La Tierra está en línea – Capítulo 105: Hermano Tang~

Traducido por Shisai

Editado por Meli


La lluvia caía de forma intermitente, en forma de llovizna casi invisible, el suelo estaba mojado.

Cuando Tang Mo salió del bungalow, su cabello se mojó y se le pegó a la frente. Miró hacia la gasolinera de enfrente y no pudo ver a Fu Wenduo ni a Fu Wensheng. Estimó que habían entrado juntos para buscar gasolina.

Con la comida en las manos, cruzó al otro lado de la carretera.

Se trataba de un cruce de caminos. La gasolinera estaba en la esquina noreste, frente al bungalow y en la intersección diagonalmente opuesta estaba el quiosco de diarios abandonado. En la otra esquina noroeste, había un pequeño restaurante. Hacía tiempo que lo habían vaciado, no había comida.

Tang Mo se dirigía al quiosco cuando pisó un charco. Miró hacia abajo, pero sus ojos se posaron en una parte oculta en lugar de en sus zapatos mojados.

Tosió y siguió avanzando.

Cruzó la carretera y vio el quiosco. Todos los aperitivos y el agua habían sido robados y solo quedaban los periódicos y las revistas que nadie quería. En las gruesas pilas de periódicos de los estantes, se leía la fecha del quince de noviembre en la primera página.

Se dirigió a la parte trasera, en busca de la puerta pequeña para entrar y buscar un mapa. Sus ojos se posaron en un estante que no había podido ver desde el bungalow o la gasolinera.

Se trataba de una pequeña estantería en el exterior del quiosco, donde se colocaban revistas y periódicos muy vendidos para que la gente pudiera elegir. Estaba calcinada y los libros allí, eran solo cenizas en el suelo.

La ligera lluvia que caía en el estante carbonizado destacaba del entorno. Tang Mo se metió las manos en el bolsillo y le echó otro vistazo antes de seguir caminando hasta desaparecer en el quiosco.

En ese mismo momento, en la gasolinera, Fu Wenduo corrió hacia el pequeño restaurante de la esquina noroeste. A la vez que Tang Mo corría del quiosco al bungalow de la esquina sureste.

Sus movimientos fueron rápidos y repentinos. El fósforo gigante se estrelló contra la pared y los cuatro hombres que se escondían tras ella miraron horrorizados a Tang Mo, incapaces de reaccionar.

Un segundo después, el hombre de mediana edad gritó con los ojos enrojecidos:

—¡Joder! ¡Lucharé contigo!

Tang Mo no esperaba que hubiera cuatro personas. Se movió para esquivar una bala y luego rodó hacia atrás para evitar el puño del hombre de mediana edad.

Fu Wenduo no encontró a nadie en el restaurante. Se giró en dirección a su compañero, que luchaba contra cuatro personas.

Tang Mo escapó de una bala y luego se agachó para evitar un cuchillo volador. Levantó el fósforo gigante, bloqueando un cuchillo negro desde detrás, dejando en la cerilla un profundo rastro blanco. Él y su oponente retrocedieron tres pasos. El hombre empuñó el cuchillo y lo miró con ojos llenos de odio, listo para atacar, Tang Mo agitó el fósforo para salir a su encuentro.

Solo habían transcurrido tres segundos desde que se encontraron. Tang Mo escapó de su ataque furtivo y luchó en igualdad de condiciones. Una vez que Fu Wenduo entró a la escena, el hombre de mediana edad y el de baja estatura se apresuraron a bloquearlo.

—¡Viejo Jiu, corre! —El hombre fuerte gritó.

El hombre delgado, que atacaba a Tang Mo se dio la vuelta para correr, este se apresuró a detenerlo, pero un cuchillo negro le bloqueó el paso. Tang Mo giró la mano y de su palma surgió una llama caliente que el hombre esquivó.

—¡No te irás tan fácilmente!

Tang Mo entrecerró los ojos, su fósforo gigante y el cuchillo negro seguían chocando, provocando chispas. Ya fueran las llamas, el jaque mate o la feroz ofensiva, el hombre logró esquivar todos los ataques y en una oportunidad, le pateó desde un lado. Tang Mo lo esquivó solo para que un cuchillo viniera del otro lado.

—¡Muere por mí!

Una enorme piedra apareció delante del hombre y el cuchillo cortó la piedra. Abrió los ojos con horror al descubrir que Tang Mo había expuesto deliberadamente un defecto para poder ir tras el viejo Jiu que se escapaba.

—¡No es bueno, quiere matar al viejo Jiu!

El hombre de mediana edad, distraído, fue pateado por Fu Wenduo, pero aun herido, luchó al igual que el hombre del cuchillo, para perseguir a Tang Mo. No obstante,el viejo Jiu no era rápido.

Habían pasado cincuenta y ocho segundos desde que Tang Mo salió del bungalow y se metió en el charco, hasta que con su fósforo apuntó a la cabeza el viejo Jiu, provocando el asombro del hombre de mediana edad y el del cuchillo.

