Traducido por Ichigo
Editado por Ayanami
Un apetitoso aroma comenzó a salir de la olla hirviendo. Observé atentamente y removí los ingredientes del interior.
Sí, esto es bueno. Tanto las verduras como la carne se han hervido a la perfección.
Me limpie el sudor caliente de la frente mientras sacaba la lejía que flotaba en el borde.
Por supuesto, uno suda si se pone delante de una chimenea durante el tiempo suficiente. Ahora mismo estaba totalmente empapada de pies a cabeza, como si hubiera salido de la piscina.
Cogí la toalla que tenía cerca.
—Disculpe.
—¡Woah! Hace calor.
Echando un vistazo rápido, vi a Rolf y Lily entrar en la habitación.
Lily se ató las mangas para que no le estorbaran mientras Rolf dejaba la puerta abierta para combatir el calor. Esta casa me la han prestado para que pueda cocinar, así que les agradecería que fueran menos violentos con ella.
—Señorita Marie, déjeme ayudar.
—Gracias. Entonces, ¿puedes cuidar la olla por mí?
—¿Y yo?
—Puedes ayudarme a extender la masa por allí.
—Entendido.
Ambos eran amigos que solían cocinar juntos en el clan.
Entendían mis indicaciones sin necesidad de muchas palabras. Estos dos fueron muy útiles y les agradecí su ayuda. Me sentí como si estuviera cocinando con mi familia una vez más.
La cara de mi hermano pasó por mi mente.
Me quedé mirando el plato de hierro, recordando el extraño comportamiento de Johan hace unas horas. Había abofeteado sus propias mejillas antes de apretar las mías, luego, tras darse cuenta de lo que había hecho, su cara se tiñó de rojo y salió corriendo como un conejo, no lo he vuelto a ver.
Esperaba que hubiera encontrado un lugar para descansar bien, pero no encontré el valor para ir a buscarlo.
Me daba un poco de miedo volver a encontrarme con él después de que me viera la cara y saliera corriendo. Si le perseguía y me miraba con cara de disgusto, probablemente mi corazón se rompería en pedazos. Aunque sabía que no era ese tipo de niño, no podía evitar temer lo peor.
—Oi, ¿por qué te estás espaciando?
Mientras me perdía en mis pensamientos, Rolf llamó, de alguna manera ya estaba de pie a mi lado.
En sus manos había un montón de masa chapati bien estirada.
—Estamos planeando hornear mucho con todo esto, ¿verdad? Si no empezamos pronto, nos quedaremos sin tiempo.
Rolf me apartó y se puso delante de la plancha de hierro. Después de pasar la mano por encima de la placa para comprobar si estaba lo suficientemente caliente, empezó a extender la masa.
—Ya he ayudado muchas veces, así que estoy acostumbrado —dijo.
—Gracias.
Cuando le di las gracias, Rolf se dio la vuelta con una mirada estupefacta.
Aunque tenía arrugas en el entrecejo, era por confusión, no por enfado. En todo caso, estaba bastante sorprendido.
—No vuelvas a quedarte aturdida frente al fuego, bruja…
Ah, así que hice que se preocupara.
Sus últimas palabras no fueron nada bonitas, pero eso no me importó.
—¡¿Bruja?! ¡¿Estás ciego?!
¡Un portazo!
La puerta que antes estaba bien cerrada se abrió de repente con un golpe.
El invitado lanzó su mirada hacia Rolf mientras gritaba ensordecedoramente. Lily y Rolf se quedaron congelados en su sitio.
—¿Quién…? —Preguntaron con una sola voz; las dos se superponían perfectamente.
Hablando de eso, no era capaz de presentar a los dos que estaban ocupados hasta ahora.
—Uhm, ¿Johan…?
—¿Desde qué ángulo viste a mi hermana y “bruja” fue lo que te vino a tu pequeña mente? No es solo su rostro; desde su sedoso cabello hasta sus lustrosas uñas… ¡No, si hablamos de belleza entonces tiene que ser su corazón! ¿Y tienes el descaro de llamarla bruja? O tus ojos te han traicionado, ¡o hay algo mal en tu cabeza!
—¿Hermana…?
Lily se apartó del… animado Johan y me miró con asombro.
Bajé la cara y apreté el puente de mi nariz.
—Sí, este es mi hermano… probablemente —murmuré sin ningún tipo de confianza.
