No quiero ser amada – Capítulo 11: A Crichton

Traducido por Maru

Editado por Sharon


—Echadlos fuera.

Las palabras de Rihannan cayeron con rotundidad y ambos fueron expulsados de la casa.

Por supuesto, sabía que eso no era el final. Su padre podría intentar preservar su estado movilizando todos sus poderes, pero eventualmente, aprendería que toda resistencia sería inútil.

—Mary, déjanos tratarte. ¿Te duele?

Después de darle a Mary un cálido abrazo, Rihannan miró a Jeffrey.

—Jeffrey, me gustaría hablar después sobre el tratamiento de Mary.

—Sí, mi señorita.

Rihannan usó su pequeña mano y llevó a Mary a la habitación. Recordaba a un niño arrastrando un abrazo, como un osito de peluche.

—Mary, ¿por qué hiciste eso? —preguntó Rihannan, mientras sus pequeñas manos acariciaban las mejillas de la sirvienta con una toalla fría.

—¿Qué quiere decir?

—¿Por qué te interpusiste para salir herida? Como una tonta…

—Es una niña pequeña, señorita. Es menuda. Si el conde de verdad la hubiera golpeado, habría muerto y él… Preferiría tomar la oportunidad de estar enferma durante unos pocos días.

Rihannan miró a Mary con cariño y toques de angustia. Era pura y de gran corazón, dándolo todo por su bondad a los demás incondicionalmente. Para Rihannan, ella era especial.

—Mary, ¿vendrás conmigo a Crichton?

Los ojos de Mary se ensancharon ante su repentina sugerencia.

—¿Qué? ¿Por qué todo tan de repente?

—Voy a ir a Crichton lo más pronto posible. ¿Vendrás conmigo?

Mary había sido una doncella la mayor parte de su vida. Era huérfana, originalmente, y se le dio la oportunidad de trabajar en la mansión. Después, quedó a cargo de Rihannan y a medida que fue pasando el tiempo, se encariñó con ella.

—Está bien rechazar mi oferta. Puedes quedarte aquí y continuar trabajando en la mansión, si quieres, o puedo escribir una carta de recomendación.

Mary era nativa de Arundell, no de Crichton. Rihannan sabía que no era fácil pedirle que se fuera de su tierra natal, por lo que no tenía muchas expectativas. De hecho, creía que preferiría quedarse en la mansión. Pero para su sorpresa, Mary respondió a la cautelosa sugerencia de Rihannan de inmediato.

—No tiene sentido lo que está diciendo, señorita. Allá donde vaya, por supuesto que la seguiré.

—¿De verdad? —preguntó asombrada.

Mary asintió sin descanso.

—Sí. No tengo familia aquí de todos modos. Me fue posible servirle gracias a su fallecida madre. Me gustaría seguirla, si no le importa.

Poco a poco, una sonrisa brillante y despreocupada apareció en la cara de Rihannan, el tipo de sonrisa que Mary no veía desde hacía un largo tiempo. Le devolvió la sonrisa y de repente, dijo algo preocupante.

—¿Pero no debería informar a la reina primero?

Hertia Hesca, la reina de Arundell.

La propia reina y princesa de Arundell, la prima de su madre, la madrina de Rihannan.

—Sí… Debería…

—Entonces cuando nos vayamos, debemos dejar que la reina lo sepa primero.

Rihannan había ido con su madre al palacio real varias veces antes. En ese tiempo, pensó que reina era una persona que daba mucho miedo, siendo la mujer conocida por saltar directamente al campo de batalla lleno de cadáveres y sangre para recuperar el trono… También suprimió las fuerzas de la aristocracia que se revolvieron contra ella después de ser reina.

Arundell era tradicionalmente conocido por ser una región excepcionalmente fuerte y poderosa con un sistema algo atrasado.

El Consejo de Nobleza, en el que cada noble representaba una región, tenía más poder que el rey.

Así que Arundell quedó en un punto muerto usando ese sistema anterior mientras las naciones de alrededor se transformaban en un estado poderoso y centralizado.

Una persona que quiso cambiar la condena y destino de Arundell fue el padre de la reina, Edgar II. Debido a su punto de vista, sufrió numerosos conflictos con los nobles en todo su reinado, hasta su muerte.

En ese tiempo, los nobles intentaron minimizar sus decisiones y colocar en el trono a su primo antes que a Hertia Cesca, la verdadera heredera. Aunque en parte la razón fue que ella era una mujer, los nobles estaban preocupados de que cumpliera la visión de su padre.

Cuando Hertia cedió el trono a su primo con la condición de que su hijo fuera el sucesor del trono, la reducida aristocracia pareció expandirse de nuevo, pero para su gran consternación, el rey murió pronto.

Y el hijo de Hertia, que fue proclamado rey para entonces, era joven e inexperto, por lo que Hertia recuperó su poder a través de la limpieza de convergencia. Fue hecho tan naturalmente también.

Pero justo después, los nobles se resistieron de nuevo.

Aquellos que estuvieron del lado del rey anterior, el primo de Hertia, abandonaron el tratado y decidieron establecer a sus hijos como el siguiente sucesor. Los nobles maquinaron en secreto y parecía que iban a tener éxito, pero…

4 respuestas a “No quiero ser amada – Capítulo 11: A Crichton”

  1. Gracias por el capítulo, lo estoy leyendo de nuevo por que me había quedado en el capítulo 60 y me había olvidado de todo ajajaja muchas gracias y larga vida al reí o de kovel🥳

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