La querida hermana del gran duque malvado – Capítulo 1: Eres mejor de lo que pensé, villano (1)

Traducido por Lugiia

Editado por Gia


Estoy acostumbrada a ser ignorada por mi familia.

En mi vida pasada, mis padres solían tratarme como a una simple conocida o alguna especie de desgracia familiar, al contrario de mis hermanos que, al parecer,  no había nada mejor que ellos.

Ahora soy «Anissa LaGrange», un personaje que fue abandonado por su familia al no tener el poder del sol, así que no puedo decir, ni siquiera en broma, que mi suerte mejoró en esta vida.

Al menos la familia que tuve antes se molestó en criarme.

Mientras lamentaba esas cosas en mi mente, abrí la boca para dejar salir un suspiro.

—¿Por qué la bebé está suspirando?

Lancel, el actual sirviente más joven y aquel que cuida de mí sin tener ninguna clase de relación, me demostró que me odiaba por cualquier cosa que hiciera.

—Demonios, ¿por qué tengo que gastar mi tiempo en cuidar a una princesa problemática?

Como piensa que no puedo entenderlo, sigue quejándose en voz alta.

¡¿Qué tiene de malo una bebé que todavía no puede articular palabras?!

Bueno, dejando eso de lado, me he estado preguntando… ¿Estoy poseyendo este cuerpo o simplemente reencarné?

No lo tengo claro, pero, dado que renací como el personaje de una novela ya existente, me parece que «posesión» encaja más en esta situación.

De igual forma, el mundo en el que vivo ahora es muy parecido al de una novela de fantasía bélica que leí en mi vida anterior, la cual se llamaba: «La Guerra de las Dos Rosas de los Hombres».[1]

No, decir que es parecido sería un error. ¡Es igual en todos los sentidos!

Giro la cabeza con rapidez y contemplo mi nuevo entorno.

La familia Euclid, en la que nací, se ha mantenido durante años en guerra con el gran duque LaGrange.

Si Euclid es el sol, LaGrange es la sombra. A pesar de que se dice que Euclid es más poderoso, esa información no es precisamente cierta.

—Pobre señora Camille, ¿por qué tuvo que morir después de dar a luz? —se queja de nuevo Lancel mientras frunce el ceño y cambia mi pañal que se humedeció durante la noche—. ¡Dios mío, si tan solo la señora estuviera viva!

Esa «Camille» era una de las innumerables concubinas del gran duque LaGrange, a quien Lancel servía, y la madre biológica de Dietrich, el villano principal que se oponía al protagonista en la novela.

—Si lo estuviera, habría escapado de esta miserable situación. ¿Por qué tenía que morir después de dar a luz a una bebé tan fea?

Es inevitable preguntarse por qué no me parezco a ella.

Vamos a repasar los contenidos de la novela. Para los demás, se supone que Camille murió al darme a luz; sin embargo, la realidad es que yo no soy su hija biológica.

Camille me secuestró a mí, la hija del duque Euclid, para fortalecer su posición con los LaGrange.

Aún recuerdo vívidamente su rostro mientras era una bebé recién nacida. En aquel momento, se podía notar en su mirada la duda de si realmente era la hija de Euclid.

Camille era una belleza exótica. A pesar de que mis recuerdos de ese día son algo vagos, como acuarelas mezcladas con agua, su belleza era lo suficientemente impresionante como para recordarla a detalle.

Era mucho más hermosa que la madre de «Anissa».

Debe ser por eso que su hijo Dietrich llegará a ser muy apuesto.

Sin embargo, mientras se acercaba el final de su embarazo, fue sorprendida tras secuestrarme y terminó siendo asesinada por los caballeros de Euclid.

¡Mátenla!

¿Qué hay de la bebé?

Mátenla también. No debe extenderse el rumor de que existe un Euclid sin poder alguno.

Lo curioso fue que los caballeros de Euclid no la buscaban para rescatarme.

Querían encontrar a Camille para deshacerse tanto de ella como de mí. Como resultado, el bebé en su vientre también murió ese día.

No logro entender por qué soy la única que logró sobrevivir y está siendo criada por la familia LaGrange como su hija.

Hasta donde sé, esa situación jamás se dio en la novela y, lamentablemente, me desmayé después de que los caballeros mataran a Camille.

Pensé que no podría existir otro ser humano tan demente como la madre biológica de «Anissa», quien intentó asfixiarla con una almohada mientras era una bebé recién nacida, pero la situación en la familia LaGrange tampoco era precisamente buena.

—¡Ahhh, qué bebé tan fea!

Por ejemplo, Lancel, quien en este momento está arañando mi antebrazo con sus uñas sin razón alguna, tampoco parecía una persona normal.

—¡Bua, bua, bua!

La piel de un bebé es tan suave que parece masa. Incluso un poco de presión es suficiente para que se ponga roja, así que no tengo que decir lo que pasaría si la rascan con las uñas…

—¡Vamos! ¡Llora más! ¡Hazlo!

Ya sea si lloraba o no, Lancel continuó arañando mi antebrazo.

Si nunca lo he lastimado directamente… ¿por qué me odia tanto?

Echo un vistazo al humo negro que se extiende sobre el corazón de Lancel.

Tengo entendido que esa «aura» me permite leer las emociones de las personas. Que sea de color negro el que llene el pecho de Lancel, claramente me habla de su odio.

¿Por qué me odia tanto?

La primera vez que vi ese humo brumoso me hizo caer en cuenta que era un personaje en el mundo dentro de un libro. El aura que vi apenas nací pertenecía a mi madre biológica… y era mucho más oscura y siniestra que la de Lancel.

Su odio era demasiado intenso para que lo asumiera una bebé recién nacida.

Ella odiaba mucho a su bebé porque no tenía el poder del sol.

Aunque me había convertido en Anissa, sentí un poco de compasión por ella.

Al menos en mi vida pasada mis indiferentes padres no me odiaban.

No, puede que en realidad me odiaran mucho y no lo notara, debido a que no podía ver sus auras en ese mundo.

Oh, no. Pensemos en otra cosa…

No quiero recordar la miserable situación en la que me encontraba en mi anterior vida.

«La Guerra de las Dos Rosas de los Hombres», que leí por última vez antes de morir, era una novela algo inusual desde el punto de vista de una observadora.

Y no me refiero a la heroína. «Anissa Euclid» era la dueña de la voz que narraba la historia.

En lugar del poder del sol, que debía tener por nacimiento, poseía la habilidad de la todopoderosa Heredia, la cual le permitía leer el aura de las personas y predecir el futuro.

Y, como era todopoderosa, Dietrich tomó ventaja de su habilidad.

Anissa conocía lo que pensaban todos los personajes, incluyendo a los protagonistas, pero era una persona débil que no tenía la fuerza suficiente como para protegerse a sí misma.

Cuando Dietrich descubrió que era la hermana menor de Herman Euclid, el personaje principal, la atrapó con su poder de sombras, la hizo comportarse como una esclava y la utilizó para atacar a Herman.

Fue una de las razones por las que Herman no perdonó a Dietrich.

Pensé que su papel en la historia era ser una especie de dispositivo que enfatizara la maldad de Dietrich, quien era llamado en la novela como el Gran Duque Demonio.

Incluso yo, quien no tenía ninguna expectativa por mi familia, pensé que era terrible leer la descripción de un villano que utiliza y desecha a una persona que crece como su hermana.

Tengo miedo. ¡Esta familia da mucho miedo!

Si pudiera mover mi cuerpo, huiría de inmediato.

Mientras lucho con mis pensamientos, echo otro vistazo a Lancel.

¿Eh? El aura de Lancel, que ahora se agita frente a mí, ya no es completamente negra.

Cada persona posee un aura única, pero las auras emocionales son fáciles de leer porque tienen colores similares.

—¡Ahhh, señora Camille! ¿Por qué ha muerto?

Ante su lamento, su aura comienza a volverse azul. Ese es el color de la tristeza.

Supongo que realmente amaba a Camille.

