Traducido por Shisai
Editado por Shiro
Mu Hui.
Hace una semana, la Torre Negra transmitió una canción global dedicada a esa persona. No obstante, justo después de anunciar su nombre, ocurrió un error de actualización y la versión 4.0 de la Torre Negra se detuvo repentinamente, dejando tras de sí un misterio sin resolver.
Se trataba de un jugador llamado Mu Hui.
En ese momento, el trío pensó que el nombre Mu Hui estaba incompleto. La transmisión se había interrumpido de forma abrupta, y era posible que solo una parte del nombre hubiese sido revelada. Tang Mo no esperaba…
—¿Mu Hui… xue? ¿Es una mujer?
Bai Ruoyao parpadeó.
—¿Discriminación de género, Tang Tang? ¿Por qué no puede ser una chica guapa? ¿Siempre pensaste que era un hombre? —Sonrió con una expresión entre traviesa e incrédula.
La posibilidad de que fuera una chica era algo que Tang Mo de verdad no había considerado.
La Torre Negra había emitido una transmisión global, dedicando una canción específicamente a un solo jugador.Él no se había fijado en detalles como en el género. Lo que le preocupaba era la versión 4.0, y lo que ese jugador había hecho para casi activar la actualización.
Su mente trabajaba a toda velocidad. Tenía una sospecha vaga, una idea que empezaba a tomar forma, pero aún había demasiados cabos sueltos. Bai Ruoyao necesitaba explicarse con claridad.
El pequeño Fu también se mostró curioso.
—¿Qué es exactamente la tabla de clasificación de tiempo? Dijiste que matar a una persona te dará un descanso de 10 minutos… entonces, si matas a muchas, ¿entras en la clasificación? Si esta persona llamada Mu Huixue está en primer lugar… debe haber matado a un montón de gente, ¿no?
Tang Mo también quería saberlo, por lo que dirigió la mirada a Bai Ruoyao.
Bajo la brillante luz del sol, el joven de rostro aniñado sonrió.
—¿Quieres saberlo?
Tang Mo sintió que algo no iba bien, justo cuando Fu Wenduo arqueó una ceja con desconfianza.
En cuanto a Fu Wensheng, demasiado joven aún, asintió sin pensarlo.
—Entonces ruéguenme.
Fu Wensheng se quedó mudo.
¡Definitivamente, este tipo era una serpiente!
Bai Ruoyao sonrió.
—Antes no me dejaron acercarme y hasta intentaron golpearme con sus armas. —Aunque ni la habilidad de Fu Wenduo ni la sombrilla de Tang Mo lo habían alcanzado, fingió secarse lágrimas imaginarias, como si estuviera profundamente ofendido—. Si quieren saberlo, ruéguenme. Si no, no se los diré.
Tang Mo le dirigió una mirada a Fu Wenduo, quien se puso de pie sin decir una palabra y con expresión imperturbable. Al momento siguiente, su cuerpo destelló y la falsa sonrisa de Bai Ruoyao desapareció de golpe. Dio un salto hacia atrás justo a tiempo para esquivar el ataque. Fu Wenduo agitó su mano derecha, y una sombra oscura se lanzó hacia él, rápida y precisa.
Bai Ruoyao esquivó sin perder un segundo. Una daga corta de forma extraña apareció en su mano y se cruzó con el arma de Fu Wenduo. El choque soltó un estruendo metálico y chispas volaron.
Tang Mo se unió a la batalla con su sombrilla, haciendo que el joven cayera en desventaja. Su manga fue cortada por el accesorio rosado, y se retrocedió buscando ganar distancia.
Fu Wenduo estaba convencido: ese era Bai Ruoyao, el mismo del que Tang Mo le había hablado. Sabía lo que había hecho en el Corredor de Gemas de la Reina de Corazones. Un tipo como él no era un enemigo directo, pero tampoco un aliado. Y no había razón para mostrar piedad.
Aun así, sus habilidades superaban su estimado. Ni siquiera entre los dos lograban derribarlo, pero él tampoco conseguía escapar.
El combate cayó en un punto muerto.
De pronto, Bai Ruoyao se hizo a un lado para esquivar una bala. Miró al niño que no estaba muy lejos.
—Eh, hermanito… estás yendo demasiado lejos. Ya me están pegando tu hermano y Tang Tang ¿y ahora tú también? ¿Ya olvidaste las alegrías y las penas que compartimos en el Corredor de las Gemas, cuando éramos buenos compañeros tratando de superar la instancia?
—Ya lo olvidé —respondió Fu Wensheng con frialdad.
Bai Ruoyao se quedó sin palabras.
Incluso el pequeño Fu lo rechazaba. Era un ser humano con una popularidad demasiado baja.
Seguir peleando no tenía sentido. Bai Ruoyao no podía huir, pero tampoco lograban matarlo. Tang Mo guardó la pequeña sombrilla.
—¿Vas a decirlo?
—¿No vas a rogarme? —replicó Bai Ruoyao.
—¿No lo dirás?
—Di «por favor», Tang Tang.
Tang Mo le lanzó una mirada indiferente y se dio media vuelta para marcharse.
Bai Ruoyao, que esperaba que le suplicaran, puso una expresión tonta y se apresuró a decir:
—¿No quieres saber sobre la gente invisible? También está Mu Huixue… y la tabla de clasificación de tiempo.
—Parece que no tienes compañero de equipo —comentó Fu Wenduo con calma.
Bai Ruoyao no entendió del tono y preguntó con cautela:
—¿Y qué con eso?
Los labios de Fu Wenduo se curvaron.
—Estás solo, sin una organización ni una red de información sólida, y aún así lo descubriste. Nosotros también lo haremos.
Bai Ruoyao resopló.
Tang Mo y Fu Wenduo lo ignoraron por completo y se alejaron junto con Fu Wensheng. El niño pensó que pedirle información a esta persona no era la gran cosa, pero se contuvo. Todavía era joven, y quería quedar mal delante de los adultos.
Bai Ruoyao parecía decidido a no soltar prenda. Se quedó plantado en la intersección, mirando cómo el trío se alejaba. Estaban por salir de la calle cuando una voz resignada los alcanzó desde atrás:
—¿Cuándo dije que no lo diría? ¡Eh, espérenme!
Tang Mo no se detuvo.
Como había dicho Fu Wenduo, Bai Ruoyao no pertenecía a Tian Xuan, una organización poderosa con su propia red de inteligencia. Si ese sujeto había conseguido esa información, ellos también podrían. Probablemente fue pura suerte que la obtuviera antes.
—Hace tres o cuatro días, mientras viajaba de Shanghai a Pekín, maté a una persona. Según tus palabras, maté a una «persona invisible»… —dijo Bai Ruoyao con una sonrisa—. Quería matarme. ¿Crees que debí dejar que lo hiciera, Tang Tang? —Al ver que Tang Mo lo ignoraba por completo, giró la cabeza hacia Fu Wensheng—: Hermanito, ¿tú qué dices?
Nadie respondió. Bai Ruoyao rio divertido y siguió hablando:
—En ese momento, iba caminando por la carretera, comiendo un pincho y bebiendo cerveza. De repente, un tipo apareció a mi lado e intentó matarme. —Su tono era desenfadado, pero Tang Mo escuchaba con atención. Parte de lo que decía era creíble—. Era fuerte. Debía haber alcanzado al menos el segundo piso de la Torre Negra. No se esperaba que lo atrapara. Al principio, quería preguntarle por qué atacaba a alguien inocente. Pero cuando lo atrapé, me miró sorprendido y preguntó… —Hizo una mueca antes de continuar—: Si no era un cerdo.
♦ ♦ ♦
Cuatro días atrás, en Tianjin.
La expresión sonriente del joven con rostro aniñado cambió en cuanto escuchó esa palabra. En esta vida lo habían llamado serpiente, ratón, incluso chinche…, ¡pero nunca cerdo! Sin pensarlo, le cortó el labio superior del hombre, que quedó paralizado del miedo.
Bai Ruoyao no era estúpido. Aquel sujeto había aparecido de repente, sin que él se percatara de su presencia.
El tipo temblaba, lívido, mientras el corte sangraba. Bai Ruoyao esperó pacientemente a que los labios se regenerara. Fue entonces cuando el hombre, acobardado, le habló de la tabla de clasificación de tiempo.
♦ ♦ ♦
—La tabla de clasificación de tiempo —explicó con una sonrisa despreocupada, pero su mirada era seria—. Matar a una persona les da diez minutos de descanso. «Cerdos» se les llama a quienes no cuentan con tiempo de descanso. Si matas a uno, ganas esos diez minutos. Los jugadores con tiempo de descanso tienen un número dorado flotando en su cuello, indicando cuánto tiempo les queda.
Estiró la mano hacia el cuello de Fu Wensheng. El niño se tensó, pero no se apartó. Bai Ruoyao le lanzó una mirada, sorprendido por su valentía, y señaló el lado derecho de su cuello.
—Si matas a un jugador con tiempo acumulado, además de los diez minutos base, obtienes la mitad de su tiempo restante. En esa tabla hay cien personas. En primer lugar está Mu Huixue. Tiene doscientos sesenta mil minutos.
Los ojos de Tang Mo se entrecerraron.
—¿Mató a más de veinte mil personas?
Bai Ruoyao se rio.
—Quién sabe. Tal vez es una asesina psicótica. Je, je, je.
Tang Mo pensó por un momento.
—¿Qué más?
—Eso es todo.
Tang Mo no reaccionó de inmediato.
—¿Nada más? —preguntó tras unos segundos.
Bai Ruoyao sonrió.
—Nada más. Estaba a punto de desaparecer, y no podía dejarlo escapar. Je, je. Lo maté antes de que se esfumara.
Tang Mo, Fu Wenduo y Fu Wensheng guardaron silencio.
Sin decir palabra, los tres giraron la cabeza al mismo tiempo, ignorando por completo al joven de rostro aniñado.
—¡Realmente me usaron y huyeron! ¡Tengan algo de corazón! —Bai Ruoyao corrió tras ellos.
Tang Mo aún no entendía por qué el joven había ido a buscarlo a Beijing, ni por qué seguía pegado a ellos. Cada vez que Tang Mo y Fu Wenduo se deshacían de él, Bai Ruoyao terminaba regresando.
No había forma sencilla de matarlo. Tang Mo no podía usar de nuevo por los momentos su habilidad «Un hombre rápido», y cualquier otro método requeriría un gran esfuerzo. Además, era probable que el joven tuviera alguna carta bajo la manga para salvar su vida. Todos los jugadores fuertes que seguían vivos a estas alturas contaban con algún recurso de emergencia. Incluso si morían, tal vez podrían volver a la vida, como había pasado con Ruan Wangshu.
Tang Mo y Fu Wenduo se miraron.
Ya estaba oscureciendo y el trío entró en un restaurante de hotpot para descansar un poco. Al llegar a la puerta, Tang Mo se detuvo de golpe y miró al joven que aún les seguía.
—¿Por qué? —preguntó contorno sereno.
La sonrisa de Bai Ruoyao se congeló por un momento. Se metió las manos en los bolsillos y lanzó una mirada precavida a Fu Wenduo antes de volver a sonreír.
—¿Por qué qué, Tang Tang?
—Sabes que no me apellido Zhao y también sabes lo del Señor B. Eso significa que te encontraste con un jugador que participó en la misma instancia de reunión que yo.
El mundo era enorme, y los juegos de la Torre Negra, muchos. Era casi imposible que coincidieran. Pero esta persona tenía una suerte ridícula: se había cruzado con el viejo Niao y Wang Yinggui, había dado con un jugador invisible en Tianjin, lo había matado y conseguido información. Mientras Tang Mo cargaba con su mala suerte, este psicópata parecía tener siempre la suerte de su lado.
—Sabes quién soy yo y quién es él —continuó, refiriéndose a Fu Wenduo—. Entonces… ¿por qué quieres seguirnos?
Tang Mo sabía que, sin su habilidad para aumentar su velocidad, no era oponente de Bai Ruoyao en un uno contra uno. Pero estaba Fu Wenduo. Juntos, no podían ser derrotados por ese tipo. ¿Qué pretendía entonces?
—No lo dije la última vez, pero, Tang Tang… En serio, no deberías haberte cruzado conmigo.
La expresión de Tang Mo no se alteró.
Bai Ruoyao ladeó la cabeza, todavía con las manos en los bolsillos.
—Te estoy siguiendo… Je, je. Para encontrar una oportunidad de matarte.
♦ ♦ ♦
La autora tiene algo que decir:
Persona Yao: ¡Tres personas negativas! ¡Je, je, je, je, je!
Mo Tang & Viejo Fu & Pequeño Fu: [Mirada indiferente]