♦️ ♦️ ♦️
Cuando terminamos de comer, el exterior ya se había oscurecido.
Lily, Rolf, Johan y yo, sentados en la misma mesa éramos, por decirlo simplemente, una bomba de relojería. Nos limitamos a comer en silencio.
—Johan…
—¿Sí?
Cuando le llamé suavemente, saltó con brusquedad y su voz delató su sorpresa.
—Aquí está tu sopa. Por favor, ten cuidado, ya que está caliente.
—¡Muchas gracias!
—Es algo que he hecho yo misma, así que puede no ser tan buena como la del castillo, pero te aseguro que no sabe tan mal.
—La comida casera de mi hermana…
Cuando le entregué el cuenco, Johan lo recibió con manos torpes. Esperé que fuera la lámpara de la habitación lo que le hizo enrojecer tanto la cara. Y todo ese murmullo sobre mi cocina, “esto es precioso…” era solo yo escuchando cosas. ¡Sí! ¡Estoy segura de ello! ¡Definitivamente!
—Tu hermano es un tipo raro…
Sí.
Esta fue la primera vez que quise estar totalmente de acuerdo con las palabras de Rolf.
Me pregunto si debería sentirme aliviada de que no me odie o ponerle mala cara a su actitud alegre. Aunque me alegré de verlo eufórico cuando me vió, dijo demasiadas palabras que no podía ignorar.
Había estado separado de su hermana durante cuatro años. Los chicos crecen rápido, pensé al principio, sintiéndome sentimental.
Sin embargo… hermano mío, ¿no se han desviado tú y tus pensamientos por un camino extraño?
Quiero decir, ¿de quién estabas hablando cuando dijiste “su hermoso corazón”? El corazón de tu hermana es una inmundicia, te lo digo yo.
Mi hermano me estaba embelleciendo en su mente mientras estábamos separados.
Como si sus fantasías no tuvieran límite… O sería una ilusión a estas alturas; todo lo que veía de mí lo veía a través de un grueso filtro color rosa.
—Señorita Marie, por favor, sírvase.
Me entregaron un rollo de chapati[1] relleno de cerdo salteado y verduras.
Le agradecí a Lily y lo recibí con gusto.
Sí, dejemos el asunto de mi extraño hermano en un segundo plano por ahora. Primero, vamos a comer. Después de todo, vamos a estar muy ocupados a partir de mañana.
Miré a Johan que masticaba con ganas el rollo de chapati y soplaba la sopa para enfriarla.
Johan, que había dado un sorbo, se quedó mirando asombrado y murmuró sin querer.
—Está delicioso…
Me alivió que le gustara.
—Me alegro que sea de tu gusto.
—Así que eres capaz de cocinar, hermana.
Hablando de eso, no recordaba haber hecho nada para Johan antes.
—Todos los platos de la señorita Marie son una delicia, ¿sabes?
—Bueno, no está mal, supongo.
Una vez que Lily y Rolf dijeron su parte, Johan puso una cara de amargura. Se agarró al plato de sopa con las dos manos y se quedó mirando en silencio.
—¿Johan…?
—Nunca supe nada. No sabía que sabías cocinar, ni el hecho de que tienes conocimientos cuando se trata de medicina… O incluso la razón por la que estás en el Reino de Wind ahora mismo. Nada.
El mohín y la voz infantil de Johan me recordaron a su pasado.
Al estar separados durante tanto tiempo, era natural que no supiéramos algunas cosas el uno del otro.
Pero estaba segura de que las cosas no habían cambiado mucho.
—Tienes razón… Entonces, hablemos.
Después de terminar la comida, hablamos del pasado que nos llevó a este momento mientras tomábamos el té.
Le conté lo que había pasado en los últimos cuatro años mientras él estudiaba en el extranjero. A medida que avanzaba el relato, Johan palidecía, Lily lloraba y Rolf se quedaba atónito.
Pensando en todo ello, estoy fuera de la norma para una princesa, ¿no es así?
Siento que me falta conciencia cuando se trata de mí misma. Una princesa marimacho, por así decirlo. Sí, suena bien.
[1] Es una especie de taco, el chapati es un pan sin levadura que se hace a comal, se come principalmente en la comida indú; aunque para los que estamos en México podría ser un taco con una tortilla de harina, algo como esto: