La consorte favorita del Príncipe Demonio – Capítulo 117.2: La verdad es tan cruel (2)

Traducido por Selena

Editado por Meli


Wanyan Lie despertó con un dolor profundo en la oreja izquierda. El recuerdo de la madre gu entrando a su cuerpo le hizo vomitar.

—Su majestad, su majestad, ¿qué pasa? —preguntaron angustiadas la emperatriz y la consorte De, ambas lloraban como si fueran gotas de lluvia en una flor de peral—. Su majestad, ¿cómo se siente?

Él, con un ademán le indicó que se fueran. Después de un tiempo, el vómito se detuvo, pero las arcadas aún lo torturaban.

—¡Jing De! ¡Jing De!

—¡Emperador, este esclavo está aquí! —Corrió desde el rincón donde estaba arrodillado.

—Jing De, ¿qué hora es?

—Es chenshi[1].

—¿Chenshi? —Abrió los ojos—. ¿Chenshi? ¿Qué pasó con Feng Cang?

Ante su pregunta, Li Bing y Lin Ke Xin mostraron un brillo siniestro.

—Emperador, dentro de un momento, el príncipe de Nan Lin y su consorte entrarán en el palacio para pagar su gratitud hacia el emperador.

Suspiró, algo que pareció alivio para los demás, pero él estaba decepcionado de que la pareja estuviera bien.

¡Todo fue por culpa de esa zorra de Yue Lan Zhi!

—¿Dónde está Yue Lan Zhi? —preguntó con una mirada profunda.

—Después de que lo atacó, huyó. Los guardias imperiales han sellado toda la capital y la están buscando.

—¡Muy bien, lo has hecho bien!

—Su majestad. ¡Ella merece morir! ¡Cuando la atrapen, hay que matarla! —solicitó Li Bing, quería evitar que volviera a tentar al emperador.

—¡Permitido! —Wanyan Lie la apoyó.

Li Bing estaba confundida, no creyó que el emperador accedería tan fácil a eliminar a la mujer que tanto favorecía.

—¡Sí! ¡Esta esposa súbdita seguirá el decreto! —anunció con gran felicidad.

¿Qué tal? Esta vez gané, pensó mientras observaba desafiante a Lin Ke Xin. La mujer no se inmutó, con Yue Lan Zhi desaparecida, ella solo debía seguir de cerca los pasos del emperador para ganar su favor y deshacerse de Li Bing.

Por otro lado, Wanyan Lie solo estaba interesado en la forma en que iba a lidiar con madre gu, como ahora estaba en su cuerpo, no había manera de que pudiera torturar a  Feng Cang.

Miró al cielo y recordó que había obtenido al gu, del jefe de una tribu Qiang del país Nan Feng, solo ellos como cuna de los gu, podían ayudarle, así que concluyó que debía aprovechar la desestabilidad en el trono recién tomado por Ming Yue Cheng, apoyarlo y que este a cambio le enviara a un maestro gu.

Yue Lan Zhi. ¡Esa mujer era despiadada! ¡Puta!, la maldijo mientras se tocaba la oreja vendada.  Y se puso de pie con la intención de recibir a Feng Cang y Murong Qi Qi. Jing De, Li Bing y Lin Ke Xin entraron en pánico

—Emperador, estás herido. El médico imperial le ha recomendado que se quede en la cama y descanse. —gritó Li Bing.

—¡Zhen, no está muerto todavía! —Extendió la mano para que Jing De le ayudara a ponerse la túnica de dragón—. Hoy es el día en que Cang’er vuelve a palacio con su nueva consorte. Zhen no puede perder el tiempo.

La atención prestada, provocó la ira de  Li Bing y de la consorte De Lin Ke Xin. Ambas estaban molestas porque ninguno de sus hijos era considerado por Wayan Lie. Él notó su resentimiento y sonrió, tenía planificado que ellas atacaran y destruyeran a Feng Cang.

♦ ♦ ♦

El wangfu de Nan Lin bullía, todos estaban contentos porque a pesar de todos los pronósticos, Murong Qi Qi sobrevivió a la noche de bodas y con ello, rompió la maldición que acechó a las consortes e incluso a los forasteros.

El príncipe irradiaba alegría y la princesa se mostraba tímida, eso significaba que habían disfrutado de su noche de bodas. Feng Cang les permitió encender petardos en la entrada para expresar la festividad.

Ambos subieron al carruaje tomados de la mano. Las personas del exterior se quedaron atónitas al ver a la feliz pareja.

Los rumores sobre la maldición se rompieron por completo y las personas que querían hacerse ricas a costa de la vida de Murong Qi Qi, estaban desesperados.

♦ ♦ ♦

La emperatriz viuda, que había estado angustiada, sonrió al ver el  paño con la sangre virgen.

—¡Bien! ¡Bien, bien! ¡Es muy bueno! ¡Tan bueno!

En ese momento decidió olvidar que Murong Qi Qi era la hija de Murong Tai. Ella era una mujer bendita compatible con los ocho caracteres de Feng Cang. ¡Era una pareja hecha en el cielo! ¡La pareja perfecta en la tierra!

—¡Felicidades emperatriz viuda! —la felicitó la vieja criada.

—¡Bien! ¡Recompensa! ¡Recompensa!

Qing Gu sacó un gran lingote de oro y lo metió en la mano de la vieja doncella de palacio.

—¡¿Cómo puede estar bien?! Esta esclava solo hizo el recado; ¡¿cómo puedo tomar la recompensa de la emperatriz viuda?!

—¡La recompensa es tuya! ¡Acéptala! ¡Aijia es feliz hoy! ¡Todos serán recompensados!

La gente del palacio Jinxuan estaba feliz, el príncipe Nan Lin finalmente había conocido a su mujer destinada.


[1] Chenshi, entre las 7 y 9 am

Selena
¿Qué trucos estará pensando el emperador para esta pareja hecha en el cielo? ¿Qué piensas Meli? ¿Qué sorpresas nos aguardan?

Meli
Yo solo quiero que el gusano le coma las partes íntimas al emperador...

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