—Te voy a matar —gritaron al unísono.

El fósforo estaba a punto de alcanzar su objetivo, entonces, el hombre de mediana edad de aspecto ansioso y el hombre del cuchillo revelaron una sonrisa siniestra; sin embargo, sus pequeños y exorbitados ojos, reflejaban aún la ira y el miedo. Eran como payasos, con un aspecto aterrador y excitado.

Los dos hombres parpadearon y cuando volvieron a abrir los ojos, el sonido de un cráneo aplastado se oyó detrás de ellos. Se detuvieron, junto con el viejo Jiu y se giraron con rigidez.

Una ligera llovizna caía del cielo. En medio de la intersección, Tang Mo sostenía el fósforo, con el rostro tranquilo mientras le partía la cabeza al cuarto hombre, que huyó en dirección opuesta a los otros. Los dos hombres que habían salvado al viejo Jiu, habían sido perseguidos por Fu Wenduo.

Ocurrió todo en un solo minuto, mientras las gotas de lluvia golpeaban las hojas de los árboles antes de estrellarse contra el suelo.

Tang Mo jadeaba por el esfuerzo, estaba de pie en medio del cruce, a menos de cien metros de distancia de donde atacaba al viejo Jiu. Ni siquiera Fu Wenduo le vio moverse. El hombre con el cráneo roto yacía en el suelo, con la masa encefálica saliendo y mezclándose con la lluvia.

La sangre emergió de su boca. Miró a Tang Mo con incredulidad y se forzó por hablar:

—¿Por qué… yo?

Tang Mo respiraba con dificultad. Nadie notó el círculo de luz blanca que le rodeaba los ojos. Miró al viejo Jiu, que palideció al verlo a él y a su moribundo compañero. En su visión, una débil aura de muerte surgió del suelo y se movió alrededor de su cuerpo. El aire de muerte bloqueó su rostro, de modo que Tang Mo ya no pudo ver su expresión.

—Es porque no iba a morir —respondió Tang Mo, al hombre en el suelo, con voz tranquila.

El hombre lo miró y murió sin comprender lo que este quería decir. Tras su muerte, los otros tres huyeron despavoridos, en diferentes direcciónes. Tang Mo y Fu Wenduo persiguieron al viejo Jiu y al del cuchillo. El de mediana edad corrió en dirección a la gasolinera. Encontró a Fu Wensheng escondido dentro y trató de enfrentarlo, entonces, una voz fría se oyó detrás de él.

El sonido fue tan alto que entró en sus oídos a pesar de estar separados por una carretera. Miró detrás de él y vio el quiosco. Fu Wenduo sujetaba la mano de Tang Mo, que sostenía una pistola plateada apuntando hacia su frente.

—¡Destrúyelo en nombre de las estrellas, jaque mate! —exclamó Tang Mo y el proyectil impactó en la cabeza del hombre de mediana edad.

En ese momento, un trueno resonó en el cielo y la lluvia cayó a cántaros. Era una lluvia intensa para un primaveral marzo. Tang Mo y Fu Wenduo arrastraron los cuatro cuerpos a la gasolinera.

Fu Wensheng los vio entrar, estaba asustado.

Tang Mo pensó que tal vez el niño se alarmó por los cuerpos. Sin embargo, no actuó así durante el juego de limpieza de basura de Nanjing, así que ¿por qué reaccionaba así?

—¿Debería arrastrarlos a otro sitio? —Tang Mo trató de calmarlo.

Fu Wensheng tragó saliva y miró sorprendido a los dos adultos.

—¿Qué sucedió? —preguntó exaltado, luego de un momento—. ¿Qué demonios está pasando? Mi hermano mayor salió corriendo. ¿Cómo sabías que había alguien escondido y que quería atacarnos? ¿Por qué mataste a ese hombre primero? ¿Había algo especial en él? Hermano Tang, ¡¿qué está pasando?!

Fu Wenduo, que arrastraba el cuerpo del hombre de mediana edad, levantó una ceja al escucharlo. Fu Wensheng tosió.

—Tengo curiosidad por lo que acaba de pasar —aclaró el pequeño, ya más sereno—. Eso… No sabía nada cuando saliste corriendo y mataste a las cuatro personas. Parece que estuvieron esperando allí durante mucho tiempo para emboscarnos…

Fu Wenduo agarró la mano del hombre de mediana edad y la estampó contra el suelo.

—Pregúntale a tu hermano Tang —exclamó en voz baja.

¿Por qué le molesta que me llame hermano?, atónito por el reproche del polizón, Tang Mo se arrodilló junto al cuerpo del primer hombre que mató para comprobar algo. Levantó la vista y declaró:

—Si estoy en lo cierto, este hombre tiene una habilidad para… retroceder en el tiempo.

♦ ♦ ♦

La autora tiene algo que decir:

Viejo Fu: Vamos Tang Tang, te llevaré de la mano. No hables de una calle, incluso puedes disparar a través de diez calles ^_^

Mo Tang: ¡Joder, gracias!

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