Traducido por Shisai
Editado por Meli
Una vez terminadas las palabras de la torre negra, las cuatro personas que estaban en la sala de la cabaña junto al muelle, se quedaron en su sitio y se miraron con asombro. Era el amanecer y Lin Yi acechaba el circo, observando cualquier movimiento en el interior. Las otras cuatro personas iban a buscar en los alrededores del lugar donde el Señor B desapareció el día anterior. Todavía no habían salido cuando recibieron la pista de la torre negra.
—¿Han oído el aviso de la torre negra hace un momento? —habló el hombre de las gafas y los demás asintieron—. Hoy es el segundo día y la noche sorpresa del Circo Extraño tendrá lugar seis días después, con la activación del «Desprecio de los Detectives», la posición del monstruo se anunciará dos veces en los próximos seis días —dijo el hombre de las gafas.
—Capitán, ¿esto significa que no necesitamos buscar al monstruo hoy? —preguntó el viejo Li.
—No —contestó el aludido—. Que la torre negra nos de esta pista puede significar tres cosas: primero, que activamos este efecto porque estamos en desventaja; segundo, si la torre negra da la ubicación del monstruo…
Dejó de hablar y se dirigió a la mesa donde estaba dibujado el mapa y el círculo donde planeaban ir buscar al Señor B. Después de pensar por mucho tiempo, continuó con su explicación:
—Dado que la torre negra nos dirá la ubicación del monstruo, eso demuestra que hay un 80% de posibilidades de que no podamos encontrarlo por nuestra cuenta —Borró el círculo dibujado—. El monstruo no está aquí en absoluto. La fuerza del Señor B está más allá de mi imaginación. No desapareció aquí porque escondió al monstruo cerca, sino porque el lugar le permitió desaparecer.
—Capitán, ¿qué significa eso?
—Viejo Li, ayer la pequeña Yi y tú siguieron al Señor B. En el muelle, todos vimos que el carruaje del monstruo era muy pesado. Con cada paso, el carruaje dejaba profundas huellas que eran fáciles de rastrear. ¿Verdad?
—Sí. —asintió el viejo Li—. El monstruo es grande y pesado. Todo el mundo en el muelle lo vio.
—El Señor B debió dejar huellas en el suelo… —El hombre de gafas, señaló el lugar donde desapareció—. Sobre todo en calles de tierra, pero eligió una calle de piedra.
—Desapareció allí porque no quería dejar ninguna huella para que lo siguiéramos —asintió el viejo Li.
—Subestimé la fuerza del Señor B —se culpó el hombre de las gafas—. El monstruo puede estar en cualquier lugar de la capital subterránea y la torre negra cree que no podremos encontrarlo en tres días. El escondite actual del Señor B debe ser un lugar que esté cerca de un camino de piedra. Viejo Li, pequeño Chen, hermano Hao, en los próximos tres días, seguiremos todos los caminos de piedra de la capital. Tal vez podamos encontrar al Señor A, al Señor B y al monstruo.
—¡Está bien!
—Capitán, usted dijo que el «Desprecio de los Detectives» apunta a tres cosas pero solo dijo dos —dijo el pequeño Chen—. ¿Cuál es la tercera cosa?
—¿No has oído decir a la torre negra que el Señor A y el Señor B están jugando con veintiún jugadores? —Se acomodó las gafas y suspiró—. Éramos veintitrés, eso significa que… el hombre en el muelle tenía un compañero y que ambos fueron asesinados.
♦ ♦ ♦
En el segundo piso de un edificio abandonado, Wang Yinggui se despertó, abrió los ojos y solo vió oscuridad. Estaba tan asustado que quiso levantarse y salir corriendo. Sin embargo, al poner su mano en el suelo, chocó con algo. Gritó y cayó hacia atrás.
¡Fui atrapado por el Señor A!, recordó que ayer, en el muelle, el Señor B lo había mirado y él, asustado, había corrido hacia donde estaba su compañero, solo para ser capturados.
No podía entenderlo. Sin hacer nada en especial, habían descubierto su identidad con una sola mirada.
¿Podría tener un marcador de identificación como ellos? No, no había notado ninguna marca como la del Señor A o el Señor B sobre su cabeza.
Estaba desconcertado. Después de ser descubiertos, en menos de un minuto, fueron dominados por el Señor A.
—No, el viejo Niao y yo fingimos no reconocerlos. ¿Cómo están tan seguros de que somos jugadores y que somos ladrones? —Wang Yinggui pensó durante mucho—. Espera, ¿dónde estoy? ¿Estoy muerto? No, no estoy muerto. Todavía estoy vivo.
Se estiró en la oscuridad y notó que estaba en una jaula, tan pequeña que no podía levantarse sin golpearse la cabeza.
