La Princesa derriba banderas – Capítulo 65: El Entrenamiento del Guardia Real (Klaus POV)

Traducido por Yousei

Editado por Sakuya


— ¡Ahh!

Una mujer gritó al mismo tiempo que la cesta de ratán caía. Sábanas blancas se esparcieron por el corredor.

¿Ella estaba nerviosa? ¿Avergonzada? La expresión de la joven sirvienta se endureció mientras se disculpaba con una delgada voz.

—M-mis más sinceras disculpas.

Ella intentó doblar las sábanas en pánico, pero sus manos estaban temblando y cayeron nuevamente. Levanté la cesta que rodó a mis pies y la puse a su lado. Ella levantó la mirada, y sus ojos avellana se abrieron cuando le tendí la mano.

—Uh, umm.

Ella dudó.

—Por favor, levántate, te vas a ensuciar.

Algo forzoso, tomé su mano y la hice levantarse. Ella se congeló, apenas se atrevía a respirar. Dejándola ir, reuní toda la lavandería y suavemente le quité el polvo antes de regresarla a la cesta.

—Aquí tienes.

Casi empujándola, se la devolví.

—G-gracias.

Temblando como estaba, ella aceptó. No podía evitar sonreír amargamente cuando me miraba con esos ojos, como una pequeña criatura asustada.

—De nada. Por favor ten cuidado de lastimarte.

Su rostro se enrojeció. Asintió vigorosamente.

— ¡P-por favor discúlpeme!

Giró sobre sus tacones y se apresuró con una velocidad inadecuada para alguien que hubiera sido criado en una familia decente. Mientras miraba su figura alejarse, toqué mi mejilla.

¿Qué diablos fue eso? ¿Acaso soy algún tipo de monstruo?

— ¡Hola, casanova!

Me volteé para encontrarme a mi compañero caballero, Dennis, parado ahí.

—Aunque no fuera tu intención, no pierdas a inocentes señoritas. ¿No te compadeces de ellas?

—No calumnies a los demás. Todo lo que hice fue recoger las sábanas.

¿“Todo” dices? Encuentro muy inusual que tú hagas algo como eso. —Él me molestó.

Fruncí el ceño, pero no podía contradecirlo. Normalmente, le habría dado a la cesta una mirada y seguido caminando. ¿Por qué entonces, hice eso? La respuesta era simple.

— ¿Por qué estas de tan buen humor? —Preguntó.

Como él había mencionado, estaba de excelente humor. Si debiera ponerlo en palabras, me sentía con ganas de festejar.

—Ninguna razón.

—No deberías mentir. Las criadas jóvenes están emocionadas porque un tipo cortante como tú, repentinamente es sol y sonrisas. Y luego, tu oficial superior, el que te odia. Estaba temblando de miedo, preguntándose si al final te habías vuelto loco.

Estaba haciendo mucho ruido, pero era difícil negarlo. Sabía a lo que se refería.

Cada vez que mi oficial superior y yo, nos topábamos, él siempre hacía remarcaciones sarcásticas. Usualmente yo lo miraba con frialdad y me mantenía en silencio, pero esta vez lo deje. Le sonreí brillantemente y le dije, —Trabajaré duro. —No lo culpo por dudar de mi sanidad.

—Honestamente, ¿qué pasó? ¿Acaso tu preciada ama te alabó o algo?

—No. Si ese fuera el caso, no estaría así.

— ¿Oh en serio? Perdóname.

Dennis se encogió de hombros, de una forma enormemente exagerada. Él parecía estarse burlando de mí con su suave sonrisa.

Estaba irritado. —Si no tienes ningún asunto conmigo, entonces me voy.

Me alejé y no me detuvo.

—Puedes celebrar, pero no deberías ser una molestia para tu ama. —Dijo por detrás con su relajada voz, arrastrando las palabras. No miré hacia atrás.

Él es ridículo, pensé.

Incluso si quisiera celebrar, nunca dejaría mi guardia. Nunca me permitiría herir a la Princesa Rosemarie.

Mi resolución era sólida, pero nada de eso aparecía en mi cara mientras completaba mi trabajo desapasionadamente.

Antes de que lo supiera, ya era de noche.

Terminé de entregar las necesidades más urgentes, pero no regresé a mi propia habitación. En su lugar, me dirigí a un lugar diferente.

Me paré sintiéndome deprimido cuando alguien me saludó por detrás

Las lámparas eran encendidas en intervalos equivalentes, el Palacio brillaba aún más de noche. Pasé por ahí, apuntando a los campos de entrenamiento que estaban al final. Todos los signos de actividad humana gradualmente desaparecían, y un ave nocturna graznaba a la distancia. El fuego de los vigías crujía agitado por el viento semi cálido.

Mis suelas crujieron cuando pisé el suelo de guijarros. El campo de entrenamiento estaba quieto, el ajetreo y el bullicio del día parecían irreales. En la oscuridad total, la luz del fuego detrás de mí estiró mi sombra.

—Estás aquí. —dijo en voz baja. Fue directo al grano.

Una larga sombra apoyada contra la pared se movió. Al mismo tiempo, el área circundante se iluminó débilmente; Las nubes se separaron, y parecía que la luna estaba mostrando su rostro.

A mis ojos, que recién comenzaban a ajustarse a la oscuridad, la luz era casi cegadora.

Los cerré rápidamente, solo para abrirlos otra vez lentamente.

