La Princesa derriba banderas – Capítulo 151: La búsqueda de la princesa reencarnada (2)

Traducido por Ichigo

Editado por Ayanami


El comandante Lieber dijo que la investigación podría llevar tiempo. Debería haber tenido en cuenta su consejo, que podría ser cierto.

Lo que el año anterior se consideraba exacto, podría cambiar al siguiente, después de todo.

El templo estaba deteriorado, así que, por supuesto que querrían arreglarlo.

Sí, era un lugar precioso, lo entiendo. Lo entiendo, pero…

¡¿Qué demonios pasó con todas las cosas que había dentro?!

Le pregunté al anciano si había algo en el templo que pareciera tener siquiera algún valor histórico, sólo para obtener un “¡No hay nada de eso!” Como respuesta y una carcajada de su parte. De hecho, se sorprendió de que no hubiera absolutamente nada de importancia en primer lugar.

Todos los aldeanos decían que si no había realmente nada, entonces era mejor demolerlo todo.

Así que, en otras palabras, ¿puedo considerar que ningún Señor de los Demonios estaba merodeando por allí?

Dejando de lado el asunto de la piedra en la que supuestamente estaba sellado el Señor Demonio, si hubiera algún tipo de habitación secreta, los aldeanos lo habrían sabido sin duda.

El primer día de nuestra investigación no me dejó nada más que estrés.

Una gran mano se posó en mi cabeza mientras me perdía en mis pensamientos con las cejas fruncidas.

Cuando levanté la vista, Sir Leonhard me miraba fijamente, mostrando cuidado y preocupación evidentes en su mirada.

—Por favor, no ponga esa cara. Nuestro viaje no ha hecho más que empezar, ¿verdad?

Su dulce y suave voz me hizo olvidar dónde estaba o qué estaba haciendo, dejando mi corazón agitado.

Apoyé una palma de la mano en mi pecho y dejé escapar un pequeño suspiro.

El simple hecho de hablar con él ya era bastante difícil, pero tratar de controlar mi cabeza en general cuando mi cerebro ya había explotado era sencillamente imposible.

Por favor, deja de usar esa expresión de “hermano~ mayor~ cuidando~ a~ su~ hermana~ menor~” conmigo, ¡de lo contrario despertará un nuevo fetiche que no sabía que tenía!

—¿Marie?

¿Y ahora me llamas casualmente por mi nombre?

No, sólo fue lo que acordamos. Sir Leonhard se limitaba a desempeñar el papel que se le había encomendado, con diligencia.

—No es nada, hermano.

Logré contener mis ganas de gritar y respondí apropiadamente a esas palabras con una sonrisa.

—¿De verdad?

Me dio unas suaves palmaditas en la cabeza después de dar una breve respuesta propia.

—He oído que la sopa de esta tienda es muy buena. Nuestros cuerpos se están enfriando un poco, así que vamos a calentarnos allí.

—Está bien… —respondí con los ojos entrecerrados, mientras su gran mano me daba una palmadita en la cabeza.

Ah… Quiero ser la hermana menor de Sir Leonhard por el resto de mi vida.

¡No, no, no…! Eso no es lo que quieres, ¿verdad, Rosemarie? No es eso lo que pretendes, ¿verdad?

Esto era peligroso… Cuando me enamoré de su dulzura, acepté casi de buen agrado la idea de ser su hermana pequeña.

¡Sólo entraré en la familia Olsen como esposa! No como hija adoptiva, sino como su esposa.

Suspiré mientras me limpiaba el sudor de la frente…

Sir Leonhard, sin demostrar que se había dado cuenta de mi comportamiento sospechoso, llamó a la mesera.

Sir Leonhard y yo nos encontrábamos en un restaurante del pueblo.

A pesar de ser un poco tarde para el almuerzo y demasiado temprano para la cena, el lugar estaba lleno. No sólo los aldeanos, sino también los viajeros estaban aquí.

