Traducido por Sharon
Editado por Ayanami
—¿Descubriste quiénes son? —La expresión de Lu Tingxiao decía que cazaría a los pretendientes sin misericordia una vez que descubriera sus identidades. Lu Jingli golpeó la mesa.
—De eso quería hablarte. Incluso con mi red de información, no pude descubrir quienes son. Al parecer tendrás que esperar a que lo hagan de nuevo para averiguar su identidad.
La mirada del malvado rey demonio estaba lista para matar. ¿Cómo podría esperar?
Lu Tingxiao marcó un número de inmediato, y habló con un tono tan frío como el viento de un glaciar.
—Cheng Feng, investiga a dos hombres para mí.
Su hermano lo miró sorprendido.
—¡Wow, incluso mobilizarás a tus agentes secretos!
La red de información de Lu Tingxiao no era algo con lo que una red de chismes pudiera compararse, porque ellos conseguirían hasta la pista más pequeña y descubrirían todos tus secretos sin piedad.
—Hermano, ya te dije que el pasado de Ning Xi es complicado. Finalmente me crees, ¿verdad? Creo que deberías hacer que Cheng Feng la investigue —le aconsejó con sinceridad.
—No hay necesidad de ello. —Todos tenían esqueletos en el closet. Él no tocaría aquello que ella no quería que otros descubrieran, y esperaría a que se lo dijera personalmente.
♦ ♦ ♦
La filmación de ese día terminó a las seis de la noche.
Las escenas más importantes del día fueron de los protagonistas. Sin embargo, a pesar de que Ning Xi no tenía muchas, aparecía en el fondo, así que tuvo que actuar como un accesorio todo el día.
Su parte era agotadora, pero encima tenía que usar un disfraz pesado. Su cuello estaba a punto de romperse, y en su cuerpo comenzaron a aparecer erupciones por el sudor.
Después de cambiarse y quitarse el maquillaje, se puso una máscara médica y se preparó para tomar el subterráneo. Ahora mismo no era muy famosa, así que nadie la reconocería. Además, el transporte público era conveniente y no se quedaba atrapada en el tráfico.
Mientras caminaba hacia la parada, un maserati negro se detuvo frente a ella.
La ventana del auto bajó, y Su Yan le sonrió.
—Xiao Xi, te acompañaré a casa.
¿Por qué otra vez es un ex…? ¿No pueden dejarme en paz?
—No es necesario. —Ning Xi continuó caminando. No quería ver ese rostro que la hacía querer vomitar.
Sin embargo, Su Yan condujo lentamente tras ella, sin irse.
—Xiao Xi, ¿podemos hablar?
—¿De qué tengo que hablar contigo? —Se burló. —¿Piensas que no hay suficientes escándalos rodeándome? ¿Estás esperando que alguien nos saque una foto para crear un revuelo?
Su Yan frunció el ceño. No estaba acostumbrado a que ella lo tratara con un sarcasmo frío, cuando antes solía escuchar todos sus deseos.
—Xiao Xi, eso no es lo que pretendo. Realmente hay algo que debo decirte.
Si continuaba hablando con él de esta manera, iban a ser descubiertos.
El auto de este idiota llamaba demasiado la atención.
Ning Xi miró a ambos lados, asegurándose de que no hubiera nadie cerca, antes de entrar rápidamente al auto y cerrar la puerta.
♦ ♦ ♦
Media hora más tarde, en un cuarto privado de cierto restaurante.
Su Yan ordenó varios platillos cuando llamó al mesero, la mayoría eran cosas que a ella le gustaban.
—Xiao Xi, hace tiempo que no nos vemos, no sé si tus gustos han cambiado. ¿Estuviste bien en el extranjero estos años? Te envíe dinero, pero lo regresaste todo, e incluso cambiaste tu cuenta…
—Si tienes algo que decir, dilo.
Ning Xi sostuvo su cabeza con su brazo mientras le mandaba un mensaje al Pequeño Tesoro, informándole que volvería algo tarde. Su Yan no tuvo otra opción más que empujar el cheque por la mesa.
Ella miró el papel por 8 millones de reojo, y entrecerró los ojos.
—¿Qué significa esto?
La expresión de Su Yan era severa.
—Xiao Xi, no hagas algo de lo que luego te arrepientas.
Ning Xi bajó el teléfono y lo miró con una sonrisa falsa.
—¿Oh? Podrías decirme, por favor, qué hice.
—Entonces, dime cómo obtuviste el papel —dijo él con un tono repentinamente serio.
Nmms que se meta su dinero por el cl0 muy su vida, usted ya no es parte de ella así que a ching4r a otra
que alguien te le un golpe en la cabeza para ver si se le acomodan las neuronas y sus conexiones para que abra los ojos a la verdad o al menos no le den gato por liebre.