Aunque no pueda derramar lágrimas por su causa, soy capaz de sentir su tristeza debido a la agitación en su aura.

Cree que soy la razón por la que ella murió, así que me odia por eso.

Pero no es mi culpa.

Nunca le dije a Camille que me secuestrara.

Lancel, quien sigue lamentándose delante de mí, sale rápidamente de la habitación y cierra la puerta.

¡No! ¡Tienes que alimentarme!

¡Tengo hambre!

No hay muchos trabajadores que entren y salgan de mi habitación, debido a que mi palacio está completamente abandonado por el gran duque.

Moriré de hambre hasta que Lancel decida regresar.

En este mundo, la tasa de mortalidad infantil no es tan baja. Me pregunto si realmente podría morir de hambre.

Empiezo a observar a mi alrededor, pero no logro encontrar a nadie dispuesto a traerme comida.

Lancel puso en práctica los mínimos cuidados necesarios para mantenerme con vida. Aunque eso me frustraba, no es como si no pudiera entenderlo.

Sí, soy una princesa, pero LaGrange rebosa de muchos príncipes y princesas.

Derek LaGrange, quien ahora es el gran duque LaGrange, es un ser humano imposible de comprender con incluso más de veinte hijos.

Si se considera que una mujer dará a luz a un gran sucesor, la trae enseguida y la convierte en su concubina.

Aunque Dietrich LaGrange era el mayor villano del mundo en la novela, me parece que la verdadera basura era Derek LaGrange.

Dietrich era malvado, pero era un hombre romántico y leal a la heroína, Charlotte.

De cualquier forma, como son tantos niños, hay algunos que son completamente ignorados en esta familia tan reconocida.

Loco bastardo.

Sin embargo, aunque Derek es un humano que no se preocupa por sus hijos ni en lo más mínimo, existen pruebas que algunos pueden superar para ser reconocidos por él como «candidatos a la sucesión» y permitírseles vivir con cuidados especiales.

Sin embargo, esas pruebas, que no eran únicamente físicas o de aptitud, creaban una situación muy peligrosa para mí al estar más allá de lo que una persona normal como yo podría imaginar.

Como por ejemplo, ahora mismo.

—Es ella, ¿verdad? ¿Solo tengo que matar a esta bebé?

¡Las innumerables pruebas de LaGrange incluían el asesinato entre hermanos!

Para asegurar que la crueldad lidere el norte o algo parecido.

Así que, no importa cuántos bebés tengan las concubinas de Derek LaGrange, menos de la mitad sobreviven. Además, los recién nacidos son un excelente objetivo para esas pruebas.

—No hay nadie por aquí. Mátala rápido.

Uno de los niños, quien me mira fijamente, exhala con entusiasmo y frialdad. Estiro la mano y abro la boca para tratar de persuadir al niño:

—Baa.

Sin embargo, solo llego a emitir un extraño balbuceo. Justo ahora, parece que las lágrimas van a salir de la frustración que siento.

—Lo siento, pero no puedo evitarlo. Tengo que mantener mi posición también —menciona mientras acerca un cuchillo a mi cuello.

Aunque todavía no he tocado la textura del frío metal, un escalofrío recorre todo mi cuerpo.

No, chicos. En primer lugar, ¿por qué no escuchan a una bebé?


[1] La Guerra de las Dos Rosas es un nombre que se le da a un largo conflicto que tuvo lugar en Inglaterra en la segunda mitad del siglo XV. La disputa fue entre los duques de Lancaster y los duques de York, primos entre sí, pertenecientes a distintas ramas de la dinastía Plantagenet. Ambas familias portaban rosas emblemáticas que se distinguían por el color, la de los duques de York era blanca, mientras que la de los Lancaster era roja. Básicamente, el título que se menciona en la novela hace referencia a este conflicto, el cual se asemeja a la disputa entre LaGrange y Euclid.

Gia
¡Hola de nuevo! Aquí, junto a la talentosa Lugiia, venimos a traerles esta nueva novela. Esperamos que disfruten de los capítulos que realizaremos con mucho cariño ♥.

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