar el amor eterno.

Selena

Meli

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