Traducido por Shisai
Editado por Shiro
El viento frío soplaba entre las hojas mientras gruesas nubes se movían desde el oeste, cubriendo gradualmente el sol. Tang Mo miró con frialdad al joven con cara aniñada, cuya sonrisa divertida contrastaba con la tensión del momento. Las ocho personas se dividieron en tres bandos, y el ambiente se tornó silencioso mientras cada grupo permanecía inmóvil.
Bai Ruoyao ladeó la cabeza, esbozando una sonrisa. De repente, Tang Mo desvió su mirada y se lanzó hacia Ruan Wangshu, seguido cerca por Fu Wenduo. Atacaron con una coordinación impecable: uno se encargó de detener a Qi Heng y a Lian Yuzheng, mientras el otro se dirigió directamente hacia el adolescente. La rapidez con la actuaron sorprendió a todos. Tras la advertencia de Bai Ruoyao, Ruan Wangshu estaba mucho más alerta. Sus ojos se entrecerraron justo cuando Tang Mo despegaba los pies del suelo. Reaccionó al instante, apoyando las manos en el suelo, activando la fuerte presión gravitatoria.
La pequeña sombrilla apuñaló con fuerza al adolescente, pero la aparición de un escudo blanco redondo en la mano de Ruan Wangshu bloqueó el ataque. Los ojos de Tang Mo se entrecerraron, y no dudó en continuar intimidando al chico. Con solo catorce años, Ruan Wangshu era un niño comparado con Tang Mo. Por otro lado, como Fu Wenduo lidiaba con las otras tres personas, Ruan Wangshu fue cayendo en desventaja debido a que su pierna no estaba del todo curada.
De repente, una daga negra apuñaló a Tang Mo, quien se vio obligado a rodar hacia atrás para evitarla.
—Tang Tang, no puedes intimidar a un niño —dijo Bai Ruoyao, haciendo un mohín y parpadeando.
Tang Mo le ignoró y volvió a atacar al adolescente. Bai Ruoyao sonrió antes de unirse a la batalla. Mientras el exbibliotecario presionaba a Ruan Wangshu, Bai Ruoyao se encargaba de compensar su pasividad. Y cuando Ruan Wangshu contraatacaba, Bai Ruoyao intervenía en favor de Tang Mo, una actitud que resultaba irritante, por lo que Tang Mo y Ruan Wangshu lo ignoraban al tiempo que se atacaban. Entonces, Bai Ruoyao bloqueó el fósforo gigante y se rio.
—Morirás si este fuego te alcanza —declaró.
Los ojos de Tang Mo se volvieron fríos y se giró hacia Bai Ruoyao.
—Tú deberías morir primero —replicó Ruan Wangshu con una sonrisa burlona.
Al momento siguiente, Tang Mo y Ruan Wangshu unieron fuerzas para atacar a Bai Ruoyao.
El joven con cara aniñada se sorprendió un momento antes de que su sonrisa se iluminara aún más. A medida que la lucha continuaba, la expresión de Tang Mo se se tornó sombría. La fuerza de Bai Ruoyao era notablemente mayor que hace cuatro meses. Aunque su habilidad era bastante inutil, su poder físico era aterrador. Bajo la combinación de Tang Mo y Ruan Wangshu, el otro comenzó a caer en desventaja, pero nunca fue derribado.
Un resplandor negro destelló de la mano de Ruan Wangshu, tomando desprevenido a Bai Ruoyao y ralentizando sus movimientos. Tang Mo aprovechó esta oportunidad para lanzar un golpe con la pequeña sombrilla. Estaba a punto de impactar la cabeza de Bai Ruoyao, cuando Tang Mo desapareció.
Ruan Wangshu se sobresaltó. Bai Ruoyao sonrió, como si hubiera visto algo interesante.
En un instante, la pequeña sombrilla de Tang Mo estaba a punto de golpear a Bai Ruoyao, pero al siguiente, apareció delante de Ruan Wangshu. La punta redonda de la sombrilla estaba a un suspiro de su frente. Ruan Wangshu, instintivamente, retrocedió para evitar el golpe, pero Tang Mo fue mucho más rápido. Esta vez, su figura apareció detrás del chico.
Un arma afilada atravesó la carne, La pequeña sombrilla, con una precisión mortal, impactó la frente de Ruan Wangshu desde detrás. Los ojos del adolescente se abrieron con asombro, mientras Lian Yuzheng y Qi Heng quedaban paralizados por la sorpresa.
La doctora corrió hacia él en un intento de salvarlo.
Bai Ruoyao sonrió.
—El peso del destino que su cuerpo cargaba era demasiado grande. Con una mirada, supe que Tang Tang quería matarlo a él en vez de a mí.
Tanto Tang Mo o Ruan Wangshu no tenían como objetivo principal atacar a Bai Ruoyao; su verdadero blanco era el otro. Ruan Wangshu había estado en guardia contra Tang Mo mientras este atacaba a Bai Ruoyao, pero jamás imaginó que Tang Mo poseía una habilidad que le permitía moverse tan rápido.
Tang Mo sacó con calma la pequeña sombrilla justo cuando Li Miaomiao llegaba. Ella presionó su mano contra la frente del adolescente, donde brotaba sangre. Aunque sus ojos permanecían abiertos, llevaba tiempo sin respirar. Tang Mo sostenía la sombrilla para ayudar a Fu Wenduo, pero antes de dar dos pasos, el claro no había dado ni dos pasos cuando el claro sonido de una moneda de oro se escuchó detrás de él.
Tang Mo se quedó rígido y se giró, justo a tiempo para ver un dardo plateado pasar junto a su mejilla. El adolescente, que estaba siendo sujetado por la doctora, había lanzado el dardo. Los ojos de Ruan Wangshu miraban con frialdad a Tang Mo mientras la herida de su frente sanaba lentamente.
Bai Ruoyao enarcó una ceja ante la escena, mientras Tang Mo apretaba con fuerza la pequeña sombrilla.
Ruan Wangshu sacó de su bolsillo una moneda de oro de veinticinco céntimos, la cual brilló intensamente antes de desintegrarse en incontables puntos dorados de luz que se desvanecieron en el aire. Los ojos de Tang Mo se entrecerraron. No cabía duda: Ruan Wangshu acababa de morir… y había resucitado. ¡Ese accesorio era increíblemente poderoso, quizás incluso superior a la Moneda de Oro del Rey!
Ruan Wangshu se incorporó junto con la doctora, visiblemente furioso.
La batalla no continuó. Tang Mo y él se mantuvieron a cinco metros de distancia.
—Cuatro miembros muertos, además de verte obligado a usar un accesorio tan valioso… Y aun así, sigo con vida —dijo Tang Mo con voz fría—. ¿Qué te dijo exactamente la Torre Negra para que vinieras por mí?
Ruan Wangshu no contestó, pero la doctora no pudo contenerse:
—¿Qué es la muerte? Apellidado Tang, te llevaste una recompensa que nos pertenecía. ¿Por qué no habríamos de recuperarla?
La respuesta tomó por sorpresa a Tang Mo.
—¿Qué recompensa?
Nadie respondió. En su lugar, Ruan Wangshu habló:
—Esas cuatro personas no actuaban bajo nuestras órdenes. Escucharon a escondidas la conversación entre Qi Heng y Lian Yuzheng y decidieron adelantarse para matarte. Buscaban quedarse con el accesorio y recibir el mérito por haberlo conseguido. —Hizo una pausa y añadió—: Eran solo miembros marginales de nuestra organización. Dejando por fuera esa oportunidad, ya es el tercer intento.
Tang Mo percibió que insinuaba algo.
—El tercer intento… ¿y eso qué significa?
—No es nada —declaró indiferente—. Solo que tres veces marcan mi límite. Es uno de mis principios.
Ruan Wangshu sostuvo la mirada de Tang Mo por un momento antes de darse la vuelta y comenzar a alejarse. Qi Heng y Li Miaomiao no disimularon su inconformidad.
—Líder, aún nos quedan accesorios sin usar. El viejo Ji y A-Guang siguen dentro de la instancia. Esperemos a que salgan antes de matar a este chico.
Lian Yuzheng escuchó las palabras de Ruan Wangshu, se burló con frialdad y lo siguió sin decir nada más.
Pese a su frustración, Qi Heng y Li Miaomiao no tuvieron más opción que seguir a su líder. Tang Mo y Fu Wenduo observaron atentamente a las cuatro personas marcharse, sin bajar la guardia por si el enfrentamiento se reanudaba.
Sin embargo, los miembros de Tian Xuan parecían decididos a retirarse. Se dirigieron a la entrada del complejo residencial, aunque aún no lo habían abandonado cuando los ojos de Fu Wenduo se agudizaron de pronto, y salió disparado fuera de la comunidad.
Tang Mo fue tras él, apenas un paso detrás. Las cuatro personas de Tian Xuan, estando más cerca, también corrieron hacia la intersección, justo como Fu Wenduo.
Cuando todos llegaron a la intersección, vieron a una mujer de mediana edad apuñalar a un joven en el pecho. El hombre, cubierto de heridas, parecía recién salido del juego de ataque a la torre.
La mujer alzó la vista y se encontró con el grupo de Tang Mo. En sus ojos no había miedo, solo una gélida indiferencia. Los miró como si fueran presas, no enemigos.
El joven murió al instante, y ella sonrió, mostrando unos dientes amarillentos. Entonces, con voz ronca, empezó a contar:
—Uno, dos, tres… ocho cerdos. Ochenta minutos de descanso…
Al momento siguiente, se precipitó hacia Ruan Wangshu, como si lo percibiera el más débil del grupo.
Ruan Wangshu frunció el ceño y presionó las manos contra el suelo. En el mismo instante, el cuerpo de la mujer cayó violentamente al suelo, y en su rostro se dibujó una expresión de horror mientras alzaba la vista.
—¿Quién eres?
Ruan Wangshu no contestó. El cuchillo de Lian Yuzheng brilló al alzarse, listo para quitarle la vida.
Pero entonces la mujer la reconoció, y su voz se quebró en sorpresa::
—¿Lian Yuzheng? ¿Cómo es que estás aquí?
El cuchillo descendió sin piedad, pero antes de que la hoja la alcanzara, su cuerpo destelló con un color rojo. La gravedad que la aplastaba se disipó al instante y su cuerpo, convertido en papel rojo, flotó en el aire, esquivando el ataque, tras lo que giró sobre sí mismo para huir.
Bai Ruoyao se lanzó tras ella, decidido a atraparla. Estaba a punto de cerrar los dedos sobre el trozo de papel cuando un destello de luz blanca lo cegó. Al instante, sus manos quedaron vacías: la mujer de mediana edad había desaparecido.
La sonrisa habitual de Bai Ruoyao se desvaneció de su rostro.
Tang Mo observó la escena, atónito. Varias escenas pasaron por su mente en un instante. Entonces notó la expresión pensativa de Ruan Wangshu y comprendió de inmediato.
—¿Sabes de qué va esto? —le preguntó.
Ruan Wangshu le miró, pero no dijo nada. Se dio la vuelta y comenzó a marcharse junto a sus compañeros.
Fue Lian Yuzheng quien respondió, con voz fría:
—Como no tenemos forma de recuperar el accesorio, dejaremos pasar esto. En cuanto a información, no es viable compartirla a menos que te unas a nuestra organización. Solo entonces podemos hablar.
Con esas palabras, las cuatro personas de Tian Xuan abandonaron la escena. Por otra parte, Tang Mo y Fu Wenduo se acercaron al cuerpo para examinarlo.
Tal como lo sospechaban, había sido asesinado por esa mujer de mediana edad.
—La mujer desapareció en el aire. Si se hubiera desvanecido un poco antes o si hubiésemos llegado un segundo más tarde, habría sido como las otras veces —dijo Tang Mo con calma.
—Su habilidad debe estar relacionada con ese cuerpo de papel —añadió Fu Wenduo—. No creo que pueda desaparecer por sí misma, a menos que usara un accesorio.
Tang Mo asintió.
—¿Qué sabe Tian Xuan? Son una organización poderosa en Beijing, con una red de información enorme. Tal vez hayan descubierto algo. —Hizo una pausa y luego miró a su compañero—. ¿Mencionaron que les robé un accesorio?
Fu Wenduo estaba a punto de responder cuando su expresión se volvió fría de repente. Con un rápido movimiento, su mano derecha se transformó en un arma afilada.
Bai Ruoyao, cuyas intenciones eran acercarse al cadáver para inspeccionarlo, se detuvo de inmediato ante sus acciones y levantó las manos de forma inocente.
—Vaya, señor Fu, soy amigo de Tang Tang. Además, conozco a este niño.
—No le conozco —dijo Tang Mo con frialdad.
—Yo tampoco conozco a este psicópata —se apresuró a añadir Fu Wensheng.
Bai Ruoyao sonrió.
—Me estás llamando psicópata, amiguito… Pero si antes también dijiste que no conocías a este «hermano mayor».
Fu Wensheng se estremeció ante su risa y se encogió junto a Tang Mo. Resultaba evidente que Bai Ruoyao le causaba una especie de trauma.
Aunque Tang Mo y Fu Wenduo parecían no prestarle demasiada atención, en realidad no bajaban la guardia. Estaban listos para disparar en cualquier momento si él se acercaba demasiado. Bai Ruoyao jugó con ellos durante un rato, pero los dos hombres nunca le permitieron acercarse al cadáver.
Cinco minutos después, frustrado, puso las manos en las caderas y habló con fingida molestia:
—¿Y si les dijera que sé algo sobre la gente invisible?
Tang Mo no le dirigió ni una mirada, pero Fu Wensheng, en cambio, susurró:
—No podemos creer nada de lo que diga.
Bai Ruoyao, con su excelente oído, escuchó perfectamente y se quedó sin palabras por un momento. Pero enseguida volvió a sonreír y, con tono despreocupado, comentó:
—La tabla de clasificación de tiempo… Matar a alguien otorga diez minutos de tiempo de descanso. Los juegos de la Torre Negra nunca terminan. Oh, cierto… ¿saben quién ocupa el primer lugar en esa clasificación? Tang Tang, ¿conoces el nombre?
Tan pronto como Bai Ruoyao mencionó la tabla de clasificación, los ojos de Tang Mo se entrecerraron con recelo.
Bai Ruoyao les sonrió.
—Se llama Mu Huixue.