Traducido por Shisai
Editado por Meli
Tang Mo no esperaba ser atacado, pero se defendió de inmediato con la pequeña sombrilla.
En medio de agudos sonidos, las jaulas invisibles desaparecieron, los dos hombres se vieron frente a frente.
Li Siqi era un hombre bajito de unos treinta años. No era fuerte, pero quizás por su estatura, era ágil. Atacaba puntos vitales, pero su oponente era más hábil.
Como un rayo, la pequeña sombrilla pasó por debajo del hombro del hombre, Tang Mo la abrió y tiró con fuerza del mango, empujando al otro en su dirección, justo antes de que sus cuerpos chocaran, levantó el pie y se dispuso a patearlo en el pecho.
Li Siqi abrió los ojos de horror y un brillo rosado apareció alrededor de su boca, el pie de Tang Mo se detuvo y él aprovechó para escapar.
La habilidad de este hombre… no la quiero, pensó Tang Mo y sonrió.
El reloj de la verdad dejó de parpadear en luz azul y se convirtió en un gran reloj ordinario. En el centro, Tang Mo estaba de pie, atento para contraatacar.
El sonido de pasos se hizo más claro y un pequeño conejo emergió de la oscuridad, Li Siqi se sobresaltó, Tang Mo aprovechó para golpearlo con el fósforo gigante. Con un estruendo, el hombre cayó al suelo, el fósforo le presionaba la espalda, no podía moverse.
El señor Conejo gritó de miedo y observó la escena con timidez. Tang Mo lo contempló, con los ojos entrecerrados.
Un sonido agudo se oyó al tiempo que el joven se movió a la izquierda para esquivar una extraña arma negra que ocultaba Li Siqi, quien enrojeció de vergüenza y cólera por su ataque fallido.
—Eh, ¿cómo es que hay dos humanos en el reloj de la verdad? —preguntó el conejo, incrédulo.
—¿Solo se permite una persona en el reloj de la verdad? —intervino Tang Mo, fingiendo no conocer la regla de que solo podía haber un vencedor.
—Así es. ¿Quién ganó? —Un resplandor azul iluminó el cuerpo de Tang Mo, el conejo prosiguió—: Ah, ganaste tú. Entonces él… —Contempló al hombre y luego aplaudió, feliz—: ¡Entrará en el eterno agujero negro de la verdad!
—¡No quiero ir, no entraré en el agujero negro de la verdad! —gritó Li Siqi.
Un vórtice negro apareció, poco a poco aumentó de tamaño y succionó al hombre hacia abajo, hasta que todo su cuerpo desapareció.
—¡Tú, tú eres el humano malo que me agarró la cola! —se quejó el animal, Tang Mo solo sonrió.
El juego de ataque a la torre no era como los juegos ordinarios, donde podía marcharse al completar la misión principal. Por ejemplo, en el juego del hámster, luego de atrapar al hámster dorado, tuvo que esperar a que la Abuela Lobo volviera a casa para terminar el juego.
Tang Mo estaba convencido de que el conejo era el jefe del juego del reloj de la verdad, así que se dispuso a atraparlo, salió disparado en su dirección.
—¡Ah, socorro! ¡Me quiere comer!
El señor Conejo huyó despavorido. Era muy rápido, pero se limitó a correr hacia delante y pronto fue capturado. Tang Mo lo sujetó con ambas manos y lo elevó en el aire. Las largas orejas se balancearon por el forcejeo.
—¡Oh! Suéltame, suéltame! Humano siniestro y astuto, te daré un tesoro, ¡te daré un tesoro!
—¿Qué tesoro? —preguntó Tang Mo.
El animal sacó un pequeño, delicado y hermoso reloj de bolsillo transparente. Tres manecillas se movían en su interior. Lo frotó dos veces con fuerza antes de ofrecerlo de mala gana. Estaba a punto de colocarlo en las manos del joven, cuando gritó:
—¡Tienes… tienes que cambiarlo por el reloj de la verdad!
—¿El reloj de la verdad?
—Sí, al ganar el juego, el reloj de la verdad te pertenece, pero solo la Reina de Corazones puede usarlo. Cambia el gran reloj de la verdad por el mío y yo se lo daré a la Reina de Corazones.
Entonces una clara voz infantil sonó en la mente de Tang Mo:
¡Ding, dong! El jugador Tang Mo ha completado la misión principal “El juego del reloj de la verdad del señor Conejo” y ha recibido la recompensa: el reloj de la verdad.
Recordatorio amistoso: el reloj de la verdad no puede ser controlado por los jugadores y se puede cambiar por el reloj de bolsillo de probabilidad del señor Conejo.
