Traducido por Army
Editado por Tsunai
—¿P-Princesa?
Estaba sorprendida. Me toqué la frente con la mano. Por supuesto, no me golpearon tan fuerte, así que en realidad no me duele mucho, pero…
La princesa me miró con una expresión ligeramente molesta.
—Tú eres la que está más atrapada en los estatus de princesa o doncella. Por eso te dejas llevar por los rumores. Solo unas pocas personas dicen eso y es porque nunca los han visto juntos. No han visto al héroe Greed contigo. ¿Hubo alguien cercano a ti que dijera eso…? Todos aquí conocen la verdad. Todo lo que necesita eres tú.
—Ella tiene razón, Aria.
Rufus mencionó mi nombre.
Pero su mirada no estaba dirigida a mí, sino a la princesa. La observaba con evidente orgullo y amor.
—Y te equivocas al llamarte simplemente una “sirvienta”.
—¿Eh?
Entonces, la princesa suavizó su expresión y con un tono pausado, me preguntó:
—Dime, Aria, ¿quién soy yo?
—¿Eh?
—¿Qué papel juego “yo” en la historia de Aria Milford?
¿Una historia en la que yo soy un personaje? No entendí del todo la pregunta, así que parpadeé un par de veces antes de responder.
—La princesa es… la princesa. Mi querida, maestra.
Para mí, la princesa siempre será la princesa.
Incluso si yo soy la protagonista, ella es mi única maestra.
—Entonces, ¿qué pasa con Belinda?
Señaló a Belinda, quien sostenía una delgada alfombra detrás de ella.
—¿Belinda es solo un personaje secundario para ti? Como Sirvienta A o B, o cualquier otro papel sin nombre.
—No… Belinda es mi colega… una amiga importante.
Poco a poco, entendí lo que la princesa quería decir y mi corazón comenzó a vacilar.
—Para mí, ustedes tampoco son solo nombres sin importancia. Aria, tú eres una sirvienta importante para mí y más que eso, eres mi querida amiga, la que siempre está a mi lado.
—¡Princesa…!
Para la princesa, soy una sirvienta importante y una querida amiga… Cielos, ¿puedo llorar de felicidad?
—Eso es cierto para todos. No eres solo una sirvienta, Aria. Eres la querida, amada y amiga de Greed.
—Sí, sí.
Millie respondió, asintiendo repetidamente.
Farah y Rufus también asintieron.
—Además, Aria, ¿qué papel crees que desempeñas en la historia de Greed?
—Bueno…
—No eres solo la sirvienta A, ¿de acuerdo? Para Greed, eres alguien importante. Porque eres la heroína… Ya sabes lo que estoy diciendo, ¿verdad? No eres ninguna sirvienta A. Ciertamente, hay muchas personas que para ti solo son parte del fondo, personajes que aparecen y desaparecen sin importancia. Pero hay otros que realmente te conocen y ni siquiera son tus parientes. Eres Aria. Nada más.
—Princesa…
—Probablemente querías convertirte en una espectadora llamándote a ti misma sirvienta A, pero lo has usado como una forma de escape.
—¿Eh? ¿Espectadora?
Sus palabras me tomaron por sorpresa, y mis ojos se abrieron de par en par.
Al ver mi reacción, la princesa sonrió con amargura.
—Al principio, pensé que tenías una particular forma de ser porque te gustan las novelas, Aria. Sin embargo, cuando te vi aferrarte a la idea de ser la “Sirvienta A” como un escudo, me di cuenta de que no era tan simple.
—¿Un escudo?
A pesar de la vergüenza que me invadía, la princesa continuó con su explicación.
—Desde que nací, he sido una princesa, por ello no entendía por qué te aferrabas tanto en ser solo la Sirvienta A.
»Pero al imaginar que la persona frente a mí se veía a sí misma de esa manera, pude empatizar en cierta forma. En otras palabras, parecía que deseabas mantener una distancia con los demás. ¿No era porque querías establecer un límite y no cruzar esa barrera?
Mi corazón latió con fuerza.
—Aria, querías ser una espectadora. Te aferraste a la idea de ser solo una extra porque eso te permitía dar un paso atrás ante aquellos que intentaban sacarte de esa posición. ¿Me equivoco? Te estás escudando.
—¿Yo…?
Murmuré, aturdida.
—¿Yo… me estoy protegiendo, llamándome extra y “Sirvienta A”?
Pero… eso es porque alguien como yo fue llamado así en el periodico Hero Times, no porque lo haya decidido por mí misma. Sin embargo…
Una voz en mi conciencia me habló con calma.
Eso fue antes, pero…, ¿qué pasa ahora?
¿Por qué sigo aferrándome a esa idea cuando sé que ya no soy solo la “¿Sirvienta A” en este castillo, sino la prometida del Héroe?
De repente, recordé cosas de mi pasado. Mi inusual familia, las miradas de quienes nos rodeaban, la forma en que me veían.
Un sentimiento inesperado llenó mi pecho. Pero al mismo tiempo, cuando lo pienso bien, no tiene sentido.
—Lamento si soné dura, pero si no lo digo claramente, Aria, seguirás usando la posición de “Sirvienta A” para escapar.
—No, princesa…
Negué con la cabeza.
Fue inesperado, pero cuando lo dijo, me di cuenta de que era cierto.
—Quería ser una espectadora. Pensé que si me consideraba una “Sirvienta A”, podría mantenerme al margen, porque no tenía sentido para alguien como yo estar cerca de un Héroe.
Porque… no podía creer que él realmente me quisiera.
Tenía miedo de creer en ello y salir herida al final.
Si me quedaba atrás, al menos podría decir «Como era de esperar, un héroe no es adecuado para una sirvienta». De esa forma, no tendría que lastimarme. Estaría a salvo.
Pero… cuando apareció Tiana, ni siquiera pude reírme de la situación. Aun así, insistí en que: «Solo soy la Sirvienta A, así que una princesa le quedará mejor al héroe». Lo usé como una excusa para escapar, para protegerme y evitar que me hicieran daño. Por eso la princesa estaba enojada.
Y comprendí que había otra razón por la que me aferraba tanto a esa idea.
Tenía miedo de dejar de ser “común”. Tenía miedo de que me miraran de la misma forma en que lo hacían cuando era “la hija de la familia Milford”.
Cuando vivía con mis padres, los nobles nunca me veían como “Aria”, sino como “la hija de los Milford”. Creí que, al alejarme de ellos, finalmente podría convertirme en “solo Aria”. Pero ni siquiera en este castillo podía escapar de la sombra de mi apellido. Por eso, me aferré a la idea de ser “una extra”. Si era normal, no destacaría. Si no destacaba, me aceptarían como soy, no por ser “la hija de los Milford”.
Por eso, la propuesta de matrimonio de un Héroe era impensable. No podía aceptarla. Lo mismo ocurría con Alfred. Como príncipe, estar a su lado también era impensable. Pero entonces, Greed se acercó a mí sin importarle mis sentimientos.
Me empujó fuera de la normalidad. Y finalmente, me sacó del papel de una “extra”. Me bloqueó la última ruta de escape. …Realmente no tengo otra opción.
La princesa habló con voz tranquila.
—Aria, te lo preguntaré por última vez. ¿Qué papel juega Greed en tu historia? ¿Es solo el héroe que no te importa en absoluto?
—No.
Negué con la cabeza.
—Greed es… En “La historia de Aria Milford”, no es un héroe inalcanzable… es mi héroe.
No creo que él sea el héroe que acaba de pasar por mi vida como un meteorito. Para mí, Greed es… Greed no es solo un héroe.
Dice que le gusto, pero… no, es una persona muy peculiar, como un niño. Es excéntrico, profundamente celoso y a veces, una molestia. Pero me hizo ver el mundo con otros ojos.
Pero… Él piensa en mí más que en nadie y me ve tal como soy, no como una simple criada ni como “la hija de esa familia Milford”.
Desde que me propuso matrimonio, me sentí desconcertada. Me vi envuelta en la situación, lo eduqué, él me ayudó… He pasado días realmente atípicos.
Pero… no lo odié. Era… realmente feliz de que Greed me mirara directamente y solo me sonriera a mí.
Sí, lo admito. Todavía estoy perdida en lo que respecta a su propuesta de matrimonio, pero ciertamente… Me gusta Greed.
Por eso me sentí frustrada y molesta por lo que dijo Tiana. No pude simplemente ignorarlo cuando afirmó que yo no era la adecuada…
—Finalmente lo admitiste.
La princesa se rió y tocó mi frente una vez más.
—¿Eh…?
Me llevé la mano a la frente, desconcertada.
¿Admitir…? Espera, ¿¡lo dije en voz alta hace un momento!?
—N-No puedes decirle a Greed lo que acabo de decir, ¿¡vale!?
¡Porque prácticamente acabo de confesarme! Es más, ¡todos los que estaban dentro de la sala lo oyeron! ¡De hecho, todo el mundo está sonriendo! ¿¡Qué es esto, una obra de humillación!?
¡Además, los espíritus que me protegen también me escucharon! ¡Mis palabras llegarán hasta Greed! ¡Me da tanta vergüenza que podría morir!
—Aria, ¿con quién estás hablando?
Millie me miró con asombro mientras agitaba los brazos y gritaba:
—¡No se lo digas!
Ciertamente, parecía extraño. Estoy gritando al aire cuando, en apariencia, no hay nadie.
¡Pero estoy desesperada!
—¡Todos en esta sala! ¡Incluidos los espíritus!
Inmediatamente después de gritar, un golpe en la puerta resonó en la habitación.
—Sí.
No fui yo quien respondió, sino Belinda, quien sostenía la alfombra.
—Disculpen la interrupción. Han llegado los sastres. ¿Deberíamos dejarlos entrar?
Me sobresalté al escuchar a los guardias anunciar a los invitados.
──Así es, ¡hay otros asuntos que atender!
—Sí, abriremos ahora, así que esperen un momento.
Dije apresuradamente y miré a Belinda.
—¡Rápido!
—Deberíamos retirarnos. Los hombres no deberían mirar mientras las mujeres se prueban los vestidos.
Rufus se levantó del sofá con calma. La princesa corrió a su lado, se acurrucó cerca de él y dijo:
—Sí, me duele separarme de ti, pero nos vemos más tarde, Rufus.
—Bien. Fue amable de tu parte regañar a Aria. Estoy orgulloso de ti.
—¡Rufus…!
Está bien, ¡detente! ¡No coqueteen delante de mí!
Me gustaría responder, pero no tengo tiempo para eso. Después de todo, tengo que poner la alfombra en el suelo antes de que se prueben los vestidos.
—Así es. Hoy habrá un ensayo general para la princesa, Millie y Farah, en preparación para el baile de mañana.
Los artesanos han trabajado en los vestidos y ahora debemos hacer una inspección final. Además, consultaremos con diseñadores y seleccionaremos accesorios. Para ello, es necesario extender una alfombra, evitando que los objetos pequeños ensucien el suelo.
Las circunstancias con la princesa Tiana tomaron un giro inesperado y retrasaron los preparativos, pero finalmente Belinda, las demás sirvientas y yo logramos extender la alfombra por completo.
Cuando todo estuvo listo, abrí apresuradamente la puerta para dar la bienvenida a los sastres.
♦♦♦
El ensayo general transcurrió sin incidentes.
Cuando los artesanos se retiraron, Millie y Farah se dejaron caer, exhaustas, en el sofá.
—Estoy harta de los vestidos…
—Estoy de acuerdo. Es más agotador que luchar contra demonios.
Ambas permanecieron de pie mientras las doncellas las vestían y adornaban, convirtiéndolas en muñecas… No, no. Fueron asistidas para seleccionar sus accesorios.
—Gracias por su duro trabajo.
La princesa, en cambio, está acostumbrada a probarse vestidos como parte de su rutina diaria. Sentada en el sofá, mantuvo una elegante sonrisa.
Mientras servía té a las tres dama, dije:
—Los vestidos que los artesanos hicieron con tanto esmero y los adornos elegidos con dedicación son realmente excelentes. Como criadas, podemos enviarlas con confianza al baile de mañana.
Desafortunadamente, mañana solo podré ver a Greed y Rufus con su vestimenta formal. Los hombres no tienen que seleccionar accesorios como las mujeres, solo deben revisar sus tallas con anticipación. Además, Greed dijo que no necesita la ayuda de una criada. Que decepción.
—El baile de mañana será animado en muchos sentidos. Estoy deseando que llegue.
La princesa sonrió y yo asentí.
—Sí, yo también.
Tengo muchas ganas de verlos a todos con sus atuendos de gala, pero cuando termine el evento, Tiana regresará a su reino.
Eso significa que es probable que Greed y Tiana bailen juntos… No puedo negar que me irrita.
Millie levantó la cara de repente.
—Mañana, Aria…
—Estaré esperando en la antecámara. Desde ahí puedo escuchar la música y ver el baile entre las cortinas. ¡Esa es la ventaja de ser “Sirvienta A”!
Mis compañeras de trabajo se quejaron a coro de que era injusto, pero no tengo intención de ceder.
—Me gustaría que asistieras como la prometida de Greed.
El Primer Ministro también lo sugirió, pero no quiero destacar. Además, si asistimos juntos sin estar comprometidos oficialmente, ¡podría convertirse en un hecho establecido!
—¿Pero crees que la princesa Tiana dejará pasar esta oportunidad perfecta en el baile? Seguro que insistirá en bailar con Greed.
—E-Eso…
No tengo dudas. Fue su intención desde el principio al pedir que el Héroe y su grupo asistieran.
—Además de bailar… Realmente no me importa.
No, en realidad sí me importa. ¡Mucho!
—Vamos, no te engañes. Te retorcerás los dedos al verlos bailar en el centro del salón, ¿verdad? O quizás muerdas tu pañuelo.
—¡No haré ninguna de esas cosas!
—Oye, Millie. No te burles de Aria.
Cuando Farah la reprendió, Millie cerró la boca con fuerza.
—Aria no está siendo franca, la realidad es que debe estar realmente preocupada.
—Aria tiene sus circunstancias. Además, también tiene su trabajo como doncella de la princesa, así que no se puede evitar.
Farah le dijo eso a Millie y luego me sonrió.
—Está bien. Seré el escudo de Greed. No tengo intención de bailar, así que eso será suficiente.
Greed acompañará a Farah al baile. Tener una pareja a su lado será una buena excusa para rechazar otras invitaciones, lo que resulta conveniente para ambos.
—Realmente no me importa… Pero gracias por tu preocupación.
Muy bien, el problema con Tiana ya está resuelto. Me sentí aliviada, pero entonces Farah continuó.
—Pero en mi opinión, Aria, deberías ser más honesta.
—Incluso tú, Farah. —Casi me atraganto.
—Ser muy fría está bien, pero es mejor transmitir tus sentimientos con un poco más de sinceridad. No tienes que ser como nosotras, solo sé tú misma.
Farah dijo eso con una sonrisa, pero poco a poco esta se fue atenuando.
—Podrías llegar a arrepentirte de no haber expresado tus sentimientos mientras aún tienes la oportunidad. Él no siempre estará a tu lado. Podrían arrebatártelo en cualquier momento.
—Farah…
—¿Dijo eso por ser su amiga de la infancia?
No conozco todos los detalles, pero parece que Farah acompaña al Héroe en su viaje con la esperanza de salvar a su amigo de la infancia, un mago que ha permanecido dormido desde que la protegió del ataque de un demonio humanoide.
La magia era demasiado poderosa y parece que solo puede deshacerse si quien la lanzó es derrotado o si su poder se debilita drásticamente. Por eso, Farah renunció a su puesto como caballero y se unió al viaje de Greed, creyendo que si el demonio humanoide sigue vivo, finalmente aparecerá frente al Héroe.
Su amigo de la infancia es un hombre y aunque ambos dejaron atrás su aldea natal para servir en el castillo como caballero y mago respectivamente, su relación, que parecía inquebrantable, se rompió de repente.
Tal vez por eso dijo esas palabras.
─El futuro es incierto. Quizás me arrepienta de mi obstinación.
Sin darme cuenta, bajé la mirada hacia el brillante brazalete de oro en mi brazo izquierdo.
—A ver…
Ahora que no sé lo que me espera, este no es el momento para activar mi frialdad y actuar con obstinación. Además, los demonios siguen teniendo sus ojos puestos en mí y aunque no lo hicieran, nunca sé cuándo podría aparecer una segunda… o incluso una tercera Princesa Tiana.
—Una vez que termine el baile, tendré la oportunidad de hablar con Greed.
Quiero transmitirle lo que siento ahora y espero que podamos tomarnos el tiempo para conocernos poco a poco. Creo que esta vez Greed lo aceptará con una sonrisa… a diferencia de aquella vez cuando le dije que quería cancelar nuestro compromiso.
—Qué lindo.
Farah asintió, sus ojos se arrugaron ligeramente mientras sonreía.
Le devolví la sonrisa y con suavidad, toqué el brazalete de oro en mi muñeca.
─Cuando termine el baile. Cuando Tiana regrese a su reino.
Lo diré con honestidad, sin ser terca.
Quiero estar con él para siempre.
Sí, cuando termine el baile…
Pero nadie, ni siquiera yo, imaginó que algo tan escandaloso ocurriría esa noche.