—¿Viejo Niao? —susurró y cuando el silencio le respondió, volvió a preguntar en voz alta—: Viejo Niao, viejo Niao, ¿estás ahí? Viejo Niao…
Después de gritar durante mucho tiempo, un sordo ronquido se silenció, su compañero había despertado y Wang Yinggui le contó la situación actual.
—Yo también estoy encerrado en una pequeña jaula en la que no puedo ponerme de pie.
—¿Dónde diablos estamos? ¿Por qué no nos han matado?
—¡No nos ha matado porque aún le sirvamos de algo! —contestó el viejo Niao después de devanarse los sesos—: A las personas clandestinas no les gusta comer jugadores como a los monstruos. ¡Deben pretender vendernos por dinero! En la instancia de reunión de la Taberna Banana del mes pasado, el vino de plátano se elaboraba con cadáveres. Deben habernos vendido allí. Esto es un lío, viejo Ying.
Wang Yinggui estaba preocupado e iba a consolar a su compañero, pero entonces oyó un sonido extraño. Parecía haber algo golpeando el suelo y moviéndose hacia ellos. Debía ser un monstruo. Sus pasos golpearon el suelo, haciendo que sus jaulas temblaran ligeramente.
—¿Has oído eso? —preguntó Ying y tragó saliva.
—Sí, lo he oído.
—¿Qué es?
—No sé, parece… —Su voz se pausó debido a la cercanía de los pasos, su visión no había evolucionado para ver en la oscuridad y no podía apreciar nada a su alrededor.
Los dos hombres gritaron horrorizados, y sus voces hicieron que la cosa se excitara aún más. Comenzó a utilizar sus jaulas como juguetes, lanzándolos al aire antes de atraparlos.
Tang Mo había fruncido el ceño cuando oyó al viejo Niao decir que los vendieron. Sacudió la cabeza con impotencia cuando escuchó los gritos de los dos hombres con los que jugaba el monstruo.
—Tan ingenuos, incluso después de que la tierra se pusiera en línea… son estúpidos, ¿cómo lograron despejar el primer piso de la torre negra? Su suerte debe ser muy buena.
No eran muy fuertes y solo estaban en el nivel medio de la organización Ataque. Algo que tenían quienes superaban el primer piso de la torre negra. Por eso, Chen Shanshan y los otros jugadores (incluyendo a Jack y Tang Qiao) tenían órdenes estrictas de Luo Fengcheng de solo desafiar la torre negra dentro de dos meses para evitar cualquier accidente.
Esos dos jugadores no eran fuertes ni demasiado inteligentes. Era probable que se encontraran con un buen compañero de equipo que los ayudó a despejar el piso.
Y ahora, tenían suerte de que sus captores no fueran de la gente clandestina. Los verdaderos subterráneos los matarían en lugar de encerrarlos.
Matarlos era la mejor opción, pero Tang Mo y Fu Wenduo no eligieron este camino. Aunque sus miserables gritos hicieron dudar a Tang Mo de su elección.
Al mediodía, Fu Wenduo volvió del exterior.
—¿Cómo es? —preguntó Tang Mo en cuanto lo vio.
—Hay alrededor de tres personas. —Su voz salió a través del pesado casco—. Dos están bien escondidos y no pude verlos bien ni saber su ubicación específica. Uno es un hombre de mediana edad —Cogió una piedra del suelo e hizo un sencillo mapa en la pared, marcó cada posición con claridad—. Aquí y aquí, hay dos personas escondidas. —Dibujó un pequeño edificio de tres pisos detrás del circo—. Aquí, el hombre de mediana edad se esconde en el tercer piso.
—¿Te han visto?
—La persona que se esconde en este lugar probablemente me vio —Señaló un arbusto junto a la plaza—. Cuando salí del circo, quiso seguirme pero la perdí.
Debido a que la torre activó el «Desprecio de los Detectives» su plan original de esconderse hasta el séptimo día tuvo que cambiar. Ahora, Fu Wenduo había ido a inspeccionar para detectar a los jugadores que vigilaban cada movimiento del circo.
—Solo hay tres personas. Pero quedan diecinueve jugadores —Tang Mo habló en voz baja para que los otros dos no escucharan—. Asumiendo que estas tres personas tengan tres o cuatro miembros en su equipo, aún quedan nueve personas que no están vigilando el circo. ¿Qué están pensando?
—Quizás haya un equipo con cinco o seis personas —respondió Fu Wenduo.
—Cinco personas son posibles, pero es demasiado difícil formar un equipo de seis jugadores que hayan superado el primer piso. Tal vez haya uno de cinco personas y quizás dos más hayan renunciado a vigilar el circo. —Agarró una piedra y dibujó en la pared—. Estas tres personas pueden contarse como once. Todavía quedan ocho. Debe haber dos o tres equipos que no estén vigilando el circo
Tang Mo miró los números de la pared y se quedó pensativo. Giró lentamente la cabeza y miró a Fu Wenduo, no podía verle la cara debido a la armadura, pero tenía la impresión de que este también lo miraba.
—¿Qué circunstancias les harían abandonar la vigilancia de un lugar tan obvio?
—No pueden moverse libremente o están muertos —inquirió Fu Wenduo y ante el silencio de su compañero, prosiguió—: Es extraño que dos o tres equipos renuncien a vigilar el circo. Si fuera yo, haría que la gente fuera allí temprano y acechara por la noche. —Trazó un círculo de un kilómetro alrededor del circo—. Podría ser posible con una o dos personas, pero que siete u ocho personas no lo hagan, no es normal.
—¿Crees que están encarcelados o muertos? —preguntó Tang Mo.
—Están muertos —aseguró sin inmutarse.
♦ ♦ ♦
El hombre de las gafas y el viejo Li, buscaron con cuidado a lo largo de todos los caminos de piedra de la capital del Reino Subterráneo y no encontraron nada.
Solo había ocho caminos de piedra, pero se trataba de las carreteras principales del Reino Subterráneo y estaban abarrotadas. Era difícil encontrar alguna anomalía. Los dos volvieron a la cabaña junto al muelle, media hora después llegó el grupo el pequeño Chen y media hora más tarde, una joven polvorienta saltó por la ventana.
—El capitán y yo encontramos tres caminos sin anomalías. Las personas clandestinas parecen no reconocernos, pero no nos atrevimos a pedirles información. Así que, no pudimos encontrar nada. ¿Y ustedes? —dijo el viejo Li.
—Nada —contestó el pequeño Chen y negó con la cabeza.
—He visto al Señor A —declaró Lin Yi, los ojos de los cuatro hombres se dirigieron a ella—. Lleva una armadura y un casco en la cara, así que no pude ver su aspecto. Ha ido al circo esta mañana temprano, colándose por la puerta trasera. Lo vi por casualidad, gracias a mi habilidad que se inclina por el sigilo. Lo seguí, pero él me notó y lo perdí de inmediato.
—¿Qué hizo en el circo? ¿Y el monstruo? —le preguntó el hombre de las gafas.
—No vi al monstruo. Estaba solo —respondió Lin Yi.
Los dedos del hombre de las gafas golpearon con suavidad la mesa.
—Capitán —intervino el viejo Li—, ¿por qué fue el Señor A al circo si no era para enviar al monstruo? Tiene una letra tan obvia sobre su cabeza. ¿No sabe que los jugadores podemos verla? ¿Por qué quiere colarse en el circo?
—Si no supiera lo de la letra, no se colaría por detrás para no ser visto.
—¿Qué quiere hacer?
El golpeteo de los dedos sobre la mesa era cada vez más rápido, resonando en el lugar. Los cuatro jugadores contenían la respiración, esperando la respuesta de su capitán. Tres minutos después, este suspiró con fuerza y miró a la joven.
—Pequeña Yi, no vayas allí mañana. El Señor A te ha encontrado. Hoy fue al circo para ver cuántos equipos intentan robar al monstruo. Están recogiendo información sobre los jugadores.
—Capitán, ¿ he sido expuesta?
—Sí, por eso no hace falta ir al circo para vigilarlo. Mañana seguiremos buscando en todos los caminos de piedra para ver si descubrimos algo. Pasado mañana, la torre negra nos dirá la ubicación del monstruo. Debemos guardar energía para una gran batalla.
—El Señor A es fuerte. Una vez que descubrió que le seguía, se movió a gran velocidad. Es un enemigo poderoso —añadió Lin Yi.
—El enemigo del que hablo no es solo el Señor A y el Señor B. —Todos lo miraron y él dejó de golpear la mesa—. Incluyéndonos a nosotros, había tres grupos viendo el circo. El primer día, cuatro personas siguieron al Señor B y ahora solo hay tres. Al menos diez personas no fueron a vigilar. Algo debe haber pasado para que todos ellos no aparecieran.
—Capitán, ¿qué ha pasado? —preguntó nervioso el pequeño Chen.
—No lo sé. Pero siento… que no es bueno.
♦ ♦ ♦
Pronto llegó el tercer día de la instancia, faltaban solo cuatro días para la noche sorpresa del Circo Extraño.
El hombre de las gafas y el viejo Li buscaban en el séptimo camino de piedra cuando se detuvieron y observaron la multitud reunida en la distancia. Con cautela y fingiendo ser gente clandestina, se acercaron a ver qué pasaba.
Con incredulidad, observaron a tres humanos que pendían de un alero. Tenían el vientre abierto y sus órganos internos colgando. Los intestinos de uno de ellos llegaban hasta el suelo, y se balanceaban con el aire que soplaba.
El viejo Li sintió un hervor en el estómago y estuvo a punto de vomitar.
La gente alrededor salivaba al verlos.
—Son tres jugadores humanos. Por desgracia, están muertos y su carne no es fresca.
—Si no es fresco, no lo comas.
—¡Yo lo vi primero y quiero comerlos!
Después de mucho tiempo, los tres cuerpos fueron bajados del alero. Los subterráneos separaron los miembros de los tres hombres y comenzaron a morderlos. El viejo Li sintió náuseas y apartó la mirada. El hombre de las gafas quiso revisar los cuerpos, sin embargo, en cuanto vio que se los comían, se puso pálido y se dio la vuelta para marcharse.
—Capitán, ¿no quiere vomitar? —le preguntó el viejo.
No le respondió y siguió avanzando. Una vez que giraron en un callejón alejado, empezó a vomitar.
El viejo Li también vomitó hasta que solo escupió agua ácida.
—¡Joder!, estas personas clandestinas solo quieren matar y comer, ¿por qué necesitaban cortarles las barrigas y colgarlos como si fuese un espectáculo? Parecen personas, pero ¡son monstruos! —gritó con rabia.
—No fueron personas clandestinas.
—¿Qué? —El viejo Li estaba aturdido.
El hombre de las gafas se limpió la boca y entrecerró los ojos.
—Hace tiempo descubrí que les gusta comer humanos tanto como a los monstruos, pero rara vez toman la iniciativa de atacar. Los cinco hemos conocido a mucha gente en el Reino Subterráneo, pero ninguno ha descubierto nuestra identidad ni ha intentado atacarnos.
—Capitán, ¿qué quiere decir?
—Fueron los jugadores quienes los mataron.
♦ ♦ ♦
Al mediodía del cuarto día en el Reino Subterráneo, el calor flotaba en el aire. Tang Mo se asomó por la ventana de un edificio abandonado y miró el sol deslumbrante. Entonces, escuchó una clara voz de niño:
¡Ding, dong! El Desprecio de los Detectives está activado.
Una luz verde salió disparada del centro del sol, dividiéndose en dieciocho partes que volaron a gran velocidad hacia la tierra. Tang Mo, aun con su visión dinámica no pudo ver hacia dónde se dirigían dieciséis rayos. Era obvio que la torre negra ocultaba la ubicación de los otros jugadores.
—¿Lo has visto? —preguntó Tang Mo, girándose hacía su compañero.
—No —respondió Fu Wenduo.
En silencio, observaron las dos luces verdes que iban hacia el edificio abandonado y se dirigieron a la jaula donde estaba el monstruo. Se escucharon los gritos de los exhaustos jugadores que habían sido asediados por el monstruo.
Los hombres agarraron las luces antes de que entraran en la jaula.
Tang Mo miró con detenimiento la luz verde. Levantó la cabeza para encontrarse con los ojos de Fu Wenduo. Los dos abrieron sus manos y las luces volaron a sus cabezas, cubriéndolos de un brillo verde.
El corazón de Tang Mo dio un salto, sabía que algo iba mal. No se dio cuenta de lo que ocurría hasta que apareció un mapa ante él, en el centro, había una señal verde que apuntaba al edificio abandonado donde se encontraban.
Pequeñas líneas de texto surgieron lentamente en el mapa.
【Efecto: Desprecio de los detectives】
【Propietario: Wang Yinggui】
【Calidad: Ninguna】
【Nivel: Ninguno】
【Ataque: Ninguno】
【Función: Muestra la ubicación del monstruo del circo.】
【Restricciones: Un objeto único que solo dura tres segundos antes de que el mapa desaparezca. Recuerda cuidadosamente la ubicación detallada.】
【Nota: ¿Quieres información sin pagar? Pequeño niño, si quieres vivir bien, tienes que tener una luz verde sobre tu cabeza.】
Tres segundos después, la luz verde sobre las cabezas de Tang Mo y Fu Wenduo desapareció.
—¿Estás listo? —preguntó Tang Mo, pero su compañero parecía ausente—. ¿Fu… Wenduo?
Este lo miró y le respondió:
—Bien.
El joven apretó los dedos. Volvió a ponerse la máscara y sonrió.
—Entonces sigamos nuestro plan… Tang Ji, nos vemos en tres horas.
Ambos desaparecieron dejando, en el centro de la sala, una enorme jaula sin nadie a su alrededor.
♦ ♦ ♦
La autora tiene algo que decir:
Tang Verde: …
Fu Verde: …
# No han hablado de amor, ser verde el uno con el otro no es un problema #