La Legión del Unicornio – Capítulo 25: Un día…

Traducido por Kavaalin

Editado por Nemoné


El elfo soñaba con un pasado lejano. Pero no parecía tan distante, porque en su memoria, había sido hace sólo unos meses.

—Eres el héroe del que estamos orgullosos, no tengo motivos para rechazar tu solicitud. Incluso si es tan… escandalosa y tonta.

—Discúlpeme por causarle problemas.

—Pero deseo que lo pienses bien, ¿sabes el precio por completar este hechizo?

—Lo sé. Los hechizos prohibidos se llaman prohibidos por una razón.

—Entonces, para que sacrifiques esto, ¿qué deseas a cambio?

—La posibilidad de que todos los miembros de la Legión del Unicornio sobrevivan, naturalmente, eso me incluye a mí.

— ¿Incluso si nunca los vuelves a ver?

—Sí.

— ¿No tienes familia o un amante?

—Ninguno…

La sacerdotisa suspiró ligeramente.

—Eso es bueno. De lo contrario te habría ayudado a hacer lo más cruel del mundo.

—No hay nada más cruel que la muerte misma, señorita sacerdotisa —el joven elfo levantó la cabeza y respondió con calma.

—Eso es porque todavía eres joven, niño.

—Quizás.

—No estés de acuerdo tan fácilmente, niño. Crees ser demasiado fuerte. Un día, puede que lamentes esta decisión.

—Ese un día, deje que el futuro yo lo enfrente.

Ella lo miró con lástima y tristeza. Se había sentido como si hubiera pasado un siglo, antes de que la sacerdotisa finalmente se pusiera de pie. Colocó la piedra translúcida alrededor del cuello del elfo y besó ligeramente su frente.

—Entonces, adiós, Ellen, el sabueso del alba. Si esa es tu elección, entonces sólo puedo desearte éxito.

Alguien abrió las cortinas de la cama y una brisa fresca le rozó la cara.

—Ellen, Ellen, Ellen… —cantó la voz infantil, ahuyentando la somnolencia restante—. ¡Hora de despertar!

El elfo abrió los ojos, justo a tiempo para encontrarse con los ojos claros del sireno.

— ¿Pasaremos por un pueblo hoy? ¿Y por granjas con muchas vacas y ovejas?

—Así es —Sonrió el elfo—. ¿Están todos despiertos?

—Caín y Julián están entrenando, lo han estado haciendo durante mucho rato —Asintió el joven—. Caín dijo que antes de llegar a la Academia de Magos, convertirá a Julian en un verdadero luchador.

El elfo frunció el ceño.

—Voy a echar un vistazo.

El caballero sostenía una espada larga, preparado para atacar, por otro lado, el enano sostenía un escudo frente a él que era casi la mitad de su altura. Aunque era principios de la primavera, gotas de sudor caían por sus frentes, pero el enano parecía estar en peor forma, su cuerpo temblaba y el sudor había comenzado a gotear sobre su barba.

— ¿Quieres descansar un momento? —preguntó el caballero.

—No, por favor… déjeme intentarlo una vez más —El enano luchaba por mantenerse erguido—. Todavía no he tenido éxito ni una sola vez, ¿verdad?

—Julian —suspiró el elfo—. Si puedes aprender a bloquear perfectamente el ataque de Caín en unas pocas horas, para cuando lleguemos a la Academia de Magos, podrás desafiar de inmediato al Gran Maestro.

—Ah, no… —El enano se sonrojó—. Yo sólo… como ya había recibido un par de lecciones anteriormente, tengo algo de experiencia en esto.

—Eso es cierto —El caballero sonrió—. Eres mejor de lo que había pensado. Si tan sólo nos encontráramos con algunas peleas más en el camino, tal vez…

—Si realmente pasara eso, Julian se volvería mejor y tú estarías acostado boca abajo en la cama todas las noches —El elfo lo miró con insatisfacción, señalando la tienda—. Entra, voy a comprobar qué tan bien te has recuperado.

— ¿El señor Frank… está en problemas? —El enano preguntó un poco preocupado mientras observaba cómo el caballero entraba en la tienda—. ¿Porque entrenó conmigo mientras estaba herido?

—No te preocupes —El sireno respondió sin pensar—. Probablemente necesitaban alguna excusa para estar a solas. Para esto y aquello, jugar al doctor y tal.

