La Tierra está en línea – Capítulo 78: Se siente como una novia que se muestra sin maquillaje a su novio

Traducido por Shisai

Editado por Meli


Antes de la llegada de la primavera y su temperaturas cálidas, hubo una gran cantidad de lluvias en la zona de Jiangnan.

Tang Mo bajó la ventanilla, miró los señalamientos a ambos lados de la carretera y los letreros de cada edificio hasta saber dónde estaban.

—Gira a la izquierda en la siguiente intersección. —Fu Wenduo siguió la indicación y condujo hacia el oeste.

Gracias a las señales de tránsito, el ex bibliotecario ya no necesitó del mapa. Había crecido en Suzhou y era un hombre de la provincia de Jiangsu, pero nunca había estado en Nanjing. No era un idiota con las direcciones, pero no se atrevió a aventurarse en un lugar desconocido, los mismo le pasaba a Fu Wenduo, que condujo muy despacio por la amplia carretera porque solo había estado en Nanjing una vez.

Esquivaron los coches que bloqueaban el acceso a la bulliciosa ciudad. Los edificios a ambos lados de la carretera se volvieron más densos y cada vez había más gente. Tang Mo observó por la ventanilla a los que caminaban.

Era la una de la tarde. Redujeron la velocidad del todoterreno.

—Algo va mal —declaró Fu Wenduo, echando un vistazo a su compañero.

—No puedo decir que haya algo malo en la ciudad, —le contestó, tras un momento de reflexión—. Solo que…, es un poco extraña. No creo haber visto tanta gente en Shanghai.

Tang Mo miró hacia adelante, donde tres hombres de mediana edad salían de un edificio con grandes bolsas, entonces continuó:

—Por la noche, no hay nadie en las calles de Shanghai. A las seis de la tarde ya no existe el temor de entrar en el juego de repente, pero hay jugadores que roban y matan a otros. La gente no sale por la noche por el peligro que representa la raza humana.

Incluso ellos habían optado por descansar en la noche y solo actuar durante el día.

—No había tanta gente en Beijing durante el día —comentó Fu Wenduo.

—Sí, Shanghai es igual. Todo el mundo se esconde en los edificios por la noche y no hay mucha gente en la calle durante el día. Los jugadores de Nanjing…, son más valientes y atrevidos. Sus expresiones no parecen estar fingiendo. No les preocupa ser atacados por polizones u otros jugadores. —Señaló a los tres hombres de mediana edad que pasaban junto a ellos—. Son jugadores de reserva.

El mayor los miró por el espejo retrovisor. Observó sus posturas, la forma en que caminaban, su velocidad, los músculos de la espalda y los de la cintura.

—Sí, así debe ser. No han experimentado muchas batallas y su mejora física no es muy alta.

—Luo Fengcheng calculó una vez que la proporción de supervivientes es de: un cinco por ciento de jugadores oficiales, cinco por ciento de polizones y noventa por ciento de jugadores de reserva. De los más de ochenta jugadores que viven en el centro comercial, sede de la organización “Ataque”, solo uno es oficial y se sospecha que otro es un polizón. El resto son jugadores de reserva.

»Hace cuatro meses, había un total de cuatrocientos noventa millones de jugadores en el mundo. El 1 de enero, la torre negra se actualizó a la versión 2.0 y había más de cien millones de jugadores en todo el mundo. Han pasado dos meses y se estima que el número se ha reducido. La mayoría de los muertos deberían ser jugadores de reserva, pero siguen ocupando la mayoría. Su base es demasiado grande.

Fu Wenduo frenó de golpe. El cuerpo de Tang Mo quedó sujeto con fuerza por el cinturón de seguridad, evitando que saliera disparado del coche. El joven levantó la vista y vio a las dos chicas, sorprendidas, que habían salido de la nada.

Los miraron con recelo. Una de ellas, con cola de caballo, agarró la mano de su amiga y salieron corriendo.

Tang Mo las observó huir mientras Fu Wenduo volvía a poner en marcha el vehículo.

—Deambulan por la calle sin la menor precaución. —Sus dedos golpearon el volante.

Sus palabras hicieron reflexionar a su compañero, quien repasó mentalmente su recorrido en la ciudad. No se encontraron a muchos jugadores de las treinta personas que habían visto en total. Sin embargo, era imposible ver esa cantidad en Shanghai. Podría caminar por las zonas más prósperas durante el día y no podía encontrarse ni con veinte. Luego de un largo tiempo, al fin concluyó:

—Los jugadores de reserva de Nanjing están protegidos por algo. —Su expresión era serena.

—¿Estás seguro? —inquirió, levantando una ceja mientras lo veía a través del espejo, sabía que no era una simple especulación.

—No, solo tengo un presentimiento. —Tang Mo sonrió y se recostó en su asiento.

No le comentó que gracias a la habilidad de pensamiento super intelectual de Chen Shanshan, cada vez que emitía un juicio, tenía una tasa de precisión del diez por ciento. Después de todo, era solo su sensación y no podía garantizar la certeza.

—La mayoría de las personas que hemos visto deben ser reservas. Los jugadores de reserva caminan con tanta facilidad por las calles y no tienen miedo de que pasen dos extranjeros. Eso significa que confían en algo o alguien que les permita estar tan relajados —explicó.

Tang Mo pensó que su suposición era exagerada, necesitaba más información para probarlo.

—Yo también lo creo —murmuró Fu Wenduo.

El joven se quedó atónito y se volvió para mirarlo, conducía el coche con una mano y prestaba atención a las señales de tránsito en la distancia.

—Todos los jugadores oficiales, al igual que los polizones, deben tener una habilidad; tal vez los jugadores de la reserva que despejen el primer piso de la torre tengan una también. Si hay uno o varios de reserva que sean muy fuertes y dominen Nanjing, pueden proteger a otras reservas. Incluso si no lo hicieran, los otros podrían tomarlo como ejemplo y no tener miedo de andar por la ciudad —Sin dejar de conducir, Fu Wenduo extendió la mano derecha y tocó la pierna de Tang Mo—. ¿Y el mapa?

El joven parpadeó, miró hacia abajo. Las yemas de los dedos del polizón tocaban el mapa que estaba colocado en sus piernas. El calor del tacto atravesaba los vaqueros, demasiado cerca de cierto lugar.

Incómodo, movió las piernas hacia atrás, se lamió los labios y entregó el mapa.

—¿Querías el mapa? —preguntó.

El polizón observó el mapa luego el señalamiento que había sobre él y dio un giro de ciento ochenta grados en el siguiente cruce.

—¿Qué pasa? —le preguntó con el ceño fruncido.

Fu Wenduo dejó a un lado el mapa y se volvió para mirarlo. Sonrió y señaló el enorme logotipo de una empresa que estaba a su lado. Tang Mo siguió la dirección del dedo y se sorprendió.

—Está aquí —declaró el mayor.

Aparcaron en la puerta de la empresa antes de entrar en el alto edificio de cuarenta y tres plantas, abandonado desde hace tiempo.

Al frente había una fuente seca. Sin electricidad para mantenerla, el agua del interior se había vuelto turbia y verde. Fu Wenduo abrió el pequeño libro del mostrador y buscó en su interior por un momento antes de decir:

—Está en el piso cuarenta y dos.

—¿T-Tenemos que subir las escaleras?

—¿Quieres subir en el ascensor?

Por fortuna, su estado físico había mejorado mucho después de que la tierra se pusiese en línea. Cuando el ex bibliotecario llegó al piso cuarenta y dos, casi no le faltaba el aire y tenía las pantorrillas un poco apretadas. Nunca había escalado un edificio tan alto.

—Fu Wensheng… —murmuró. El nombre era demasiado parecido al suyo, así que corrigió—: El abuelo de mi primo empezó en Nanjing desde cero, con su único hijo y una hija. No sé dónde vive su familia, pero conozco su empresa. Buscaremos en la oficina de mi tío y quizá encontremos la dirección de su casa.

De camino a Nanjing, Fu Wenduo se dio cuenta de que no conocía la dirección de la casa de Fu Wensheng, pero dedujo que estuvo en Nanjing durante las vacaciones y que quizás se vio obligado a quedarse luego de que la Tierra se conectara. Si ese era el caso, era probable que estuviera en casa de su abuelo.

Antes de salir de casa, la madre de Li Wen dejó una nota a su hijo, diciéndole que seguía viva y dónde encontrarla. Con la fama mundial de su primo, el inteligente Fu Wensheng debió también haber dejado un mensaje por si Fu Wenduo iba a buscarlo.

—Tal vez haya buena suerte. El niño podría adivinar que no sabes dónde está la casa de su abuelo y dejar información en la empresa.

Fu Wenduo abrió un cajón, miró los datos y dijo despreocupadamente:

—Puede que no quiera verme.

—¿Por qué? —preguntó atónito.

El militar cerró los cajones. Luego levantó la vista y le sonrió a su compañero.

—Fui un ignorante cuando era más joven y lo intimidé.

Tang Mo no podía ni imaginarlo, no obstante, cuanto más tiempo pasaba con él, más sentía que esta persona era… retorcida. A diferencia de su apariencia fuerte y fiable, Fu Wenduo hacía bromas extrañas. Interpretaba a un macho fuerte, que hacía que se sintiera como la novia que se muestra sin maquillaje a su novio.

Creía que Fu Wenduo era de ese tipo de chicos.

Buscó en un carpeta y sin pensarlo, le preguntó:

—¿Cómo te llevas con las chicas?

¿Cómo podían soportarlo?

Fu Wenduo Detuvo sus acciones y se volvió.

—No quería decir nada con eso —se excusó, en cuanto se percató de su imprudencia—. Solo estaba hablando casualmente.

—¿Por qué debería llevarme bien con las chicas?

—¿Eh? —Estaba perplejo.

¿Eso significa que…?

Fu Wenduo interrumpió sus cavilaciones:

—Las únicas personas de mi generación somos Fu Wensheng y yo. En la generación de mi padre tampoco hay mujeres. No he necesitado relacionarme con chicas desde que era un niño. Después, al entrar en el ejército, no había mujeres.

Por un momento supuso que no necesitaba llevarse bien con las mujeres porque no le gustaban. Suspiró aliviado y explicó:

—No quería decir eso —concluyó y tomó una gruesa carpeta para revisarla.

A medida que su estado de ánimo se iba calmando, Tang Mo sintió que tras pasar mucho tiempo con el otro, ya se había contagiado de su extraño aire.

Siguieron buscando pistas. Por desgracia, dieron la vuelta a toda la oficina y no encontraron ninguna información sobre la dirección.

—Si no hay nada en esta planta, es probable que las demás no tengan nada. Miraré en el despacho del subdirector general de fuera —propuso el polizón.

—Iré a la oficina del secretario.

Una hora más tarde, Tang Mo regresó primero. Esperó un rato por su compañero. Solo con una mirada, se transmitieron sus pensamientos.

—¿Qué hacemos si no lo encontramos? —preguntó el joven, rompiendo el silencio.

—Vamos a buscar durante unos días más —contestó de forma tranquila—. Si no podemos encontrarlo, iremos a Beijing.

Nanjing era una ciudad demasiado grande. Incluso si la población se redujo después de que la Tierra se pusiera en línea, no había garantía de que pudieran encontrar a una sola persona, sin mencionar que no sabían si Fu Wensheng seguía ahí. Además,Tang Mo quería ir a Beijing a buscar a su amigo.

Fu Wenduo continuó hurgando en la oficina en silencio. Volcó la papelera y buscó pistas. Sin embargo, no era más que un montón de papel usado sin ninguna información.

El joven lo miró antes de seguir buscando también. Dieron otra vez la vuelta al lugar y, para cuando terminaron, el cielo estaba oscuro.

—Nanjing no debe tener muchas zonas residenciales ricas. Mañana podemos ir a esos lugares a buscar —propuso el joven.

El polizón estaba de pie ante la enorme mesa de caoba, miraba una foto que había sobre esta. Era el retrato familiar de Fu Wensheng, se veía diferente al niño que Tang Mo conoció. En la imagen solo tenía ocho o nueve años y el lindo joven mostraba una brillante sonrisa. El hombre y la mujer que estaban a su lado eran probablemente sus padres. Un anciano de pelo blanco estaba en el centro de la foto mientras que un hombre de mediana edad con una cálida sonrisa estaba a la derecha.

Tang Mo pensó que su compañero estaba conmovido por la escena. Después de todo, era su familia.

—¿Ese es su abuelo… y su tío? —preguntó, pero no obtuvo respuesta.

No se le daba bien consolar a la gente, así que no volvió a hablar. En ese momento, Fu Wenduo extendió la mano y le colocó la foto frente, señalando un rascacielos en el fondo de la foto.

—¿Has visto este lugar?

Sacó una linterna y examinó con cuidado la foto.

—Me resulta un poco familiar. Me parece haberlo visto en alguna parte… —Meditó por un momento—. ¿El libro de mapas?

Sacó el objeto de su bolso y lo abrió en el mapa de Nanjing. Pasó una página más y gritó:

—¡Plaza del Nuevo Siglo! Es uno de los edificios emblemáticos de Nanjing. Esta foto debió ser tomada en la casa de tu primo. Hay una villa y este complejo de torres está detrás de ella.

Entonces comprendió que Fu Wenduo no estaba conmovido por la imagen, solo buscaba pistas en ella.

Sus esfuerzos no habían sido en balde, habían buscado durante toda la tarde, pero ya podían descansar.

El despacho era muy grande. Tang Mo se tumbó en el mullido sofá y miró el techo negro, recordando todo lo que había visto en Nanjing.

El ambiente era mejor que en Shanghai. Los jugadores de reserva caminaban por las calles a pesar del ambiente de horror de la torre negra. Esto demostraba que la ciudad tenía un cierto orden, tal vez no de una agencia gubernamental o una organización, pero definitivamente había algo. Sus pensamientos fueron hacia los hermanos Wang y formuló una pregunta en voz alta:

—¿Cuál es la conexión entre los dos…?

—¿Qué dos?

—No es nada. Solo estaba pensando en algunas cosas extrañas. Será mejor no conducir mañana. La Plaza Nuevo Siglo no está lejos de aquí y el coche es un objetivo grande y llamativo.

—Sí, ir a pie será mejor.

Fu Wenduo descansaba en el sofá de al lado. Estaban separados por una pequeña mesa de café. Sus respiraciones eran suaves y ordenadas, casi sincronizadas.

En el despacho había una cama individual. A Tang Mo no le interesaba dormir solo en ella, pero para que fuera justo, los dos descansaron en los sofás.

Al igual que cuando descansaban en el todoterreno, permanecieron en silencio. Tenían un entendimiento tácito al jugar, se comprendían uno al otro con una mirada. Sin embargo, no se conocían y no tenían idea de qué hablar.

—¿Qué edad tiene tu primo?

—Doce años, está en sexto grado.

—¿No es mucho más joven que tú? —no pudo evitar su curiosidad.

¿Cómo pudo intimidar a un niño siendo mucho mayor?

—Es catorce años más joven que yo. —Sonrió en la oscuridad, sabía el trasfondo de la pregunta—. Yo me alisté a los dieciocho años.

—¿Te alistaste a los dieciocho años?

Tang Mo recordó que a esa edad, estaba en su tercer año de secundaria y preparándose para los exámenes de la universidad. En aquella época, sus padres aún vivían.

—Fue bastante tarde. Me alisté oficialmente cuando murió mi padre —Su tono suave era muy agradable en la oscuridad.

El silencio se hizo entre ambos. A ninguno de los dos les gustaba hablar de asuntos privados. Tang Mo no hablaba de su pasado y la historia de Fu Wenduo solo se conocía por boca de Luo Fengcheng.

Había dormido hace unos días, así que no logró dormir. Después de diez minutos, se levantó y se dirigió a la ventana. La torre negra estaba suspendida sobre el río Qinhuai, era igual que las de Shanghai y Suzhou. Pesaba sobre la tierra y presionaba sobre las cabezas de todos.

Tang Mo oyó la respiración constante de su compañero, pero sabía que no estaba durmiendo. Pensó por un momento antes de decir:

—Solía ser bibliotecario en Suzhou. Nuestra biblioteca municipal estaba junto al centro de la ciudad, cerca de una famosa calle comercial llamada calle Guanqian. Es similar a la calle Nanjing en Shanghai.

El sonido de la respiración se detuvo, pero no hubo respuesta. Volvió a observar la torre negra.

—¿Eras bibliotecario? —preguntó después de mucho.

—Sí. —Sonrió—. La preparación de la carrera fue dura. El examen no fue fácil y logré graduarme con doscientos once puntos. No esperaba que apenas medio año después aparecieran, en los lugares más bulliciosos, mil veintiún torres negras en China, una cada diez mil kilómetros. La torre negra de Suzhou está a no más de doscientos metros de mi biblioteca.

—La torre negra de Beijing está suspendida sobre la plaza de Tiananmen.

—La torre negra de Shanghai está sobre el río Huangpu. Casi siempre está en el lugar más próspero. En ese medio año, solía pasar cerca de ella cada vez que tomaba el autobús para ir al trabajo. Era como un fantasma, pero antes de que la Tierra se conectará, vi una cosa, ya se lo he contado a Luo Fengcheng: la noche antes, la torre negra pareció volverse sólida por un momento.

—Tal vez no viste mal —comentó el otro.

Se centró otra vez en la lejana torre negra antes de volverse hacia el sofá para descansar. Fu Wenduo se había sentado en un momento desconocido. Tenía la espalda recta. La tenue luz de la luna y de las estrellas entraba en la oficina detrás de Tang Mo, haciendo que brillara ligeramente. El rostro del polizón estaba oculto en la oscuridad. Solo se podían ver sus ojos mirando el cuerpo de su compañero.

Tang Mo se detuvo y observó a Fu Wenduo.

—¿Qué pasa?

—Nada. —Negó con la cabeza—. Es que no esperaba que fueras bibliotecario.

—¿Estás despreciando a los bibliotecarios? —Tang Mo sonrió—. ¿Sabes quién es el mayor bibliotecario de China?

—¿El presidente…? —inquirió, justo antes de que el otro hablara. Tenía una ceja levantada.

Ambos se rieron de la broma.

Tang Mo pensó que tras la agradable noche de conversación, su relación parecía haberse estrechado, ya no era una fría interacción de compañeros de equipo. Su acercamiento podría aumentar la futura cooperación entre ambos.

A la mañana siguiente, temprano, recogieron sus cosas y la foto antes de abandonar la empresa.

—De aquí, a la Plaza del Nuevo Siglo hay unos tres kilómetros. —Tang Mo especuló—: Según la perspectiva de la foto, fue tomada del lado sur. Estamos al norte, así que la búsqueda podría llevar un tiempo.

En Nanjing, con tantos jugadores en el camino. No llamaban la atención mientras caminaban a gran velocidad cargados de bolsas. Avanzaron bajo los densos sicomoros y llegaron a la Plaza del Nuevo Siglo en quince minutos.

Tang Mo miró el mapa, su compañero la foto. Rodearon el lugar hasta encontrar el ángulo más parecido.

—La Plaza del Nuevo Siglo tiene unos ocho centímetros de altura en esta foto, mientras que la villa que hay detrás de ellos tiene seis centímetros . Está muy lejos de la Plaza del Nuevo Siglo —explicó Fu Wenduo.

—Debería ser bastante fácil de encontrar si buscamos una zona de villas, pero será una larga caminata.

Sin más preámbulos, eligieron una dirección y partieron en busca de la casa de Fu Wensheng.

Fu Wenduo tomó, inconscientemente, el exterior del camino mientras Tang Mo andaba por el interior. Las hojas de los sicomoros estaban esparcidas por el suelo, formando una gruesa alfombra que hacía ruido bajo sus pies.

Al llegar a un centro comercial abandonado, Tang Mo aminoró sus pasos gradualmente, los ojos de su compañero se entrecerraron. Era un enorme edificio de tres plantas, pero un poco más pequeño que el que ocupaba “Ataque” en Shanghai.

Tang Mo lo observó con cuidado y tras no encontrar ninguna anomalía, siguieron avanzando. Al lado del centro comercial había un supermercado, tan grande que estaba separado del centro comercial.

El joven se dirigió hacia la puerta del supermercado, entonces se detuvo y miró a Fu Wenduo:

—¿Cuánto tiempo hace que no vemos a nadie?

—Hace diecinueve minutos. El hombre y la mujer de la intersección.

—Vamos a dar un paseo —dijo Tang Mo con expresión seria.

Dieron la vuelta para marcharse, solo dieron dos pasos cuando se oyó un sonido crujiente. El joven levantó los pies y miró el lugar donde acababa de pisar. Había diminutos fragmentos blancos en el camino de piedra, parecían ser los trozos de una cáscara de huevo aplastado. Tan pequeños que eran difíciles de encontrar.

Se miraron, pero antes de que pudieran hablar, se oyó un arrullo detrás de ellos:

—Coo coo, mi niño, ¿dónde ha ido mi niño?

El ex bibliotecario se giró y vio una enorme figura blanca que volaba desde el supermercado directo hacia él. Sacó la pequeña sombrilla de su mochila y leyó el hechizo.

El gran pavo blanco se estrelló contra la pequeña sombrilla, produciendo un sonido ensordecedor. Tang Mo retrocedió medio paso por el impacto, estaba conmocionado. Se volvió hacia Fu Wenduo y rápidamente dijo:

—No puedo usar mi habilidad y mi estado físico ha disminuido.

El polizón se asustó y lo probó.

—Todavía puedo usar la mía.

El pavo blanco no se enfadó tras ser bloqueado. Se movió hacia el lado de la cáscara de huevo. El corazón del joven se detuvo.

La cáscara de huevo que pisé, ¿era el hijo del pavo?

La cáscara ya estaba rota antes de que la pisara y no había ningún polluelo dentro. Además, era un huevo normal, no uno de pavo. Sin embargo, la torre negra decidió que ese huevo había sido aplastado por Tang Mo.

—Probablemente se trata de una instancia real. Aplasté el huevo del pavo y por tanto a su hijo. No puedo usar mi habilidad, pero tú sí.

Fu Wenduo se agarró la muñeca, fijó sus ojos en el gran pavo.

El monstruo asomó su afilada boca a la cáscara de huevo y trató de olerla. Parecía sentir el aliento de su hijo muerto, como si pudiera traerlo de vuelta.

Tang Mo lo observó y sujetó la pequeña sombrilla, preparándose para luchar.

El pavo levantó la cabeza, y los pequeños ojos negros vieron a los hombres. No reaccionó la fría mirada del polizón, al parecer no era el mismo al que este había golpeado en la instancia del Zapatero de Hierro.

El gran pavo agitó sus alas y voló hacia Tang Mo.

—¡Coo, mi niño!

Fu Wenduo dio un paso y su mano derecha se convirtió en un arma oscura en un abrir y cerrar de ojos. El joven cerró la pequeña sombrilla y dirigió la punta hacia el pecho del pavo. El polizón fue más rápido que él, pero cuando su mano estaba a diez centímetros del cuello del pavo, se oyó un golpe y en el aire apareció una barrera invisible que bloqueó su ataque.

El mayor retrocedió, Tang Mo se movió hacia un lado para escapar del ataque y se dispuso a apuñalar al monstruo, pero la barrera reapareció, justo en ese momento se escuchó una estridente voz de niño:

¡Ding, dong! El jugador Tang Mo ha activado el efecto «Matricidio Loco» y recibirá el castigo de un rayo.

Un rayo plateado cayó del cielo azul. Apenas pudo levantar la pequeña sombrilla sobre su cabeza. El rayo cayó sobre el articulo y se movió hacia abajo. La intensa corriente recorrió el cuerpo de Tang Mo, haciendo que se pusiera rígido. Tragó la sangre de su boca.

El pavo aprovechó la oportunidad para levantarlo y abrazarlo contra su pecho.

—Oh, mi niño, finalmente saliste del cascarón. Mamá te ha echado de menos.

Débil por el impacto, no tuvo fuerzas para liberarse del abrazo. El monstruo lo sostuvo como si fuera un pollito, llevándolo al supermercado.

—Coo, mi adorable niño, tus hermanos y hermanas te han estado esperando durante mucho tiempo. De los siete hermanos, tú y tu hermano son los más perezosos. Ahora por fin has salido.

Tang Mo se recuperó. Apoyó las manos en el suelo y utilizó la fuerza para separarse del pavo.

—¿Mi niño? —dijo el pavo con expresión confusa.

El ex bibliotecario entendió la situación: había sido arrastrado a una extraña instancia real. Al aplastar la cáscara de huevo, se convirtió en la cría del pavo. Por eso no podía usar sus habilidades y ni atacarlo sin ser alcanzado por el rayo.

—Vamos. Caminaré solo —declaró luego de respirar profundamente.

El pavo retorció sus nalgas y arrulló felizmente, guiando el camino.

Se oyó un fuerte sonido de rotura. Tang Mo se puso rígido y giró la cabeza. Vio a un hombre alto y apuesto que sonreía. Levantó el pie de la cáscara de huevo rota y miró al gran pavo.

—¿Ahora cuento como tu hijo?

El pavo se congeló durante un segundo antes de abalanzarse apasionadamente sobre Fu Wenduo.

—¡Coo, mi niño!

¡Ding, dong! Los jugadores Tang Mo y Fu Wenduo han activado la tarea secundaria «Pequeño pavo emerge del huevo» y han entrado oficialmente en la instancia real «Un nido de oro o plata no es tan bueno como tu propio nido».

Por favor, sigan al entusiasta pavo para entrar en su nido y comenzar el juego.

♦ ♦ ♦

La autora tiene algo que decir:

Tang Tang: Eso me conmovió. Viejo Fu, ¡no deberías tener una vida solitaria!

Viejo Fu: Adivina por qué tomé la iniciativa de entrar en el juego. [Sonríe]

Shisai
¿Para mantenerse juntos?

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