Traducido por Shisai
Editado por Meli
En el helado y negro lago Xuanwu, más de cien silenciosas figuras humanas descendían poco a poco al lodo del fondo. La brisa nocturna soplaba sobre el agua, provocando ondas.
Tang Mo observó el lago, no vislumbró el fondo.
—El señor Fu adivinó bien. Hay ciento dos personas, cuatro de ellos eran jugadores del Grupo de Nanjing, el resto polizones y otros jugadores de Nanjing. —Xiao Jitong hizo una pausa y añadió—: Organicé dos equipos. Un equipo se dirigió al oeste y el otro al este para comprobar las estaciones de eliminación de basura. Finalmente, hace una hora, el Grupo de Estrategia y el Grupo de Nanjing, nos reunimos aquí para dirigirnos a la estación de eliminación de basura de Xinjiekou, sabíamos que habría una lucha feroz.
—En Xinjiekou, había al menos cincuenta personas esperando en los edificios altos cerca de la estación de eliminación de basura. Ellos nos dispararon al llegar —relató Tang Mo.
—Por eso nos reunimos con antelación. No pensé que al llegar a inspeccionar la última estación de eliminación de basura, ya habría tres equipos de polizones esperando. Cualquier otro se habría retirado al vernos, pero ellos parecían venir de la misma ciudad. Deben de haber formado una organización enorme. Así que luchamos con ellos aquí. —Xiao Jitong señaló un área—. En esta isla había veintinueve polizones y nosotros éramos veintidós. Eran fuertes pero teníamos las de ganar.
Fu Wensheng despejó el juego por accidente, recibió «La mirada de la basura», y una vez que la torre negra notificó a todo el mundo que el niño había ganado el juego, más del 60% de los polizones de Nanjing empezaron a buscarlo, encontrándolo al fin en los alrededores del distrito de Xuanwu.
Entonces se produjo una feroz batalla en la oscuridad.
Tang Mo cerró los ojos e imaginó el tipo de lucha que acaeció en el lugar y en la que el Grupo de Nanjing perdió a cuatro miembros de élites
—¿Acabas de decir que no son solo polizones, sino también jugadores de Nanjing? ¿Por qué te atacaron? No hay beneficios para ellos. —Xiao Jitong sonrió, el ex bibliotecario interpretó su expresión y agregó—: ¿Cuántas insignias has reunido?
—Ciento cincuenta y seis. Excluyendo el grupo que utilizó el pequeño Sheng, solo tenemos ocho juegos completos.
Los polizones atacaron a los miembros del Grupo de Nanjing porque querían atrapar a Fu Wensheng. Además, al matarlos, obtendrían sus insignias y robarían unas más. Ya habían asesinado a innumerables personas en Nanjing a quienes consideraban basura. Sin embargo, ¿por qué participaron en el ataque los jugadores de Nanjing?
Tang Mo miró detrás de Xiao Jitong, los miembros de ambos grupos yacían gravemente heridos. La joven que siempre estaba con Chai Rong curaba a sus compañeros.
Solo quedaban tres horas para el final de la partida, había mucha gente y pocas insignias. Unirse para atacar a otros y robar sus insignias, era la única oportunidad para los jugadores ordinarios de Nanjing.
—Busca un lugar donde esconderte —le indicó Fu Wenduo a su primo y este asintió—. No vuelvas a aparecer en las próximas tres horas.
Un minuto después, volvió a oírse la clara voz de la torre negra. Apareció el antepenúltimo lote de cabezas de conejo.
—Has reunido ocho conjuntos de la palabra «SORPRESA» pero tienes un total de dieciocho personas. Necesitas diez más. Nosotros tenemos un juego. Reunámonos dos horas más tarde en la estación de eliminación de basura de Xinjiekou —propuso Tang Mo.
—De acuerdo —asintió Xiao Jitong, sonrió y agregó—: Tang Mo, ¿la sorpresa es realmente la insignia?
El aludido se volvió y le pareció que el capitán sonreía, pero en la oscuridad de la noche, la sombra de un árbol le impidió verle la cara.
—¿Qué crees que es? —le preguntó de vuelta.
—No lo sé.
—Yo tampoco —concluyó y continuó su camino.
Fu Wensheng siguió a su primo, los miembros del Grupo de Nanjing estaban heridos y no podían hacerse cargo de él. Fu Wenduo lo llevó a una comunidad anticuada y luego de inspeccionar con cuidado, lo dejó en una casa abandonada.
—Antes de que acabe el juego, no salgas. Espera a que yo venga por ti —le ordenó y el pequeño asintió.
A Tang Mo y Fu Wenduo les faltaba una insignia «A», así que, en cuanto escondieron a Fu Wensheng, se marcharon. El niño, de doce años, los observó irse. Cerró todas las puertas y ventanas y bajó la cortina.
Se sentó en el sofá, miró a su alrededor y su cuerpo empezó a temblar. Una voz llorosa llenó la habitación por unos minutos.
Se secó las lágrimas, cerró los ojos y su mente volvió a la batalla que tuvo lugar en el lago, donde innumerables jugadores se agruparon para capturarlo y robarles insignias.
Él sabía que fuera de Nanjing, el mundo no era pacífico. Matar era normal y era inevitable que compañeros y conocidos murieran ante sus ojos. Sin embargo…
—Ellos nos deben apoyo… —susurró con voz ronca.
Cinco minutos después, se secó las lágrimas y sacó sus accesorios. Entró en la cocina y agarró unos cuantos cuchillos. Luego volvió a la sala y con calma puso trampas. Si alguien lo encontraba, podría escapar.
Al mismo tiempo, el parque del lago Xuanwu.
La lesión de Chai Rong era grave, pero su forma física era asombrosa, por eso despertó antes que los otros tres miembros del Grupo de Nanjing.
—Esta estación de eliminación de basura es muy peligrosa. Los heridos deben buscar refugio, el resto iremos a matar al nuevo lote de cabezas de conejo, para conseguir insignias —explicó Xiao Jitong.
—¿Quieres que busque un lugar donde esconderme? —preguntó Chai Rong, con los ojos muy abiertos.
—¿Por qué no? —Sonrió Ciao Jitong—. Capitán Chai, es estúpido que luches con tu cuerpo herido.
—Recuperaré pronto mi eficacia en combate —aclaró.
—¿Se considerarán pronto dos horas?
—¡Tú…! —exclamó Chai Rong.
—De acuerdo, los esperaremos en Xinjiekou dentro de dos horas. —Xiao Jitong le puso una mano en el hombro para tranquilizarlo—. Los heridos deben esconderse y no molestarnos. Pequeño Qiao, ve con ellos. Usaremos un puntal para comunicarnos. Esperen a que Chai Rong recupere su poder de lucha. Entonces tráelo con Lin Rong.
El chico rubio asintió.
Chai Rong quiso protestar, pero había cuatro miembros del Grupo de Nanjing heridos que necesitaban atención. Los doce miembros restantes se dividieron en dos grupos para buscar las insignias por separado.
—Capitán Xiao, —intervino un miembro del Grupo Nanjing cuando se disponían a partir—. Antes teníamos prisa y empujamos el cuerpo del viejo Li y a los demás al agua. Vamos a sacarlos. Al menos podemos cavar un hoyo y enterrarlos correctamente.
—¿Tenemos tiempo? —inquirió y el hombre se quedó estupefacto—. Nunca estuve de acuerdo con Chai Rong por hacer eso, pero era lo suficientemente fuerte como para aguantarlo. Pero…, el muerto, muerto está. ¿Hay alguna diferencia entre el agua o la tierra?
—¿Cómo…? —preguntaron atónitos los miembros del Grupo Nanjing.
—¿Hay alguna diferencia? —presionó, él y Ningning, que sostenía su ballesta, miraron a todos—. Ellos no querían ser enterrados. No pidieron morir. No hay distinción entre yacer en la tierra o en el agua, seguirán muertos. Sus muertes le dicen al capitán Chai…
—¿Cree que es la torre negra que puede controlar Nanjing? —concluyó Chai Rong por él.
Los miembros de Nanjing quisieron defender a su capitán, pero sabían que Xiao Jitong siempre dijo que él era un estúpido que solo sabía pelear. Era un tonto que dio cobijo a todo el mundo por tres meses.
Oscuras nubes bloquearon el vasto cielo. Xiao Jitong miró al grupo de jugadores más poderosos de Nanjing. Ellos habían protegido a todos y ahora, esas personas se aliaron con polizones para atacarlos. El entusiasmo en sus rostros había desaparecido. Cerró los ojos y se reprendió a sí mismo:
—Él no es estúpido, yo soy estúpido.
♦ ♦ ♦
Después de que Fu Wensheng pasara el juego, el ambiente en Nanjing se volvió más explosivo, además, las personas con cabeza de conejo habían aumentado su fuerza y velocidad.
Tang Mo encontró una tienda de electricidad abandonada donde quedarse. Miró a Fu Wenduo.
—Todo el mundo ha descubierto que es más fácil conseguir insignias de los jugadores que las personas con cabeza de conejo. Los jugadores no querrán solo robarnos, van a intentar matarnos y luego llevarse nuestras insignias.
—Xiao Jitong dijo que las insignias con la letra «A» se pueden obtener de las personas con cabeza de conejo, pero la probabilidad es muy baja —comentó Fu Wenduo.
Tang Mo se quedó pensativo y estaba a punto de hablar cuando oyó un fuerte ruido no muy lejos. Voltearon y vieron que una persona con cabeza de conejo chocó por accidente contra una pared y había caído al suelo. Se levantó mareada y sus ojos se posaron en ellos.
—¡Ji, ji! —gritó.
—¡Vamos!
Tang Mo y Fu Wenduo atacaron.
El sonido de feroces combates se oía desde todos los rincones de Nanjing. Del mismo modo, en las otras nueve zonas de juego de China, la sangre manchaba la tierra.
Los cuerpos tendidos en la carretera se enfriaban. Mientras sus asesinos recogían las insignias antes de emprender un viaje para obtener más.
Apareció el último lote de cabezas de conejo.
Tang Mo mató a una jugadora que intentaba tenderle una emboscada fuera de la tienda, de su bolsillo recuperó seis insignias. Vio una de las placas y sonrió.
—Es una «A» —Agitó la placa para mostrarla a su compañero.
—Queda menos de una hora. —Sonrió.
—Sí. Vamos, es hora de reunirnos con Xiao Jitong.
♦ ♦ ♦
Xinjiekou, Nanjing.
El Caballo de Troya solo podía usarse una vez cada tres días, por lo tanto, no le sirvió a Tang Mo para encontrar a Xiao Jitong.
Entraron en un centro comercial. El ex bibliotecario llegó al mostrador de cosméticos, exploró un poco y tocó dos pentagramas curvos:
—El grupo de Xiao Jitong ya ha llegado. Están en el segundo piso.
Subieron al segundo piso por la escalera de incendios. Fue Wenduo golpeó la pared tres veces. Tres golpes llegaron del otro lado y Tang Mo empujó la puerta para abrirla.
Xiao Jitong y los demás ya estaban dentro.
—¿Cómo está el pequeño Sheng? —preguntó el capitán Xiao.
—Está en un lugar seguro. Lo buscaré cuando acabe el juego —respondió el polizón.
—¿Han reunido las insignias?
—¿Y tú? —cuestionó Tang Mo, en lugar de responder.
Tang Mo admitió que su suerte era mala. Habían recogido insignias durante once horas y solo consiguieron dos con la letra «A». Tal vez fue gracias a la suerte de Fu Wenduo que pudieron encontrar al menos esas dos.
—Las tenemos todos —confirmó—. Incluso hay un juego extra.
—¿Las has recogido todas? —Tang Mo estaba sorprendido.
Xiao Jitong sonrió y asintió. Boquiabierto, Tang Mo se volvió para mirar a su compañero. Sabían cómo el otro había encontrado once insignias «A» en dos horas, pero no comentaron nada al respecto.
Lo importante era que despejarían el juego tal como lo hizo Fu Wensheng: poniendo las insignias en la luz amarilla en la puerta de la estación de eliminación de basura.
—¿Cómo entramos? —preguntó Tang Mo.
Xiao Jitong abrió un enorme y detallado mapa de Nanjing. Todas las calles cercanas a Xinjiekou estaban dibujadas, incluso estaba marcada la altura de cada edificio y la distancia entre ellos. En medio de una carretera entrecruzada había un pentagrama rojo, que era la ubicación de la estación de eliminación de basuras del distrito de Qinhuai.
—Elegí este lugar porque Ningning y yo vamos a menudo a ver la torre negra, así que estamos familiarizados con la zona. Sin embargo, Qinhuai y Xinjiekou, son los lugares con más jugadores esperando para atacar. Eran sitios con gran afluencia incluso antes de que la Tierra se conectará —explicó Xiao Jitong y señaló siete lugares en el mapa—. Son sitios ideales para una emboscada. Este edificio de oficinas está a ciento cincuenta metros de la estación. Podrían atacarnos desde el piso veinte… Serán mejores estos tres lugares. La última hora será una batalla feroz.
Si los jugadores no despejaban el juego, estarían obligados a entrar en el juego de ataque a la torre en modo difícil. Así que optarían por reunirse en la estación de eliminación de basura y matar a otros para conseguir insignias. Todavía quedaba el último lote de personas con cabeza de conejo, pero no era relevante ya.
—Entraremos por el oeste —declaró Tang Mo.
—De acuerdo, Ningning y yo iremos por el camino del medio mientras que Chai Rong y el Grupo de Nanjing entrarán por el camino del este.
—Tres equipos entrando al mismo tiempo pueden distraer su atención y dispersar su fuerza… —Tang Mo dudó, miró a Fu Wenduo y le preguntó—: ¿Qué debemos hacer?
Xiao Jitong recordó la identidad de Fu Wenduo, nadie estaba más cualificado que él para opinar sobre el plan de batalla del grupo.
El polizón miró con detenimiento cada uno de los detalles en el mapa. Posó los ojos en un edificio alto en el extremo norte. Habló con tranquilidad:
—Este edificio es el más alto. Desde el piso de arriba, se puede contemplar toda la estación. Es muy adecuado para un ataque a distancia, es probable que tenga el mayor número de jugadores… —Deslizó los dedos sobre el mapa—. Estos tres lugares están muy cerca de allí. Para llegar a ese edificio, debemos actuar en el sur, este y oeste, dejando solo el norte. Antes de entrar en la estación de eliminación de basura, debemos volar este edificio.
—¿Una distracción? —inquirió Tang Mo.
—Para ser exactos, es hacer ruido en el norte para atacar en el sur, este y oeste —dijo Fu Wenduo con ironía y sonrió. Su compañero encarnó una ceja.
—Sí —asintió el ex bibliotecario—. Estos tres edificios pueden usarse como trampolín para volar el edificio del norte. Los jugadores que aguardan no serán tan débiles. Sin embargo, pensarán que venimos del norte y todos se dirigirán allí. En ese momento, atacaremos desde las otras tres direcciones.
—Muy bien, el pequeño Qiao tiene un accesorio de explosión masiva —puntualizó Xiao Jitong y el aludido le entregó un cuenco de espaguetis. Miró a Tang Mo y Fu Wenduo y agregó—: Solo hay un problema… ¿quién irá?
—Yo iré —respondieron Ningning, Chai Rong, Tang Mo y Fu Wenduo al unísono.
Xiao Jitong también entrecerró los ojos y agregó:
—Ustedes dos son poderosos, pueden ir solos por el camino del oeste. Pero si uno vuela el edificio, solo quedará una persona en el lado oeste. No es apropiado. Dejen que vaya Ningning. Ella es muy rápida. Una vez que use la utilería para volar el edificio, podrá escapar.
—Yo también soy rápido y muy fuerte. Ningning no podrá escapar si está rodeada de gente —refutó Chai Rong.
—Puedo escapar —declaró ella.
—Ningning, ¿has olvidado cómo gané cuando luchamos el mes pasado? —se burló Chai Rong y la chica lo miró con ira.
—Entonces deja ir a Chai Rong… —indicó Xiao Jitong.
—No, yo iré —dijo Tang Mo, ante la confusión de los presentes aclaró—: No estoy seguro de ser más veloz que Ningning o más fuerte que el capitán Chai. Pero… tengo un accesorio. Me permite ignorar la gravedad y caminar por cualquier plano.
Los ojos de Xiao Jitong se abrieron de par en par, sin embargo, aún había un problema.
—Pero si vas, solo habrá una persona en el oeste.
—Necesito un minuto para volar ese edificio. Puede aguantar hasta que vuelva —replicó.
Fu Wenduo estaba de pie detrás de Tang Mo, solo sonrió al oír que su compañero había decidió todo sin él. Fue una sensación interesante.
Xiao Jitong compartió los apoyos del Grupo de Estrategia de Nanjing con todos, se acercó a Tang Mo y le entregó los espaguetis.
—Sobrevive. Te daré esto.
Tang Mo miró la función del accesorio antes de guardarlo en su bolsillo.
【Objeto: Un bol de espaguetis con una cabeza de perro al lado】
【Propietario: Edward George】
【Calidad: Excelente】
【Grado: 1】
【Ataque: Fuerte】
【Función: Lanza este bol de espaguetis y se producirá una explosión. La potencia de la explosión equivale a la de un cañón italiano de 75 mm estilo 1897.】
【Restricciones: Artículo desechable.】
【Observación: Una vez alguien olvidó añadir la cabeza de un perro. Entonces se comió los espaguetis y se suicidó.】
Ya con el accesorio, él y su compañero se dirigieron al callejón detrás del centro comercial, situado al sur de la estación objetivo. Fueron primero hacia el este, luego Tang Mo se dirigió hacia el edificio más alto del norte. Fu Wenduo permaneció oculto, listo para atacar.
El joven observó la distancia entre los tres rascacielos y se preparó para partir. En ese momento, Fu Wenduo le sujetó la muñeca izquierda y tiró de él hacia atrás. Al mismo tiempo, con la otra mano, sustrajo del bolsillo derecho. el cuenco de espaguetis.
—¿Fu Wenduo? —preguntó, atónito.
—No eres el único con los zapatos. —Lo vio con determinación, el otro frunció el ceño—. Voy a volarlo mientras tu esperas aquí para atacar.
Él quería ir porque, aparte de sus zapatos, sentía que podía resolver una variedad de situaciones inesperadas con sus habilidades. Sin embargo, debía reconocer que Fu Wenduo era muy poderoso y mejor combatiente que él.
—Un minuto, ¿no puedes aguantar? —inquirió el polizón con su voz grave, su compañero lo miró, sorprendido—. Volveré pronto. Te daré esto. —Le entregó una pistola—. No te preocupes. Hay mucha gente esperando para emboscarte aquí.
Significaba que aún con su mala puntería, le daría a los blancos.
Tang Mo agarró la pistola, se alejó y se despidió:
—Bien, ve rápido y trata de volver pronto.
Fu Wenduo lo observó irse. Sonrió y fue hacia el edificio más alto del norte.
Cinco minutos más tarde, a las 4:50 a.m. del 6 de marzo. Se produjo una violenta explosión y el suelo tembló. Se veían llamas. En Xinjiekou, Nanjing, muchos jugadores escondidos en la oscuridad se levantaron horrorizados al ver como las personas, presas del pánico, gritaban y saltaban desde el rascacielos.
—¡Joder, es ese hombre! —chilló alguien.
El grupo levantó la vista y vio una figura negra que saltaba de la azotea al tejado del edificio contiguo, huyendo, luego de causar la explosión. Los jugadores cercanos se abalanzaron furiosos sobre él.
Los que estaban listos para emboscar, se apresuraron hacia el norte, queriendo pescar en aguas turbulentas. No se percataron de los tres equipos que salieron corriendo desde el sur, el este y el oeste hacia la estación central de eliminación de basura.
Llegó Xiao Jitong, Ningning corrió directo hacia la luz, colocando allí las ocho insignias.
—¡Maldita sea! ¡La gente viene hacia aquí! —advirtió un jugador y todos los que iban al norte regresaron de inmediato.
Tang Mo no tuvo tanta suerte, a mitad del camino, fue emboscado por unos jugadores. La mitad de los que se escondían no se habían movido porque desde el oeste tenían una amplia vista de lo que ocurría al norte. Vieron saltar a Fu Wenduo y sabían que solo quedaba un jugador.
Una pequeña flecha voló por el aire. Tang Mo se agachó para evitarla.
Su rostro se ensombreció y maldijo.
—¿Qué ha pasado? —se preguntó en voz alta.
Abrió la pequeña sombrilla y la giró sin descanso para bloquear la terrible lluvia de balas y el ataque de innumerables accesorios que se dirigieron hacia él.
Pasó un minuto y el ataque no cesaba, entonces, una idea extraña y razonable pasó por su corazón: ¡Fu Wenduo era un bastardo mentiroso!
♦ ♦ ♦
La autora tiene algo que decir:
Mo Tang: ¡Dijiste que volverías en un minuto! ¡Maldición!
Viejo Fu: Me gusta cuando me llamas mentiroso 【Sonrisa ambigua】
Mo Tang:¡Fu Wensheng, tráeme mis espaguetis!
Pequeño Fu: ¿Por qué yo…?