Cualquiera que busque cruzar la frontera hacia Raptor desde la capital real de Nebel debía pasar la noche aquí. La aldea estaba llena de gente, probablemente porque se encuentra situada en un lugar céntrico.

—Sir Le… Hermano.

—¿Hm?

Sir Leonhard, que acababa de terminar de pedir, se volvió hacia mí con una sonrisa mientras ladeaba la cabeza.

La mesera pareció darse cuenta de este gesto y se puso rígida. Su cola de caballo se agitó ligeramente mientras volvía corriendo a la cocina con la cara teñida de un rojo remolacha.

Señorita… La entiendo… ¡La entiendo perfectamente!

¡El poder destructivo y absoluto de la sonrisa de Sir Leonhard es…!

—¿Marie?

Ah… He vuelto a meter la pata.

—Um… ¿Qué deberíamos hacer después de esto?

—Vamos a echar un vistazo a la aldea después de comer.

Las probabilidades de que esta aldea “fuera el centro” eran extremadamente bajas.

Pero aun así deberíamos echarle un vistazo al templo que está en pleno proceso de reconstrucción, al menos una vez, o eso decidió Sir Leonhard.

También me gustaría hablar con las personas involucradas en el proceso de renovación.

—Bien, ¿y después de eso?

—Hm… Volvamos y descansemos aquí.

—¿Para después dirigirnos a la segunda aldea?

Cuando pregunté, Sir Leonhard asintió.

—Sólo nos adentraremos en la noche si partimos ahora. Estaría demasiado oscuro para ver el edificio que querías ver.

Estamos bastante cerca de nuestro segundo destino desde donde nos encontramos, pero supongo que aún no tenemos suficiente tiempo para el viaje.

Viajar por la noche supone muchos peligros, y sobre todo, la oscuridad nos impide hacer una búsqueda adecuada. Tampoco sabemos si el próximo pueblo tendrá una posada.

La decisión de Sir Leonhard era acertada.

La primera aldea fue un fracaso, así que empezaba a sentirme un poco ansiosa, pero no era bueno precipitarse.

Cuando me tragué mi ansiedad y asentí con la cabeza, sus ojos del color de la medianoche vieron a través de mí y se estrecharon suavemente.

—Siento la espera.

La mesera se acercó a nosotros una vez terminada nuestra conversación. Me puso delante un cuenco de sopa y un plato de pan, lo mismo le dio a Sir Leonhard.

La sopa utilizaba tomate como base. Se le echó un hueso de cordero asado y una variedad de verduras y judías y se dejó cocer a fuego lento. No me gustaba mucho el cordero, pero la mesera dijo que no debería quedar ningún olor, ya que estaba bien cocido, así que creo que debería estar bien.

El pan estaba duro. El pan era redondo con pequeños cortes que parecían dibujos en la parte superior. Probablemente sea pan de centeno. Creo que he visto estos antes, en el Servicio de Entrega de Kiki.

Ambos venían muy calientes. El vapor hizo que los olores subieran a mi nariz y estimuló mi apetito.

Sé que todo parece delicioso, pero…

¿Cómo se supone que voy a comer la carne pegada al hueso? Quería un cuchillo y tenedor, pero lo único que me dieron fue una cuchara.

Cuando miré a mi alrededor, vi que los demás comían a lo loco.

Ya veo… Según los estándares normales, eso es lo que se supone que debes hacer, ¿no?

Cuando me volví hacia Sir Leonhard, nuestros ojos se encontraron.

Creo que se dio cuenta de que estaba preocupada y me ofreció su mano para tomar la carne.

Tras dudar un poco, negué con la cabeza.

Por supuesto, me resistía a morder la carne mientras estaba delante de él, pero no sabía cuánto tiempo iba a durar nuestro viaje, así que no podía permitirme que Sir Leonhard me mimara por cada inconveniente durante todo el trayecto.

