La Tierra está en línea – Capítulo 69: ¿Estoy loca o el Señor B está loco…?

Traducido por Shisai

Editado por Meli


Al mediodía del cuarto día, el «Desprecio de los Detectives» se activó y voló a las manos de todos los jugadores. En la cabaña de madera junto al muelle, el escuadrón de cinco personas también recibió la luz verde. La abrieron y vieron la marca en el mapa.

—¡Vamos!

Las cinco personas pasaron entre la multitud, abandonando el muelle.

A las 12:02, el hombre de las gafas llegó primero. Se escondió detrás de una gran piedra y observó el pequeño edificio situado a 100 metros. Extendió una mano para bloquear a sus compañeros y habló en voz baja:

—En efecto, estaba cerca de un camino de piedra. Por desgracia, no habíamos encontrado este lugar. Todavía hay dieciocho jugadores que están vivos y que tendremos que enfrentar además del Señor A y el Señor B.

—Capitán, mis habilidades son adecuadas para la investigación. Iré a ver si hay otros jugadores cerca —susurró la joven y su cuerpo cambió de forma antes de desaparecer.

—Bien, ten cuidado. —Observó el edificio y luego de tres segundos dijo—: No hay movimiento dentro. No estábamos lejos y nos trasladamos rápido. Es posible que los otros jugadores no hayan llegado todavía. Pequeño Chen, viejo Li, quédense aquí. Hermano Hao, cambiemos de posición.

—Capitán, ¿por qué quiere cambiar de posición? —preguntó el pequeño Chen.

—Es para evitar ser arrastrado. —Se levantó con el hombre de mediana edad y se fue.

Así, dos personas acechaban a la distancia, dos se acercaban al edificio y Lin Yi se movía con rapidez por los edificios.

Las casas del Reino Subterráneo, estaban una junta a la otra y eran en su mayoría pequeñas y desgastadas. Era mediodía, hacía calor y la luz del sol brillaba, pero las perezosas personas clandestinas aún dormían en la cama, sus ronquidos eran ensordecedores.

Lin Yi se sentía fuerte y casi se convirtió en una sombra. Con pasos ligeros y rápidos corrió varios kilómetros.

Entonces notó a alguien a su izquierda, se escondió en un callejón oscuro y observó. Eran tres hombres que caminaban muy rápido y vestían ropa del Reino Subterráneo. Se esforzaban por pasar desapercibidos, sin embargo, sujetaban armas en sus manos y miraban con recelo a su alrededor.

Cuando pasaron a su lado, Lin Yi dio un paso atrás y se apretó contra la pared para evitar ser descubierta, los hombres no se fijaron en ella y siguieron avanzando.

Lin Yi suspiró aliviada y salió en silencio del callejón.

—Tres personas… Hay al menos dos equipos —susurró antes de continuar con su camino.

Una hora después de que la torre negra diera a conocer la posición del monstruo. Los jugadores comenzaron a actuar.

Dos figuras entraron volando en el pequeño edificio abandonado. El hermano Hao quiso levantarse de inmediato, pero el hombre de las gafas lo retuvo.

—No te muevas. Es probable que tengan dos compañeros de equipo más, dispuestos fuera. No podemos ser descuidados. —Se quedaron tumbados en la hierba.

Un instante después, una figura más salió disparada hacia las dos primeras. El sonido de la lucha se oyó en el pequeño edificio. El hombre de las gafas cerró los ojos y puso las orejas en el suelo para escuchar.

—Maldita sea, no está aquí —se quejó una voz que provenía del edificio—. Hemos llegado tarde. El monstruo ha sido alejado por el Señor A y el Señor B.

—Nuestro muelle está a pocos kilómetros de aquí —expresó Hao, él y el hombre de las gafas estaban atónitos—. Llegamos en solo dos minutos y tomamos diferentes caminos. Capitán, ¿el Señor B es tan rápido como para enviar al monstruo lejos en tan poco tiempo?

—No te preocupes. Esperaremos —le contestó, luego de un momento de contemplación.

Un minuto después, tres figuras salieron volando del pequeño edificio. Cinco minutos más tarde, el hombre de las gafas y el hermano Hao corrieron hacia el interior, encontrando el suelo lleno de sangre.

—Todavía no se ha solidificado —confirmaron ambos, una vez que tocaron la sangre.

—Una de las tres personas debe ser de un equipo diferente, por eso lucharon —dedujo el hombre de las gafas—. Ninguno ganó la batalla y tampoco encontraron al monstruo, ni a los señores A y B.

—No es conveniente quedarse aquí por mucho tiempo. Capitán, debemos irnos.

—Un momento… —Frunció el ceño mientras observaba el lugar—. Está demasiado cerca. Nosotros bloqueamos los cuatro caminos de piedra que conducen aquí. Entonces, ¿qué método utilizó el Señor B para sacar al monstruo? El carruaje no está, pero la jaula sigue ahí. La jaula fue dejada atrás…

—¿Por qué dejaría la jaula? ¿La cambió por otra…? —preguntó Hao.

—¡Mira a tu alrededor! —le gritó.

—¿Capitán?

—Hay un 50% de probabilidades de que el Señor B no se haya llevado al monstruo. Bloqueamos todos los caminos en poco tiempo y no lo vimos arrastrar el carruaje. Es posible que el monstruo aún esté aquí, escondido en algún lugar.

El sonido de un golpe los hizo callar y prestaron atención a cualquier movimiento. Un minuto después, se escuchó una colisión. Se miraron el uno al otro y asintieron. El hermano Hao salió volando por la ventana y aterrizó en el patio del pequeño edificio. Un naipe plateado apareció en las manos del hombre de las gafas, que se escondió en la oscuridad del segundo piso del edificio.

Hao miró a su alrededor, pero no encontró ninguna anomalía.

El edificio llevaba mucho tiempo abandonado. Las flores del jardín ya se habían marchitado y caído al suelo, todo estaba lleno de malas hierbas. Se adentró en el jardín, con los ojos fijos en el árbol que había en el centro. Luego se dirigió al pequeño lago artificial de aguas no profundas.

El agua negra y turbia estaba en calma, era suave como un espejo, pero no parecía haber criaturas vivas allí. Sostuvo su daga con la vista enfocada en algo, un momento después, dio un grito estruendoso y golpeó la superficie.

El fuerte golpe separó el agua sucia en dos. En el fondo, yacían restos de peces, ramas y hojas muertas. Inspeccionó la inhóspita escena, pero no encontró nada extraño. Miró hacia el segundo piso y señaló que se iba a ir.

El hombre de las gafas observó en silencio a su compañero salir del pequeño lago y se preparó para retirarse. Entonces, su visión periférica notó algo. Hizo un movimiento con los dedos y una carta salió volando a gran velocidad, atravesó el suelo y se clavó en la tierra.

Algo salió disparado y un gemido dolor provino de debajo de la tierra.

El hermano Hao entrecerró los ojos y corrió hacia la hierba en un abrir y cerrar de ojos. Era tan fuerte como un buey, cavó en la tierra y reveló dos jaulas, dentro se encontraban dos personas desnudas que brillaban con una capa de luz. Uno de ellos tenía incrustado en el hombro el naipe que el hombre de las gafas acababa de disparar.

Dos segundos después, Hao ya había desenterrado a los dos humanos. Y un segundo más tarde, desenterró una deslumbrante letra «A».

—¡Oye, ten cuidado! —exclamó el hombre de gafas.

El hermano Hao dio dos pasos atrás, pero el caballero escondido ya había lanzado un cuchillo que le arañó el brazo y terminó golpeando y derrumbando el gran árbol en el centro del patio.

El hombre de las gafas saltó desde el segundo piso.

En el foso, los dos jugadores dentro de las jaulas estaban agotados.

Un alto caballero con armadura salió con lentitud del suelo. Había una letra A sobre su cabeza y llevaba un enorme saco al hombro en el que un monstruo se retorcía y hacía fuertes ruidos. Al escuchar el sonido, Wang Yinggui y el viejo Niao se estremecieron de miedo.

El hombre de las gafas, miró a su compañero antes de sacar una piedra blanca de su bolsillo y golpearla con fuerza. En ese instante, el viejo Li y el pequeño Chen se levantaron y corrieron hacia el edificio.

El caballero acorazado con la letra A, observó a las cuatro personas frente a él en silencio. Entonces, todos se precipitaron hacia delante y atacaron.

♦ ♦ ♦

Lin Yi vio a los tres jugadores salir del edificio. Y tras un momento de vacilación, decidió seguir al jugador solitario, estaba herido, la sangre fluía de su brazo hacia el suelo. Y tal vez, debido a su lesión, no notó que era acechado.

Cinco equipos: uno, los tres hombres que fueron colgados y devorados: dos, los dos jugadores asesinados por el Señor A y el Señor B; tres, las personas que salieron del edificio; otro más, mi equipo y por último, el equipo al que pertenece esta persona, pensó mientras trataba de recordar los rostros de todos a los que había visto.

Siguió al jugador hasta las afueras de la capital del Reino Subterráneo, la creciente maleza le ayudó a ocultarse. Cada planta era tan grande como un árbol, como en un país para gigantes.

El jugador se detuvo en una pequeña casa de piedra abandonada.

—¿Su equipo está aquí? —Aguzó la vista para ver bien a los miembros del equipo, entonces, su corazón dio un salto.

Justo cuando la mano del hombre tocó el pomo de la puerta, esta se abrió y un haz de luz plateada salió disparado a su cabeza, su cuerpo inerte se estrelló contra el suelo, en sus ojos aún reflejaban el terror.

Lin Yi dio la vuelta y corrió, pero sus movimientos no fueron tan rápidos.

—¿Había otro? —preguntó una voz desde la casa.

Su cuero cabelludo le hormigueó, sus habilidades no eran para un combate. Trató de huir, pero había dos personas fuera de la casa, esperando para atacar.

Frente a ella, un hombre calvo, alto y de aspecto poderoso atravesó la enorme maleza, la miró con desprecio. A su izquierda, una bonita adolescente con un abrigo rojo la vió de pies a cabeza con curiosidad por un minuto.

—¡Quiero su cabeza! —gritó entusiasmada la adolescente—. Sacarle los ojos y el cerebro, que será, sin duda, el mejor nido para mis bichos.

Lin Yi giró a la derecha.

—¿Todavía quieres correr? —se burló el calvo.

Un hombre de mediana edad corrió desde la casa y arrojó innumerables cuchillos hacia Lin Yi.

El calvo rugió y se golpeó el pecho. Una gruesa piel de oso pardo creció en su cabeza. Utilizó sus manos como pies y corrió hacia la joven.

Lin Yi esquivó los cuchillos, pero el oso aún le seguía con gran agilidad. Miles de langostas negras volaron a gran velocidad hacia ella, destruyendo toda la vegetación a su paso.

A punto de ser mordida, sacó un cuchillo y se giró para enfrentar a los bichos, entonces, una sombrilla rosa apareció frente a ella, dejándola estupefacta. Le pareció escuchar la palabra «transformación».

Los insectos chocaron contra la sombrilla y cambiaron la dirección de su vuelo para volver a atacar. El sonido de los insectos le provocó tinnitus.

Meli
La tinnitus es la sensación auditiva que consiste en percibir sonidos que no proceden de fuentes externas. Yo no sabía qué era XD

—¡Abuelo! —gritó una voz.

Aturdida, Lin Yi observó un poderoso fuego que incendió el enjambre de insectos, haciendo bramar a la hermosa adolescente. El hombre de mediana edad arrojó sus cuchillos, pero fueron bloqueados por la sombrilla de Tang Mo.

El hombre oso golpeó la rosada sombrilla con sus extremidades y los cuerpos de Tang Mo y Lin Yi se impactaron con violencia contra el suelo.

Lin Yi tosió sangre, Tang Mo se tragó el sabor amargo y dulce de su boca. Levantó la vista y observó al hombre oso que rugía con ira.

—¡Mátalo! —gritó la adolescente—. ¡Ese hijo de puta del Señor B ha matado a mis insectos! ¡Lo quiero muerto!

Los cuchillos de plata, sinfín, fueron arrojados a puntos fatales. Las langostas, desde el suelo reanudaron su ataque.

Sin embargo, el verdadero problema era el calvo. No era muy rápido, pero su fuerza corporal era superior a la de Fu Wenduo.

La sombrilla temblaba con cada uno de sus ataques y la tierra donde golpeaba se agrietaba, pero sus poco ágiles movimientos, fueron evadidos con facilidad por Tang Mo.

Al notar que la adolescente planeaba enfrentar a Lin Yi, aún tendida en el suelo, abrió su pequeña sombrilla y se la lanzó, ella la cogió e imitando sus movimientos, bloqueó a los insectos y huyó del lugar.

La adolescente volvió a ocuparse de Tang Mo, que movió la cabeza a tiempo, para esquivar el puño del calvo, y contraatacó, sacó un fósforo gigante y lo usó para golpearle el cuello. El hombre rugió, pero cuando iba a ser ser golpeado en la cabeza, se escuchó una fría voz femenina decir:

—¡Jaque mate!

En crisis, Tang Mo brincó, y evitó una bala, del tamaño de un pulgar, que se incrustó en la cabeza del fósforo gigante.

¡Son cuatro personas!

Tang Mo se dio la vuelta y corrió, no tan rápido como Lin Yi, pero sus agresores no reaccionaron a tiempo para darle alcance.

La cabeza del calvo estaba torcida en una postura excéntrica, el hombre de mediana edad, se la retorció con fuerza.

—¡Debo matarlo, debo matarlo! —gritó el calvo, mientras la piel de oso desaparecía de su rostro.

—De hecho, —dijo una mujer de pelo corto—, el Señor B casi te mata hace un momento.

—¡Yo también quiero matarlo! Aniquiló a más de novecientos insectos. ¡Lo mataré! Esta vez no estábamos preparados, pero no volverá a escapar. Podemos hacerlo, no es tan fuerte. ¿Por qué lo subestimaron? ¡Deberías haberlo golpeado en la cabeza! —gritó la adolescente.

—Y tú, ¿qué estabas haciendo? ¡Deberías haber hecho que tus insectos le arrancaran los ojos! —le reclamó el calvo.

—¡Tú…!

♦ ♦ ♦

Lin Yi corrió durante media hora por la interminable maleza antes de detenerse a descansar contra un árbol.

—¿Cómo podría el Señor B salvarme?

Miró la sombrilla rosa y recordó la apariencia del Señor B: tenía una pluma gris en el sombrero y la máscara le tapaba la mitad de la cara; era alto y delgado. Su mirada siempre serena durante todo el ataque.

¿Por qué me dio este paraguas?

—¿Estoy loca o el Señor B está loco…? —murmuró—. Je, je, ¿quién es el loco? —se respondió a sí misma—. No estoy loca. Él está loco…

Sacó su cuchillo y se giró para mirar al Señor B, que se apoyaba en un naranjo y le sonreía como un psicópata. Lin Yi se sintió enferma ante esa expresión de burla maliciosa.

No sabía cómo enfrentarlo. La había salvado e incluso le dió un arma. Dudó antes de decidir darle las gracias. Inclinó la cabeza y notó un trozo de seda que colgaba de la mano de Tang Mo y que estaba pegado a la espalda de ella.

Lo miró sorprendida,

—Es dulce, chicle de fresa que no se puede quitar —le explicó a la mujer, imitando la actitud de Bai Ruoyao—. No puedes escapar. Esto es… ¿como un amor que nunca terminará?

Su tono de voz le puso la piel de gallina, cualquier sentimiento de gratitud se extinguió en ella.

—¿Me pegaste esta cosa para saber dónde estaba?

Así fue como el Señor B me encontró a pesar de que corrí durante treinta minutos, Lin Yi sintió frío.

—Lo hice —contestó con una sonrisa.

—¿Q-Qué quieres hacer? —preguntó con la voz temblorosa—. ¿No acabas de salvarme…?

—Si te salvo, ¿significa que no puedo atraparte? —Sonrió y en un parpadeo se posicionó al lado de Lin Yi.

—¡Joder! —exclamó antes de desmayarse por el golpe en el cuello que le propinó el monstruo de la torre negra.

♦ ♦ ♦

La autora tiene algo que decir:

Tang Tang: Si te salvo, ¿significa que no puedo atraparte? [Sonrisa de Persona Yao]

Persona Yao: Mi amigo, sonrió así. Je, je, je, je…

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