La Legión del Unicornio – Capítulo 30: Flecha Sagrada

Traducido por Kavaalin

Editado por Nemoné


Estaba completamente oscuro, sólo el ligero resplandor de la lámpara iluminaba el camino a seguir. El hombre caminaba a pasos irregulares, maldiciendo su mala suerte. Si tan sólo hubiera tenido unos días más, podría haber salido de este lugar maldito con su recompensa. Pero tenía que aparecer un oficial de la reina y arruinar sus planes.

El oficial en sí no era algo malo, sólo era otro bobalicón más, ¿qué vería la reina en él? Probablemente había usado su buena apariencia para obtener su posición. El aprendiz de mago todavía era joven, sin experiencia y, aunque el enano parecía fácil de engañar, era sorprendentemente inteligente. En cuanto al caballero… Por alguna razón, cada vez que sus ojos se encontraban, sentía una corriente recorrerle la espina vertebral.

Se decía que los paladines podían ver a través de los disfraces mágicos. No lo habían descubierto, ¿verdad?

Debería haber hecho su movimiento antes. Incluso si existía la posibilidad de que lo descubrieran, siempre y cuanto pusiera sus manos en los cristales negros, todo lo demás era insignificante. Pero no tenía sentido arrepentirse ahora, debería haberlo hecho él mismo si hubiera querido hacerlo hace mucho tiempo.

Una pendiente cubierta de espesa vegetación apareció a la vista.

Debería estar por aquí. 

El hombre buscó en el suelo cerca de sus pies, muy pronto encontró la entrada de la madriguera. Rápidamente sacó la bomba de veneno que había preparado de antemano y la arrojó al agujero. Seguidamente, los alrededores se iluminaron repentinamente, el hombre levantó una mano para bloquear la luz.

Cuando recuperó la vista, se encontró de pie en una planicie. La madriguera de los gnomos había desaparecido, reemplazada por un balde vacío, el gas venenoso se filtraba continuamente, creandole un ataque de tos.

—El aire nocturno es bastante helado, señor jefe de la villa —Los verdes ojos del oficial elfo lo miraban—. ¿Cómo es que sus viejos huesos pueden tolerarlo ahora?

El hombre dio un paso temeroso e inmediatamente sintió algo contra su espalda.

—Con cuidado de no golpear la espada —La voz del caballero apareció desde atrás—. No la he afilado en mucho tiempo y no creo que el corte a través de la carne sea muy limpio.

El hombre sólo pudo ponerse rígido, mirando a los ojos del elfo, dio unos pasos hacia adelante.

—Estaba cegado por la ira, por favor perdóneme señor oficial. Sentía que esos gnomos debían ser castigados, así que… —Trató de mostrar una expresión de indignación.

Pero el elfo no se conmovió, mirándolo sin expresión alguna.

— ¿Castigarlos por usar cristales negros para intercambiar por alimentos?

Sabían sobre los cristales negros. ¿Podría ser…? Las rodillas del hombre se debilitaron y cayó al suelo arrodillado.

—Señor oficial… Mi señor… Yo estaba… cegado por la codicia. Dado que no he cometido mal alguno, ¿podría… pasarlo por alto?

—Incluso si realmente hubieras matado a cien o más gnomos, se consideraría como que no has cometido mal alguno —respondió el elfo con frialdad—. Dado que las criaturas mágicas no están protegidas por la ley.

—Realmente no quería matarlos… Sea… Sea cual sea la compensación que quiera o la veta de los cristales negros, todo es suyo… Por favor, déjeme ir, desapareceré de inmediato.

— ¿Por qué? —El elfo preguntó con calma—. Si te mato ahora, también podría obtenerlos.

El hombre gimió.

—No, por favor… Tenga piedad… Todavía tengo algunos textos mágicos muy valiosos conmigo, si acepta dejarme vivir… No he cometido ninguna atrocidad…

—Última pregunta. ¿Dónde has escondido el cuerpo del verdadero jefe?

Los ojos del hombre se estrecharon, levantó su bastón clavándolo en el suelo, en un momento ya estaba a diez metros de distancia. Entonces agitó su mano, una ola de fuego tan alta como una persona se apresuró hacia el elfo.

El caballero se apresuró en bloquear el ataque. En ese momento de distracción, el hombre rápidamente lanzó dos o tres hechizos de velocidad sobre sí mismo, corriendo inmediatamente en dirección al denso bosque.

El sonido de una flecha atravesando el aire pudo escucharse a su espalda. El hombre agitó su mano nuevamente y lo rodeó un hechizo de Escudo del Caos. La flecha se desvió de su objetivo original, curvándose por la circunferencia del escudo.

El hombre rió fríamente para sus adentros. Mientras estuviera activado el Escudo del Caos, todos los ataques físicos serían negados. Para cuando el escudo desapareciera, ya estaría fuera del alcance del arco.

— ¡Caín! —El elfo ya había colocado una segunda flecha para cuando llamó al caballero.

Comprendiendo su significado, el caballero le tocó el hombro, una luz tenue fluyó por los dedos del elfo acumulándose en la flecha antes de que la soltara. Al escuchar el sonido de la segunda flecha, esta se sentía débil desprovista de poder.

El hombre tuvo problemas para contener su risa.

Qué hermoso flechazo doble, pero ¿de qué servía? Incluso si pudiera disparar cien flechas en un momento, seguiría careciendo de sentido. Momentos después, el sonido de una tercera flecha lo alcanzó. El hombre finalmente se rió burlonamente.

Estaba dando lo mejor de sí, qué lástima…

Qué lástima…

¿Qué lástima?

Su cerebro dejó de procesar sus pensamientos. Sus piernas seguían avanzando como una máquina, pero ya había perdido su orientación. Su respiración se volvió pesada, algo caliente y húmedo se filtraba por la tela de su camisa. Los ojos del hombre se abrieron, queriendo llorar, pero sólo pudo soltar un sonido corto.

El hombre se cayó.

La tercera flecha había perforado la parte posterior de su cuello, atravesando completamente por su garganta.

—Vamos, echémosle un vistazo —dijo el elfo con calma, bajando el arco.

—Julian, vamos —El sireno apareció desde su escondite, tirando del aturdido enano.

— ¿Eso fue… una pelea real? —El enano se puso de pie, su cuerpo vacilante—. Dios… eso fue demasiado genial.

—Esto sólo podría considerarse un escape real —Sonrió el caballero—. Del tipo que casi resulta exitoso.

— ¿Teletransportación seguida de una bola de fuego? —El enano se rascó la cabeza—. No pude ver con demasiada claridad los que lanzó después, probablemente un hechizo de velocidad y desplazamiento, todo sin encantamiento, eso es…

—Oye, oye, cuando dijiste que era genial, ¿te referías al oponente? —Interrumpió el caballero, un poco descontento.

—Ese es el campo de experiencia de Julian —El elfo tomó el rumbo de la conversación—. Si quieres escuchar elogios, déjamelo a mí. Mmm… ya que realmente no comprendo los poderes de un paladín, sólo podía confiar en ti para romper las protecciones del mago. Al final funcionó perfectamente, de hecho eres digno de ser mi caballero.

—La Empuñadura Divina. Esta es la primera vez que trato de usarlo en otras armas —El caballero entrecerró los ojos—. Por cierto, esta es también la primera vez que veo un flechazo triple en un objetivo en movimiento, fue muy fascinante.

—Tsk, tsk, tsk. Mi caballero —El sireno le dio la espalda, hablando lo suficientemente bajo como para que sólo él pudiera escucharse—. Sólo tocarle el hombro es ser demasiado cuidadoso. También deberías acariciar otros lugares de vez en cuando…

— ¿Shelly? No mires si tienes miedo. —El elfo preguntó inmediatamente con preocupación. Ya había llegado al lado del hombre caído y al ver hacia atrás se dio cuenta de que el sireno se había dado la vuelta.

—No te preocupes —El sireno sacudió la cabeza al responder—. Ya sean ilusiones o cadáveres, he visto bastantes.

El enano fue el que reaccionó al escuchar esto, su rostro se puso blanco.

—Julián, también va para ti —El elfo se arrodilló, confirmando la muerte del hombre—. Aléjate un poco para que no te llegue el hedor de la sangre.

—No… No se preocupe, señor Ellen —dijo el enano apretando los dientes—. E-Este-Este tipo de cosas, las encontraremos mucho en el futuro, debería aprender a acostumbrarme… Ugh…

Después de mirar el cadáver, no pudo seguir conteniéndose. Corrió hacia un lado y comenzó a vomitar.

El caballero suspiró, acercándose para sobarle la espalda, lanzándole un hechizo calmante al mismo tiempo.

—Lo siento, señor Frank —dijo el enano tosiendo—. Soy demasiado débil.

—Eso no es una muestra de debilidad —respondió el caballero—. A nadie le gusta ver cadáveres.

— ¿El señor Frank también se siente mal…?

—Si pudiera enfrentar este tipo de situaciones sin alterarme, comenzaría a cuestionar mi propia cordura —El caballero sacudió la cabeza—. Tomar una vida es algo realmente cruel, pero a veces hay que hacerlo. Espero que lo entiendas.

—Lo hago —El enano agarró sus mangas y con estas se limpió las comisuras de la boca—. Dios nos pide que amemos a todas las personas, pero eso no es posible. Porque imponer una falsa amabilidad a los enemigos es lastimar a tus propios aliados; inundar al perpetrador con simpatía, es lo más cruel que puede hacérsele a la víctima.

—Aunque es un poco irrespetuoso —dijo el caballero un poco asombrado—. Esa es una declaración realmente inusual. ¿Pensaste en eso tú mismo?

—Es algo que el señor Todd escribió en su diario —El enano se levantó apoyándose—. Lo dijo el… —Sus ojos se abrieron súbitamente—. El arquero élfico de la Legión del Unicornio en la Era Legendaria, capaz de lanzar un flechazo triple sin fallar ni un tiro. El lucero del alba más deslumbrante, el sabueso del alba… El señor Ellen… El señor Ellen, el sabueso del alba.

Kavaalin
Puede que sea pretencioso de mi parte, pero como el “apellido” de Ellen contiene un mensaje (bastante directo), decidí hacer uso de este como se hacía en antaño, como una descripción (del trabajo/lugar de nacimiento/etc) del personaje. Espero no me maten por eso. PD: Ellen significa estrella.

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