La Tierra está en línea – Capítulo 92: Nanjing está demasiado lejos, ¿vamos a ir o no?

Traducido por Shisai

Editado por Meli


Las personas con cabeza de conejo eran muy rápidas, aparecieron y huyeron en solo cinco segundos. Saltaron con agilidad entre los rascacielos y en un abrir y cerrar de ojos, ya no había ninguno en la zona cercana a la plaza Xinjiekou.

Tang Mo miró la insignia de madera que tenía en la mano, se volvió hacia Xiao Jitong y se la entregó.

—Después de matar a una persona con cabeza de conejo, podemos conseguir una insignia como esta. Esta insignia tiene una «S» en ella.

Xiao Jitong recibió la insignia y los miembros del grupo la examinaron cuidadosamente.

—No sé lo que significa la letra, pero en base a la quinta regla del juego, los jugadores deben poner una sorpresa en la estación de eliminación de basura para pasar el juego —agregó Tang Mo.

—Este es un juego de coleccionar insignias mediante la caza de persona scon cabeza de conejo. Hay que recoger ocho insignias y formar la palabra sorpresa para pasar el juego —declaró Xiao Jitong y corrigió—: Esto es solo una suposición. El poder de ataque de las personas con cabeza de conejo no es fuerte. Sin embargo, será difícil atraparlas. Corren demasiado rápido y…

—Tienen la capacidad de liberarse de los accesorios —explicó Fu Wenduo y sin ahondar en detalles continuó—: La cuerda que usé es un accesorio de la torre negra y las cosas atadas por ella no pueden liberarse. La única forma de conseguir una insignia es matando a una persona con cabeza de conejo. No se pueden capturar.

—¿Estás seguro de que ninguno de nosotros puede atraparlos? —cuestionó Xiao Jitong.

—Sí —afirmó sin dar cabida a más preguntas, su relación no era tan estrecha como para brindar más información.

Chai Rong y los demás se sintieron confusos. Estudiaron la placa durante un rato antes de devolvérsela a Fu Wenduo.

Se trataba de una insignia de madera ordinaria. Era como si un principiante hubiera agarrado un trozo de madera y lo hubiera tallado con un cuchillo. Los bordes redondeados de la madera eran ásperos y la letra S estaba torcida.

—Se dispersaron en diferentes direcciones —comentó Tang Mo—. No estoy seguro de que solo haya personas con cabeza de conejo aquí. Es posible que estén en otras partes de Nanjing. Pero su número es muy pequeño. Parece que solo hay unos cientos. No sé si es prudente que todos se unan a atrapar a las personas con cabeza de conejo

—Pienso lo mismo —confirmó Xiao Jitong—. Matar a las personas con cabeza de conejo nos dará insignias. Si las buscamos juntos, el alcance de la búsqueda será menor. Su fuerza no es demasiado alta. Es mejor dividirse en equipos de tres o cuatro personas.

Los miembros del Grupo de Nanjing aceptaron la idea de inmediato. Xiao Jitong y Ningning regresarían a la base del Grupo de Estrategia para reunirse con el pequeño Qiao y los demás. En tanto Fu Wenduo y Tang Mo se dispusieron a ir a buscar y matar a las personas con cabeza de conejo para recoger las insignias.

Fu Wenduo miró a su pequeño primo que dudó un momento.

—Iré con el capitán —respondió Fu Wensheng—. Siempre he ido con él, la hermana Rong y el hermano Hao para pasar los juegos de la torre negra. Nuestro entendimiento es mayor.

La oscura mirada del mayor se posó en el niño, quien temió que no le permitiera actuar con los miembros de su grupo. Sin embargo, este se dio la vuelta para marcharse con Tang Mo. Fu Wensheng suspiró aliviado, pero escuchó a su primo susurrar:

—Ya que has tomado una decisión, asume la responsabilidad…

—Pequeño Sheng, vamos —gritó Chai Rong.

—¡Ya voy, capitán! —respondió Fu Wensheng.

Fu Wenduo y Tang Mo avanzaron por Xinjiekou, siguiendo una línea de metro para encontrar a las personas con cabeza de conejo.

En la oscura noche, podían ver a los jugadores moviéndose con premura. Miraron vigilantes cuando se los encontraron, pero no hubo conflictos. En Nanjing, incluso en una instancia de realidad a gran escala, los jugadores no cayeron en pánico ni se mataron unos a otros.

—¿Las cosas atadas por la cuerda no pueden liberarse? —preguntó Tang Mo sin rodeos una vez que estuvieron solos.

—Casi. —Fu Wenduo frunció el ceño—. Una vez que la cuerda está atada a algo, no se puede soltar por diez minutos. Yo tampoco puedo desatar la cuerda. Es una ley de causalidad.

—Bajo el efecto de la ley de causalidad, la persona con cabeza de conejo rompió tu cuerda —expuso, un poco sorprendido—. Acaso, ¿la torre negra les dio una ley de causalidad para que nunca puedan ser atados por nada? Por eso no podemos capturarlos. Solo matarlos y obtener las insignias.

—Así debe ser. Además, su ley de causalidad es más avanzada que la que tiene mi cuerda —concluyó.

Todos los accesorios y habilidades eran muy serios si estaban relacionados con la causalidad. Por ejemplo, Tang Mo tenía la habilidad de cambiar el nombre de una persona durante tres días debido al efecto de causalidad. Tanto si se trataba de alguien que lo conocía como si no, la persona era llamada por un nombre diferente. Además, cuando lo usó en sí mismo incluso las palabras de la torre negra se vieron afectadas por la ley de causalidad y se refirió a él como «Momo».

Una vez sucedido, el resultado era irreversible. Esto era lo terrible de la causalidad.

Era una contradicción. Una lanza que podía romper todos los escudos y un escudo que podía bloquear todas las lanzas. Una vez que ambos se encontraran, uno de ellos se rompería y dejaría de existir. Fue lo que pasó cuando Fu Wenduo utilizó la cuerda con la ley de causalidad «no se puede desatar» para agarrar al hombre con cabeza de conejo con la causalidad «no puede ser atado».

La expresión de Tang Mo se oscureció, para jugadores como ellos dos y los miembros del Grupo Nanjing y el Grupo de Estrategia, las personas con cabeza de conejo serían un poco difíciles de atrapar por la rapidez de sus movimientos, no obstante, para el responde los jugadores de Nanjing sería un gran problema.

—Por eso este es el juego de limpieza de basura. Solo algunos pueden matar a las personas con cabeza de conejo y conseguir una insignia. Los jugadores con poca fuerza no podrán detener las garras y los gritos de esas cosas. Y los más débiles podrían incluso morir. Algunos podrían trabajar en conjunto para tender trampas y atrapar a las personas con cabeza de conejo, sin embargo, no se pueden capturar. Solo se pueden matar.

Tang Mo podría actuar sin ayuda, pero diez jugadores ordinarios de Nanjing tendrían que trabajar juntos para matar a uno.

Una insignia para diez personas. Al principio, habría muchas personas con cabeza de conejo y los jugadores tendrían esperanza. Pero cuando solo quedara una hora, ¿qué pasaría?

Tang Mo agachó la cabeza y pensó en las nueve reglas de la torre negra. No creía que el método para superar la instancia consistiera únicamente en matar a las personas con cabeza de conejo y recoger insignias. Si ese fuera el caso, filtrar la basura sería demasiado obvio y no daría ninguna oportunidad a los jugadores.

—Si su fuerza no es suficiente, fracasarán. La torre negra no necesita hacer un juego tan complicado. Puede obligar a los jugadores débiles a atacar. Les está dando la oportunidad de vivir a través de este juego… —Se giró hacia un edificio de seis plantas situado no muy lejos, al que Fu Wenduo observaba con detenimiento—. ¿Que…?

Había un par de ojos escarlata fijos en ellos, cuando sus miradas se encontraron, la persona con cabeza de conejo se dio la vuelta para correr, saltando del edificio. Tang Mo lo persiguió. Fu Wenduo se separó en el cruce y se dirigió a la parte trasera del bloque.

Se acercaron a cien metros de distancia de su objetivo, parecía que les daba la oportunidad de alcanzarlo.

Tang Mo dobló corriendo una esquina y se encontró con tres mujeres jóvenes que gritaron de miedo al verle haciendo que siete u ocho personas más corrieran de todas direcciones.

La persona con cabeza de conejo voló desde lo alto de un edificio, saltando hacia otro.

—¡Ah! ¡Un conejo!

Unas cuantas personas nuevas, que estaban más cerca, se apresuraron a atraparla. Tang Mo entrecerró los ojos y corrió. Vio a más de media docena de personas armadas con cuchillos y pistolas, rodeando al blanco que gritaba de rabia para evitar que se le acercaran.

—Mátalo —gritó alguien con timidez y los demás atacaron.

Los hirió con sus afiladas garras y sus ásperos gritos marearon a unos jugadores. A pesar de ser muchos, la persona con cabeza de conejo, encontró una oportunidad y saltó fuera del cerco. Un jugador se percató y le disparó al pecho con su pistola.

En ese mismo instante, una figura surcó el aire, saltando por encima de las cabezas de los jugadores y volando hacia donde estaba la persona que debían matar.

La sombrilla rosa atravesó el pecho de la persona con cabeza de conejo. Tang Mo ladeó la cabeza y esquivó la bala. Aterrizó y miró la insignia de madera grabada con la letra «E» que tenía en la mano.

Los jugadores le miraron con asombro, sin entender de dónde había salido. Sus ojos se volvieron ávidos al notar la insignia de madera que sostenía.

—Esta es la insignia… —susurró una persona y se aproximó.

Se oyó un disparo y la persona retrocedió, asustado, a su lado había un profundo agujero. No muy lejos, Fu Wenduo guardó el arma, Tang Mo se acercó a él. Miraron al grupo de jugadores y se marcharon.

En una hora, recogieron un total de cinco insignias. Con tantos jugadores en Nanjing, solo habían encontrado siete conejos, dos de ellos fueron asesinados por otros jugadores y eligieron no robarles las insignias.

Llegó la segunda hora y la torre negra anunció la aparición de nuevas personas con cabeza de conejo. Tang Mo levantó la cabeza y miró a la torre negra.

—El Grupo de Nanjing dijo que hay unos veinte mil jugadores en Nanjing —habló el polizón con su profunda voz—. Todos deben ganar al menos ocho insignias, lo que significan ciento sesenta mil personas con cabeza de conejo. Debe haber trece mil personas con cabeza de conejo cada.

—¿De verdad crees que habrá tantas? —inquirió Tang Mo.

—No.

Por la noche, la torre negra parecía un monstruo oscuro que se cernía sobre Nanjing, observando las batallas que tenían lugar por toda la ciudad. Tang Mo la observó en silencio durante un rato. Luego se volvió para mirar a Fu Wenduo.

—¿Cuándo llegará más gente?

—Según las proyecciones de tiempo y distancia, los más rápidos deberían ser Zhenjiang y Chuzhou. Después, quizá vengan los de Wuxi y Changzhou. Shanghai está lejos, pero es posible que venga gente. El juego dura doce horas. Cualquiera que esté a seis horas de Nanjing puede venir.

—Es decir… Jiangsu, Zhejiang y Anhui.

♦ ♦ ♦

En el otro extremo de Nanjing, dentro de una escuela media abandonada.

Xiao Jitong oyó que la torre negra anunciaba que había aparecido el segundo lote de personas con cabeza de conejo. Se detuvo y miró a la torre gigante en la distancia.

—¿Capitán? —lo llamó el pequeño Qiao, que lo vio absorto en sus pensamientos.

—No es nada. —Xiao Jitong negó con la cabeza—. ¿Ha pasado una hora?

—Sí, son las siete en punto.

—Los jugadores de Zhenjiang deberían haber llegado. Para cuando llegue el siguiente lote, puede que lleguen también desde Anhui y otros lugares. Bien, no perdamos tiempo. Recoge primero las insignias que necesitamos.

♦ ♦ ♦

Mientras tanto, en el distrito Pudong de Shanghai.

Luo Fengcheng estaba sentado en el despacho, viendo el largo mapa triangular que había sobre la mesa. Sus dedos dibujaron la distancia entre Nanjing y Shanghai. Tang Qiao permanecía en silencio a su lado.

—No iremos —concluyó Luo Fengcheng después de tres minutos de contemplación—. Shanghai está demasiado lejos. Podríamos encontrarnos con algunas cosas o personas en el camino, lo que retrasaría el tiempo. Cuando lleguemos, será medianoche y solo nos quedarán seis horas de juego. No conocemos las reglas específicas y la gente llevaría ya seis horas participando. No merece la pena.

La mujer a su lado quiso decir algo más, pero al ver la expresión seria del investigador hizo que cerrase la boca y saliera del despacho.

♦ ♦ ♦

En un restaurante pequeño y vacío junto al Templo Jiming, en Nanjing. Tang Mo se situó detrás de la puerta y observó con calma el ambiente exterior.

—Es una recompensa única, muy atractiva, en especial para los jugadores que se verían obligados a atacar a la torre negra. Estos diez distritos fueron clasificados como los últimos, lo que indica que el nivel de los jugadores es muy bajo. Y si lo anunció a toda China no fue solo para informarles que entraron en el juego. Es para decir a otros dónde pueden participar. —Tras una pausa, Tang Mo continuó—: —Desde las 18:00 del 5 de marzo hasta las 06:00 del 6 de marzo, todos los jugadores que pongan un pie en los diez distritos mencionados serán considerados como participantes en el juego. Esta regla les dice a qué hora deben entrar.

—Para estar dispuesto a participar en un desconocido juego de la torre negra, los jugadores deben ser fuertes, ambiciosos y crueles —declaró Fu Wenduo—. Lo más probable es que vengan polizones.

—¿Nos vamos?

—Vamos —Fu Wenduo le sonrió.

En la oscura noche, un grupo de figuras negras aparecieron desde varios lugares y penetraron con sigilo en los límites de Nanjing. Quedaban once horas.

♦ ♦ ♦

La autora tiene algo que decir:

Viejo Fu: [Dispara] Sí… He oído que intentaban robar la placa de mi esposa…

El grupo de jugadores de Nanjing: [Retrocede] ¡No lo hice, te digo que no lo hice! ¡No estoy mintiendo QAQ!

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