— ¿J-Jugar al doctor…? ¿S-Son amantes? —El enano se sonrojó de nuevo, e incluso comenzó a tartamudear.

— ¿No lo son? —El sireno miró al enano un poco sorprendido—. Creo que así es como son los amantes. Ah, pero no creo que hayan dormido juntos, porque Caín todavía es virgen.

El enano sacudió la cabeza, su rostro aún más rojo.

—Entonces, eso significa que yo… he cometido un gran error… No, dos… ¿o tres? En vez de una tienda de campaña para cuatro personas, tal vez una de dos personas habría sido más apropiada… Lo anotaré. —El enano sacó su libro y papel, murmurando para sí mismo.

El sireno observó sus movimientos con curiosidad.

—Julian, ¿podrías enseñarme a leer y escribir?

— ¡Me alegraría, joven Shelly! —El enano reveló una sonrisa, respondiendo—. ¡Poder enseñarle a un mago a leer es un honor!

— ¿Los magos no saben leer y escribir?

—Creo que se enseña en la Academia de Magos —respondió el enano después de pensar por un momento—. Pero puede que usen algún tipo de hechizo para insertarlo directamente en el cerebro.

♦ ♦ ♦

El elfo retiró cuidadosamente la medicina restante en la espalda del caballero.

Después de una noche de descanso, los raspones y moretones se habían curado por completo. Dejando atrás solo viejas cicatrices, por sus formas largas y delgadas parecían hechas con un látigo. Aunque sabía que las heridas eran viejas, el elfo inconscientemente evitaba tocarlas. De cualquier manera, definitivamente no eran buenos recuerdos.

— ¿Qué sucede? —El caballero preguntó sonriendo—. ¿Está satisfecho con la inspección? ¿Me puede sacar de la lista de heridos, Capitán?

—Mm… ¿Usaste algún tipo de magia de recuperación para acelerar la curación? —De lo contrario, al menos habrían quedado algunos rastros.

—Por supuesto —El caballero señaló la piedra lunar que colgaba de su pecho—. No pude resistirme a probarla.

—Es bueno que te sea útil —El elfo sonrió y le entregó su ropa—. Cuando estés listo, empaca y prepárate para partir.

No tardaron mucho en desmontar la carpa, todo había quedado empacado muy rápidamente. El caballero caminó hacia el enano para tomar su escudo, este pensó por un momento, antes de finalmente preguntar.

—Señor Frank, el diseño del escudo… ¿ha sido modificado?

—Ah, fui a la herrería Campbell para que eliminaran la cruz en la parte superior, —sonrió el caballero—. Originalmente quería cambiarlo por un diseño más personalizado, pero como no teníamos el tiempo suficiente, terminé escogiendo un diseño de caballo. No está mal, ¿verdad?

—Mm —dijo el enano con cuidado—. No… no está mal, para estándares humanos.

— ¿Para estándares humanos?

—Sin ofender, señor Frank —El enano se tocó la nariz respondiendo—. Pero yo podría haber hecho algo mejor cuando tenía diez años. Cuando lleguemos al próximo pueblo, permítame rehacerlo.

—Entiendo, es eso del rasgo racial —Asintió el caballero—. Por cierto, tengo un poco de curiosidad, ¿cuál sería el rasgo racial de los humanos?

Los tres no humanos se miraron entre sí y sacudieron la cabeza a la vez.

—No sé —dijo el enano—. Nunca fue escrito en los libros…

—Hay tantos de ellos que no podrías matarlos a todos, como las cucarachas —Asintió el sireno—. El duque vampiro decía eso.

—Shelly, no te dejes persuadir por el duque. ¡Ten tus propias opiniones!

El sireno pensó por un momento, luego respondió con seriedad.

—Los humanos tienen un alto valor nutricional.

— ¡No digas eso mientras me miras! ¡¿No acabas de desayunar?! ¡Y pensaba que las sirenas machos no comían humanos!

—Ejem… ¿Después de recibir un shock, tienen fuertes poderes de adaptabilidad y recuperación?

—Incluso si dices eso para consolarme, no me sentiré feliz, Ellen —respondió el caballero con una expresión agria.


Kavaalin
Un día… brillaremos juntos~

Una respuesta en “La Legión del Unicornio – Capítulo 25: Un día…”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido