La Tierra está en línea – Capítulo 47: Señor Fu, cuánto tiempo sin verle

Traducido por Shisai

Editado por Shiro


Como dijo Jack, Tang Mo y Luo Fengcheng no podían hacer otra cosa, así que regresaron a la organización. Esperaron hasta las ocho de la mañana para asegurarse de que la torre negra no realizaría cambios a las seis y que todo continuara como previsto.

Una vez que salió el sol, más jugadores fueron a la torre negra para observar los cambios de la nueva versión. La mayoría de estos jugadores no tomaron precauciones; y aunque estaban atentos a la gente que les rodeaba, había más de cincuenta personas a plena vista.

El grupo volvió a observar la torre negra durante el día. Tang Mo cogió un abrigo de color claro de una tienda al azar y se lo puso. Su aspecto era engañoso. Como estaba vestido de manera casual, parecía un estudiante universitario ordinario incluso en compañía de Luo Fengcheng. Sin embargo, aunque fingía indiferencia, muchas eran las miradas que la multitud le dirigía, pero no se comparaba con la atención que acaparaba Jack; el extranjero era muy llamativo.

Los tres volvieron pronto a Pudong.

—La torre negra no dio a los jugadores ninguna pista sobre la nueva versión. Solo podemos ir recopilando poco a poco información acerca de las instancias reales y las de reunión. Pero no hay duda de que deberemos atacar la torre cada tres meses —comentó el investigador durante el trayecto de regreso.

—Sí. —Tang Mo asintió.

De las cincuenta personas que detectó la noche anterior, muchas debían ser polizones. La torre negra los odiaba, y los monstruos que en ella habitaban eran hostiles con ellos; sin mencionar que, si estos últimos se los comían, obtendrían una poderosa habilidad. Lo más seguro era que, la noche anterior, se habían acercado buscando una solución a la identidad que tantos problemas les traía, pero, esta vez, la actualización de la torre negra no tenía nada que ver con ellos.

Por su parte, Tang Mo se había acercado para averiguar más sobre los cambios. Nadie sabía de qué trataba la actualización, ya que esta era la primera. Debían obtener la mayor cantidad de información posible para sobrevivir a la siguiente versión. Por ejemplo, si no hubiera ido anoche, no habría visto el pequeño punto parpadear sesenta y dos veces.

Luo Fengcheng era un jugador de reserva y su poder de combate era ínfimo, pero siendo el líder del grupo de investigación de la torre negra de Shanghái antes de que la Tierra se pusiese en línea, quería presenciar los cambios en persona. Al fin y al cabo, nadie conocía a la torre negra mejor que él.

—Los polizones son originalmente asesinos. Es bueno que la torre negra los odie. Esa organización de polizones se comía los corazones de la gente y Nie Fei murió en sus manos. Si hay menos de este tipo de gente, tendremos más esperanza de vivir —dijo Jack con naturalidad.

—Las razones para matar son variadas. —Luo Fengcheng miró al extranjero—. La torre negra dio a la humanidad tres días para entrar en el juego. No había ninguna indicación de que matar fuera una de las formas de entrar en el juego. Según esta especulación, el 99% de los polizones no mataron porque la torre negra lo indicó. Pero que una persona haya matado no la hace malvada. Hay muchas razones para matar.

—Lo sé. —Jack asintió.

Tang Mo los miró y se sumió en sus pensamientos.

«Que una persona haya matado no la hace malvada». Esta frase no estaba errada.

No tenía claro cómo definía a los polizones, pero, bajo las situaciones tan rudas a las que se han visto enfrentados desde que la Tierra se puso en línea, no importaba por qué alguien mataba. Si lo hicieron durante los primeros tres días de selección, eran polizones.

Por ejemplo, estaba la colegiala de quince años en el juego del topo. Alguien la engañó y quedó embarazada. Cuando comprendió que el padre no se haría cargo, era demasiado tarde, ya tenía siete meses de embarazo. Buscando que no corriera ningún riesgo, sus padres decidieron llevar el embarazo a término. Daría a luz y sus padres criarían al niño como suyo. Entonces, la joven asfixió a su hijo después de nacer, fue catalogada como polizón por la torre negra y el topo gigante no se contuvo al matarla.

De acuerdo con las leyes de China, este crimen no merecía la pena de muerte. Lo más probable era que la hubiesen condenado a prisión solo por unos cuantos años, pero, a ojos de la torre negra, todos los polizones eran iguales. No importaba si era un polizón que comía corazones o uno que asfixió a su hijo.

—Cuando la Tierra se puso en línea, ¿qué zona del mundo tuvo la mayor tasa de supervivencia? —preguntó Tang Mo de repente.

Jack pensó por un momento.

—Debería ser China o India. Estos países tienen la mayor población mundial.

El exbibliotecario negó con la cabeza.

—Las zonas de guerra. Una gran base de población puede contribuir a que el número de jugadores sea alto, pero, proporcionalmente, habrá más sobrevivientes en una zona de guerra. Esto se debe a que matan todos los días —respondió el investigador. Matar era la forma más fácil de entrar en el juego.

Tang Mo y Luo Fengcheng se miraron.

Pronto volvieron al centro comercial.

La actualización de la torre negra no supuso ningún cambio para los jugadores. Tang Mo observó con atención a todos las personas que entraban y salían; no lucían diferentes a como lo hacían antes de la actualización. Esto fue así hasta el día siguiente, cuando un jugador de reserva se apresuró a entrar en el centro comercial.

Era un hombre insignificante, pequeño y de mediana edad, el más ordinario entre los más de ochenta jugadores del centro comercial. Tang Mo, quien se encontraba en el tercer piso, lo vio entrar a toda velocidad en una tienda. Mientras caminaba, no dejaba de mirar con atención a la gente que le rodeaba, como si le preocupara que los demás se fijaran en él.

Tang Mo entrecerró los ojos antes de bajar las escaleras.

Una sombra ligera pasó deprisa entre las tiendas y se detuvo en una pastelería.

Una vez que el hombre de mediana edad entró en la tienda de ropa, cerró la puerta. Su sombra ni siquiera podía verse a través del cristal. Tang Mo miró a su alrededor antes de decidir entrar en la pastelería de al lado. Entonces, cerró la puerta desde dentro y fue hasta la cocina, donde encontró un ventilador.

La mesa de la cocina estaba llena de pasteles mohosos, y el ventilador estaba cubierto de ceniza. Lo quitó y midió el diámetro del hueco de la ventilación con la mano derecha. Lo pensó un momento y sacó la pequeña sombrilla de la Abuela Lobo. Después de pronunciar el hechizo, movió la muñeca derecha y atravesó la pared diez centímetros por debajo del respiradero con la punta.

Apenas hizo ruido mientras hacía cuatro pequeños agujeros en la pared alrededor del respiradero. Guardó la sombrilla y retiró con cuidado las piedras rotas. Una vez despejó el agujero, se dirigió al almacén de la tienda de ropa. Allí, se aferró a la puerta del almacén y escuchó la voz del hombre y también la de una mujer.

—¡Li Qiang fue arrastrado a una instancia real! Estaba caminando con él hace un momento y fue arrastrado de repente.

—¿Qué?

—Basta, baja la voz —el hombre de mediana edad se apresuró a tapar la boca de su compañera.

Después de un rato, la voz femenina habló de nuevo:

—¿Cómo sabes que es una instancia real? Las instancias reales apenas fueron implementadas. ¿Y si Li Qiang entró en una instancia de juego sin que te dieras cuenta? ¿No habrá sido una instancia segura como a las que solíamos ir?

—Por supuesto que no. Es una instancia real. —La voz del hombre estaba llena de miedo—. Un zapatero de hierro enorme apareció de repente detrás de la fábrica y se lo llevó. No sé qué hizo Li Qiang. Yo estaba a su lado. El zapatero de hierro me sonrió, pero no me hizo nada. También me dijo que era bienvenido a entrar en la instancia.

Los ojos de Tang Mo se entrecerraron.

—¿Y Li Qiang? Si Li Qiang entró, ¿por qué no lo sacaste? —preguntó ella.

—¿Crees que puedo sacarlo? ¿Cómo? Los clavos del zapatero estaban ensangrentados. Si me hubiese atrevido a decir una palabra, habría muerto. Me apresuré a volver… —murmuró el hombre.

Se oyó un fuerte sonido fuera de la tienda de ropa y ambos se estremecieron de miedo. Las dos personas que se escondían detrás del mostrador temblaban mientras miraban a quien entró luego de abrir la puerta de una patada. Tang Mo tenía en su mano el candado que el hombre de mediana edad utilizaba para cerrar la puerta. Estaba roto en dos mitades. Lo tiró al suelo y se acercó a los dos jugadores de reserva. Primero, miró a la mujer y luego al hombre de mediana edad.

—¿Acabas de decir que ha aparecido un monstruo de la torre negra en el mundo real? —preguntó con calma.

El hombre de mediana edad lo había visto antes con los miembros de Ataque, pero esta información era muy importante y valiosa, por lo que apartó la mirada, buscando un lugar dónde esconderse.

—Acabo de ver a alguien llevándose a mi compañero…

—La base de Ataque está aquí, y es por eso que los polizones en los alrededores nunca se atreverían a venir a este centro comercial —comentó casualmente.

Gracias a ellos, podían pasar las noches sin temor alguno. El hombre y la mujer se miraron, sin entender lo que Tang Mo estaba sugiriendo.

El jugador vio sus expresiones y comprendió que debía ser más duro. Tenía dos opciones. La primera era buscar a Jack. Este era muy temido en el centro comercial, y aunque nunca había lastimado a nadie, su cuerpo gigantesco atemorizaba a los jugadores de reserva. Y la otra opción era…

Una pequeña sombrilla rosa atravesó la pared frente a ellos.

En la pared aparecieron grietas en forma de telaraña que se extendieron con rapidez, cubriendo la mitad de la pared. El hombre de mediana edad vio esto y su corazón se detuvo, tras lo que se giró lentamente para mirar al extraño joven.

Los labios de Tang Mo se curvaron, pero su mirada era gélida.

—Habla o… te mataré.

Cinco minutos después, entró en el despacho de Luo Fengcheng.

—Apareció una instancia real. —Fue al grano.

—¿Una instancia real? —repitió el investigador, levantando de inmediato la vista.

Tang Mo llevó al hombre de mediana edad a la oficina. Para ese sujeto, esa era la primera vez que entraba en la base de la organización Ataque. En el centro comercial, el aparcamiento subterráneo de tres plantas les pertenecía por completo, y a los demás jugadores no se les permitía entrar. Entonces, temblando, relató frente a Luo Fengcheng todo lo que había visto.

El investigador llamó a Jack y a Tang Qiao, además de a Zhao Ziang y Tang Mo; cinco personas siguieron al hombre de mediana edad hasta el lugar donde el jugador de reserva, Li Qiang, fue arrastrado.

Estaban a un kilómetro de la zona cuando Luo Fengcheng se detuvo.

—Tengan cuidado, aún desconocemos la forma en la que se activa la instancia. Hay una alta probabilidad de que también seamos arrastrados. —Acto seguido, le pidió al hombre de mediana edad que señalase cuidadosamente el lugar donde apareció el zapatero de hierro.

—En esa esquina. Li Qiang y yo queríamos probar la instancia de la cervecería de allí. Es una instancia segura de la que podemos salir, pero cuando llegamos aquí, oímos el sonido de algo metálico golpeando el suelo. Solo somos jugadores de reserva y no tenemos poder para luchar. Teníamos miedo y queríamos encontrar un lugar donde escondernos, pero, en cuestión de segundos, apareció el zapatero de hierro. Salió de allí. —Señaló un rincón de la fábrica.

—¿Qué aspecto tiene? —preguntó Tang Mo.

—Su altura es de dos metros. Sí… al menos dos metros. Es muy fuerte. Tenía un candado de hierro roto en la mano izquierda y un clavo largo en la derecha. —El sujeto se asustó de solo recordarlo.

—¿Cómo sabes que es un zapatero de hierro?

—Lo dijo él mismo. Se presentó cuando tomó a Li Qiang, le dijo: «Bienvenido al mundo del juego del zapatero de hierro».

El hombre de mediana edad señaló el camino que él y su compañero habían tomado y el lugar donde el zapatero de hierro había desaparecido. Luego el grupo le permitió que se fuera. Caminaron hasta las inmediaciones y miraron desde la distancia.

—Zhao Ziang, intenta mover algo hasta allí —dijo Luo Fengcheng.

El adolescente asintió. Tenía la capacidad de mover objetos a través del espacio. Primero, movió un clavo. Esto lo podía hacer sin esfuerzo alguno. Lo desplazó de un lado a otro por el aire cerca de la fábrica. El clavo no tenía obstáculos y no tocaba nada.

Tang Qiao sacó un gran trozo de algodón de espuma y se lo entregó al gordito. El algodón de espuma era voluminoso, pero ligero; fácil de mover. Esto tampoco desencadenó la instancia.

Tang Mo señaló un pequeño camino detrás del edificio de la fábrica.

—La instancia se activa allí, así que no podremos acercarnos. Da la vuelta desde allí. Si un monstruo aparece aquí, en la Tierra, es muy probable que el juego no sea en la torre negra.

Las cinco personas evitaron el camino y avanzaron.

Como dijo el hombre de mediana edad, Tang Mo no tardó en encontrar unas gotas de sangre. Casi no se notaban en el suelo. Luo Fengcheng se puso en cuclillas, cogiendo un poco de tierra y poniéndola delante de su nariz.

—El olor no ha desaparecido, la sangre aún está fresca —comentó mirando hacia arriba.

El zapatero de hierro de verdad había aparecido cerca de allí, y la sangre que allí se encontraba era probable que hubiese goteado de los clavos que llevaba consigo.

Las cinco personas caminaron con cautela y, a mitad de camino, encontraron más sangre en el suelo.

—Quédate mientras nosotros cuatro seguimos caminando —dijo Tang Mo a Luo Fengcheng.

Él era demasiado débil. No solo sería peligroso que se encontrase con un monstruo, sino que también se convertiría en una carga para el equipo, por lo que asintió, aceptando quedarse allí.

Después de otro medio kilómetro, los pasos de Tang Mo se detuvieron. Las cuatro personas escucharon una voz nítida:

¡Ding, dong! La instancia real «El encantador zapatero de hierro» se ha abierto. Por favor, completen la tarea secundaria «Toparse con el zapatero de hierro» para poder entrar en la instancia.

Tang Mo agarró a toda velocidad el mango de la pequeña sombrilla. Detrás de él, el pequeño gordito movió un clavo, Jack cerró los puños y Tang Qiao sacó un cuchillo. Sin embargo, el silencio continuó reinando en los alrededores. El zapatero de hierro no apareció y la instancia real no se abrió.

Observando con suma atención los alrededores, Tang Mo por fin fue aflojando la mano con la que sostenía la pequeña sombrilla.

—Parece que la tarea de encontrar al zapatero de hierro debe completarse antes de entrar en la instancia real. No deberíamos poder entrar todavía —comentó.

Tang Qiao asintió.

—Esta es una instancia real. Volvamos y digámosle al Dr. Luo.

Los cuatro estaban listos para irse.

—Esperen —ordenó Tang Mo.

Todos se volvieron para mirarle. Estaba de pie en la carretera vacía, mirando al frente con intensidad. Delante de él había una encrucijada. De allí, podía tomar la carretera de cemento y volver. La intersección de varias fábricas parecía ser la misma de siempre; sin nada fuera de lo común. Tang Mo observó por un momento en silencio.

—¿Hermano Tang? —preguntó el adolescente.

Este no respondió con palabras. Dio un paso adelante, una mano sujetando la pequeña sombrilla. Entonces, avanzó tres pasos; luego, un cuarto. Cuando llegó al quinto paso, se detuvo, su expresión cambiando.

—No puedo continuar —dijo, su mano apoyándose en el aire.

El trío estaba asombrado.

Tang Qiao fue la primera en reaccionar. Corrió hacia adelante y también apoyó su mano en el aire.

—¡Realmente hay un muro!

Una pared parecida al cristal bloqueaba el camino. Tang Mo podía ver el edificio de la fábrica de enfrente y la carretera, pero no podía llegar hasta allí. Una brisa sopló desde detrás de ellos y atravesó el muro invisible, haciendo volar las hojas del lado opuesto de la carretera.

—El viento puede pasar. Pequeño gordito, prueba con un clavo —susurró.

—De acuerdo —respondió Zhao Ziang.

Un pequeño clavo salió disparado hacia el muro invisible, pero, al igual que Tang Mo, fue bloqueado por la pared. Como si se hubiese encontrado con un obstáculo, el clavó giró a gran velocidad mientras intentaba avanzar, tras lo que Zhao Ziang lo apartó.

El suelo estaba seco, oscurecido por la sangre. El sol bañaba el lugar, el cual lucía como de costumbre..

Tang Mo miró la tranquila y pacífica fábrica.

—Esta es una instancia real…

Volvieron con Luo Fengcheng, contándole lo que habían visto. La expresión del investigador cambió de inmediato, dirigiéndose también hacia la pared invisible y probando a tocarla. Arrojó tres guijarros a la pared, tratando de ver si la atravesaban, pero todos rebotaron. Sin embargo, el sol y la brisa pasaban a través del muro sin obstáculo alguno. Así era una instancia real.

Tang Mo y Luo Fengcheng se miraron.

—Existencias objetivas como el viento y el sol pueden entrar sin ser bloqueadas —concluyó el investigador.

—Mientras que algo modificado de manera artificial, no puede entrar. Ni siquiera una piedra —añadió Tang Mo.

La nueva versión de la torre negra corría a cabalidad y apareció una instancia real.

♦ ♦ ♦

Un día después, una instancia de reunión apareció ante todos.

En la madrugada del tres de enero, la aguja de las horas señaló la posición de las seis y una fuerte voz se extendió por todo Shanghái:

¡Ding, dong! La instancia de reunión está abierta por tiempo limitado. Ubicación del juego: Taberna Banana en el Reino Subterráneo.

Recompensa del juego: Una botella del soju de calcetines malolientes favorito del tío Mario.

Jefe del juego: El dueño de la Taberna Banana. A las 17:42 del 3 de enero, todos los jugadores están invitados a participar en el juego en la plaza central de Zhongtie, en el distrito de Jing’an.

¡Ding, dong! La instancia grupal está abierta por tiempo limitado…

Shiro
El soju es una bebida destilada nativa de Corea.

La torre negra emitió el mensaje tres veces. Cuando Tang Mo escuchó la voz, estaba haciendo las maletas, preparándose para volver a Suzhou. Sus manos empezaron a moverse de inmediato mientras escuchaba con plena atención la emisión de la torre negra. Una vez que la voz se detuvo, guardó silencio un momento antes de abrir la puerta y dirigirse al despacho de Luo Fengcheng.

Este parecía haberle estado esperando.

Una persona estaba sentada en la mesa y la otra estaba de pie en la puerta. Se miraron el uno al otro y no hablaron.

Después de un largo rato, Luo Fengcheng dijo:

—Han pasado diez días. Chen Shanshan y Qiao Feifei no han vuelto. ¿Vas a esperar un día más para participar en la instancia grupal o vas a volver?

Tang Mo se acercó a él, sacó una silla y se sentó.

—La mayor diferencia entre la instancia real y otras instancias es que el juego está en la Tierra —analizó con calma—. Los monstruos de la torre negra vienen a la Tierra y comienzan el juego. En esta instancia, el contenido del juego es digno de reflexión. Tal vez esté relacionado con el entorno. —Miró a Luo Fengcheng y declaró—: No entraré en la instancia grupal.

El investigador se sorprendió.

—¿No quieres entrar?

—Sí. Acaba de salir a la luz y nadie sabe cuán grande es el riesgo. Esperaré aquí a que me lo digas.

Luo Fengcheng comprendió lo que quería decir. Parecía tranquilo mientras preguntaba:

—La organización de Ataque definitivamente entrará en la instancia grupal, pero, Tang Mo, ¿por qué debemos compartir contigo esta preciosa información?

—He conocido a Mario. Puedo darte alguna información sobre él. Aunque el jefe de esta instancia no parece ser él, el premio está relacionado con él, y es un invitado frecuente de la taberna. También he oído cosas acerca la Taberna Banana.

—¿Conoces la taberna? —Los ojos de Luo Fengcheng se iluminaron.

Tang Mo parecía tranquilo.

—Sí. En mi instancia de Navidad, el jefe del juego era Pinocho. Dijo algo así como: «Eres como el estúpido insecto de la Taberna Banana, ¡qué lindo!».

Los ojos de Luo Fengcheng se entrecerraron.

—¿Solo conoces esta frase? —La mirada tentativa del hombre no se apartó de Tang Mo.

El aire estaba tranquilo. Ambos se miraron en silencio.

Los dedos del exbibliotecario golpearon la mesa durante un rato. Sus labios se curvaron suavemente mientras decía:

—¿Y si digo que tengo información sobre la Taberna Banana?

♦ ♦ ♦

En la tarde del dos de enero, Ataque organizó a sus cuatro jugadores más poderosos: Jack, Zhao Ziang, Tang Qiao y un joven que no conocía. Los cuatro fueron a Jing’an para participar en la instancia grupal.

Tang Mo se quedó en el centro comercial y los vio partir.

El pequeño gordito se sorprendió.

—Hermano Tang, ¿no vas a venir con nosotros? Eres muy fuerte. Vayamos juntos —dijo antes de irse.

Tang Qiao escuchó esto y los miró en silencio.

Tang Mo tenía muchas razones para no ir. Miró al pequeño gordito y le dio por respuesta lo que consideró más aceptable:

—He participado en un juego de la torre negra donde el jefe era Mario. Mario es un visitante frecuente de la taberna. Si me encuentro con él allí, me temo que algo terrible sucederá.

—No necesariamente te encontrarás…

—Mientras haya la posibilidad de que ocurra algo malo, no importa lo pequeña que sea, definitivamente sucederá. Pequeño gordito, es una ley de Murphy. —Tang Mo sonrió y le dio una lección.

Quién se imaginaría que Zhao Ziang diría:

—Lo sé. Shanshan me lo dijo. Ella volvió con nosotros porque le preocupaba que nos encontráramos con los polizones. Shanshan… —La voz del pequeño gordito se detuvo de golpe antes de murmurar—: Shanshan y Feifei no han vuelto todavía…

La sonrisa fue desapareciendo del rostro de Tang Mo.

El equipo de cuatro personas se fue enseguida.

—Es la primera vez que se abre una instancia grupal en Shanghái. No es de extrañar que hoy no vaya mucha gente. Los jugadores que estén solos no irán. Solo los equipos y jugadores organizados podrán arriesgarse —mencionó el investigador.

—Cada tres meses, los jugadores deben atacar la torre. Ahora apenas han pasado tres días. Las instancias de tipo S y otras instancias son limitadas. Una vez superadas, desaparecen, sin mencionar que son difíciles de encontrar. Las instancias reales y grupales son para que el jugador mejore su fuerza con mayor rapidez y permitirle hacer frente al juego de ataque a la torre —respondió e hizo una pausa. Después de un largo rato, Tang Mo preguntó—: La nación estuvo investigando la torre negra durante medio año. Luo Fengcheng, ¿qué estudiaste?

No respondió.

El viento silbó mientras Luo Fengcheng se daba la vuelta y entraba en el centro comercial, pronunciando una única frase:

—Shanghái tenía cuatro grupos de investigación, no era solo yo.

Tang Mo, de pie bajo el sol, miró la torre negra en la distancia. Siempre estaba allí suspendida, en silencio. No importaba dónde estuviera parado ni la distancia, podía siempre verla con total claridad. Observando la gigantesca torre, solo podía sentir frío, a pesar de la luz del sol que lo bañaba.

Se dio la vuelta y entró en el centro comercial.

A las 17:42, el aviso de la torre negra se escuchó sobre la ciudad:

¡Ding, dong! La instancia grupal está abierta por tiempo limitado. Ciento dos jugadores del Distrito 2 de China han entrado con éxito a la instancia.

Un total de ciento dos jugadores, de los cuales, la gran mayoría entraron con equipos. La fuerza de los cuatro miembros de Ataque era de las más altas de Shanghái. A Tang Mo no le preocupaba los conflictos que pudiesen tener con otros jugadores. Solo necesitaban protegerse de la torre negra.

Aparte de Zhao Ziang y Jack, no estaba familiarizado con los demás miembros.

Llegó a la oscura segunda planta del aparcamiento. Luo Fengcheng no pensaba desperdiciar la electricidad que le quedaba encendiendo la luz. Caminó evitando los obstáculos, de acuerdo a lo que recordaba, mientras se dirigía a su coche habitual, pero no tenía tiempo de ir a descansar.

Se detuvo a escuchar, prestando atención a todos los sonidos que le rodeaban. Después de confirmar que no había nadie más alrededor, sacó un rubí de su bolsillo.

Ese día, canjeó el anuncio de la Taberna Banana por información sobre la instancia grupal. Mientras el grupo del pequeño gordito saliera de la instancia, Luo Fengcheng le diría de qué se trataba. El folleto publicitario lo había obtenido cuando golpeó la pared llevando puesto el sombrero de Mario cuatro días atrás.

El artículo podía usarse solo tres veces al día. Una cuarta vez le ocasionaría daños. Ese sombrero contaba con la probabilidad de dar tesoros, por lo que nunca desperdiciaba la oportunidad de usarlo. Así, todos los días, golpeaba su cabeza contra la pared tres veces con suma seriedad. De este modo, había conseguido un montón de basura.

El folleto publicitario de la Taberna Banana, los zapatos de tela de Cenicienta… 

Aunque había obtenido cosas extrañas, nunca un tesoro. Por supuesto, estas cosas no las tiró. No sabía en qué momento podrían desempeñar un papel, así como le sucedió con el anuncio de la Taberna Banana en esta oportunidad. Tal vez, con esa información, el equipo de cuatro del pequeño gordito podría pasar con mayor facilidad la instancia.

En la oscuridad, no podía ver el rubí, pero utilizó sus dedos para corroborar que en sus manos tenía el objeto correcto. Medio minuto más tarde, sostuvo la gema sobre su cabeza, la cual se convirtió en un sombrero.

Al momento siguiente, el abrumador olor a sudor llegó a la nariz de Tang Mo y, conteniendo la respiración, apuntó a la pared del aparcamiento y se estrelló contra ella. Una chincheta cayó al suelo.

Al segundo golpe, cayó un trozo de tarta a medio comer. Lo recogió y casi se sintió abrumado por el apestoso olor del pastel.

—¡Este olor sin duda viene de Mario! —explotó Tang Mo.

Si seguía llevando puesto el apestoso sombrero de Mario, el horrible olor podría asfixiarlo. Se apresuró a poner las manos en las caderas y se abalanzó contra la pared de nuevo.

Una piedra brillante cayó del aire y rodó hasta el suelo; una débil luz iluminando un área de dos metros a su alrededor. Después de golpear la pared tres veces, no pudo esperar a quitarse el sombrero tan rápido como pudo y guardar el rubí en el bolsillo.

La piedra brillante fue el tercer objeto que obtuvo, la cual había rodado por el suelo hasta golpear un pilar del aparcamiento. Tang Mo se acercó y se agachó para recogerla.

Justo cuando su dedo la tocó, sacó una sombrilla de su mochila y entonó a toda velocidad el hechizo. Cuando terminó, dejó escapar una risa baja en la oscuridad.

Su pie izquierdo se movió mientras su cuerpo volaba como una flecha, la punta de la sombrilla desplazándose en la oscuridad.

Entonces, el sonido de una colisión metálica hizo eco en el lugar. La poderosa fuerza a la que se enfrentó le sorprendió y, sin atreverse a descuidarse, abrió la sombrilla y bloqueó el siguiente ataque. Acto seguido, la otra persona esquivó por completo la pequeña sombrilla y lo atacó desde abajo.

Los ojos del exbibliotecario se entornaron, y bloqueó con su palma el puño del hombre.

Ambos se enfrentaron en el oscuro aparcamiento.

La piedra brillante yacía inerte en el suelo, apenas emitiendo una suave luz.

Esta persona era extremadamente rápida. No le permitía atacar desde lejos, obligándolo siempre a mantener una corta distancia. Después de un tiempo, Tang Mo lanzó la pequeña sombrilla y levantó el brazo para bloquear uno de los ataques, tras lo que se agachó y extendió su pierna derecha, barriéndola hacia la parte inferior del cuerpo del otro, quien lo esquivó con destreza y, al mismo tiempo, extendió una mano y atravesó su defensa. En el momento en que agarró la muñeca derecha del joven, lo forzó a volverse, quedando medio ladeado en el pecho del hombre.

Pero Tang Mo no se quedó quieto. En el momento en que sintió que era arrastrado hacia el otro, le agarró también el brazo derecho.

Todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos. Los dos se limitaron mutuamente. No obstante, Tang Mo movió su mano izquierda y pisó el pie del hombre, quien lo soltó y retrocedió un paso, quedando así detrás de un pilar y evitando el ataque. Entonces, sin descansar, el joven se dio la vuelta y corrió hacia la sombrilla que había lanzado al suelo, tras lo que apuntó al cuello del hombre con el extremo afilado. Al mismo tiempo, una daga militar alcanzó su vientre a una velocidad que el ojo humano no podía seguir.

Los movimientos de los dos se detuvieron.

En la oscuridad, escuchaba una respiración leve en su oído.

Las voces de algunos miembros de Ataque se oían desde una escalera en la distancia. Subieron con prisa sin parar en el segundo piso. Tang Mo continuaba sosteniendo el mango del paraguas, mientras que la afilada hoja de la daga aún presionaba contra su bajo vientre.

—Señor Fu, cuánto tiempo sin verle —dijo indiferente, acercando la punta de la pequeña sombrilla a la garganta del hombre.

—Mucho tiempo sin verte, Tang Mo —respondió Fu Wenduo con una sonrisa.

♦ ♦ ♦

La autora tiene algo que decir:

Muchos años después, al recordar este encuentro.

Tang Tang: No sabía que estaría con él. Es justo decir que ambos vimos la luz. [Cara de póker]

Viejo Fu: Cuando conocí a mi esposa, le apasionaba transformarse en una chica mágica. Me enamoré de él en ese momento. [No realmente]


Shisai
¡Ufff! En vez de saludarse, podrían haberse besado. Bueno, no aún, ¿pero podrían considerarlo la próxima vez?

2 respuestas a “La Tierra está en línea – Capítulo 47: Señor Fu, cuánto tiempo sin verle”

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