Traducido por Shisai
Editado por Meli
Los dedos de Tang Mo frotaban la tapa del reloj de bolsillo transparente, su rostro serio, como pensando en algo. Después de un momento, suspiró y se guardó el reloj en el bolsillo.
Él poseía algunos accesorios: la pequeña sombrilla de la Abuela Lobo, el sombrero de Mario y el fósforo gigante de Mosaico, pero solo el precioso Reloj de Bolsillo de Infinita Improbabilidad de la torre negra, llevaba el nombre de la torre negra.
Era un accesorio que buscaba una improbabilidad infinita, es decir, un evento no probable entre infinitas probabilidades. Por ejemplo, la probabilidad de que Tang Mo matara a la Abuela Lobo era de 1/1421341, mientras que la probabilidad de que esta se lo comiera era de 1421340/1421341. Sin embargo, si el reloj infinito de no probabilidad se activase en ese momento, borraría la probabilidad y solo consideraría el evento en sí.
¿Podría matar a la Abuela Lobo? Sí. Sin embargo, la probabilidad casi nula de que ocurriera, al usar el reloj, se convertiría en: él podría matar a la Abuela Lobo.
No había probabilidad, solo el evento en sí. Este accesorio era más raro que el huevo de pavo porque, en teoría, podría alterar cualquier evento con la ley de causalidad. Pero sus inconvenientes eran tan malos como su función.
El reloj de bolsillo buscaba probabilidades y solo había un 50% de posibilidades de activarse con éxito. Por ejemplo, en el caso de la lucha contra la Abuela Lobo, la probabilidad de que la matara podría no ser detectada y la función del reloj de bolsillo sería nula.
Tang Mo se tocó la cara.
Su suerte no era la mejor. Después de recibir el sombrero de Mario, hace cinco meses, no había recibido ningún accesorio útil.
Si uso el reloj de bolsillo, ¿no podría acabar muerto por su culpa? Primero debo familiarizarme con su función y descubrir las mejores condiciones para usarlo.
Entre más favorable era la función, aumentaban las restricciones. De lo contrario, el juego perdería el equilibrio. El hecho de que el uso del reloj de bolsillo sin probabilidad infinita fuera tan limitado demostraba lo aterrador que podía llegar a ser.
Tang Mo abrió el libro de habilidades y pasó a la última página. Tras ver el texto, su expresión se volvió extraña, estaba confundido.
【Habilidad: La Belleza está en los ojos del Observador】
【Propietario: Li Siqi (Polizón)】
【Tipo: Especial】
【Función: Utiliza esta habilidad en objetivos específicos para parecerle más atractivo. El límite superior del valor de belleza está relacionado con la imaginación del objetivo y puede acercarse infinitamente a la apariencia favorita del objetivo.】
【Grado: 2】
【Límite: Utilizar hasta tres veces al día. El tiempo máximo de uso es de 10 segundos, sujeto a la fuerza de voluntad del usuario. Cuanto mayor sea la fuerza de voluntad del usuario, menor será la duración de la habilidad. El menor tiempo posible es de un segundo.】
【Observación: Despierta, ¿hay un objetivo?】
【Instrucciones de uso de la versión de Tang Mo: No hay restricciones adicionales. Esta habilidad basura, ni siquiera necesita límites.】
Era la primera habilidad que recibía que no tenía restricciones adicionales.
Li Siqi, un polizón, era quien se ocultaba tras el conejo negro en el juego del reloj de la verdad. Él podía ganar de dos maneras: venciendo a Tang Mo en el juego o matándolo. Sin embargo, no era un gran oponente, su fuerza era similar a la de Fu Wensheng, solo su rara habilidad le permitió sobrevivir.
Al verse 70% más apuesto, era como una superestrella de la industria del entretenimiento. Li Siqi no era feo, pero tampoco sobresalía. Cuando Tang Mo vio su atractivo rostro, su corazón palpitó, sorprendido, lo dejó escapar varias veces.
La habilidad podría ser útil, pero sería incómodo si en el enfrentamiento, el enemigo no era asesinado y más tarde se encontraran.
A pesar de que Tang Mo no mató al polizón, obtuvo la habilidad, así que decidió usarla razonablemente.
Guardó el libro de habilidades y sus accesorios. Se tumbó en una cama de la tienda de muebles y cerró los ojos.
Cinco horas después, el cielo se iluminó poco a poco. La temperatura subió y la luz del sol brillaba en la carretera.
Una figura negra salió disparada por la puerta trasera de la tienda. Tang Mo llevaba su bolsa y se movió deprisa.
Antes de entrar en el juego de ataque a la torre, Fu Wenduo había marcado la ubicación de su casa en un mapa de Beijing. Tang Mo lo miró mientras corría, vigilando a su alrededor. Había amanecido y los jugadores buscaban comida y agua.
Tang Mo y una mujer de mediana edad se encontraron en la calle, ella llevaba en la mano carne enlatada y agua mineral. El joven levantó una ceja al recordar que hacía mucho que no comía carne. La mujer lo descubrió viendo sus latas y lo fulminó con la mirada. Él le restó importancia y se dio la vuelta.
En Beijing sobrevivían más jugadores que en Nanjing y muchos más que en la ciudad no central de Handan.
Tang Mo se encontró con tres personas más, no quería cruzarse con jugadores locales en esa ciudad desconocida, por lo que los evitaba. Eran las dos de la tarde cuando encontró la casa de Fu Wenduo. Era un edificio de estilo chino de alta seguridad. El entorno era tranquilo y había algunas verduras plantadas en el patio. Abrió la puerta de un empujón, todo estaba en silencio.
Comprobó dos veces el mapa, estaba a punto de sacar el huevo de pavo cuando una voz masculina llegó desde detrás de él:
—¿Estuviste buscando durante mucho tiempo?
Por reflejo, Tang Mo se puso tenso y giró hacia atrás. Se relajó al ver a Fu Wenduo, miró hacia abajo y vio que sostenía algo.
—¿Qué es eso?
El pequeño Fu, llegó con una gran bolsa de cosas.
—Hermano Tang, ¿estás bien? —preguntó, sorprendido.
—Entremos en la casa primero —indicó Fu Wenduo.
Entraron en la casa y el polizón sacó un asador del almacén. Hizo un fuego con leña y el niño desató la bolsa de plástico, contenía carne y las verduras congeladas. Tang Mo estaba confundido.
—Ayuda al pequeño Sheng a procesar los ingredientes.
Tang Mo asintió y cortó la carne y las verduras junto con Fu Wensheng.
La escena era mágica.
Tang Mo nunca pensó que podría volver a comer barbacoa tan tranquilamente.
—Es carne congelada de la bodega. La temperatura baja de Beijing la conservó. Pero una vez que pase el verano, no habrá más carne en la Tierra —Fu Wenduo sujetó un lado de la parrilla y continuó—: Deberíamos comer mucho ahora, ya que es posible que no lo volvamos a hacer.
—¿Cuenta la carne humana? —preguntó Fu Wensheng.
—¿Tu carne? —Fu Wenduo miró fríamente a su hermano.
El niño se encogió y no se atrevió a volver a hablar.
—¿Has asado carne antes? —preguntó Tang Mo, la habilidad del otro era excelente.
—Lo hice en el ejército. ¿Qué es el juego de ataque a la torre del tercer piso?
Tang Mo explicó con detalle el fuego y los animales que vio en la Pradera de los Espíritus, así como el juego del reloj de la verdad. Al describir los accesorios que recibió, Fu Wenduo frunció el ceño. El niño también estaba muy confundido pero no preguntó nada. El ex bibliotecario sacó el caramelo dorado, los otros dos lo observaron y coincidieron en que nunca habían visto un caramelo similar y no estaban seguros de si había un monstruo de la torre negra al que le gustara comerlo.
La primera tanda de ternera asada Fu Wenduo se la entregó a Tang Mo, frunció el ceño al ver que este le daba la brocheta a Fu Wensheng.
—¡Gracias hermano Tang! —exclamó el niño.
—Deberías darle las gracias a tu hermano mayor —contestó con una sonrisa.
—¡Gracias hermano mayor! —gritó el pequeño Fu, también sonriendo.
Los labios de Fu Wenduo se curvaron en una imperceptible sonrisa.
Por la mañana, Fu Wenduo y Fu Wensheng habían cortado unos viejos árboles de la propiedad para hacer leña, que ardía a menor temperatura que el carbón, por lo que la carne se asaba lentamente. La segunda brocheta estaba lista, Tang Mo alargó la mano, pero Fu Wenduo se la agarró, se miraron en silencio.
Un viento frío soplaba, haciendo crujir las hojas del patio.
Fu Wensheng tenía la mirada fija en su carne. Tang Mo estaba sentado en un pequeño taburete de madera.
El tiempo parecía pasar lentamente, pero solo habían transcurrido dos segundos.
El niño levantó la vista y vio horrorizado las manos de los dos hombres.
—Ustedes…
Tang Mo sacó un arma de plata de su bolsillo y se la entregó a Fu Wenduo. Este tomó la pistola y disparó, sin apuntar, a un viejo azufaifo afuera del patio. La bala rugió y dos sombras negras se asomaron, mientras otra surgió de la parte trasera del patio.
La expresión de Tang Mo se volvió fría al instante.
Fu Wenduo y Fu Wensheng habían estado ahí sin ser descubiertos, pero en cuanto él se les unió, alguien los acechó. Solo un grupo de Beijing podría seguirle la pista.
—¡Tian Xuan! —gritó Tang Mo.
Fu Wenduo se movió hacia los lados para evitar los cuchillos lanzados por la figura que se acercaba desde la retaguardia. Tang Mo vio con claridad, a quien enloquecía a la multitud antes de que la Tierra se pusiera en línea: Lian Yuzheng. Ella se movió sin piedad a través de la oscuridad, plata fría en su mano mientras iba directamente hacia Tang Mo. Pateó la parrilla de la barbacoa hacia Fu Wenduo para poder atacar a Tang Mo.
Fu Wenduo disparó de nuevo y acertó en el cuchillo, bloqueando los ataques. Tang Mo comenzó a atacar con la pequeña sombrilla, pero justo antes de que atravesara el abdomen de Lian Yuzheng, la tierra emitió un zumbido.
El lúgubre sonido sobresaltó a Tang Mo, se giró para advertir a su compañero, pero la fuerza de la gravedad llegó antes. Él, Fu Wenduo, Fu Wensheng… incluso Lian Yuzheng, fueron arrastrados con fuerza al suelo.
¡Supresión de la gravedad!
♦ ♦ ♦
La autora tiene algo que decir:
Mo Tang: Ella. Pateó. La. Parrilla. Yo. No comí. Ni un solo. Pedazo de carne. [Cara fría]
Lian Yuzheng: ╭(╯^╰)╮ Yo no como carne, ¡entonces tú no puedes comer carne!