Una figura oscura se paró frente a mí, con la pálida luna tras de él. La briza pasajera sopló el dobladillo de su uniforme y su cabello negro. Estaba demarcado por la luz de la luna, sus ojos oscuros estaban enfocados en mí.

No podía ver su expresión, pero esta sensación, como si una espada estuviera contra mi garganta, instintivamente me hacía contener el aliento. Era superado por una simple mirada.

— ¿Cuál es su orden… comandante? —dije para cubrir mi agitación. Cuando terminé de hablar, él – Leonhard von Olsen – silenciosamente me lanzó algo. Voló en un arco y lo atrapé con mi mano izquierda. Era una espada de entrenamiento con el borde sin filo.

—No me diga que la razón por la que fui llamado era-

—Para entrenar, como puedes ver. Practicarás todos los días hasta tu partida.

— ¡¿Qué?! ¡No había oído de esto! —Inmediatamente me opuse, pero él ignoró mis quejas y se quitó la chaqueta de su uniforme. —Quizá no lo parezca, pero estoy ocupado.

—Qué coincidencia. Yo también. —Él remarcó sin simpatía, mientras rotaba sus hombros.

Por supuesto, no había competencia cuando se refería a la diferencia entre carga de trabajo. Aunque yo tenía una pila de trabajo que necesitaba completar de antemano, no era nada que escribir considerando los deberes que él tenía como el líder de su posición.

Tsk. Contuve mi lengua.

—Si es todo lo que tienes que decir, entonces prepárate.

Había mucho que quería decir, pero si el comandante te dice que hagas algo, tu lo haces. Me di cuenta de que no me haría nada bien protestar, y reclutante solté el cuello de mi uniforme.

Me refunfuñe a mí mismo. — ¿Por qué ahora repentina-?

—Te he visto recientemente, y hoy tuve la idea.

Mis hombros se tensaron ante su respuesta. Las palabras de mi colega atravesaron mi mente.

—A juzgar por tu reacción, parece que ya estás al tanto.

No dije nada.

—El silencio es lo mismo que una confirmación.

—Difícilmente… no es como si fuera una molestia para nadie.

—Lo digo porque no eres capaz de admitirlo. A un hombre tan frívolo apenas se le podría confiar a su alteza.

— ¡¿Está sugiriendo-?!

Un sonido agudo silbó en el aire. Con una velocidad que mis ojos no pudieron seguir, empujó su espada contra mi garganta. Sus ojos me miraron con la misma nitidez del filo de la espada- no, aún más afilados.

Como los ojos de una bestia en la oscuridad, reflejaban la luz de la luna.

Sudor frío bajaba por mi espalda mientras era directamente atacado por su sed de sangre.

Aunque las estocadas que me dirigía no eran con la intención de matar, apenas podía respirar. Un solo movimiento y estaría muerto.

El “León negro”, una vez temido en batalla, apareció frente a mis ojos.

—Su alteza es un tesoro de este Reino. Una joya que jamás debe ser perdida. ¿Confiársela a un hombre que no puede seguir estos lentos movimientos con la espada? De ninguna manera. —Escupió.

[Yousei: algo me dice que él también quería ir]

Estaba estupefacto. ¡Aunque no me di cuenta cuando movió su espada, era necesario burlarse de mí!

[Yousei: 😀 si]

Pero cuando miré de cerca, me di cuenta de que estaba tomando la espada con su mano no dominante. Estaba sorprendido de lo bien que podía mover su mano izquierda.

—Demuéstrame que puedes enfrentarte a mí con mi mano dominante atada.

Retiró la punta de la espada y la hizo caer en un arco. Al mismo tiempo, el aura intimidante desapareció, y respiré con toda la energía en mis pulmones. Mi corazón martilleaba en mis oídos, asquerosamente.

—Si piensas que es imposible, dilo rápido. Elegiré a alguien más.

— ¡No! —Negué instantáneamente, con mi respiración irregular.

¿Entregarle a alguien más mi deber como protector de la Princesa Rosemarie? ¡De ninguna manera!

—Es mi deber jurado. No se lo daré a nadie más.

Puse mi fuerza en mis palabras, y lo miré de forma casi desafiante, pero su expresión no se quebró ni un poco.

—No te presiones. Hay otros que están calificados. —Dijo suavemente.

¿Acaso lo iba a dejar salirse con la suya al decir eso?

—Permítame hacerle tragarse sus palabras…

Sonreí peligrosamente. Sabía que estaba levantándome ante su clara provocación, pero no había vuelta después de esto. Mi espada se preparó.

Las esquinas de su boca se levantaron al mirarme.

—Pruébame.

Él estaba lleno de calma y confianza. Me molestó.

Como un regalo de despedida para mí mismo, juré que lo haría caer de rodillas al menos una vez.

7 respuestas a “La Princesa derriba banderas – Capítulo 65: El Entrenamiento del Guardia Real (Klaus POV)”

  1. ¡¡Ay, ay, ay!! Con trece añitos y nuestra dulce princesa ya hizo que los hombres levanten espadas por ella… uff, tremenda mujer fatal que será cuando crezca. 🤣🤣

    Muchas gracias por su trabajo en traducir y compartir. 💕💜💕

  2. Uff F por Klaus que tendrá que pasar por la frustración de Leon; y de paso preparase para lo q se viene; digo, si lo hacen entrenar ps por algo será :p
    PD: Gracias por traducir esta delicia <3 estaré atenta a su actu

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido