La Villana Revierte el Reloj de Arena – Capítulo 38: Ensayo y error (6)

Traducido por Maru

Editado por Sharon


No había mucha distancia desde la mansión al centro de la capital, por lo que fue rápido llegar allí. Aria, que se bajó cerca de la plaza, tomó la mano de Jessie con fuerza para no caer sobre la multitud. Si se caía sola, no sabía qué pasaría.

Después de confirmar que el caballero estaba justo detrás de ella, salió a la calle con tranquilidad. Estaba muy nervioso, pero afortunadamente, parecía estar en buena forma.

—¡Señorita! ¡Mire esto!

¿Quién estaba dudando cuando le pedí que viniera?

Jessie corría emocionada como un pez en el agua. Era muy linda, sus ojos brillaban con intensidad mirando los grandes adornos y muñecas. Había decenas de miles de cosas más preciosas y hermosas en la mansión, pero ¿por qué estaba ansiosa por objetos que probablemente se romperían en poco tiempo?

—¿Te gusta? —preguntó Aria.

—¡Sí! Qué linda horquilla…

—¿De verdad?

Le había entregado la horquilla en la mano, pero Aria se la colocó a Jessie en la cabeza. Cuando se veía solo, era un adorno bastante tosco, pero al ponérselo en la cabeza, se veía bien. Tal vez iba bien con su ropa sencilla sin decorados.

—Se ve mejor de lo que pensaba. Compraré este. ¿Cuánto cuesta?

—¡Señorita!

Aria sacó la billetera del bolsillo interior de Jessie. Esta la detuvo con vigor pero no quería pelear con ella por una horquilla que solo costaba diez chelines, así que rápidamente la pagó y se fue.

—Es demasiado para mí, señorita…

—Jessie, tienes que decir “gracias” cuando alguien te da un regalo.

—Pero…

—No puedo evitarlo si muestras tanta insatisfacción con tu aspecto. No tengo más remedio que tirar la horquilla.

Aria le advirtió humildemente, imitando a la mujer malvada que la había acosado. Sin embargo, en lugar de sorprenderse, Jessie sonrió, dándole un poco de fuerza a la mano que sostenía contra Aria.

—Entonces gracias, señorita. Estoy tan feliz…

—Sería bueno que dijeras eso al principio.

Ahora parecía no tener miedo de Aria. Le había dado a Annie, que había sido la doncella de Mielle no hacía mucho, unas vacaciones festivas, y había acompañado a Jessie a dar un paseo.

Además, aunque su intención era impura, le había dado un broche de oro y la había dejado descansar cuando no había nada que hacer. Todavía podría llamarse una mujer malvada en público, pero para ellas era como una santa.

Tras ver algunos de los adornos y muñecas llamativos para Jessie, caminó un poco y llegó a la plaza. En el escenario frente a la fuente, las actuaciones continuaban desde la mañana hasta la noche.

Viendo al viejo cantar una melodía suave, compró comida callejera en venta en la esquina. Debido a que compró los dos, pensaron que esos alimentos eran para Jessie y ella misma, pero el destino de la comida era para el caballero y Jessie.

—¿Y usted, señorita?

—¿Crees que voy a comer este tipo de comida?

No podría haberlo comido porque no había tenido dinero en el pasado, pero no era el caso ahora.

—¿No vas a comer?

—Sí, tomé demasiado té antes.

El caballero parecía perplejo ya que no sabía que ella se encargaría de su parte. Si él fuera un caballero de la nobleza, podría hacerlo, pero no muchos nobles se preocupaban por un caballero plebeyo. Él inclinó la cabeza y se disculpó cuando ella chasqueó la lengua con infelicidad cuando se quedó mirando alternativamente entre la comida y ella misma.

—Lo siento. Estaré encantado de comerlo.

Asintiendo con la cabeza a la respuesta del caballero, se sentó y observó la actuación donde el escenario era claramente visible. Llegó la primavera, y el suave viento y el cálido sol parecían cubrir el frío y cansado corazón. Mientras escuchaba el sonido de la canción con los ojos cerrados, recordó el pasado cuando había sido pobre y solitaria.

Se había sentido feliz cuando había escuchado una canción desde lejos el día del festival… A diferencia de ahora, le había faltado todo, pero su corazón no había estado incómodo.

¿Puedo ser feliz de vivir así?

La vida no podría ser feliz si arruinaba a alguien. Pero no había otra opción. Su mayor alegría venía de arruinar a Mielle.

Aria sacudió la cabeza. Sí, estaba claro que Dios le dio una segunda vida para la venganza, lo que no necesariamente significaba su felicidad. Por lo tanto, era correcto desear la destrucción de la santa, no su propio bienestar.

Mientras trataba de alejarse del pasado agarrando su corazón roto, una sombra cayó sobre su ella. Cuando levantó la cabeza para preguntarse quién se atrevió a bloquear la vista, encontró una pequeña cara familiar allí.

—No esperaba verte aquí.

—¡Eres…!

—Te veo con más frecuencia de lo que pensaba.

Asher sonrió suavemente tras responder. Al principio, la conoció en la tienda general, luego en la joyería. Siempre había avergonzado y preocupado a Aria. No le gustaba Asher, especialmente esos ojos azules que la miraban como si lo supiera todo.

—¿Has venido a caminar?

¿Realmente tengo que responderle? 

Aria miró al caballero que esperaba a su lado. Mostraba un hombro rígido y tenso y su brazo derecho listo para atacar al oponente en cualquier momento. Solo entonces Aria asintió, aliviada. Ella pensó que sería mejor dar una respuesta fría y enviarlo lejos rápidamente.

—Yo también. El festival de la gente común está lleno de energía.

—Entiendo lo que dices. Yo también pensé lo mismo. Pero de repente, no fue así.

El festival, que había sido sentimental y bastante agradable hasta ahora, rápidamente resultó no ser así. El caballero que estaba comiendo estaba muy nervioso, y Jessie estaba temblando de sorpresa cuando reconoció al hombre.

¿No es realmente lo peor? Cada vez que se lo encontraba, se sentía incómoda y solo quería que él lo entendiera y desapareciera.

—Oh, ya veo.

A diferencia de los deseos de Aria, Asher sonrió ante su actitud, sintiéndolo divertido. Era como un niño con los dulces que había estado esperando. Tenía la cara expectante de un niño, sabiendo cuánto le complacería el contenido.

—No puedo evitarlo entonces —comentó.

¿Quiere decir que va a renunciar? Ella lo miró con un corazón que deseaba escapar rápidamente, pero él no apartó los ojos de los de Aria por un momento. ¿Qué demonios está haciendo? ¿Cuál es su intención?

No podía entender por qué le prestaba tanta atención a ella, ya que no tenía nada que él pudiera usar.

Por supuesto, para Aria, la atención y la buena voluntad de los hombres eran lo mismo que el aire, por lo que era muy natural que los extraños hablaran, pero este hombre frente a ella era un poco diferente.

Estoy segura que quiere algo… 

No era el amor o el interés de Aria. Ella no podía entender qué hizo brillar los ojos de este hombre.

Como los ojos de una bestia que busca presas, Aria lo miró, incapaz de evitarlo. Para cuando sintió que sus ojos azules se estaban volviendo cada vez más oscuros, un hombre que parecía ser de su grupo se acercó.

—Señor Asher.

Era quien había vencido a John y Paul ese día, incapacitando a los dos caballeros al instante en ese espacio estrecho. Hubiera sido imposible para él hacerlo sin la fuerza suficiente. De repente, el miedo del momento resucitó, y tan pronto como estaba a punto de ponerse la piel de gallina, Jessie también agarró la manga de Aria.

—Señorita…

Es peligroso. Jessie debe estar pensando eso. Y era lo mismo con Aria. No le hicieron daño, y no creía que su posición fuera demasiado alta, pero la atmósfera era peligrosa. Asher no se movió en absoluto a pesar de que se llamaba su nombre.

—¿Qué tengo que hacer?

Como Asher no apartó los ojos de Aria, el hombre que llegó tarde atrajo sus oídos a la cara de Asher. Entonces este le susurró al oído como si fuera normal, y los hombres que le acompañaban desaparecieron rápidamente entre la multitud.

—Me he vuelto un solitario porque mi grupo tiene un negocio que hacer.

Se encogió de hombros como cuando tenía los ojos feroces de un depredador que buscaba presas.

—¿Entonces?

—¿Te importaría si me quedo contigo un momento? En esta multitud, estar sola es peligroso, ¿no? —dijo él.

—Bueno… no creo que sea peligroso.

Más bien, su presencia parecía más peligrosa. A pesar de la respuesta de Aria, que estaba cerca del rechazo, Asher se sentó frente a ella. No puso nada en el suelo, pero no le importaba el polvo. Aria tragó una sonrisa falsa porque actuó a voluntad sin pedir permiso.

—No, es peligroso.

Él respondió como si hubiera peligro por delante. Si no lo hubiera, lo provocaría. Aria, que barrió la piel de gallina después de un momento de horror, trató de ignorarlo. Ella deseaba que su grupo volviera pronto, y que él desapareciera junto con ellos.

—Ahora que lo pienso… tu ropa es bastante simple.

Sus ojos recorrieron el cuerpo de Aria. Parecía que era un atuendo totalmente diferente al de antes. No era de extrañar, porque en su primera reunión estaba usando el vestido que Oscar le regaló a Mielle.

Aria no sintió el valor de responder. Si hubiera tenido una idea, no le habría hecho esa pregunta. Era ridículo vestirse de colores en un lugar tan lleno de gente.

—Estoy seguro de que recibirás muchos regalos… supongo que no recibiste un buen regalo que te guste.

Había un significado en las palabras del hombre. Era difícil entender a qué se refería ya que estaban muy cubiertos, pero no parecía una exhortación espontánea e irreflexiva. Aria entrecerró los ojos. Era una mirada de duda.

—¿De qué… estás hablando?

—No significa mucho. Simplemente significa que eres hermosa y que los hombres que te rodean no te abandonarán.

¿Es verdad? ¿Por qué sigo preocupándome? 

Debería ignorarlo, pero después de unas pocas palabras, siguió respondiendo. De nuevo, cuando estaba a punto de responder algo, pronto se tragó sus palabras. Siguió un poco de silencio.

Mientras tanto, la persona que cantaba en el escenario cambió de viejo a joven, y la canción animada y alegre hizo un escándalo. El hombre, que se dio vuelta y lo vio, de repente agarró a Aria de la mano.

—Es más rápido de lo que pensaba.

—¿Qué es esto…?

Justo cuando estaba a punto de gritar, los petardos explotaron por todas partes, y las personas, que se sorprendieron por las llamas que explotaron aquí y allá, corrieron para escapar de la plaza.

Aria también se levantó de su asiento sorprendida. Se dio cuenta de que el sonido de los petardos era fuerte pero no doloroso, su cuerpo se puso rígido, sintiendo miedo por la repentina situación.

—¡Señorita!

Podía escuchar una voz cerca como si la estuviera llamando.

¡Qué demonios se supone que debo hacer…!

—¡Por aquí!

Como estaba en pánico, su mano fue tirada con fuerza. En medio de su mente agitada, Aria se vio obligada a ser guiada por su mano capturada. Se sentía como si fuera el único toque que la salvaría.

Fuera de la plaza, muy lejos, más allá de las olas de personas, ella corrió y corrió hasta quedarse sin aliento. Huyó de la gente que pasaba como un relámpago como si hubiera corrido tan rápido en su vida.

Pensó que era afortunada de haber venido con zapatos cómodos, no de tacón. Fue cuando entró en un callejón tranquilo en el que nunca había estado antes cuando había sido una plebeya que Aria se dio cuenta de que el hombre que sostenía su mano no era un caballero, ni Jessie, sino una bestia.

—Ah… Ah…

A diferencia de Aria, que respiraba con dificultad, Asher estaba tranquilo como si nada hubiera pasado, y dobló la parte superior de su cuerpo para sostener el cuerpo de Aria, que estaba jadeando.

—¿Estás bien?

—Ah… Ah… No.

Como si no estuviera bien que alguien la viera, le preguntó a Aria la condición y la palmeó en la espalda. Incluso la limpió con la manga cuando vio una gota de sudor que venía de su frente pasando por el costado de su cara hasta el final de su barbilla.

—No tengo una toalla de mano, así que perdóname por mi grosería.

¿Qué hay con eso? Ya había hecho tantas cosas groseras. El grado de la grosería de limpiar el sudor con su manga no era más que un asunto insignificante que no podía considerarse descortés. Solo mucho tiempo después, Aria escapó de sus brazos y preguntó, mirando a su alrededor.

—¿Dónde diablos estamos?

—Bueno, en algún lugar de la capital.

—Es un lugar que no recuerdo… Ugh, ¿no es una buena distancia desde el centro?

—Me temo que sí.

No pasaba ningún carruaje, y mucho menos la sombra de un hombre.

No me moví tanto, pero ¿cómo llegué tan lejos?

De repente se sintió mareada y sus ojos se volvieron negros. Ella no podía encontrar la manera de regresar. Estaba en una situación impredecible, algo que nunca antes había experimentado.

A diferencia de la preocupada Aria, Asher no respondió mucho. Ella le preguntó si sabía cómo regresar, pero la respuesta fue negativa.

—¿Qué demonios pasó?

Cuando ella le preguntó mientras envolvía su cabeza, todo lo que pudo escuchar fue que él no lo sabía ya que huyeron a toda prisa. Aria pronto decidió dejar de preguntar. No era más que un desperdicio de energía.

—Volvamos ahora —dijo él entonces.

—¿Cómo?

—¿No saldría de algún lado si camináramos sin un objetivo definido a la vista?

—¿Qué pasa si vamos a un lugar más remoto?

—Entonces no puedo evitarlo.

Era normal caminar hasta que encontraran un camino, pero tenía una preocupación: no sabía si sus piernas débiles podían sostenerse. Ya había un ligero dolor en sus pies. En poco tiempo, estaba claro que algo malo le iba a pasar en los tobillos.

—¿Está bien?

Tan pronto como vio la mirada de Aria en su pierna, miró hacia abajo por un momento. Tuvo un pensamiento y le preguntó como si hubiera encontrado la respuesta.

—¿Tienes algún dolor en las piernas?

Aunque había sido una plebeya en el pasado, ahora era hija de un noble, ¿no debería ser normal? Solo daba un corto paseo por el jardín. Caminar durante mucho tiempo le causaba un dolor insoportable a pesar de que podría estar acostumbrada a los zapatos de tacón alto que trabajaban demasiado.

—¿Quieres que te lleve en mi espalda?

—¿Eh?

—Si tienes problemas para caminar, no puedo evitarlo.

—¡No!

¿Cómo puedo hacer un acto tan vergonzoso? Aria intentó fingir que estaba bien, tomó la iniciativa y se apartó del camino. Mientras caminaba rápidamente sin saber a dónde iba, Asher se echó a reír detrás de ella.

—¡Vamos juntos!

¿Se siente bien en esta situación? Sin saber a dónde iba ahora, ni qué hacer, Asher se acercó a ella y ajustó su velocidad para caminar con ella.

—¿Estás segura de que no quieres que te lleve sobre mi espalda? —volvió a preguntar.

—Segura.

—Si te duele la pierna, avísame. Es una calle en la que nadie está de todos modos.

—No va a suceder.

Aria no le miró y prometió que nunca la cargaría sobre su espalda, incluso si su pierna estaba rota o ella moría. Asher continuó sonriendo ante su determinada apariencia.

—Nunca pensé que caminaría solo contigo.

—También estoy sorprendida porque no puedo caminar contigo así.

—Bueno, a veces una nueva reunión es importante, ¿no?

—Estoy de acuerdo, pero eso es solo cuando me encuentro con alguien que puede ayudar.

—Creo que eres alguien que puede ayudarme.

—Piensas lo contrario a mí.

Aria trataba a Asher con frialdad porque tenía una larga vida como una mujer malvada. Aun así, él siguió hablando y expresando favores, aparentemente sin sentirse lastimado en lo absoluto.

¿Es un hombre sin un grano de autoestima?

Estaba sorprendida por la imagen que era completamente diferente de la que había conocido la primera vez, pero trató de mantenerse tranquila. La imagen escondida dentro de ella ciertamente sería diferente de lo que era ahora. Había algo que quería, y él simplemente retrocedió para conseguirlo. Ella puso la espalda rígida, pensando que no debería ser fácilmente engañada por sus palabras.

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