Traducido por Lucy
Editado por Nemoné
—¿Me pregunto si podríamos ir en este momento al lugar que deseo? —me preguntó Freed mientras salíamos del almacén general.
Desde el principio, hoy no ha hecho otra cosa más que acompañarme a los lugares que yo quería. Así que, por supuesto, no tengo inconveniente en acompañarle a donde quisiera ir. Asentí de buena gana.
—Está bien. Ya me has acompañado bastante. Pronto se hará de noche. ¿Y? ¿A dónde vamos?
Tras recibir mi consentimiento, Freed cambió de dirección y comenzó a caminar. Le he oído decir que hay un lugar al que quiere ir, pero no sé dónde en específico. Tengo casi toda la geografía de la ciudad en mi cabeza, así que busqué sin sentido en mi cerebro el lugar que podría haber despertado el interés de Freed. Pero no se me ocurre ninguno. Tomados de la mano, con resignación decidí preguntarle.
—Es diferente a la tienda general de ahora, pero mira, es otro lugar donde se originan las manías. Como es una tienda bastante popular, pensé que sería mejor inspeccionarla al menos una vez. Por eso vamos allí.
—¿Eh? En general estoy familiarizada con esta zona, sin embargo no tenía ni idea. ¿Dónde?
Debería tener conocimiento de las tiendas famosas. Cuando de forma inocente pregunté pensando así, Freed me hizo una pregunta.
—¿Conoce Lidi el arroz al curry que causó una gran locura hace unos dos años? Parece que un restaurante de la ciudad presentó una receta original, y la popularidad del plato parece haberla convertido en un fenómeno social. Estoy pensando en ir allí ahora.
—¡Eh…!
Me di cuenta de que mi expresión se congeló en el instante en que Freed sacó a relucir el curry de la nada. Cu-curry… ¿Era curry…? ¿Dijo curry? Cuando apenas emití un sonido y miré hacia delante, sin parecer importarle él continuó la charla.
—Parece que hay colas considerables allí, así que, aunque es un poco temprano, creo que será mejor que vayamos allí ahora. No es el momento de tener hambre. Vamos a cenar allí.
—N-no… yo… no tengo tanta hambre, supongo.
Estaba tan agitada que mi voz me traicionó. Soy más que sospechosa. Sin embargo, no importa lo sospechosa o extraña que parezca, tengo que evitar esta crisis. Este era el mayor problema.
Mientras intentaba evitar que mis mejillas se crisparan, hablé con él. Siento que mi velocidad al caminar disminuyó un poco.
—Ti-tienda de arroz al curry, eh. Mmhm, lo conozco. Es cierto, es famosa, ¿no? Pero creo que ya habrá una cola considerable a esta hora. Si vamos ahora llegaremos tarde, ya que hay otras tiendas recomendadas, ¿por qué no vamos en otra ocasión?
—Más bien, está bien si no tienes mucha hambre. Dado que tendrá una gran cola, cuando sea nuestra hora de pedir, podrás disfrutar más la comida de forma deliciosa.
—Eh, eh…
¡¡Me salió el tiro por la culata!! Las palabras dichas con una sonrisa me dejaron muda. Levantando las cejas hacia mí que no podía producir una voz, Freed habló.
—Lo siento. Como el objetivo de hoy es esa tienda, no puedo cambiarlo. Si Lidi quiere ir a otro lugar podremos hacerlo en otra oportunidad, así que ¿podrías renunciar por hoy?
—Yo…, ya veo… Entonces, no se puede evitar…
—Lo siento.
Pude notar que mi voz estaba temblando. Imposible de cambiar. Dicho esto, sentí como si me echaran agua fría por todo el cuerpo. Qué hago, qué hago, qué hago. ¡En verdad soy la dueña de esa tienda de curry! Además, ¡en realidad yo hice la receta original allí! Tee hee, si guiñara la cara con la lengua, no hay manera de que pueda decir eso. Aunque es una preciosa fuente de ingresos secreta que se mantiene oculta a mis padres, si se expone aquí a Freed, estoy segura de que en el futuro seré convocada por mi padre y recibiré una reprimenda.