Tang Mo tomó el reloj de bolsillo, pero antes de que el conejo hiciera algún movimiento, declaró:
—No es suficiente. —El señor Conejo abrió los ojos, atónito. El joven señaló ambos relojes y agregó—: Este reloj es tan pequeño y el otro es enorme. Saldré perdiendo si cambio el reloj de la verdad por el de bolsillo.
Enfadado, el señor Conejo quería golpear la cabeza del desvergonzado y codicioso jugador humano, pero se contuvo.
Era la primera vez que Tang Mo negociaba con un jefe de la torre negra, pero el señor Conejo era tan amable, que no pudo evitarlo. No obstante, jamás pensó que el conejo sacara de su bolsillo un caramelo dorado.
—¡Solo te daré esto! —exclamó y entregó al joven el caramelo—. ¡Aunque pidas más, ya que no te lo daré! Ahora devuélveme el reloj de la verdad, ¡mi reloj de la verdad!
Tang Mo disimuló el asombro que sentía y guardó el reloj de bolsillo y el caramelo. Entonces, el reloj de la verdad parpadeó de un azul brillante.
—¡Mi reloj de la verdad! —gritó el señor Conejo.
Una voz fuerte sonó en la mente de Tang Mo:
¡Ding, dong! El jugador oficial del Distrito 1 de China, Tang Mo, ha superado con éxito el tercer piso de la torre negra (modo normal).
Mientras tanto, alrededor del mundo, la torre negra repitió tres veces:
¡Ding, dong! El jugador oficial del Distrito 1 de Rusia, Andrei Ivan Pyotr, ha superado con éxito el tercer piso de la torre negra.
Los jugadores de todo el mundo detuvieron sus movimientos y miraron a la torre negra más cercana.
♦ ♦ ♦
Shanghai, la Organización de Ataque.
Luo Fengcheng y Chen Shanshan estaban con otros en su despacho.
—Oye, ¿esta vez, el primer jugador en despejar el tercer piso no es Fu Wenduo? —preguntó Jack.
—¿Cómo puede ser siempre él? —refutó Chen Shanshan.
—Andrei Ivan Pyotr… —repitió Luo Fengchengno y anotó el nombre—. Fue la primera persona en Rusia en despejar el primer y segundo piso de la torre negra. Ahora es el primero en despejar el tercer piso. Así que…
¡Ding, dong! El jugador oficial del distrito 1 de China, Tang Mo, ha superado con éxito el tercer piso de la torre negra.
El anuncio no se repitió.
En todo el planeta, las personas se preguntaban quiénes eran esos dos jugadores. En tanto, algunos se dispusieron a atacar el tercer piso de la torre.
Luo Fengcheng, tras escuchar la nueva emisión sonrió y sacudió la cabeza. Chen Shanshan aparentaba tranquilidad, pero estaba feliz.
—¿Tang Mo? ¡Es muy poderoso! Yo acabo de superar el segundo piso y él ya ha superado el tercer piso —declaró Jack.
♦ ♦ ♦
Suzhou.
Un joven alto y con cara de niño, caminaba con una sonrisa en la cara y las manos en el bolsillo. No parecía temer que alguien le atacara por la noche en las calles vacías. Al oír la voz de la torre negra se detuvo y sonrió.
—Distrito 1 de China… ah, ¿es Beijing? —reflexionó Bai Ruoyao.
♦ ♦ ♦
Nanjing.
Xiao Jitong se sorprendió un poco después de escuchar el nombre de Tang Mo.
—Parece que no tuvo ningún problema…
♦ ♦ ♦
Beijing, la organización Tian Xuan.
Qi Heng y Li Miaomiao regresaron a la base de la organización luego de la dolorosa instancia de realidad.
—Morirá en el juego de la torre —se burló Qi Heng—. Entonces podrás conseguir tu objeto.
El anuncio de la torre negra se escuchó y tanto Qi Heng como Li Miaomiao, se quedaron con la boca abierta. Lian Yuzheng, se quedó sin palabras.
—Eh, ¿por qué me pegas? ¿Quién pensaría que despejaría el tercer piso de la torre negra? —gritó Qi Heng.
♦ ♦ ♦
Tang Mo estaba de pie sobre el reloj de la verdad, sujetando al señor Conejo. Una luz blanca brilló y tras un parpadeó, regresó a la Tierra. Era de noche, se refugió en una construcción a un lado de la carretera. Se quedó junto a la ventana y suspiró aliviado al comprobar que no lo habían encontrado.
No sabía cuánto tiempo había pasado desde que entró en el juego de ataque a la torre.
Exhaló, sacó el huevo de pavo de su bolsillo y lo golpeó tres veces. Se oyó una voz masculina grave desde el otro extremo y su corazón se tranquilizó poco a poco.
—Soy yo. He vuelto.
♦ ♦ ♦
La autora tiene algo que decir:
Mo Tang: He vuelto.
Viejo Fu: ¡Has vuelto! [Espera, siento que hay algo mal en esta conversación.]