Resuelta, agarré el hueso con mis propias manos y mordí su carne.

El sabor, que se mantuvo a pesar de la larga cocción en el caldo, se extendió por toda mi boca. A continuación, la acidez de los tomates, el sabor de las verduras y, por último, los aromas de las diferentes hierbas. En el momento en que mordí la carne, sus jugos comenzaron a desbordarse.

La carne se desprendió fácilmente del hueso, lo aparté de mi cara sin dejar de morder. Seguí masticando con la otra mano tapándome la boca.

Tenía un ligero olor, pero su sabor era más profundo.

Las hierbas y los tomates ayudaban a resaltar el sabor y reducir el olor. Además, la grasa era tan delicada que se deshacía sin esfuerzo en mi boca.

—¡Qué rico! —Solté involuntariamente.

Cuando levanté mi cara, los ojos de Sir Leonhard se abrieron de par en par.

¿No estará pensando que lo que acabo de hacer es vergonzoso o algo así, verdad?

¿Eres siquiera consciente de lo mucho que me asusta? Sir Leonhard se limitó a reírse alegremente.

—¿De verdad?

No parecía sorprendido, en lo más mínimo, por mi comportamiento.

Sir Leonhard comenzó con su comida, mientras yo seguía comiendo con un signo de interrogación sobre mi cabeza.

El pan de centeno recién horneado era difícil de agarrar con mis propias manos. Cuando lo partí, pude ver la miga marrón claro de su interior. El aroma que surgió y llenó mi nariz era bastante singular.

Cuando lo rompí en trozos más pequeños y me los metí en la boca, la acidez se extendió por toda mí lengua. Tenía una textura agradable, en comparación con el pan blanco. No lo odié. De hecho, creo que me gustó.

Era aún más delicioso cuando se combinaba con la sopa.

—¡Tanto el pan como la sopa están muy ricos! —Murmuré mi sincera opinión.

—Me alegro de que te haya gustado.

Llegó una respuesta a las palabras que sólo iban dirigidas a mí misma, pero no era de Sir Leonhard.

Antes de que pudiera entender quién acababa de hablar, me pusieron una toallita húmeda en la mano. Cuando levanté la vista, pude ver a un hombre de pie junto a mí.

La luz del sol que entraba por la ventana lo hacía estar a contraluz, así que no pude distinguir bien su rostro.

—Usa esto cuando te ensucies las manos.

—Um… M-Muchas gracias.

—Igualmente. Si crees que es delicioso, entonces eso hace que valga la pena hacerlos.

Dicho esto, el hombre se dirigió hacia la cocina.

Se volvió antes de entrar.

—Oh, y hay mucho más si quieres repetir, ¿de acuerdo?

Su fino cabello sobrepasaba un poco su cuello y le cubría la frente. Era de un color marrón claro, muy parecido al del pan de centeno que tenía en las manos. Sus ojos, que compartían el mismo tono, parecían suaves y apacibles, probablemente era porque estaban inclinados hacia abajo mostrando sus largas pestañas. Su rostro blanco y delgado le daba un aspecto andrógino, pero brazos y el cuello gruesos y varoniles bajo la camisa, eran inconfundibles.

—S…

“Sí”, intenté responder, pero la voz se me atascó en la garganta.

Aunque me pareció un hombre indudablemente hermoso, no me enamoré de él ni nada parecido. En cambio, tuve una sensación de déjà vu.

Podía decir, sin lugar a dudas, que se trataba de nuestro primer encuentro. Pero, ¿por qué, al mismo tiempo, sentía que lo había “conocido” desde siempre?

Aunque intenté no preocuparme por ello, unos segundos después obtuve la respuesta.

No era un simple déjà vu, después de todo. Sentí algo parecido cuando conocí a Crowe. Esto estaba arraigado en mis recuerdos… Los de mi vida anterior.

El joven que tenía delante era el último personaje importante del juego otome “Welcome to the Reverse World”.

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