—¡¡Qué estás haciendo, tú!! ¿No te digo siempre que debes tener autoconciencia y autocontrol como hija del Duque? ¿Y de todas las cosas para administrar un restaurante en la ciudad? ¡Basta de bromas! Es deplorable que esta sea la futura Reina. ¡No puedo mostrar mi cara a Su Alteza…! ¡Es tan vergonzoso que estoy a punto de llorar!
De forma inadvertida imaginé los concursos de fuelles de mi padre… Woah, seguro dirá eso. Estoy harta de solo la reproducción de sus líneas, de alta calidad si lo digo yo. En esta situación, incluso si se le dice que yo estaba ayudando a Thomas no va a escuchar. Bueno, es natural. Fue mi decisión, por lo que debería ser regañada. Pero lo he ocultado con éxito durante dos años con mucho esfuerzo, sería decepcionante que saliera a la luz aquí. Ese lugar es un oasis para mi alma. Mientras me lamentaba, pensé. No importa si se expone o me regañan. Estoy preparada para eso desde hace mucho tiempo. Pero, como mínimo, odiaría que me dijeran que ya no puedo ir allí. La razón por la que lo he ocultado es que no quiero que me digan eso pase lo que pase.
—¿Lidi? ¿Qué pasa?
Mientras me devanaba los sesos, de manera frenética para saber qué hacer, Freed me miró a la cara. Mientras fingía una sonrisa, negué con la cabeza que no era nada. No había vacilación en su andar. Entiendo que estamos tomando el camino más corto hacia la tienda. Lo sé.
No tiene sentido dar un rodeo… No tuve más remedio que caminar con él mientras colgaba la cabeza. Me pregunto si es así cómo se siente un ternero que se vende.
Al final no pude tomar ninguna medida. Vi el cartel de mi tienda cincuenta metros más adelante. Es justo antes del horario de apertura de la tarde. Ya hay más de diez clientes haciendo cola. Sintiéndome muy satisfecha por ello, con un estado de ánimo de inminente día del juicio me puse al final de la cola. Así puede ser mejor agachar la cabeza y comer rápido e irme antes de que me exponga al gerente de la tienda Lars o a los empleados. La tienda estará abarrotada, no examinarán las caras de todos uno por uno. Al menos yo no lo hago.
Hm… Con sorpresa podría funcionar. Los asientos del mostrador suelen ser utilizados por los clientes habituales, creo que puedo pasar sin quedar expuesta si nos sentamos en los asientos del medio, lejos de la cocina. Tras realizar una simulación en mi cabeza asentí. Sí, no está mal. Ahora que por fin he encontrado la esperanza levanté la cara. Ya que ha quedado así, lamento no haber hecho que Freed me cambiara el color del pelo, pero no puedo pedirlo a estas alturas. Lo mire como lo mire, sería demasiado sospechoso.
—Hay bastante cola.
—Sí, ya que es una tienda popular. Pero con esta cantidad de gente, podríamos entrar en cuanto abra.
—¿Ha venido Lidi a esta tienda?
La pregunta de Freed me hizo tragar saliva. No es prudente mentir por completo aquí. No tengo ni idea de dónde se expondría. Hablé con cuidado.
—Por supuesto. Ya que he estado en casi todas las tiendas famosas. Conozco este lugar desde que abrió.
—¿Eh? ¿Es delicioso?
—Al menos a mí me gusta. Puede ser duro para aquellos que no son buenos con las cosas picantes. Porque es ajustable, es mejor que digas si no eres bueno con esas cosas, Freed.
—Mientras no sean dulces estoy bien. Como era de esperar, estás bien informada.
—Yo me pregunto sobre eso.
Cuando la sonrisa que tenía se torció por leer de forma inútil demasiado en lo que dijo, un hombre salió de la tienda. Pensando que era peligroso intenté girar la cara, pero al ser un momento demasiado tarde nuestras miradas se encontraron a la perfección. Mientras me quedaba helada, el hombre —el gerente de la tienda Lars— se acercó con una expresión curiosa. El sonido de las sandalias reverberó, pero al ser sólo capaz de escucharlas como los sonidos de una ejecución acercándose, estuve a punto de llorar.
—¿Eh? Si no es la maestra. ¿Por qué te pones en la fila así? Podrías venir por detrás como siempre.