Marietta – Capítulo 28: Verdadera crisis

Traducido por Yousei

Editado por Sharon

Corregido por Aurora Blue


Mientras la pareja se la arreglaban para nutrir su amor, Belvant perseveraba para contener su desbordante líbido. Era conciente de que si era descuidado, podía incluso hundir a Oltaire por culpa de sus arrebatos pasionales. Por suerte para aquel hombre acongojado, solo faltaban tres días para su matrimonio.

El vestido de novia era simple, pero refinado, confeccionado por el diseñador más competente de Oltaire, quien había utilizado las telas más finas. Mientras llevaban a cabo otra prueba para chequear que todo estuviera bien , de alguna manera, se dieron cuenta de que el busto de la princesa se habían vuelto mucho más grande que la última vez; causando que los dos bultos blancos sobresalieran de la línea del escote.

Considerando que necesitaban proyectar la imagen de una novia pura, no el de una doncella sexy, el vestido fue retirado para ser modificado con rapidez.

—Bien, como se esperaba de Sir Belvant, realmente ha logrado que mi busto crezca —comentó la princesa, con cierto orgullo—. Pensar que el efecto de los masajes sería así de significativo. —Colocó ambas manos sobre sus mejillas coloreadas de rosa y sonrió feliz—. Y cuando doy pequeños saltitos, rebotan. ¡Ju, ju, ju! De ahora en adelante, voy a estar atenta a su crecimiento.

—Señorita, entiendo Pero, por favor, deje de moverlos. Además, respecto al tema de los masajes, nunca debe mencionarlo en el exterior —le aconsejó Sierra—. Por favor, evite recomendarlo a sus amigos también.

No importa cómo se mire, ¡el repentino crecimiento del busto de la princesa sin duda es producto de ese pervertido General que le está haciendo cosas indecorosas cuando ella no sabe nada! La princesa parece estar contenta, lo que debe considerarse positivo, pero…

Sierra, quien también había aprendido muchas cosas sucias producto de su relación con Adlan, no podía enojarse más que esto.

¡Estos Caballeros de Oltaire son increíbles! Ciertamente sus músculos son maravillosos, pero su fuerza física puede ser problemática para algunas cosas.

Sin darse cuenta, el fetiche de Marietta por los músculos también la había influenciado.

—Princesa Marietta, hay un par de cosas que necesitamos discutir en relación a la ceremonia, por favor sígame.

Justo cuando ella al fin podía tomarse un respiro, un hombre viril que parecía ser un escolta le solicitó que lo siguiera. Marietta nunca lo había visto antes.

—Necesitamos revisar la capilla. Princesa, vamos —demandó el hombre.

Sierra, quien intentaba acompañar a Marietta, fue detenida por otra sirvienta.

—Lo siento, señorita Sierra, pero aún no terminamos aquí…

—Ah, ¿es así? Pensé que ya habíamos terminado; pero, al parecer, aún hay otras cosas inesperadas por hacer… Uhm, señorita Lisa. ¿podría acompañar a la princesa Marietta por mí?

—Por favor, déjemelo a mí.

—Princesa, por aquí.

Ambas siguieron al escolta, quien indicaba el camino.

En medio de la preparación caótica, sin poder negarse, Marietta fue conducida hacia los terrenos del Palacio Real. Mientras avanzaban por un corredor solitario, el escolta se detuvo de forma abrupta, haciendo que ella también se detuviera. Sintió las manos de la sirvienta sujetando sus hombros.

—Princesa, por favor, discúlpeme —murmuró la mujer, justo en el momento en que el supuesto guardia presionaba un paño húmedo sobre su boca.

La fuerte escencia a hierbas medicinales inundó sus fosas nasales hasta llegar a sus pulmones y hacerla perder el conocimiento.

♦ ♦ ♦

¡¿Qué fue eso justo ahora ?! ¡Esto es malo!

El líder de los magos de Oltaire, River Link, cuya especialidad es la magia defensiva y el desarrollo de barreras, se vio sorprendido por el golpe de magia que sintió dentro de los terrenos del palacio. Corrió de inmediato a informar al General.

—¡Belvant, alguien usó un encantamiento cerca! ¡Confirma la seguridad de las personas de interés!

♦ ♦ ♦

Cuando Marietta recobró la consciencia se dio cuanta de que se hallaba dentro de un carruaje en mal estado. La habían tirado al piso de este, con las manos atadas a la espalda en una posición dolorosa que provocó que soltara un gemido.

—¿Has recuperado la conciencia?

El hombre que había escoltado a Marietta estaba sentado dentro. Sin embargo, se había quitado el uniforme de Caballero y llevaba ropa sencilla y discreta.

Recién en ese momento se dió cuenta del engaño.

Como no estaba familiarizada con todo el personal del palacio, había creído que de verdad era un miembro de los Caballeros de Oltaire; por eso no fue cautelosa. Ahora que lo inspeccionaba más de cerca, se dio cuenta que jamás lo había visto.

—¿Quién eres tú? —preguntó temerosa.

—Entiendes que no hay manera de que responda eso, ¿verdad?

—¿Realmente… he sido secuestrada?

—Eso es correcto —respondió en un tono de voz desprovisto de emoción—. No te guardamos rencor, pero hay personas que quieren obstaculizar este matrimonio… —se excusó—. No se puede evitar. Caer en cosas como estas es algo a lo que se arriesga una persona de su posición. Resígnese.

Lo que dijo era verdad, por lo que Marietta solo pudo morderse los labios.

Siendo utilizada como un peón político, entrar en un matrimonio por conveniencia, que su vida fuera un blanco, eran situaciones inevitables al nacer en la Familia Real. Sin embargo, aunque estuviera preparada para ello, era algo a lo que no podía resignarse así como así.

—¿Qué me van suceder? —preguntó con voz temblorosa.

 —¿Quién sabe? Mi trabajo es llevarte al lugar acordado. No tengo idea de lo que sucederá después.

Marietta se desesperó. Obstaculizar el matrimonio significaba que no había forma de que la dejaran regresar al lado de Belvant. En otras palabras, pretendían matarla.

¡Seré asesinada! Justo cuando iba a ser la esposa de mi amado Belvant. Ahora, no podré verlo de nuevo.

Marietta era una princesa que fue criada con delicadeza: no tenía la capacidad de pelear para defenderse. Sin nadie a su lado que la proteja, no había forma de que pudiera escapar del peligro.

Las lágrimas comenzaron a desbordarse de sus ojos.

—Belvant, quería volverme tu esposa ¡Snif! ¡Snif! Belvant…¡Buaaa! —Marieta lloró mientras llamaba el nombre de la persona que quería ver—. Lamento, por no poder verlo de nuevo. Lo siento.

Ya fuera que se compadeciera de la joven, quien lloraba como una niña, o que no quería que se formara un charco de agua en el piso del carruaje, el hombre le extendió un trozo de tela para que secara sus lágrimas.

 —G-Gracias, muchas gracias.

Incluso mientras lloraba, no olvidó sus modales y agradeció al hombre, aun cuando fue este quien la secuestró.

—Lisa, ¿qué pasó con ella?

—No le quité la vida, solo la escondí.

—¡Gracias a Dios!

Después de confirmar la seguridad de la sirvienta que la había involucrado en esta situación, Marietta pensó en Belvant y, una vez más, rompió en llanto.

♦ ♦ ♦

Tiempo después, el carruaje se detuvo frente a una pequeña cabaña en medio del bosque. El hombre cargó a Marietta con una sola mano como si se fuera equipaje, abrió la puerta y la llevó adentro. En la cabaña habían dos hombres esperando, los cuales parecían verdaderos rufianes.

—He cumplido la promesa. ¿Dónde está mi recompensa?

—Está por allá —dijo uno de ellos—. Baja a la mujer aquí. —Cuando Marietta fue soltada sobre el piso de madera, el rufián se acercó a ella—. La estimada princesa, ¿huh? Es realmente hermosa.

—Antes de que la matemos, deberíamos a bañarla con nuestro afecto —propuso el otro hombre.

Marietta sintió terror hacia los hombres que le sonreían con malicia. Su cuerpo comenzó a temblar.

—No hay necesidad de estar tan asustada, te haremos sentir bien.

Yousei
¡¡Belvant!! ¡¡Hombre, apúrate!!

—Eso es correcto, vamos a llevarte al cielo, preciosura.

—Entreguenme la recompensa, rápido —exigió el falso escolta.

—¿Qué pasa contigo? —increpó uno de los rufianes—. También quieres hacerlo, ¿no es así?

—No tengo otro interés aparte de mi trabajo.

—¡Grrr! Entonces, después de que la recibas, ¡desaparece rápido!

—Eso haré

Los rufianes salieron, el hombre hizo amago de seguirlos, pero se agachó junto a la princesa y habló con prisa:

—Puedo usar un poco de magia. Cuando te secuestré, usé un encantamiento para hacerte creer que era alguien que conocías. Es por eso que me di cuenta de que habían residuos de magia reciente en usted. Dado que aún está ligeramente conectada a quien la hechizó, tal vez si lo llama con fuerza, pueda hablar con él. Al menos, podrá dejarle saber su última voluntad.

Cuando el hombre salió, cerró la puerta tras de si.

—¿Magia…? ¿Señor River Link? Hace unos días, usó magia para convertirme en un gato… Si me concentro y lo llamo, quizás… ¡Señor Link! ¡Señor River Link! ¡Es Marietta! —Cerró los ojos y se concentró con más fuerza. Con el rostro empapado en lágrimas, desesperada por su vida, continuó intentándolo—. ¡Señor Link! ¡Por favor, contésteme!

«¿Princesa? ¿Es esta la princesa Marietta?»

—¡Así es, soy Marietta!

Aunque era débil y distante, pudo conseguir oir la voz de River Link. Marietta respondió confiando en sus recuerdos.

«¿Dónde está ahora mismo?»

—En una cabaña, en medio del bosque. No tengo mucho tiempo, ya que pronto seré asesinada. Es por eso… Al menos, mi último deseo…

«¿Cómo se encuentra en este momento?», la interrumpió River Link.

—Estoy acostada con las manos atadas.

Afuera, se oían las voces de los hombres charlando y riendo. Marietta temió no tuviera tiempo de expresar su última voluntad.

—Señor River Link, por favor, al señor Belvant… —intentó decirle, pero volvió a ser interrumpida.

«Escuche bien. Lo único que puedo hacer ahora es invocar la misma magia de la última vez. La transformaré en un gato. Por favor, de alguna manera, encuentre la forma de escapar. Una vez que la localicemos, iremos a salvarle Así que, por favor, continúe y escape, ¿entiende? ¡Si quiere volver a encontrarse con Belvant, hágalo lo mejor que pueda!»

Marietta pegó un respingo cuando se escuchó el sonido de la llave siendo encajada en la cerradura de la puerta.

—Entiendo. —aseguró—. Por favor, sea rápido. Los hombre ya vienen.

En la lejanía, podía escuchar la voz de River Link recitando un conjuro.

El sonido de un clic se escuchó en el momento en que la puerta se abrió.

♦ ♦ ♦

Nota del autor:

¡Lo único que River Link podía hacer era convertir a Marietta en una gatita indefensa!

¿Cómo te va a ir, Marietta?

Por favor esperen, el próximo capítulo.

Sharon
¡WTF! ¡¿Qué pasó con mis lindos capítulos de Marietta y Belvant enamorándose?! ¡El mayor plot twist que veo desde hace tiempo!

6 respuestas a “Marietta – Capítulo 28: Verdadera crisis”

  1. Omg… esto es un suspensos aterrador esperemos que nuestra princesa salga bien y pueda al fin consumar su amor.. 💜💜💜

    Muchísimas gracias por el capítulo 💜🌸💜

  2. OMG!! justo a 3 días, espero que preparen sus cuerpos para la golpiza que les va a llegar por secuestrar a nuestra querida Marietta 😡😡

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